Eliphas Levi - Paradojas de la Alta Ciencia

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La perfección es el equilibrio, y los excesos de la privación son tan perjudiciales como los excesos del placer. Las maceraciones tienen su epicureismo malsano, y el amor de Faquires que hay que decolorar lejos en el éxtasis de su orgullo. Los verdugos penitentes de sus propios cuerpos y de sus almas sienten la crueldad, de Dios, en la que piensan para vengar, triunfando en ellos. Los destiladores de los hombres son los que someten a la autodisciplina mas cruel. Papa Pío V era un ascético, y el terrible Santo Domingo era un penitente, sin piedad riguroso a. El fanático capaz de la matanza misma para Dios es capaz de la matanza de otros; las orgías de la austeridad endurecen el corazón tan ciertamente como las orgías del placer. Llegado al equilibrio perfecto, el hombre puede marchar o correr sin temor a caer. Debemos estar aproximadamente a merecer existir, pero estamos aproximadamente para hacer algo; existimos para actuar solamente; pensamos para hablar. La razón también es la palabra, pero la palabra es no sólo la palabra, es la vida y la acción. Somos fuertes, para trabajar; nos ilustramos, para enseñar; somos unos médicos, para curar al enfermo. No encendemos una lámpara para esconderla bajo un banco, como Cristo a dicho. La luz debería estar colocada sobre un candelabro; cada uno se debe a ser a todos, como ellos todos se deben a cada uno. No debemos escondernos lejos del talento del oro; debemos llevarlo al banco. Vivir es amar, y amar es hacer bien. Deberíamos desear el progreso de la humanidad, la prosperidad de nuestro país, el honor de nuestra familia, el bienestar de todo el mundo. El que se no interesa en nadie es un hombre muerto que debería ser olvidado. " Si cualquier hombre vendrá después de mí, " dijo el Cristo, " dejarle negarse, y tomar su cruz, y seguirme. " Renunciar es salir del egoísmo con el fin de entrar en la caridad. La vida verdadera del hombre es no en pero en otros. Llevar su cruz es sostener valientemente los dolores y los aburrimientos de la vida. Todo Sabios tuvieron sus cruces. Jesús antes de que legue al calvario había provisto la ingratitud de los judíos y de la locura de sus discípulos; Sócrates tuvo a Xanthippe, Platón tuvo a Diógenes; la filosofía debe enterarse en el libro del trabajo. Feliz los que lloran, dijo el Maestro, pero más feliz, la palabra nosotros, los que conocen el arca para sufrir sin llorar. Fénélon, en sus diálogos de los muertos, encuentra a Heráclito más humano que Demócrito. Rabelais no está conforme con él; los animales lloran, pero sólo el hombre es capaz de reírse; la risa pues es más humana que las lágrimas. La risa es el consuelo del hombre, y de hecho Homero ella es el privilegio de los dioses. El epitafio sobre el héroe escandinavo era, " se rió y murió. " Es verdad que hubiera una buena risa y una mala risa, pero el bien es la verdad, el otro es tragárselo solamente pava o la mueca de mono. Los hombres buenos y los hombres inteligentes saben reír, pero el mal y los imbéciles pueden reírse por lo bajo solamente. 1 risa franca es un fruto de esta alegría que da una buena conciencia. El árbol puede ser juzgado por sus frutos, dice el evangelio; no vendimiamos moras. Determinar, es comenzar por, a ser verdaderamente buenos, y todos lo que hastiara sean buenos. Lo bueno, lo bello, la verdad - virtud, honradez, justicia - son unas cosas inseparables, y hacen aumentar la felicidad verdadera; pero el resultado de todas es la paz, que es la tranquilidad del orden eterno. Para la voluntad, para ser poderoso, se debe perseverar y paciencia. Dios no vacila, nos dice la Biblia, y jamás nos puede avanzar continuamente parándose y volviendo a nuestras etapas. Cuando sembramos la buena semilla, debemos no desplazar la tierra no más, sino todavía no debemos dejar de regar lo que plantamos. Entonces el germen 47


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