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Sumérgete en el Azul del Well-Aging
by GoWellMag
Como dice Jorge Bucay, un gran escritor y terapeuta: “Los cuentos están hechos para dormir a los pequeños y despertar a los grandes…” así que espero que este cuento despierte en ti tu amor propio, amor y pasión por autoconocerte, autogestionarte y mejorar tu calidad de vida.
Hubo un tiempo en el que las regiones del mundo se pintaron de azul, azul que significaba oxígeno, cielo, agua, vida… a manos de un científico que observaba cuidadosamente como personas de algunas regiones del mundo envejecían de manera saludable, aceptando el paso del tiempo, tomando responsabilidad de lo que podían controlar no solo para cuidar su cuerpo, mente y espíritu durante este proceso, sino además enamorándose profundamente de este proceso llamado envejecer… Así que, decidido a encontrar no la clave de la vida eterna, sino del envejecimiento saludable, comenzó a plasmar en un mapa, marcado con tinta azul, todas estas zonas donde la longevidad era bien vivida, bien vista y aceptada… pero además decidió escribir las características o secretos mejor guardados por estas regiones para lograr esta maravillosa calidad de vida… he aquí lo que encontró en esas zonas azules…
El superpoder de tener un propósito en la vida, el poder de levantarte a diario con el corazón motivado a dejar una huella, a aportar un pequeño cambio al mundo, el arte de hacer cualquier actividad desde el alma.
También encontró el poder de la tribu, porque como mencionan en el libro “Hábitos Atómicos”: “El lobo solitario muere, pero la manada sobrevive”. Quienes nos rodean tienen una inmensa influencia sobre nuestro estilo de vida; las estadísticas dicen que somos el promedio de las cinco personas que nos rodean. De tal manera que tener buenos hábitos será mucho más fácil si estamos rodeados de un ambiente apto que facilite hacer lo correcto y que promueva la calidad de vida.
Encontró además que la nutrición, desde una época remota, influye directamente en nuestra calidad de vida, en el funcionamiento metabólico y en la respuesta del sistema inmune. Como citaba Hipócrates: “Que el alimento sea tu medicina”. Esta consciencia comienza desde que elegimos y planeamos qué vamos a comer, dónde lo vamos a comprar, cómo lo vamos a preparar. También la calidad de la nutrición se mide en términos de contar con el tiempo y la disposición para alimentarnos, en poder renunciar con facilidad a lo que nos enferma y, por supuesto, al disfrute de elegir lo saludable y relacionarnos con la comida evitando la ansiedad y el comer para llenar vacíos emocionales.
La higiene del sueño, el hábito de un buen sueño resulta ser un ítem pendiente para el 40% de la población mundial adulta, que en los últimos años ha disminuido su promedio normal de horas de sueño reparador de 8 a 6 horas por noche. Cada vez la obsesión por la productividad en un mundo donde estar ocupado parece un sinónimo de éxito, nos está llevando a vivir una verdadera pesadilla a la hora de dormir. No solamente es el acto de descanso en sí, sino la posibilidad de tener una mejor salud mental y darle la oportunidad a nuestras células para que se regeneren. Parece un factor difícil de controlar, pero en realidad se puede comenzar por ritualizar la hora del sueño y acompañarlo por acciones que nos inviten al descanso y al merecimiento de un tiempo para nuestra reparación física, mental y emocional.
Skincare y rutinas saludables preventivas. En cuanto a piel se trata, por supuesto que es uno de los órganos donde más se evidencia el envejecimiento. Sin embargo, la tendencia siempre ha sido reaccionar cuando ya los signos de la edad están presentes, en lugar de comenzar un cuidado temprano en la piel, donde no solo dejemos la responsabilidad a un profesional de la estética o cosmiatría cada 3 meses, sino que también es nuestro deber involucrar diariamente una rutina de skincare que promueva la regeneración celular de la piel, la hidratación, el cuidado y la disminución de la exposición a los rayos solares, y por supuesto, disminuir el poder que los factores exógenos pueden tener en el envejecimiento de la piel.
Según la OMS, estamos en la década del envejecimiento saludable. Por esto, es imperativo que conozcamos uno de los tantos milagros que suceden en nuestra biología: existen unas estructuras diminutas, extraordinarias y con una responsabilidad vital en nuestro envejecimiento saludable, llamadas telómeros, que son en sí los protectores del ADN. Ubicados en las puntas de nuestros cromosomas, aportan estabilidad genómica para contribuir a la preservación de la integridad de nuestro material genético. Por supuesto, con los años, estas estructuras se van volviendo más débiles por factores endógenos que no controlamos, pero también podemos apoyar su labor mejorando nuestros hábitos y controlando factores exógenos como los mencionados en este artículo para promover un envejecimiento saludable.
