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Reivindicar los nuevos comienzos
Por Marina Aurelia Macías Pineda
Siempre he apuntado más alto. En mis sueños, metas y caminos he optado por poner la pauta un poco más alta de lo que siento que soy capaz. Si fallo, me da la seguridad de que al menos tuve unos pequeños logros que si bien no alcanzaron el éxito, me acercaron a él. El inicio del año, aunque aún en invierno, se siente el cambio de temporada, tal vez no estacional, pero sí de nuestro interior. Con un espíritu renovado apuntamos a las estrellas, y en mi caso, me dirijo a hacer listas, anotar hábitos e intenciones Pongo una regla muy marcada y estricta. La misma frase se repite como un eco cada lunes que llega, “hoy empiezo”. Comenzamos con tropiezos, confusión y algo aturdidos del cambio, pero aprovechamos ese impulso que viene del deseo genuino de empezar, crear y crecer Pero un juego con sombras y engaños inicia de manera desapercibida, empezamos a contar puntos. Un punto por ir al gimnasio, un punto por comer esa verdura, un punto por dormir temprano. Nuestras acciones se comienzan a ver como dígitos en un marcador en el juego de la vida. Y si un día ese marcador se detiene, o incluso empieza a perder puntos: no fui al ejercicio, no fui a esa conferencia, no seguí ese nuevo hábito. En las reglas de este juego vicioso siempre tiendes a perder, ¿cómo puedes ganar en algo que reduce tu camino, tumultuoso y único, en un marcador de puntos?
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Por mejor intencionadas que estén esas encrucijadas, la rigidez en la que nos insertamos hace que cualquier imprevisto y natural espontaneidad de la vida, en vez de doblar un poco el camino recorrido, lo quiebre completamente. Parte del progreso y desarrollo que buscamos en nuestros nuevos hábitos proviene de integrar el ritmo natural de la vida, y en lo que podemos, mejorar poco a poco, de acuerdo a nuestras necesidades y deseos.
De acuerdo al filósofo y sociólogo Gilles Lipovetsky, el ser hipermoderno, aquel que vive de la cultura del instante, de excesos, de extremos. Se ve caracterizada por ser hiperrápido, hiperespecializado, hiperinteligente, etc. Lipovetsky expone cómo vivimos asfixiados por buscar resultados inmediatos y sumergidos en un sentido de urgencia permanente En sus palabras encuentro reconocidas emociones similares a aquellas que me invaden al intentar un nuevo hábito, rutina o actividad. Una urgencia por el cambio. Pero esa urgencia se erosiona y desiste con el tiempo Es aquí que te invito a un ejercicio de paciencia hacia tus resultados, cultivar la autocompasión para así ser generoso con tu tiempo y cultivar el cambio que buscas. Aunque dudo que exista alguna fórmula para garantizar un “cambio de vida” puedo compartirte ciertos conceptos que te permitirán tener un camino nutritivo en vez de hostil hacia ti y tu proceso. No se trata de negar los fallos y lapsos de compromiso, se trata de evitar soluciones superficiales y cuidadosamente profundizar en actividades que respondan a tu propósito. La generosidad, flexibilidad y paciencia son los conceptos que acompañados de un ejercicio de autocompasión tienen el potencial de hacer tu proceso de cambio más amable y atento hacia TI.





