Edouard Schure - Tratado de cosmogonia

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NOVENA LECCION El Plano Astral

¿Cómo concebir el plano astral, el otro mundo? En ocultismo se distinguen tres mundos: 1º El mundo físico (aquel en que vivimos). 2º El mundo astral (que corresponde al purgatorio). 3º El mundo espiritual, o, según el término sánscrito, devakánico (que corresponde al cielo cristiano). Hay, además, otros mundos más acá y más allá de éstos, pero no nos ocuparemos de ellos en estas lecciones. Ellos están, por otra parte, por encima de toda concepción humana. Sólo los más grandes iniciados pueden tener una lejana idea acerca de ellos. Aquí no nos ocuparemos más que de la evolución planetaria en el seno de nuestro sistema solar. El plano físico nos encierra en este estrecho espacio de la existencia física que transcurre entre la vida y la muerte. Entre dos encarnaciones, nos movemos en el plano astral y en el plano devakánico. Pero el núcleo del hombre permanece inmutable. El se reencarna, pero no eternamente. Porque el ritmo de la encarnación y la reencarnación ha comenzado y debe terminar. El hombre viene de otra parte ya otra parte va. El mundo actual no es un lugar, sino un estado. Nos rodea y en él nos bañamos continuamente sobre esta tierra. Vivimos en él como ciegos de nacimiento que caminaran a tientas. Dadles la vista por una operación: estarán siempre en las mismas habitaciones, pero verán por primera vez las formas y los colores. Así se abre el mundo astral para la clarividencia. Es otro estado de conciencia. En los trabajos científicos de Goethe se encuentra un pasaje notable sobre la esencia de la luz considerada como lenguaje de la naturaleza. "Tratamos en vano, dice, de expresar la esencia de un ser. Percibimos su efecto, y una historia completa de esos efectos comprendería tal vez la esencia de este ser. Nos esforzaríamos en vano en pintar el carácter de un hombre; pero reunamos sus acciones en un todo y se ofrecerá a nuestros ojos una imagen de su carácter. "Los colores son acciones de la luz, acciones y pasiones. En ese sentido nos revelan la naturaleza de la luz. Los colores y la luz son fenómenos estrechamente unidos. Pero es necesario que nos los representemos como si formaran parte integrante de toda la naturaleza, porque toda la naturaleza quiere manifestarse alojo por la luz y los colores. "La naturaleza se manifiesta de una manera análoga a otro sentido: Cerrad los ojos; prestad oídos. Del soplo más ligero al tumulto más ensordecedor, del sonido más simple a la armonía más complicada, del grito más violento y más apasionado hasta la palabra más dulce de la razón, es siempre la naturaleza la que habla, que revela su presencia, su fuerza, su vida, y sus relaciones, tanto como el ciego al cual le está velado el infinito visible, puede captar, en lo que es audible, un infinito viviente. "Así, la naturaleza habla de alto a bajo, a sentidos con oídos, mal conocidos y desconocidos. Así, ella conversa consigo misma y con nosotros por mil fenómenos. Para el observador atento no está muerta ni muda; a la dura tierra ha agregado un confidente, un metal cuyas partículas más pequeñas nos permiten distinguir (observar) lo que pasa en su masa entera". (Teorías de los colores. Prefacio). 'Tratemos de descubrir el mundo astral. Allí es necesario habituarse a otra manera de ver. Al principio todo es allí confuso y caótico, la primera cosa de que uno se da cuenta es que el plano astral nos muestra todo lo que existe, como un espejo, y que allí todo

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