Cómo dirigir una bodega

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Entorno competitivo y marco legal

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riable en función de las ayudas que se reciban, se destina, como ya se ha mencionado, a la elaboración de alcohol de uso de boca. España es el principal país elaborador de este tipo de alcoholes vínicos y dispone de una extraordinaria estructura de elaboración, tanto para el encabezado de nuestros vinos de licor, como para la elaboración de brandies y la exportación a otros países. Mucha menor importancia, aunque creciendo, tienen en el balance los 1,3/1,8 millones de hectolitros que se destinan a otros usos industriales, como la elaboración de vinagres. Aparte de ello, una pequeña cantidad se pierden durante la elaboración y se consideran mermas. XXEntre

los factores principales de consumo, el consumo de vino dentro de España ha venido cayendo de forma muy preocupante desde que se dispone de datos estadísticos. En los veinte años transcurridos desde 1987 al 2008, las estimaciones apuntan a una pérdida del 30%, desde los 18 millones de hectolitros de entonces a los poco más de doce millones de los últimos años.

XXEl

otro gran componente de la demanda de vino español, y creciendo en los últimos años de forma muy importante, es la exportación. Según los mismos datos del balance, la exportación española de vino pasó desde los poco más de cuatro millones de hectolitros en 1987-88 a superar los 10 millones en 1998 y los 16 millones de hectolitros en 2008. Ya en la campaña 2005-06, la exportación española de vino superó al consumo interior, convirtiendo a España en un país netamente exportador en términos de volumen.

XXEntre

los vinos disponibles, sumados el stock inicial y la producción nueva e importaciones, y los usos principales a los que se destinan (mosto, alcohol, usos industriales, consumo interior y exportaciones), al final vienen a quedar disponibles en stock para la campaña siguiente los mencionados 32 / 33 millones de hectolitros; un poco más si los usos han estado por debajo de las producciones; un poco menos si la demanda ha superado a la oferta.

XXLa

comercialización de este vino tanto en España como en el extranjero, corre a cargo de unas 4.200 bodegas y más de 700 cooperativas vitivinícolas. Éstas últimas, aunque muy importantes en la producción y elaboración del vino, apenas comercializan un 10% del total del vino. De entre las bodegas, la inmensa mayoría son empresas muy pequeñas: un 86% de ellas con menos de diez empleados, incluyendo un gran número de autónomos que prácticamente elaboran su propia uva. Calcúlese que, si la facturación estimada del vino español es de unos 5.600 millones de euros y, entre bodegas privadas y cooperativas, hablamos de unas 5.000 empresas, la media teórica de facturación por comercializador superaría ligeramente el millón de euros. Y, sin embargo, poco a poco se van consolidando en España algunos grupos bodegueros de tamaño medio o medio-grande (nunca grandes multinacionales de tamaño internacional) que hacen que, si bien se puede seguir hablando de gran atomización del sector en cuanto a número de empresas, en realidad se va hacia una mayor concentración de ventas.


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