Eliphas Levi – Los Misterios de la Kabbala
Para dar a cada uno según sus obras. Yo soy el Alfa y Omega , el principio y el fin. Bienaventurados los que lavan sus túnicas en la sangre del Cordero, para tener derecho al árbol de la vida. Para tener derecho al árbol de la vida, es necesario purificar su cuerpo participando del sacrificio voluntario del Cordero, es decir, de los primeros iniciados. ¡Fuera los perros y los envenenadores y los impúdicos y los homicidas y los idólatras y todos los que aman y que practican la mentira!. Los perros son las almas serviles y rastreras, los envenenadores son los falsarios de la doctrina, los impúdicos son los que ultrajan al amor.
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