Por Jorge A. Trejos
Era un tal Bonifacio Morera Lizcano El jueves 22 de abril de 1999, en la plaza centauros de Villavicencio, un niño de nombre “John Iván Sabogal” es abordado por un sujeto cordial que -con el engaño de comprarle un billete de lotería- intimida al menor con un cuchillo y lo obliga abordar un taxi. Tras llegar a un solitario paraje, John Iván y su captor que le manifiesta que le hará cosas horribles, comienzan una odisea mortal por entre unos matorrales; una vez en un lugar que el individuo creyó lo suficientemente apartado, procede a desnudar al niño para posteriormente amordazarlo, a punto de comenzar a sodomizarlo, un indigente irrumpe en la escena para interceder por el muchacho; desamarra al chico y emprenden la huida perseguidos muy de cerca por el violador. La madre del niño da aviso a las autoridades, quienes disponen un cerco Policial en el área y logran dar captura al sodomita, que se identifico en un principio como Bonifacio Morera Lizcano. Pero por supuesto; este nombre era falso, porque el verdadero era: Luis Alfredo Garavito Cubillos el segundo –mayor- asesino de niños de la historia, había sido finalmente atrapado, aunque los niños aun no estarían a salvo. Otra bestia insaciable 15 días antes de la captura de Garavito, los restos mortuorios y la ropa de un menor de aproximadamente 10 años de edad, son encontrados en la hacienda Papayal en Palmira Valle, se presume trauma craneal y muerte por homicidio. El 17 de Diciembre del mismo año, otro cuerpo es hallado en circunstancias similares; todos homicidios con un Modus Operandi similar al de Garavito, que ya le
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Retrato Hablado
quinto de primaria, más o menos hacía los 12 años descubre que es adoptado y comienza a trabajar construcción con su Padrastro con el que empezó a tener fuertes altercados. Manifiesta que a los 19 años tuvo una breve relación heterosexual que lo decepcionó profundamente y se volvió a encontrar con el amigo de sus libidinosos juegos de infancia; tuvieron una relación por 3 años en donde Manuel Octavio asumía siempre el rol masculino, la relación terminó cuando su compañero se mudó de ciudad. habían echado mano y yacía tras las rejas. La cuenta que ascendió al número 14, se detuvo en un cañaduzal de Pradera Valle, el 19 de Julio del año 2003. El niño Luis Carlos Gomes Salazar, se convertiría en la última víctima de Manuel Octavio Bermúdez, apodado por la prensa amarillista como “El Monstruo De Los Cañaduzales”. Quién -2 días antes- fue el último sujeto en haber sido visto en compañía del menor. Otro vendedor de cremas frías que conocía al niño y a su madre, dijo haber visto al niño en compañía de otro vendedor de cremas, por un colegio a la salida del minicipio. La policía dio captura al presunto violador y obtuvo una orden de cateo a su morada en donde encontraron objetos como relojes, llaveros, pulseras, ropa interior de niños, un calendario con 7 marcas en determinadas fechas, así como también recortes de prensa de niños asesinados, en un primer interrogatorio Bermudez negó todos los hechos, cuando un oficial le pidió que le dejara ver su billetera encontraron varias fotografías de menores desparecidos a los que Bermudez designó como parientes suyos, pero al pasar de los días terminó confesando un total de 21 asesinatos (quizás cometió otros) además de un total de 18 violaciones de niños. Manuel Octavio, antes de ser asesino serial, fue violador en serie, este admite que “para que no me fuera aventar con su mamá ni con la ley decidí matarlo” al igual que con los otros niños. Manuel Octavio Bermúdez Estrada Nació el 15 de Octubre de 1961 en la provincia de Trujillo en el departamento del Valle del Cauca, nunca convivió con sus padres biológicos, pues estos se sumaron a las victimas de la guerra bipartidista entre la “Chuzma” (Partido Conservador) y los “Collarejos” (Partido Liberal) durante el oscuro periodo que se conoce como -la época de la violencia en Colombia-. Al año de edad fue recogido por una señora con la que vivió unos 3 meses, manifestó que la señora era dueña de una cantina y que lo arrojó desde un balcón cuando tenía un año de edad, quebrándose una pierna y un brazo, después del incidente al parecer una tía política lo recogió y lo regaló a los padres adoptivos con los que crecería. Aunque no se conoce que sufriera de abuso físico ni psicológico por parte de sus padrastros, se conoce que estos bebían mucho y solían encerrarlo cuando era niño, por fines de semana enteros, mientras estos salían de juerga parrandera. Empezó su escolaridad a los 7 años, en tercero de primaria empieza a introducirse al monte en compañía de otros niños, es incitado por el mayor de todos estos, quién a su vez simulaba el rol de mujer para mantener una cópula anal. Bermudez se Inicia de esta manera en la homosexualidad, como no le interesaba el estudio, deja este en
Bermúdez -ahora por segunda vez- sería decepcionado amorosamente. Es por esa época y quizás por frustración; que empezó abusar de niños y a dar muerte a los mismos por el año de 1995. A pesar de que ya había sido encarcelado una vez, -26 días por intento de violación de un menoren Palmira/Valle en 1988- tuvo otras realciones heterosexuales de las cuales Tuvo 5 hijos con 3 mujeres distintas, que lo abandonaban cuando se enteraban de sus andanzas pedofilicas, el 14 de febrero del 99 es detenido por la violación de un menor y condenado a 5 años y 4 meses de prisión, condena interrumpida tras una toma guerrillera al municipio de Bolívar/ Cauca; los subversivos ordenaron desalojar la prisión entera. Tipos de víctima y Modus Operandi Manuel Octavio al igual que Garavito era un pedófilo homófilo, o sea que solo apetecía de niños, que oscilaban entre los 6 y los 13 años de edad. Mató 21 niños en total, aunque se presume -no sería nada raroque pudieron haber sido muchos más, solía abordar niños vulnerables que trabajaran o fueran mendigos, al ser estos víctimas o presas fáciles, los cazaba usualmente un día de la madre o en la semana santa; pues este consideraba que en esas fechas circulaba mucha gente en las iglesias, especialmente habrían muchos niños o que en los días de la madre, muchos niños trabajan para comprar un regalo a sus madres. Bermudez Les ofrecía dinero a cambio de que lo acompañaran a cortar unas espigas de caña: de ahí su nombre de Monstruo de los Cañaduzales-. Se llevaba los niños a pie o los subía en ocasiones a la barra de su bicicleta, siempre le decía que se desnudaran, para que se aplicaran una pomada, para así evitar el comezón de la pelusa, luego les decía que estiraran las manitos, para preparar los cordones con que se supone atarían las espigas de caña, solo que este los amarraba y luego los tendía boca abajo para abusar de ellos, cuando se desarrollaba o eyaculaba, les amarraba otro cordón del cuello y los estrangulaba “Los niños comienzan a moverse y a patalear y hasta que no veo que están agonizando no los suelto”. A algunas de sus víctimas les llegó inyectar en algunas partes del cuerpo como las piernas, la cadera; sustancias como la Roxicaína, Lidocaína o Nujol para de esta forma inmovilizarlos y hacer más fácil su salvaje ritual. La estrangulación, su forma predilecta de matar, demuestra su alto grado de maldad, puesto que esta forma es una de las más severas, ya que el victimario puede contemplar como se escapa el último aliento de su presa.
pabellón en la cárcel de máxima seguridad de Valle de Upar con otro infame pedófilo ahora convertido en predicador Pentecostal: Luis Alfredo Garavito¸ que paradójicamente, fue consultado en una ocasión por la propia policía, para que ayudara a prescribir un posible perfil que ayudara a la captura del Monstruo de los Cañaduzales. Situación similar a la que describe Thomas Harris en su libro “El Silencio De Los Inocentes” cuando el caníbal -Doctor Lecter- ayuda a la agente del FBI –Clarice Starling- perfilando el perfil del Asesino En Serie conocido en la novela como (Búfalo Bill). Aunque en la vida real también ha ocurrido que otros Asesinos en Serie colaboren con las autoridades, como sucedió con Ted Bundy a finales de los 80s cuando ofreció ayuda para perfilar a The Green River Killer o el “Asesino del Río Verde” en Washington DC/USA. Aunque la ayuda de Bundy de poco sirvió; pues resulta que este caso permaneció abierto muchos años después, y solo se resolvió en el 2001 gracias a una muestra de ADN. El responsable “Gary Leon Ridgway”confesó 71 muertes pero fue procesado por solo 48, ya que los cuerpos del resto de las demás mujeres -prostitutas todas- jamás fueron encontrados.
Retornando al caso M.O.B. es sorprendente como la aguda violencia que hay en Colombia, logra eclipsar de alguna manera a este tipo de Asesinos Múltiples (Más de 3 Víctimas), mientras qué estos consiguen matar por mucho tiempo antes de ser atrapados; “La Bestia de Los Andes” (tratado en otro número) es un claro ejemplo del paupérrimo conocimiento policial y judicial en la materia. En síntesis el presente articulo -que en ningún momento pretende ser apologético- es más el resultado de una infinita curiosidad personal que me atrae sobre historias de crimen, que ojalá se interprete como una forma personal de aportar información, desde el editorial e idología de este fanzine, con respecto a este tipo de sucesos dentro y fuera de nuestro país; para que de esta manera el lector o lectora, se sensibilice o reflexione sobre la violencia que existe en contra de los menores, no solo en Colombia sino en toda Latinoamérica, generalmente violencia que por desgracia cobra vidas en sectores pobres y marginales, Manuel Octavio Bermúdez fue condenado Asesinos en Serie como el de esta historia han a 40 años de prisión, aunque el sistema habido y pronto aparecerán más. penal, en este tipo de casos, otorga una considerable rebaja si los homicidas confiesan Cita: “No, yo cuando los violo y los mato, los sus crímenes y si ayudan en el hallazgo de dejo quieto y me voy (...) cuando ya dejan de los restos óseos de sus víctimas, -esto se respirar, cuando ya dan el último suspiro yo conoce como Sentencia Anticipada- es por salgo y me voy, a mí no me gusta ver sangre, esta razón que la condena total fue solo de francamente yo no puedo ver sangre” 26 años y 6 meses. Bermúdez comparte