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8. Obras de teatro Infantil
Página 33 trabajo bien hecho dio un gran resultado. Feliz, comprobó cómo nacieron unas plantitas que se convirtieron en espigas repletas de semillas. ¡La gallina estaba tan contenta!… Buscó a sus amigos e hizo una reunión de urgencia. – Queridos amigos… Mi semilla es ahora una preciosa planta. Debo segarla para recoger el fruto ¿Me ayudáis? – Yo no – dijo el pato. – Yo no – dijo el gato. – Yo no – dijo el perro. – En fin… Si no queréis echarme una mano, tendré que hacerlo yo solita. La pobre Marcelina se armó de paciencia y se puso manos a la obra. La tarea de segar era muy dura para una gallina tan pequeña como ella, pero con tesón consiguió su objetivo y cortó una a una todas las espigas. Agotada y sudorosa recorrió la granja para reunir de nuevo a sus amigos. – Chicos… Ya he segado y ahora tengo que separar el grano de la paja. Es un trabajo complicado y me gustaría contar con vosotros para terminarlo cuanto antes ¿Quién de vosotros me ayudará? – Yo no – dijo el pato. – Yo no – dijo el gato. – Yo no – dijo el perro. – ¡Vale, vale! Yo me encargo de todo. ¡La gallina no se lo podía creer! ¡Nadie quería echarle una mano! Se sentó y con su piquito, separó con mucho esmero los granos de trigo de la planta. Cuando terminó era tan tarde que sólo pudo dormir unos minutos antes del canto del gallo. Durante el desayuno los ojillos se le cerraban y casi no tenía fuerzas para hablar. Era tanto su agotamiento que apenas sentía hambre. Además, estaba enfadada por la actitud de sus amigos, pero aun así decidió intentarlo una vez más. – Ya he sembrado, segado y trillado. Ahora necesito que me ayudéis a llevar los granos de trigo al molino para hacer harina ¿Quién se viene conmigo? – Yo no – dijo el pato. – Yo no – dijo el gato. – Yo no – dijo el perro. – ¡Muy bien! Yo llevaré los sacos de trigo al molino y me encargaré de todo. ¡La gallina estaba harta! Nunca les pedía favores y, para un día que necesitaba su colaboración, escurrían el bulto. Se sentía traicionada. Suspiró hondo y dedicó el día entero a transportar y moler el trigo, con el que elaboró una finísima harina blanca. Al día siguiente se levantó más animada. El trabajo duro ya había pasado y ahora tocaba la parte más divertida y apetecible. Con harina, agua y sal hizo una masa y elaboró deliciosas barras de pan. El maravilloso olor a hogazas calientes se extendió por toda la granja. Cómo no, los primeros en seguir el rastro fueron sus
Página 34 supuestos tres mejores amigos, que corrieron en su busca con la esperanza de zamparse un buen trozo. En cuanto les vio aparecer, la gallinita roja les miró fijamente y con voz suave les preguntó: – ¿Quién quiere probar este apetitoso pan? – ¡Yo sí! – dijo el pato. – ¡Yo sí! – dijo el gato. – ¡Yo sí! – dijo el perro. La gallina miró a sus amigos y les gritó. – ¡Pues os quedáis con las ganas! No pienso compartir ni un pedazo con vosotros. Los buenos amigos están para lo bueno y para lo malo. Si no supisteis estar a mi lado cuando os necesité, ahora tenéis que asumir las consecuencias. Ya podéis largaros porque este pan será sólo para mí. El pato, el gato y el perro se alejaron cabizbajos mientras la gallina daba buena cuenta del riquísimo pan recién horneado. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
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Mateo no Quiere Ponerse Los Calcetines

Esta obra de teatro corta cuenta la historia de un niño pequeño llamado Mateo quien aprendió a ponerse los calcetines él solito cuando apenas era un bebé. Resulta que nuestro amigo Mateo era muy perezoso y también muy ingenioso, así que, como nunca le apetecía ponerse sus calcetines, le hizo creer a sus papás que se le había olvidado cómo hacerlo. ¿Qué creéis que pasará? ¡Vamos a descubrirlo!
- Personajes: Mateo, su mamá y su papá. - Lugar en el que transcurre la acción: una casa.
Se abre el telón. Se ve a Mateo en su habitación justo antes de tener que salir a la escuela. Se le ve hablando él solo.
Mateo: ¡Qué pereza! No tengo ganas de ponerme los calcetines, ni los zapatos... (Da vueltas de un lado para otro de la habitación pensativo). ¡Ya sé lo que puedo hacer! Les haré a creer a mamá y papá que no sé ponerme solo los calcetines ni los zapatos. (Coge su calzado y va a la cocina donde están sus padres haciendo el desayuno).
Papá: Hola, hijo, ¿aún no te has vestido?
Mateo: Es que me cuesta mucho ponerme los calcetines.
Mamá: ¿Lo has intentado? Si antes sí sabías hacerlo.
Mateo: (Pone cara triste) Es que me cuesta mucho.
Papá: No pasa nada yo lo haré por ti.
Mateo: (Pone cara feliz pues ha logrado su objetivo).
En la siguiente escena, Mateo está en casa de un amigo. Para poder jugar sobre la alfombra ha de ponerse unos calcetines de andar por casa.
Mateo: (coge los calcetines y se los pone) ¡Ya estoy listo! Vamos a jugar.
Mamá: (pone cara de 'te he pillado') ¿No decías que no sabías ponerte tu calzado?
Mateo: (Se ruboriza pues han descubierto su mentira) Lo siento, no debí mentir, es que hay veces que me da pereza hacer las cosas.
Mamá: Lo sabemos, pero has de ser responsable de tus cosas y solo pedir ayuda cuando en verdad lo necesitas. (Le da un beso a su hijo y este se va a jugar con su amigo)
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El Traje Nuevo Del Emperador

Descripción de la obra: Un rico emperador se quiere hacer un traje nuevo y va en busca de telas finas y lujosas. No imagina que será engañado de la forma más ridícula. Personajes: Emperador, Guardias, Vendedor, Sastre, Plebeyos, Niño. (Pueden ser varios guardias y plebeyos. Por eso la obra puede ser representada por más de 8 niños)
- PRIMER ACTO:
El emperador pasea por el mercado del pueblo con sus dos guardias (pueden ser más). Viste una larga túnica de seda. De repente, se detiene ante uno de los puestos de telas del mercado.
Emperador: Hum… ninguno de estos tejidos me convence para hacerme mi nuevo traje. ¿Qué piensan ustedes, guardias?
(Los guardias se miran, confundidos).
Guardia 1: Bueno Majestad, nosotros no sabemos mucho de moda.
Guardia 2: Eso es, Majestad. No sabemos de moda.
Emperador: Bah, ¡No sé para qué me molesto en preguntar!
En ese momento, un vendedor se acerca al rey. Hace como que sostiene una tela entre las manos (aunque en realidad no lleva nada).
Vendedor: Su Majestad, ¿está buscando una tela excepcional? Permítame que le muestre este fabuloso tejido.
Página 39 Emperador: ¡Pero si ahí no hay nada!
Vendedor: La verdad es que es una tela tan fina, que solo las personas más inteligentes pueden verla.
Emperador (avergonzado): ¡Ah!, claro, claro… ¡ahora lo veo! No sé cómo no vi antes. Ciertamente es un tejido muy fino, ¡qué maravilla! ¡Y qué colores tan preciosos! Definitivamente: ¡Me lo llevo!
El emperador le da al vendedor una bolsita con monedas y éste se aleja, sonriendo con malicia, mientras el emperador finge tomar la tela con sus manos.
- SEGUNDO ACTO:
El sastre real se encuentra en su taller, cosiendo unos pantalones, cuando de pronto entra el emperador, sosteniendo en sus manos la tela imaginaria.
Emperador: ¡Señor sastre! Le traigo un nuevo encargo: he traído una tela excepcional para que me haga un nuevo traje con el que voy a desfilar por el reino. ¡Todos me admirarán!
Sastre: Pero Majestad… pero si ahí no hay nada... Emperador: Ya me imaginaba que no serías capaz de ver nada, pues es una tela que solo son capaces de ver los más inteligentes. Ya puede darse prisa en hacer el traje nuevo o le mandaré a prisión.
El emperador deja el tejido imaginario sobre una silla y el sastre entonces, sorprendido y nervioso, hace como que lo agarra para ponerse a trabajar.
Sastre: ¡El emperador debe haber perdido la cabeza! Pero más vale seguirle la corriente...
- TERCER ACTO:
Varios plebeyos pasean por las calles del reino. Algunos, haciendo sus labores, cuando de pronto los guardias del emperador anuncian su llegada.
Guardia 1: ¡Dejen libre el camino! Que viene Su Majestad, el Emperador.
Guardia 2: Hagan una reverencia, pues él lleva puesto su nuevo traje. ¡Que nadie se atreva a decir una sola palabra!
Las personas despejan la calle y por un lado del escenario, aparece el Emperador muy orgullosos, vistiendo solo su cetro, su capa, su corona y en calzoncillos. Sus plebeyos se miran confusos. Muchos intentan aguantar la risa.
Emperador: ¡Admiren mi nuevo traje! ¿No les parece lo más maravilloso que han visto nunca? ¡Solo los ojos de los que son de verdad inteligentes, serán capaces de ver la textura y los colores de esta rarísima seda!
La gente comienza entonces a murmurar. Temen quedar como tontos, así que prefieren asentir y dar la razón al Emperador. Pero de pronto, un niño suelta una carcajada.
Niño: ¡Ja, ja jaaa! ¡Pero si no lleva ningún traje! ¡Le han estafado en el mercado!
El emperador, entonces, entiende la verdad, se ruboriza y sale corriendo de escena al darse cuenta de su error, seguido de cerca por sus guardias.
Moraleja: No creas todo lo que te digan. Aprende a desconfiar y a detectar las mentiras, aunque parezcan reales y estén apoyadas por la mayoría.
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CONCLUSIÓN
A través de la realización de la presente revista digital se puedo apreciar como los diferentes tipos de actividades influyen de manera positiva sobre los niños y niñas.
Por ejemplo, la música ayuda a ejercitar los procesos de memorización a través del aprendizaje constante de canciones cortas que despiertan cierto interés en los pequeños.
Los trabalenguas permiten al niño desarrollar su nivel de maduración para tener mejor dicción, que a futuro sean unos buenos lectores.
Las adivinanzas ayudan al desarrollo intelectual criticó de lo más pequeños, ya que tienen que escuchar con atención el enunciado de las mismas, comprender el lenguaje, y asociar ideas para poder identificar la respuesta correcta.
Las retahílas ayudan a la fluidez verbal, la atención y la memoria. Con repeticiones, la armonía y las rimas se logra entretener a los niños, que de manera inconsciente practican el lenguaje.
Los cuentos infantiles estimulan la imaginación y la creatividad, desarrollan habilidades lingüísticas, favorecen la memoria.
Las obras de teatro infantiles le ayudan en la memoria, reteniendo diálogos y mejorar su dicción, aumenta su autoestima, aprender a respetar y convivir en grupo, conocerán y controlarán sus emociones.
Por estos beneficios y muchos más es importante la constante estimulación en los niños pequeños utilizando todos estos medios disponibles a nuestro alcance.
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