Desde dentro. El proceso creativo en cuarentena. by godartlab

Desde dentro

Desde dentro. El proceso creativo en cuarentena.

Ante lo extraño del momento que nos está tocando vivir, el cuerpo y la mente, se adaptan lentamente a una situación que no estaba en nuestros planes ¿Cómo afrontar el juego de la creación? ¿Qué sentimientos brotan? ¿Dónde queda la vieja intención de tener un cierto control sobre el futuro? Desde dentro, tanto en nuestras casas o habitaciones, como en nosotras mismas. Parece como si el avance y crecimiento de la tecnología y las redes sociales en los últimos años, hubiesen sido el entrenamiento para todo lo que estamos experimentando: una vida sin contactos físicos, aisladas, obligadas a vivirlo todo a través de pantallas. Pantallas y paredes. El refugio, una vez más, está en la belleza del acto creativo. Y la contemplación del resultado. Trascender y ser capaz de volar, a pesar del miedo a mucho de lo que nos rodea. Aquí estamos, seguimos imaginando, perdiéndonos. Ahora, más que nunca, poesía por favor.

Las ciudades crecen de forma vertiginosa, nos movemos acelerados a una velocidad que no es nuestra. ÂżQuĂŠ sucede cuando paramos? Cuando tenemos tiempo para respirar, para pensar y sentir desligados de esa velocidad que hemos hecho tan nuestra. Cuando las horas nos pertenecen o nosotros les pertenecemos.

Una mota de polvo En un rayo de luz Mi libertad Delante de tus deseos He cambiado de paĂs Para ganar su confianza. Mi libertad Has sido capaz de desarmar Todos mis hĂĄbitos Mi libertad TĂş que me hiciste amar Incluso la soledad

Estoy en ese punto de aburrimiento efímero. Nada consigue entretenerme ni desviar mis pensamientos. No paro de planear, pero sin llegar a término. Tras escribir estas reflexiones en mi diario de confinamiento surge la necesidad de acción, creación, como terapia de distracción y evasión de lo cotidiano del momento.

Contenida es una llamada a la reflexiรณn durante el confinamiento. Cรณmo nos mantenemos contenidos en pensamiento, sentimiento, libertad y movimiento en continentes estipulados que aceptamos sin dudar.

Pasé la cuarentena en Turín, donde resido. Lejos, como siempre. Pero en estos meses la distancia se volvió relativa, todos estábamos distantes. A todos nos faltaban los abrazos. En mi casa la melancolía se mezclaba con la esperanza y el miedo, pero también hubo una certeza. Tierra firme. Se descubría lo que de verdad era importante, las prioridades y los amores se reubicaron y decidimos quedarnos con aquello que mereciese llenarnos los días. Nacieron muchas obras, muy íntimas, que me ayudaron a metabolizar la situación, pero Vestida de Flores es especial. Este collage con una foto original de mi abuela es el simbolo de mis conclusiones, de balcón a balcón entendí que en mi vida quiero sonrisas y flores. Ella cumplía 90 años y yo le dediqué un abrazo de los míos, con amor, hilo y papel.

Abril

Difficult loves

El confinamiento se convirtiรณ en un nuevo territorio de experiencia. Desde dentro, desde el interior de la incertidumbre como fragilidad, se hizo necesario mantener una estructura luminosa para seguir floreciendo. Existimos en la naturaleza, en el estado de calma.

Los sentimientos encontrados de ser confinados, la incertidumbre del futuro, el aprendizaje que hay detrรกs de todo. Como desde una crisรกlida, de la contemplaciรณn de un tiempo mรกs lento, salimos y nos expandimos.

El collage en esos momentos de aislamiento me sirviรณ de refugio.

Ya no sé en qué día vivo ... bueno en realidad esto ya me pasaba antes de la cuarentena. Los días van pasando tranquilos y torpemente, Empiezo a sentir el ahogo de las paredes de la casa, el agotamiento, la necesidad de salir aunque solo sea pisar el asfalto. Escucho desde mi cama a los mirlos, las golondrinas, las palomas... hacia tanto que no cantaban tan alegres. No puedo dejar de pensar en si ellos notaran nuestra ausencia. Los imagino hablando sobre ello, felices porque ya no les ahogamos con la contaminación de nuestros coches. Quizás ellos son más libres y piensan solo en el presente?,Tendrán pensamientos?...divago largo rato sobre ello y cuando me quiero dar cuenta ya es medio día... Me levanto de un salto de la cama y me pongo en marcha agitada.. como si tuviera algo mas importante que hacer...

Salgo al sol para que el calor de sus rayos se peguen en mi piel, cierro los ojos y siento como mis pies se despegan del suelo, floto y me dejo llevar por el aire, que me balancea suavemente. Puedo sentir la tranquilidad de las nubes, el olor a aire limpio, con tonos de lavanda y limón( así es como me imaginaba que olían las nubes cuando era pequeña). Abro los ojos y me sorprendo en la orilla del mar, el agua fría toca mis dedos y me hacen cosquillas las pequeñas olas que vienen y van. De repente nace en mi un deseo imperioso de hablar otros lenguajes, de hablar a nivel de piel, de pronunciar otros sonidos, redondos, ondulantes... Siento como el tacto de mi cuerpo se agudiza, el calor del sol traspasa mi piel y empieza a quemar mi interior. Duele. De golpe vuelvo a la realidad, vuelvo a estar en Madrid, en el jardín de mi casa anhelando salir de aquí para coger fuerzas para continuar. Violeta. Madrid , 5 Abril 2020. Cuarentena.

Abrazo. Donde las palabras rompen nace de la soledad de mi habitaciรณn en un piso compartido de Madrid durante el confinamiento, de la necesidad de romper la cuarta pared en la que se convirtiรณ, de salir a la calle y abrazar. Tan solo eso.

Mientras los días se volvían difusos y oscuros, la incertidumbre ahogaba cualquier esperanza. Días mejores, días peores. Todo comienzo es el final de una espera.

Reencontrarnos para florecer. Derrumbe y luz, a pesar de todo.

Una de las cosas que menos me gustó de la carrera fue que muchas veces tuve que oír recomendaciones como, no te disperses, no toques muchas técnicas y céntrate en explorar una a fondo, ten un diálogo coherente en tu obra pero con cuidado no te vayas por las ramas. Si pintas dedicate a pintar. Ahora ya no pinto o no tanto, si le vengo a alguien a la cabeza será por el uso del papel en mi obra ( en la carrera también lo hacía, pero con cuidado porque me estaba especializando en pintura). Pues bien, no quiero que me recuerden como la que hacía siempre lo mismo y no cambiaba el sentido narrativo del papel, esa no. Esta pieza la hice en la Cuarentena a finales de marzo, encerrada y sin más planes que crear, como no podía salir, salí de mi zona de confort, de la seguridad y de la repetición. Buscando algo nuevo para crecer, para no seguir aquellos consejos de la facultad y aliviar así el encierro. No me puedo sentir más bien por ello, gracias también al libro de Matisse que afortunadamente empecé al revés y lo abrí por el final.

Los abrazos que no pudimos darnos

Como si fueran los ojos y las bocas de nuestras casas, en las que nos vimos confinados, nos permitían comunicarnos con otros, de los que debíamos mantenernos alejados. En cierto modo eran un alivio al aislamiento preventivo que nos mantenía a salvo, un remedio al remedio. Un alivio a la soledad y el aislamiento, y una manera de mantener el vínculo con el resto de la sociedad. Mirar un mundo vacío y paralizado desde la ventana era una nueva manera de contemplarlo. Desde la quietud y la soledad se veía de un modo diferente, a veces más cercano y otras extraño. Pero desde la ventana siempre podíamos sentirnos a salvo para mirarnos desde lejos. Como ojos que miraran a otros ojos escudriñando en los pensamientos ajenos las ventanas mostraban nuestra intimidad y nos permitían vislumbrar otras vidas.

Durante mi encierro en Bélgica, los vecinos decidieron poner una canción cada noche por turno y encontrarnos en nuestros balcones para bailar. Esos momentos de ternura que compartimos ayudaron a sobrepasar esos tiempos de incertidumbre y miedo. Así que empecé a imaginarlos, a imaginar su interior, su vida cotidiana por medio del collage y me encontré con varios personajes de vecinos imaginarios que vivían dentro de mi. Este collage hace parte de mi serie de cuarentena Rear Window. Entre la ciudad y la naturaleza, entre el día y la noche, en la quietud del hogar, esta pareja de viejecitos parisinos se reúne para tomar el té. Una pareja feliz y pacífica, como el arroyo.

La vida como viaje, el viaje como metรกfora del recorrido de la existencia humana y ambos como transformaciรณn.

Y eso fue para mí el confinamiento, un periplo transformador, un proceso de recolocación del yo, búsqueda, cambio y respiro, a pesar de todo.

La frustraciรณn que genera el sentir, por un instante y de forma clara. Que nada es para siempre

Esa nostalgia de mirar al cielo y observar las aves volando en bandada, todas coordinadas, volando en V, ahorrando energía y facilitando el vuelo. Esa agrupación vital para entender cómo funcionan muchos aspectos de nuestra vida.

It was as if my lungs did not fit inside my chest. I felt an urge to open my thorax to make some space. The world seemed not to hold enough air for me to breathe. My body suddenly became a biological weapon, a contagious device that would harm others around me. On my mobile phone I could constantly see the curve of the epidemic - and now I was part of it. Pushing my limits beyond my lungs, I am looking for a positive cure, unleashing the art from inside, bit by bit I can breathe in more deeply. I saw the Coronavirus as a goddess,a force of the single mother nature, inevitable, like a storm, teaching us the true value of life.

¿Qué somos nosotros enfrente o en medio de una pandemia, o qué relación tiene esto en presencia de nuestras vidas?

Mi obra representa efectivamente eso; un modo de reflexión y reposo en medio de algo extrínseco. Una reflexión a los tumbos de la vida, como un combinado de decisiones propias y externas que van moviéndose como un círculo concéntrico en forma de patrón fractal. Un sujeto que se apoya, que descansa, analiza, desespera o que asume que es un buen momento para comprender procesos; analizar los escenarios desde la autoconciencia por un camino reflexivo y llegar a una visión completa.

Volví cerca del mar, a casa donde no pasaba tantos meses desde hacía años _udaipur cogí las revistas que ojeaba en 2007 y ahí encontré la foto extremadamente pequeña en esas típicas secciones que mezclan temas una tarde de cuarentena la pasé buscándola en internet —la única información que tenía: Udaipur encontré similares en el mismo lugar, pero sin hype alguno ni el equipo más especializado en stalkeo daría con ella así que la escaneé, dudé si iba a dar la resolución y aquí está. Un collage digital con eso en donde quería sumergirme, flotar y no pensar: —menos mal que no la encontré —seguro que no hubiera sido lo mismo estoy cerca del mar, en casa

Así que, sí, espero que sí, que definitivamente: Algo (bueno) va a pasar.

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Todas las obras mostradas en este fanzine fueron seleccionadas de la convocatoria hecha por godArt Lab y cuenta con el persmiso de divulgaciรณn de las mismas. Cada obra pertenece a su autor y tienen todos los derechos reservados, si desea saber mรกs o se interesa por alguna, contacte con el artista.

Imagen de la portada por: @annitaklimt Maquetaciรณn por: @irrads