La huerta de Valencia 1

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COMUNIDAD VALENCIANA

La huerta de Valencia se muere, a golpe de ladrillo. Apenas queda un tercio de su extensión tras diez años debastadores. Pero lo peor puede estar por llegar ya que se estima que en dos años puede quedar reducida a apenas un 5% y aniquilidad en otros cinco años. Desde el CVC se urge a un gran pacto social y que se blinde este patrimonio único de los valencianos y de la humanidad.

L

GONZALO GAYO

VALENCIA

a rica Huerta de Valencia se muere ante nuestros ojos, sin que nada, ni nadie trate de evitarlo. Las milenarias raíces del pueblo de Valencia se convertirán en cemento y ladrillo en apenas un par de años. La sentencia de muerte ha sido firmada a golpe de PAI en Malilla, Campanar, Moreras y en varias partidas de Alboraya, así como en Burjassot, Catarroja o Alacuas, entre otrros. También, las grandes infraestructuras como el AVE a su paso por Picanya profundiza en una herida de muerte en este patrimonio histórico natural de los valencianos al fragmentar y dividir la Huerta por lo queb se exige su soterramiento. En la última década la Huerta de Valencia ha sufrido el más debastador ataque ante el desaforado crecimiento urbanístico de Valencia. Pese a su declaración como bien protegido, el Ayuntamiento de Valencia ha ido recalificando partidas de huerta al mismo ritmo que los promotores y constructores hacían acopio de campos para dejarlos a su suerte, convertidos en escombreras a la espera de una segura recalificación. En estos momentos apenas queda un tercio de la superficie histórica de Huerta de Valencia en tanto hay zonas en las que la partida de defunción ha sido firmada como en Malilla tras la declaración en 1986 como zona urbanizable o en Campanar donde se levantan rascacielos y hasta un estadio a golpe de talonario. Los últimos reductos de la Huerta de Valencia se localizan en En Corts, Alboraya, Chirivella, Benicalap, entre otras partidas, donde las grandes promotoras siguen comprando suelo protegido para su posterior recalificación. La voz de alarma dada hace ahora seis años por el Consell Valencia de Cultura no se ha tenido en cuenta y ahora se sufren las consecuencias dada la certeza de que en apenas dos años la Huerta de Valencia dará su último suspiro para pasar a ser historia previsiblemente en el 2010 una vez los PAI entierren bajo el cemento la más rica y productiva tierra de Europa. Jesús Huguet, miembro del CVC señala que ignorar las posibilidades del futuro de la Huerta de Valencia, y su viabilidad como espacio creador de riqueza, supone “traicionar a la razón de ser de Valencia y sin duda uno de

La Huerta de Valencia quedará reducida al 5% en sólo dos años La CVC insta a que se pida su protección a la Unesco y en Europa

los peores legados a futuras generaciones”. En el informe de la CVC de mayo del 2000 se afirmaba que “el futuro de la Huerta no es solamente deseable -si llegamos a un acuerdo sobre ello- sino también posible”. Sin embargo, en estos seis años transcurridos se observa que las administraciones no solo no han sido capaces de blindar este patrimonio de los valencianos, ni garantizada su viabilidad, sino que se deja morir en un silencio complice que trata de favorecer la especulación y edificación.

Sin embargo, un rayo de esperanza surge de la sociedad civil en acciones puntuales ante una Justicia, que se rige por las leyes, la defensa del bien común y bajo el principio de igualdad para todos. De hecho se está logrando paralizar en guerra numantinas en los juzgados algunos planes urbanizadores en la huerta. SOLUCIONES La solución que apuntan los expertos es la creación urgente de un plan rector de la Huerta de Valencia en el que se idenfique cada parcela y se blinde su futu-

ro, al igual que ocurre con el Parque Natural de la Albufera. También, el Ayuntamiento de Valencia debe administrar los recursos legales que les permite la recalificación para adquirir un compromiso presente y futuro de protección de la Huerta frente al lucrativo negocio del ladrillo. La voracidad de las grandes empresas constructoras a la hora de comprar terreno protegido en la Huerta y la permisibilidad del Ayuntamiento a la hora de recalificarlo para favorecer el negocio amenaza con dar el tiro de gracia a la Huerta de Valencia en

apenas dos años. La Huerta de Valencia y sus acequias son parte inseparable de un Bien de la Humanidad como es el Tribunal de las Aguas, declarado por la Unesco como patrimonio a proteger. Enric Guinot, profesor en la Universidad de Valencia y uno de los mayores expertos en la Huerta de Valencia señala que el ritmo acelerado de la construcción e infraestructuras como el AVE dejarán reducida a apenas un 5% la Huerta dependiente del Tribunal de las Aguas en apenas cinco años. Para Guinot “estamos asistiendo a la desaparición


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