Paula vega como dos muertos versión issuu

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Como dos muertos Paula Fern谩ndez Vega

Goles rosas Colecci贸n Botineras


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Nos hemos quedado en los dormitorios del mar al lado de muchachas marinas coronadas de algas marinas rojas y pardas hasta que voces humanas nos despiertan, y nos ahogamos.

T.S. Eliot



once minutos yo no sé, mi amor si por accidente fuimos víctimas terminales de una rara enfermedad portada en las pulgas de los colchones mugrientos o algún comedero con olor a carne refritada. si en el aire vino zumbando un bicho maligno de ojos rojos y con su aguijón de mil espinas nos puso a los dos el mismo veneno y ahora somos como hermanos de la vida desgraciada que nos ha tocado en suerte o si curarnos es sacudirnos en la madrugada varias veces y en cada pliegue minúsculo que no conocemos del otro perdernos como si nos quedaran once minutos de vida.

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bicicleta decanto la furia pasan los autos el camino del mundo tiene un rumbo nos cruzamos con sonrisas que indican cómo seguir el sendero de la sombra y a cuántos kilómetros está el próximo hospedaje entre cada tramo largo hay un respiro artificial como de camioneta con acoplado que aminora la marcha la felicidad está en la habilidad del párpado para reducir la niebla

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sótano después del desastre esto se parece al sótano donde dormíamos ahora el fuego juega a lamer las puntas de las sábanas ahora retorcemos las piernas intentamos guardarnos en la forma del otro hacer el juego del encastre

el calor es lo único que existe el cubículo minúsculo que se hace más chico y tus piernas cada vez más atentas y la boca casi abierta ya sé que intentaste hablar y tengo tanto polvo en los ojos que no puedo verte y los cierro y empezamos a tener un sabor animal y por primera vez esta simbiosis 7


ni se parece a una foto ni quiero que se parezca no sĂŠ si antes hablamos de las posibilidades de estas excĂŠntricas posibilidades y de lo que harĂ­amos con ellas

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recuerdo perdón estoy furiosa porque nadie vio caer la bomba a tiempo nadie se rescató de que morimos rápido el amor es una cosa seria un sueño donde todo se resuelve todos lo olvidamos con el despertador nadie vio caer la bomba a tiempo perdón parecen vivos por primera vez y el entrenamiento de los años no sirvió para nada se nos escapó de las manos pero estamos a tiempo de que las cosas se manoseen, de que nosotros no nos tengamos que hacer cargo las cosas ya tienen sus manos estoy furiosa 9


debí decirlo antes de que caiga la bomba, quizás funciono así a contratiempo

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rehabilitart/te no sé si te hablé o te di una patada en el plano de mi conciencia vos estuviste siempre pero casi siempre en el plano anterior una telaraña muy finita que yo destejía sin querer y se recomponía sola cuando me despertaba de pronto un cuello ortopédico con vos no tenía contracturas sólo me parecía a la versión mal traducida de una chica que salta en películas de rohmer y se cree tan linda como es o un poco menos no importa la belleza era de la telaraña detrás de mi cuello y con eso puesto yo podía bailar sin que me aprobaran el mundo era de hielo una ciudad sitiada un paraíso de cuya tierra salían ojos con mis piecitos los aplastaba blancos los de una judía tonta después de entre todas las cosas que entiendo entiendo muy poco y al revés, quiero decir mi ansiedad me pone en un nivel tan acelerado de percepción que no confío en ninguna impresión y excepto vos las cosas tienen un aspecto lánguido de impacto suave la gente daría lo mismo que fuera arcángel 11


el pasto lo mismo que serpientes no sé si hablé o te di una patada es más probable de entre todo lo demás que te hayas ido, pero no sé si porque te dije algo del pelo canté desafinado se abrió la ventana qué mierda tan grave pudo ser que ahora estoy lisiada nadie me alcanza la sopa el cuello parece dormido: si lo tocaras tendrías descargas eléctricas sentirías cómo miles de hormigas antes apretadas viajan disparadas hasta tu cabeza oh, mártir, no

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hebillas

el repiqueteo de las hebillas en el suelo enmarca la cama como una orquesta. nos exigimos un baile desquiciado: basta con un brusco estiramiento del brazo y el roce de tus uñas en los azulejos para acabar aturdidos con los muslos en súbita tensión (como si después fuera mejor hacer sonar el sudor contaminado morir en un nuboso simulacro de persistencia)

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a Colombia a tanto de casa me parece cada vez más que yo te construí con todas las partes que me faltan: la fijeza en la mirada la facultad infernal de decir que no y esa dualidad entre mujer guerrera y niña consternada. comparto igual mi vida con vos como una siamesa somos chatarra del mismo depósito y si sos mi invento y si soy mi invento y si tu nombre existe y está para ampararnos hagámosle la fiesta con el mismo vestido.

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escena estática estamos desordenados en un cuarto desordenado porque tu pierna se estira torpe sobre mi rodilla izquierda y a la derecha por compensación trato de estirarla parece que todo afuera se mueve demasiado y nosotros estamos en una cueva del tiempo en la que no envejecemos y cuando salgamos habrá autos supersónicos y gordos flotando en cápsulas blancas. entonces si dejás tus piernas sobre mis rodillas es porque en el fondo sos conservador y no te molesta el gélido infierno de quietud en que podemos convertirnos.

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incidentes domésticos

hay gestos que estallan en su propio mecanismo de contradicción, los ojos salen, la boca entra, la nariz hiperventila y ahí el cuerpo reclama su lugar en el acto. (en general permanece a la espera de un estímulo nervioso que por acumulación es cercano a una descarga eléctrica y precisa transmisión a objetos para darse) no es casual que toda la fuerza humana toda la capacidad de cambio domine a un solo mecanismo inútil y al acabar sea difuso el recuerdo del motivo y por lo tanto se olvide pronto.

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sombra estamos abrazados como siameses y llorás sobre una piedra antes de que pueda formar una cavidad con las manos y encontrar el molde de tu cráneo esperamos el éxtasis antes de que el último paredón se derrumbe sobre nosotros

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tiempo de descuento hoy delante del paisaje estamos cerca de parecernos a algo salgo con la ropa todavía colgada y me tropiezo con los gatos muertos y me acuerdo de lo que pasó hay un ritmo sinfónico dentro de la tierra la humedad brota empieza en las costillas hay una historia además de la nuestra la nuestra no significa nada el mundo es un montón de basura sintética el resto de barro que a centímetros del suelo a nosotros nos parece menos que la tensión de tu roce y el vaho de tu aliento a moscas no me quiero imaginar lo que parecemos hablando ese idioma desconocido rozándonos los dedos y espantándonos por el tiempo perdido 18


nadie nos perdonarรก estar huyendo del pasado cuando todo se descompone tan monstruosamente si acercรกs tus manos que sea para algo el tiempo de descuento es asfixiante

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descenso dejemos la caĂ­da para despuĂŠs nosotros nos mantuvimos siempre al margen de los acontecimientos como perros acurrucados entre sĂ­ como dos muertos copiĂĄndose entre ellos el ritmo de las cejas

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mantenimiento obsesivo me enfoqué en sacarte el grano de la oreja intenté con pinzas cintas y torniquetes pero no salía. era un tornado insípido mi cariño pequeños sacudones en el centro de la nuca y un espasmo de tres segundos en la espalda al verte en trayectoria hacia un futuro fuera de mí con el grano pendulante y distraído sacándote la gracia despiadadamente.

preferí buscarte un sector deshabitado y otra vez esforzarme en sacarle el polvo con plumeros minúsculos lustrarlo con aerosoles y frotarle mis manitos pero seguía sucio y yo pensaba que tu cuerpo consistía en defectos insignificantes y que en cada defecto se encerraba un amor arrebatado encerrado en litros de pus y telarañas.

y por más que sabía que el tiempo se ocuparía de tus orejas y potenciaría su oscuridad y cada vez estarían más solas y yo querría verlas cada vez menos, sucedió exactamente lo contrario 21


y ahora les puse nombre a las estalactitas y hago mĂşsica con tus huesos fosilizados no podĂ­amos jugar ese juego para siempre

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testigo después de arrasarnos el mundo parece una caja de cristal durante la destrucción yo vi morir todo el lenguaje pero ya es tarde

preferiríamos ser bailarinas o una cosa mecánica el viento sopla cada vez que abrimos la boca y prefiero pensar que es un sueño estirar así las manos tensar las falanges hasta sentir el hielo y escucharte dormir y comprobar que respirás y respirar con vos como dos muertos.

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Índice

once minutos ................................................................ 5 bicicleta ........................................................................ 6 sótano .......................................................................... 7 recuerdo ....................................................................... 9 rehabilitart/te ............................................................. 11 hebillas ....................................................................... 13 a Colombia.................................................................. 14 escena estática ........................................................... 15 incidentes domésticos ................................................ 16 sombra ....................................................................... 17 tiempo de descuento .................................................. 18 descenso..................................................................... 20 mantenimiento obsesivo............................................. 21 testigo ........................................................................ 23

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Paula Fernández Vega tiene 22 años pero su escritura no tiene edad. Aclaro esto porque me provoca una mezcla de asombro y envidia saber que alguien tan joven pueda escribir un libro Como dos muertos. Incluso mis sentimientos confusos aumentan, si a esto le sumo el delay existente entre publicación y escritura. Por eso y contra lo previsible, que sería trazar una analogía entre juventud e inexperiencia, Como dos muertos es un libro arriesgado, denso y profundo, desmarcado de toda pauta generacional y etaria. Es como si uno estuviera obligado a preguntarse: de dónde salió esta chica, de dónde saca las cosas que escribe. Fernández Vega no demora en responder. Ella tiene algo para decir y los medios para decirlo. Entonces dice algo sobre el amor: el amor es una cosa seria/un sueño/donde todo se resuelve/todos/lo olvidamos con el despertador. Un muerto que le habla al otro desde el sueño, no tanto acerca del amor como de la cuenta regresiva del amor. Luego está el baile desquiciado, el juego del encastre, donde para hablar de la atracción física de los cuerpos Paula omite deliberadamente toda referencia a las partes consideradas, por el común denominador, bellas. Hay rodillas, granos, orejas en un paisaje hecho de cuartos desordenados, colchones mugrientos y olor a carne refritada. Hay una fuerza nerviosa, obsesiva y crispada en los versos de Paula Fernández Vega; nunca, sin embargo, apresurada; una notable desconfianza por la belleza, por momentos llevada al extremo de la fealdad. Pero eso no me asombra; después de todo, como diría Celine, se trata de un género a cultivar, nada más. Dos muertos abrazados como siameses, acurrucados como perros, copiándose. Dan ganas de aplaudir o, como diría la autora, de dar una patada (de envidia, claro). En su lugar, le mando un mensaje que dice: “Me encantaron tus poemas”.

Jorge Chiesa

Goles rosas


pirateado en mdp

http://es.wikipedia.org/wiki/Roberto_Jorge_Santorohttp://es.wikipe dia.org/wiki/Roberto_Jorge_Santoro


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