La última reina ptolemaica de Egipto Cleopatra VII.

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Cleopatra VII

Cleopatra VII (que vivió en torno a 69-30 AEC y reinó en torno a 51-30 AEC) fue la última gobernante de Egipto antes de que fuera anexionado como una provincia de Roma. Aunque es probablemente la reina egipcia más conocida, de hecho Cleopatra era griega y era miembro de la dinastía Ptolemaica (323-30 AEC) que gobernó Egipto tras la muerte de Alejandro Magno (356-323 AEC). Cleopatra es probablemente más conocida por su aventura amorosa con el general romano y hombre de estado Marco Antonio (83-30 AEC) además de su anterior aventura amorosa con Julio César (100-44 AEC); sin embargo, fue una reina poderosa antes de interactuar con cualquiera de los dos y una monarca mucho más fuerte que cualquier otro de la dinastía Ptolemaica tardía. Cleopatra hablaba varios idiomas, se dice que era muy encantadora y era una diplomática y administradora efectiva. Su relación tanto con César como con Marco Antonio llegó después de que ella ya hubiera gobernado con éxito y hubiera liderado a Egipto en una época tumultuosa. Su relación con Antonio la puso en conflicto directo con César Octaviano (más adelante conocido como César Augusto, que reinó de 27 AEC a 14 EC), que era el cuñado de Antonio. Octaviano derrotaría a Cleopatra y Antonio en la Batalla de Accio en 31 AEC, poniendo fin así al reinado de ella. Después tanto Cleopatra como Antonio se suicidarían en el año siguiente y Octaviano fundaría el imperio romano y relegaría a Cleopatra a un capítulo menor del pasado de Roma. La experta Stacy Schiff comenta:

La reescritura de la historia comenzó casi inmediatamente. Marco Antonio no solo desapareció del registro [oficial], sino que Accio se convirtió asombrosamente en una gran batalla, una importante victoria, un punto de inflexión histórico. Pasó de ser un final a convertirse en un principio. Augusto había rescatado al país de un gran peligro. (297)

Los historiadores romanos se aprovecharon del concepto de la seductora mujer del este que había amenazado a Roma y pagó por ello. Por desgracia, la imagen de Cleopatra ha seguido siendo la misma durante siglos, y solo ha sido en el último siglo cuando ha habido intentos por parte de expertos de representarla de manera más realista y favorecedora.

Juventud y sucesión

En junio de 323 AEC, Alejandro Magno murió y su vasto imperio se dividió entre sus generales. Uno de estos generales fue Ptolomeo Soter (323-282 AEC), un compatriota macedonio, que fundaría la dinastía Ptolemaica en el antiguo Egipto. La línea ptolemaica, de etnia griego-macedonia, continuaría gobernando Egipto hasta la muerte de Cleopatra VII en 30 AEC, cuando el país fue tomado por Roma. Ptolomeo I, Ptolomeo II (r. 285-246 AEC), y Ptolomeo III (r. 246-222 AC) gobernaron Egipto bien, pero los subsecuentes sucesores gobernaron mal hasta que Cleopatra llegó al trono. De hecho, las dificultades que tuvo que superar eran principalmente el legado de sus predecesores.

26-3-2024

Juventud y sucesión

En junio de 323 AEC, Alejandro Magno murió y su vasto imperio se dividió entre sus generales. Uno de estos generales fue Ptolomeo Soter (323-282 AEC), un compatriota macedonio, que fundaría la dinastía Ptolemaica en el antiguo Egipto. La línea ptolemaica, de etnia griego-macedonia, continuaría gobernando Egipto hasta la muerte de Cleopatra VII en 30 AEC, cuando el país fue tomado por Roma. Ptolomeo I, Ptolomeo II (r. 285-246 AEC), y Ptolomeo III (r. 246-222 AC) gobernaron Egipto bien, pero los subsecuentes sucesores gobernaron mal hasta que Cleopatra llegó al trono. De hecho, las dificultades que tuvo que superar eran principalmente el legado de sus predecesores.

Cleopatra VII Filopator nació en 69 AEC y gobernó junto a su padre, Ptolomeo XII Auletes. Cuando tenía 18 años su padre murió, dejándole a ella el trono. Debido a que la tradición egipcia decía que una mujer necesitaba un consorte masculino para reinar, la casaron ceremonialmente con su hermano de doce años, Ptolomeo XIII. Sin embargo, Cleopatra no tardó en eliminar su nombre de todos los documentos oficiales y gobernar sola.

Los Ptolomeos, insistiendo en la superioridad griego-macedonia, habían gobernado Egipto durante siglos sin siquiera aprender el lenguaje egipcio o aceptar sus costumbres. Sin embargo, Cleopatra hablaba egipcio, era elocuente en su nativo griego, y también dominaba otras lenguas. Gracias a esto se podía comunicar fácilmente con los diplomáticos de otros países sin necesidad de un traductor y, poco después de asumir el trono, sin molestarse en escuchar los consejos de sus asesores en asuntos de estado. Schiff señala como "Cleopatra tenía el don de los idiomas y navegaba con facilidad de uno a otro" (160). Plutarco, en cuyas obras se basa Schiff, escribe:

Era un placer oír el sonido de su voz, con la que, cual instrumento de muchas cuerdas, podía pasar de un idioma a otro, de modo que había pocas naciones bárbaras a las que contestara mediante intérprete.

Su costumbre de tomar decisiones y actuar en consecuencia sin seguir el consejo de los miembros de la corte molestó a algunos de los funcionarios de altos cargos. Un ejemplo de esto es cuando unos tenientes mercenarios romanos empleados por la corona Ptolemaica asesinaron a los hijos del gobernador romano de Siria para evitar que le pidieran ayuda. Ella arrestó inmediatamente a los tenientes responsables y se los entregó al padre agraviado para que los castigara.

A pesar de sus muchos logros, su corte no estaba contenta con su actitud independiente. En 48 AEC su principal consejero, Potino, junto con otro, Teódoto de Quíos, y el general Aquilas, la derrocaron y pusieron a su hermano Ptolomeo XIII en el trono al creer que sería más fácil de controlar que su hermana. Cleopatra y su hermanastra, Arsinoe, huyeron a la Tebaida por seguridad.

CLEOPATRA

Y CÉSAR PARECIERON TENER UNA AFINIDAD INSTANTÁNEA EL UNO POR LA OTRA.

Pompeyo, César y la llegada de Roma

En torno a esta misma época, el general y político romano Pompeyo el Grande fue derrotado por Julio César en la batalla de Farsalia. Pompeyo era el guardián de estado de los hijos más pequeños de Ptolomeo y durante sus campañas había pasado bastante tiempo en Egipto. Creyendo que sería recibido por amigos, Pompeyo huyó de Farsalia a Egipto, pero en vez de encontrar santuario fue asesinado bajo la mirada de Ptolomeo XIII al llegar a la costa de Alejandría.

El ejército de César era inferior en número al de Pompeyo, y se creía que la increíble victoria de César significaba que los dioses lo favorecían a él por encima de Pompeyo. Más aún, para el consejero de Ptolomeo XIII, Potino, parecía tener más sentido poner al joven rey de parte del futuro de Roma que del pasado.

A la llegada a Egipto con sus legiones, en busca de Pompeyo, César supuestamente se indignó al saber que Pompeyo había sido asesinado, declaró la ley marcial y se instaló en el palacio real. Ptolomeo XIII huyó a Pelusio con su corte. Sin embargo, César no iba a dejar que el joven gobernante se le escapara para fomentar problemas e hizo que lo llevaran de vuelta a Alejandría.

Cleopatra seguía en el exilio y sabía que no había manera de que pudiera entrar sin más en palacio sin que la detuvieran. Reconociendo que César era su oportunidad de recuperar el poder, se dice que se hizo enrollar en una alfombra, en apariencia un regalo para el general romano, e hizo que la llevaran a través de las líneas enemigas.

Parece que ella y César sintieron una afinidad instantánea el uno por la otra y, para la mañana siguiente cuando Ptolomeo XIII llegó para reunirse con César, este y Cleopatra ya eran amantes. El joven faraón montó en cólera.

LOS ESCRITORES DE LA ANTIGÜEDAD

ALABAN UNÁNIMEMENTE LA INTELIGENCIA Y EL ENCANTO DE CLEOPATRA MÁS QUE SUS CUALIDADES FÍSICAS.

Cleopatra y Julio César

Ptolomeo XIII recurrió a su general Aquilas para que lo apoyara y estalló la guerra en Alejandría entre las legiones de César y el ejército egipcio. César y Cleopatra se vieron asediados en el palacio real durante seis meses hasta que los refuerzos romanos pudieron llegar y romper las filas egipcias. Fue en ese momento, según algunos historiadores, cuando la biblioteca de Alejandría se quemó accidentalmente, aunque esta afirmación se ha discutido.

Sin embargo, antes de la victoria romana sobre Ptolomeo XIII, Arsinoe, la hermanastra de Cleopatra, que había regresado con ella, había huido al campamento de Aquilas y se había hecho proclamar reina en lugar de Cleopatra.

Ptolomeo XIII se ahogó en el Nilo intentando escapar tras una batalla y los demás líderes del golpe contra Cleopatra murieron en la batalla o poco después. Arsinoe fue capturada y enviada a Roma en la derrota, pero César le perdonó la vida y la exilió a una vida en el templo de Artemisa en Éfeso, donde permanecería hasta 41 AEC cuando, a petición de Cleopatra, Marco Antonio la mandó ejecutar.

Cleopatra viajó por Egipto con César con gran estilo y fue aclamada por sus súbditos como faraón. Dio a luz a un hijo, Ptolomeo César, conocido como Cesarión, en junio de 47 AEC y lo proclamó su heredero. El propio César estaba contento con que Cleopatra gobernara Egipto, ya que ambos encontraron en el otro el mismo tipo de inteligencia y estratagema, lo que los unió con un respeto mutuo.

En 46 AEC César regresó a Roma y poco después se llevó a Cleopatra, a su hijo, y todo su séquito a vivir allí. Reconoció abiertamente a Cesarión como su hijo, aunque no como su heredero, y a Cleopatra como su consorte. Como para entonces César ya estaba casado con Calpurnia, y las leyes romanas contra la bigamia se seguían a rajatabla, muchos miembros del Senado, así como el pueblo, se indignaron por las acciones de César.

La guerra civil romana y la muerte de Cleopatra

Durante estos años, la relación de Antonio con Octaviano se iría deteriorando sin remisión. Octaviano estaba indignado por el comportamiento de Antonio y, especialmente, por la falta de respeto que había mostrado tanto a su hermana como a él mismo. Lo reprendió repetidamente y, por lo menos en una ocasión, Antonio respondió directamente. En 33 AEC, Antonio le devolvió una carta a Octaviano:

¿Qué es lo que te ha molestado? ¿Porque me voy a la cama con Cleopatra? Pero ella es mi mujer, y lo he estado haciendo durante nueve años, no solo recientemente. Y en cualquier caso, ¿es tu mujer tu único placer? Me imagino que habrás logrado, para cuando leas esto, meterte en la cama con Tertulla, Terentilla, Rufilla, Salvia Titisenia, o todas ellas. ¿Realmente importa dónde, o con qué mujer, se excita uno? (Lewis. 133)

Octaviano no apreció esta respuesta, ni ninguno de los otros abusos que Antonio hizo de la política, la cortesía o la decencia, y su relación personal y profesional degeneró hasta el punto de estallar en una guerra civil. Tras varios encuentros que casi siempre favorecieron a Octaviano, las fuerzas de Cleopatra y Antonio fueron derrotadas por las de Octaviano en la Batalla de Accio en el 31 AEC, y un año más tarde, ambos se habían suicidado. Antonio, tras oír, las noticias falsas de la muerte de Cleopatra, se apuñaló. Demasiado tarde supo que todavía estaba viva y Octaviano permitió que lo llevaran junto a la reina, donde murió en sus brazos.

Después Octaviano exigió una audiencia con la reina donde le presentaron sin miramientos las condiciones de su derrota. Estos términos no eran para nada favorables y Cleopatra entendió que se la llevarían cautiva a Roma para adornar el triunfo de Octaviano. Al darse cuenta de que no podría manipular a Octaviano como había hecho con César y Antonio, Cleopatra pidió tiempo para prepararse, una petición que le fue concedida.

Entonces, se dejó envenenar mediante una mordedura de serpiente (tradicionalmente un áspid, aunque la mayoría de los estudiosos hoy en día creen que fue una cobra egipcia). Octaviano hizo que asesinaran a su hijo Cesarión y que los hijos que había tenido con Antonio fueran llevados a Roma donde los crio Octavia; y así fue como acabó la dinastía Ptolemaica de gobernantes egipcios.

Aunque tradicionalmente se la considera una mujer de gran belleza, los escritores de la antigüedad alaban unánimemente su inteligencia y encanto más que sus atributos físicos. Plutarco escribe:

Su propia belleza, nos dicen, no era de ese tipo incomparable que cautiva inmediatamente al espectador. Pero su encanto y su presencia eran irresistibles y había una atracción en torno a su persona y en su conversación que, junto con una fuerza peculiar del carácter en cada palabra y acción, ponían a todo aquel que se asociara con ella bajo su hechizo. (Vidas, Antonio y Cleopatra, Capítulo 8)

Cleopatra ha seguido creando ese mismo hechizo a lo largo de los siglos desde su muerte, y sigue siendo la reina más famosa del antiguo Egipto. Se han hecho películas, libros, programas de televisión y obras de teatro sobre su vida y se la ha representado en obras de arte de todos los siglos hasta la actualidad. Aun así, como señala Schiff, se la recuerda casi universalmente como la mujer que sedujo a dos poderosos hombres en vez de por lo que logró antes de conocer a cualquiera de ellos. Schiff escribe: Lo personal supera inevitablemente a lo político y lo erótico supera a todo lo demás: recordaremos que Cleopatra se acostó con Julio César y Marco Antonio mucho después de haber olvidado lo que logró hacer con ello, que mantuvo un imperio enorme, rico y densamente poblado durante su turbulento ocaso, en nombre de una dinastía orgullosa y culta. Sigue estando presente por haber seducido a dos de los hombres más grandes de su época, mientras que su crimen fue inmiscuirse en las mismas relaciones maritales "arteras y sospechosas" de las que disfrutaban todos los hombres en el poder. (299)

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