Carnaval 2016. La Revista

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Carnaval 2016 PORTADA: Nano Barrena, de 2pescados Diseño Gráfico. EDITA: Asociación Achikitú/Asociación Torre Isunza. PATROCINA: Concejalía de Festejos del Ilmo. Ayuntamiento de Don Benito. MAQUETACIÓN: Daniel Cortés González. IMPRIME: Copistería Los Abetos C/ Abeto 65 , Don Benito (Badajoz) DEPÓSITO LEGAL: BA-000018-2016 E-mail de contacto: achikitu@gmail.com / asociaciontorreisunza@gmail.com Agradecemos la colaboración de todas aquellas personas y entidades que han hecho posible la publicación un año más de esta revista de carnaval. Los artículos han sido incluidos en la presente revista por orden de recepción. Tirada de 1000 ejemplares

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INDICE Saluda del Sr. Alcalde de Don Benito  D. José Luis Quintana Álvarez

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Saluda del Sr. Concejal de Festejos  D. Francisco Javier MartínRomo Capilla

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Carteles de los Carnavales en Don Benito

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Fotografías del Desfile de Carnaval 2015

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Programa de Carnaval 2016

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Carnaval  Nada Adan

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Prótesis de Carnaval, 22 años después  Sebastián de la Peña Martín

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Toma, toma y toma “Tanguillo de Extremadura”  Felipe Gértru- 23 dix Lara Carnavales, también en Don Benito  Agustín Aparicio Cerrato

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Carnaval de Barranquilla  Antonio María Flórez Rodríguez

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Aquellas máscaras de los años 50 del pasado siglo XX  Andrés Retamal Ojeda

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Diez años de Carnaval en Don Benito (1984-1994)  Daniel Cortés 34 González Actuación de Protección Civil ante un evento multitudinario por las calles de nuestra localidad  José María Rodríguez Miranda

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Reina del Carnaval de Don Benito 1993  Ana Pavo Bañuls

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Carnaval y mis recuerdos carnavaleros  Ángel Valadés Gómez

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Galería de Pregoneros del Carnaval de Don Benito

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Historia de la Comparsa Achikitú 2016  Ángel Sánchez Sánchez

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Saluda del Sr. Alcalde de Don Benito D. José Luis Quintana Álvarez Los Carnavales fueron una de las mejores fiestas que ha tenido nuestra localidad y que poco a poco fue desapareciendo. Colores, música, diversión, complicidad entre niños, jóvenes y adultos, un espíritu de ilusión y colores que fue desvaneciéndose hasta hoy. Dentro de unos días volveremos a revivir ese espíritu carnavalesco que hace tiempo no veíamos, y que desde hace cinco años la Asociación Juvenil Achikitú lucha por ello. Achikitú ha sido la responsable de hacernos viajar en el tiempo y recordarnos la época dorada de nuestros carnavales. Hemos podido ver nuestra Avenida de la Constitución. convertida en sambódromo. llena de gente deseosa de la fiesta del carnaval, disfrutando vestidos con sus disfraces, bailando y riendo; por todo esto, creo que desde el Ayuntamiento de Don Benito debemos apoyar nuestros carnavales, así como también a todas aquellas personas que quieran promover y disfrutar de esta fiesta, y realizar, año tras año, unos carnavales del agrado de nuestros vecinos. Don Benito siempre ha sido y es una ciudad carnavalera. Hemos tenido concursos de carteles, Reinas del Carnaval, infantiles y de la tercera edad, Rey de la farándula, concursos de murgas y comparsas; era entonces la Época de Oro del Carnaval en Don Benito. Mucho trabajo conlleva el celebrar unos carnavales. Varios meses antes, las asociaciones y colectivos que desfilarán pasan unas cuantas de horas al día cortando y cosiendo los coloridos trajes que llevarán puesto el día final. Tampoco puede olvidarse uno del tiempo que dedican a ensayar la coreografía que realizarán durante el recorrido del desfile. Para finalizar, no olvidemos que gracias a los Carnavales, Don Benito se convertía en un punto estratégico para la convivencia de vecinos de todos los pueblos de nuestra comarca; provocaba un aumento respecto al consumo y al comercio y proporcionaba la contratación temporal de personal, que a día de hoy es bastante necesario. ¡Feliz Carnaval 2016!

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Saluda del Sr. Concejal de Festejos D. Francisco Javier Martín-Romo Capilla Queridos amigos y amigas, de nuevo Don Benito se prepara para recibir una fiesta que, esta Corporación y el Grupo Socialista que preside José Luis Quintana, ha querido retomar, ante las numerosas peticiones y sugerencias de colectivos y ciudadanos que quieren que Don Benito vuelva a ser un referente en la celebración del CARNAVAL en Extremadura. Cierto es y, sería absurdo por mi parte negarlo, que llevamos mucho tiempo sin disfrutar del CARNAVAL en Don Benito, pero no es menos cierto que de una manera o de otra, en colegios, asociaciones juveniles y fiestas privadas bullían vestigios de volver a disfrutar de estas fiestas. El CARNAVAL llena la Ciudad de colorido, de contrastes, de disfraces, de sana convivencia y diversión… mucha diversión. Nos ponemos las máscaras, para que en este juego anónimo, en el que todas las personas somos iguales, podamos huir de nuestra identidad y refugiarnos en otros personajes a través de los disfraces. La composición del programa de CARNAVAL nos ha llevado mucho trabajo y esfuerzo pero, a la espera de lo que ocurra en el desarrollo del mismo, se da por bien empleado, ya que creemos que hemos completado un programa de calidad, amplio y con variedad para todos los gustos y edades. Agradecer desde esta página el trabajo de todos los que hacen posible el desarrollo de este CARNAVAL, trabajadores municipales, Protección Civil y Cruz Roja; también a las distintas asociaciones y colectivos, gracias a ellos podemos disfrutar el CARNAVAL. Este Concejal os desea un CARNAVAL que viváis en sana alegría, que sea un espacio de encuentro y que Don Benito sea un lugar donde quepamos todos. VIVAL EL CARNAVAL 2016!!!

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Carteles de los Carnavales en Don Benito

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Fotografías del Desfile de Carnaval 2015 Raúl Haba Jiménez www.nuestracomarca.com

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Carnaval

Nada Adan Carnaval vals ardiente que cada cual saque lo suyo animal, cosa o persona que de normal no permite el consciente Despistando morales que dentro de muchas semanas se transformarán en llanto dolores, ¿quién hoy los tiene? A la ebriedad me doy en abrazo Cuerpos que vibran ante la vida influjos lunares dejándose en noches de algarabía retozando otra vez más Dónde está el miedo dónde el aburrimiento o el tedio que locuras de colores y sonidos vibrantes una noche más envuelven sin religión y sin pecado al que lo cuente Del poemario “Soflama”

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Prótesis de Carnaval, 22 años después Sebastián de la Peña Martín Corría el año 1994 cuando el diligente concejal de Festejos, Sr. Morcillo, me telefoneó para comunicarme que la Asociación de Amigos del Carnaval me había elegido para que ejerciera de pregonero. Agradecí, sorprendido, la deferencia y me puse ilusionadamente manos a la obra. Así, con la Plaza de España abarrotada de gente, pregoné desde el balcón del Ayuntamiento en clave juglaresca las excelencias del pujante Carnaval dombenitense y los dones que atesoran los ciudadanos de Don Benito. 22 años después he recibido un correo electrónico en el que se me invita a colaborar en una revista cuyo objetivo fundamental consiste en revitalizar el Carnaval calabazón. Y 22 años después he vuelto a responder afirmativamente: estoy seguro de que los dinámicos colectivos promotores de esta interesante iniciativa, Asociación Torre Isunza (Daniel Cortés) y la Asociación Juvenil Achikitú (Ángel Sánchez) culminarán con éxito este reto. Mucho han cambiado nuestras vidas en estas 2 décadas, sin embargo, el espíritu de superación debe seguir presidiendo nuestro acontecer diario. En mi caso 2 recientes acciones han condicionado mi futuro: me he jubilado y me han implantado una reparadora prótesis de cadera en el Hospital Don Benito -Villanueva (por cierto, aprovecho para agradecer a las doctoras Hueso (Traumatología) y Ortega (Rehabilitación) y a sus equipos su sobresaliente profesionalidad y el trato exquisito que me han dispensado). Estableciendo un símil con lo que me ha ocurrido a mí, el Carnaval es una especie de prótesis colectiva que se hace necesaria y saludable para combatir los tiempos feroces que nos ha tocado vivir. Con esta prótesis de Carnaval nos damos un respiro y abandonamos por unos días la vida aburrida, ripiosa y gris en favor de vivencias cuyos principios rectores se relacionan con la magia, la imaginación y la esperanza; es como un tratamiento rehabilitador contra el dolor social y colectivo. De las virtudes que adornan a las fiestas de los Carnavales tengo por más hermosas las siguientes: El Carnaval representa la quintaesencia de las fiestas profanas, de la misma manera que la Cuaresma escenifica la pureza más genuina de las fiestas religiosas.

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Los Carnavales ritualizan con sus murgas y sus comparsas, sus máscaras y sus disfraces, su bullicio y su jarana la cultura impúdica de la transgresión, el triunfo irreverente de la historia oficiosa sobre el Boletín Oficial del Estado, la exultante victoria del intrépido subconsciente popular, la liberación, siquiera algunas horas, de la vida jerarquizada y prosaica. Ya desde su origen, bien derivado de las licenciosas Saturnales romanas o de prácticas emparentadas con ceremonias para preservarse contra los malos espíritus, el Carnaval ha gozado de excelente acogida entre las civilizaciones, a pesar de que en algunos periodos históricos ha sido cercenado merced a su contenido iconoclasta y hedonista. Es cierto que en este mundo consumista y cismático vivimos tiempos alicatados hasta el cielo de desesperanzas, alimentados de ludopatías, paro injusto y pertinaz, oncología social corrupta y pantalones vaqueros de marca. Es cierto que nuestras conciencias de metacrilato andan de rebajas anímicas y de saldos materiales. Es cierto y palmario: las estadísticas braman melancolía. Aun así yo no tengo intención de arengaros con una herrumbrosa apología del infortunio. Bien al contrario, estoy aquí para animaros a que en estos días rindamos tributo a la fantasía ingeniosa, a la exuberancia volcánica, a la imaginación lúdica, a la magia libertina, a la mofa seductora. Estoy aquí para transmitiros un sentido gozoso de la existencia. He venido a convocar una huelga general que combata y reforme el desaliento y la rutina. He venido para que entre todos intervengamos la tristeza y entronicemos el clamor del júbilo. Dombenitenses, entonemos al unísono el karaoke alborozado del "dale a tu cuerpo alegría, Macarena". Vistamos los ropajes sofisticados del Carnaval calabazón, infantilicemos nuestra voluntad y disfracemos nuestros anhelos irrefrenables. Convirtámonos en arquitectos de nuestro propio Carnaval: basta con situarnos ante el dadivoso cajero automático de la ilusión y solicitar con la versallesca tarjeta de crédito la mascarada ideal en la modalidad de candidez Walt Disney o en la vertiente irónica y sarcástica: maravillosos Aladinos dando rienda suelta a sus libidinosos deseos; payasos con aviesa sonrisa circense; arlequines en busca de un regazo protector; travestidos rijosos; personajes públicos esperpénticos a los que se les ve el plumero y la urna; magos pintorescos que hipnotizan el futuro; señoras silicónicas con guiños maliciosos; brujas con escobas corte inglés, en suma, placentero teatro de máscaras que trivializan nuestro acontecer.

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Los terapeutas del marketing decoran la geografía urbana del Carnaval con pines emancipadores de complejos, cromos del desacato a los cánones imperantes, máster de subversión del orden social, concursos de requiebros a la libertad y pícaro caos auspiciado por el prohibido prohibir. ¡Cuán fermoso y con qué donaire viene el Carnaval por la plaza de Don Benito! La farándula Carnavalesca blasona el escudo de la ciudad con la heráldica histriónica y majestuosa de los improvisados actores y actrices que traducen las aspiraciones de los dombenitenses a la vez que los liberan de frustraciones y prejuicios. La ruta del Carnaval nos conducirá desenfrenadamente, aunque con el air bag de la amabilidad como cicerone, durante el año 2016 a toda la familia calabazona y sus hombres y mujeres, viejos y niños sifonarán los malos humos y las aguas sucias para construir todos juntos y en armonía un futuro prometedor para este pueblo hidalgo. Dombenitenses, disfrutad de la acrobacia festiva y levantisca del Carnaval porque este mundo ha institucionalizado la fecha de caducidad y la liturgia consumista nos ha impuesto la tiranía de lo efímero. A la locura y subjetividad de don Carnal le sucederá la cordura y objetividad de doña Cuaresma. La gula Carnavalesca sensual, artificiosa y balsámica será sustituida por la abstinencia cuaresmal atribulada, comedida y circunspecta. Llorad desconsoladamente cuando enterréis a la sardina calabazona; cohortes estruendosas y comitivas grotescas, llorad como plañideras porque en la batalla diaria habrá ganado otro año más el poderoso caballero es don dinero, el IVA, el paro, los iluminados de la mala convivencia, el colesterol, la vida a plazos y la famosa escritora y filósofa Belén Esteban. Mientras tanto os apremio a que participéis activamente en el Carnaval. Para finalizar recordemos algo en lo que todos coincidiremos: que estos Carnavales transcurran por los cauces de una cualidad inherente a los ciudadanos de Don Benito, la galantería hacia los que nos visitan. Y cuando devolváis los disfraces al baúl de los recuerdos, entre la modorra resaca del jolgorio inhumado, iniciad una pirueta, acaso moralizante: a pesar de sumergirnos de nuevo en la anodina realidad prostática del calendario conservemos en nuestros espíritus la pirotecnia recreativa y rutilante del Carnaval. Por lo tanto no seamos jarones y desterremos la cancamurria; sólo oficializando el optimismo ganaremos el futuro. En mi época de estudiante, un estudioso norteamericano puso de moda la

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expresión prótesis de la personalidad. Aludía al hecho de que los humanos solemos definirnos no por los valores intrínsecos sino por los objetos que poseemos: coche, casa, móvil, novio/a, amigos, titulación, propiedades, imagen estética, etc. En definitiva, adulteramos el valor de las cosas y de las personas. Por tal motivo debemos desterrar estas prótesis de la personalidad y conjugar los valores auténticos y genuinos priorizando valores y capacidades como la visión analítica, el espíritu emprendedor y la opinión propia. Y después de 22 años, prótesis de cadera y prótesis de Carnaval, sí; prótesis de la personalidad, nunca. Como epitafio del Carnaval y para volver a la vida ordinaria adoptad el lema de Sir Francis Bacon que presidió la celebración del IV Congreso de Mentes Brillantes (Ideas para cambiar el mundo) que se celebró en Madrid el año pasado y que resume la filosofía vital que impregna este artículo: “Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde.” Consecuentemente, no seáis ni fanáticos, ni idiotas ni cobardes. Y como punto final, y para estar a la altura de las redes sociales, he resumido todo lo dicho anteriormente en los 140 caracteres de este tuit que he escrito en mi Twitter: Como hace 22 años: ¡Viva el Carnaval de Don Benito 2016! Sed felices y disfrutad. Apostad por las buenas personas y huid de la gente tóxica.

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Toma, toma y toma “Tanguillo de Extremadura”

Felipe Gértrudix Lara No siendo mi fuerte el humor, te mando TOMA, TOMA Y TOMA “Tanguillo de Extremadura”, con letra un tanto grotesca que pudiera dar juego a un “grupo chuflero” que quiera cantarlo. La letra adjunta va tal y como se canta para que no tengan problemas a la hora de montarla. Si yo tuviera tic cómico, del Poder me reiría, a todas horas cantando por “chuflas” y “burlerías”. Pues en estos carnavales, yo le quiero dedicar: Tanguillo de Extremadura con letra muy apropiá. (estribillo) Anda, anda, anda, toma, toma y toma, lo que yo te dije era solo broma. Anda, anda, anda, toma, toma y toma, lo que yo te dije era solo broma. En campaña de elecciones, todos nos ofrecen gloria. Cuando llegan al poder, se vuelven muy “gilipollas”: Por culpa de los sillones, del ansiado Parlamento; que deben tener debajo un pedazo de instrumento. (estribillo) Cuando pasen cuatro años y haya nuevas elecciones, volverán con sus promesas a tocarnos los bemoles. Pero nosotros diremos: Ya está bien de cachondeo,

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que se vayan al carajo, que mentir estรก muy feo. (estribillo)

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Carnavales, también en Don Benito

Agustín Aparicio Cerrato Pocas fiestas populares han alcanzado la universalidad de los carnavales. Herederos mas cercanos de las bacanales, en honor a Baco, dios pagano del vino- y las “saturnales” -por Saturno, dios de la siembra y la cosecha-, además de los festejos que se hacían en Grecia y Roma por la primavera y el año nuevo. Su origen. Estas fiestas ya se celebraban en torno a 5.000 años antes de Cristo y derivan además de las anteriormente citadas, de otras fiestas relacionadas con diversos ritos, paganos y religiosos: rogativas pidiendo a los dioses salud, buenas cosechas, agua, bonanza de los tiempos, protección contra catástrofes. Celebraciones conmemorativas de distintos acontecimiento de la vida del hombre: nacimiento, pubertad, madurez, muerte. La palabra carnaval también proviene de aquella época. Su nombre parece ser derivado de las canciones del Ditirambo durante la celebración de las bacanales. El coro que lo hacía iba disfrazado de sátiro y frente a él aparecía el sacerdote del dios conduciendo un barco sobre ruedas, al que llamaban "carrus navalis" (carro marino o naval), y que los romanos pronunciaban “car navalis”. Otra denominación “carnestolendas,” como también se le llama al carnaval, proviene de “caro”, carnes, y “tollo”, tapar, términos que parecerían aludir al disfraz. Por lo general, se suele aceptar que muchos ritos carnavalescos modernos, documentados en lugares muy dispersos del mundo, muestran parecidos muy estrechos con los que, en la antigua Roma, se asociaban a las “kalendae” de Jano, que tenían lugar el 9 de enero, y, sobre todo, a las “kalendae Ianuariae”, que se celebraban el 1 de enero. Sobre todo en esta última fiesta, era común la exhibición de comparsas de hombres disfrazados que hacían burla de todo tipo de instituciones y personas. La devoción del hombre por usar mascaras era costumbre ya en el antiguo Egipto, Grecia, e incluso en el teatro japonés. Pero fue Italia la pionera en el uso de la careta, más precisamente Venecia, donde se usó no sólo como vehículo de alegría, sino que sirvió para guardar el incógnito y gozar de impunidad en venganzas y conspiraciones, aunque también facilitó romances y

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amoríos. Los excesos que se cometían al amparo de la impunidad en el uso de la máscara dio pie a que muchos gobiernos prohibieran el uso, y no solo con motivo de los carnavales, también fueron prohibidos los elementos que impedían identificar a las personas, por ejemplo en España en marzo de 1766 se produjo en Madrid el famoso motín de Esquilache, que prohibía el uso de la capa larga y el sombreo chambergo, la capa por que bajo ella se podían ocultar armas y otros objetos, y el sombrero impedía ver el rostro de la persona que lo llevaba. No obstante, esto fue un pretexto, el verdadero motivo fue el descontento social que se vivía, debido al encarecimiento de artículos de primera necesidad, cuya responsabilidad recaía en el ministro de Carlos III, el Maques de Esquilache. Hubo muchas formas de celebración, desde los bailes rituales donde predominaba la expresión corporal, representando con cada movimiento la solicitud a los dioses o el motivo de celebración, hasta la forma de hoy en día donde se universaliza la forma de celebración, el uso de máscaras y el jolgorio desenfrenado, preludio del tiempo austero que preconizaba la religión católica. Actualmente los más famosos son los carnavales de Rio de Janeiro en Brasil, el Mardi Gras de Nueva Orleans E.U., el de máscaras de Hatillo Puerto Rico y sobre todo el impresionante festival de la calle San Sebastián también en Puerto Rico, donde pueden encontrarse entre 30 a 40 mil personas por noche. En nuestra época contemporánea y a pesar de la tradición de esta celebración en nuestro país, estas fiestas fueron prohibidas a partir de 1939, siendo a pesar de ello, muchos los vecinos que se disfrazaban, contando un poco de manga ancha por parte de las autoridades del momento, lo cual hizo que esa iniciativa llevada a cabo por algunos vecinos continuara. No olvidemos aunque no sean tan aparatosos; los de andar por casa, unos mas y oros menos: los de Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria, Cádiz, Badajoz, Ciudad Real, Tarragona, Bielsa (Huesca), Viana do Bolo (Orense), Velilla de la Reina (León), Almiruete (Guadalajara), Lantz (Navarra), Zalduondo (Álava) y otros muchos lugares. Lugares más modestos como nuestro pueblo, la tradición carnavalera ya existió. Los que contamos ya una existencia pasados los 70, recuerdos de mi niñez. Estaban prohibidos, pero eso no quitaba de alguna broma o gamberrada,

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sobre todo de los mas pequeños, lo tradicional era usar un circulo de tela atada en su centro a un filo hilo, se daba de tiza y se arrojaba por la espalda a cualquier persona, quedando este círculo grabado sobre la ropa más bien de abrigo debido a la época del año -mes de febrero-, ocasionando tener que limpiarlo y un ligero disgustillo. Otras bromas, más pesadas que provocaban la indignación de quienes la sufrían. Restaurada la democracia, en nuestro pueblo tubo en los primeros años una gran relevancia, cayendo poco a poco en la apatía. Afortunadamente la Asociación Juvenil Achikitú y la Asociación Torre Isunza hacen lo posible para que estas fiestas populares renazcan. Suerte. De esta época queda testimonio documental a través de la fotografía que cayó en mis manos y hoy conservo en mi poder.

Debido a la escasa calidad de la fotografía original, mal se aprecia -aunque se distingue- en el estandarte el nombre de Don Benito y la fecha de 1879.

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Carnaval de Barranquilla. Fiesta sin par

Antonio María Flórez Rodríguez “¡Yo, Rey Momo del Carnaval! ordeno y mando a todo aquel maretira o a cualquier turpial...”.

“El sueño del Rey Momo” Alfredo de la Espriella

Barranquilla es una ciudad populosa y jacarandosa situada en la costa Caribe de Colombia. Con cerca de dos millones de habitantes es uno de los centros económicos más dinámicos del país. Fundada a principios del siglo XVII en las barrancas aledañas al río Magdalena cerca de su desembocadura, no tuvo mucha importancia en la época colonial española al no tener riquezas mineras o naturales que atrajeran sobre la zona su atención. Es ya en siglo XIX cuando adquiere relevancia al desarrollarse la navegación a vapor por el río que permitió una intensa comunicación con el interior del país y al convertirse en el principal puerto exportador de Colombia. Ciudad multiracial, en ella se asentaron importantes colonias de españoles, alemanes, italianos, ingleses, árabes, turcos, judíos, negros e indígenas cuya amalgama y convivencia pacífica ha dado lugar a una ciudad étnicamente acrisolada y sumamente rica en sus costumbres variopintas de diversas procedencias y socialmente asumidas y respetadas por todos sus pobladores, alegres y emprendedores. El Carnaval de Barranquilla, declarado por la Unesco en 2003 como “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad”, es el tercero en importancia del mundo después de los que se celebran en Venecia y Río de Janeiro, no sólo por la cantidad de participantes, más de un millón de personas, si no también por la riqueza y variedad de sus expresiones culturales. El Carnaval se asentó en esta ciudad proveniente de Cartagena de Indias, ciudad de donde fue desplazado al afianzarse en ésta las fiestas novembrinas y de la Candelaria. De raigambre europea, estas fiestas populares tuvieron mucha aceptación entre las poblaciones negras de origen africano de las mandingas y congos mineros. Al ser Barranquilla un conglomerado menos religioso y más ecléctico, la fiesta fue adoptando un carácter sincrético y se asentó definitivamente coincidiendo con el inicio del esplendor portuario de la ciudad, incorporando expresiones de varias culturas y de otras regiones del

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país. En 1829 un viajero norteamericano escribe en una carta dirigida a un familiar (Van Rensselaer, A Legacy of Historical Gleanings, Albany, pp. 4678), lo siguiente: “Tuvimos la fiesta del Carnaval que en Italia dura varias semanas, pero en este lugar, donde tantos dependen de la labor cotidiana, ha sido prudentemente reducida a tres días durante los cuales no es del caso trabajar porque todo es alegría y travesura. No podría decir ahora sobre el motivo que originó el festival, si fue el paganismo o algún evento eclesiástico. Aquí el lugar principal lo tienen los aborígenes del país con sus trajes antiguos...”. La institucionalización de estos festejos se establece en 1865, al leerse por primera vez oficialmente el Bando del Carnaval el 20 de enero, día de San Sebastián, evocando la fecha en que en Cartagena se anunciaba la autorización para que los esclavos pudieran celebrar estas carnestolendas. Primero se celebraban en descampados, en los llamados “salones burreros”, donde la gente bailaba, bebía, enamoraba y hacía bromas al compás de tamboras, flautas de millos, gaitas, guacharacas, maracas y otros instrumentos de percusión, mientras sus burros aguardaban pacientemente atados a algún maderamen hasta que sus dueños terminaran la juerga al filo del amanecer. Paralelamente las clases altas se reunían en los clubes sociales, especialmente los alemanes e italianos, que aportaron muchos elementos de sus tradiciones nacionales (máscaras y cabezones, como los del carnaval de Múnich). La finalización de la cruenta “Guerra de los mil días” (1899-1903) propició que las clases pudientes se avinieran a celebrar en la calle algunas de sus actividades, como la pacifista “Batalla de las flores”, con el que el Carnaval adquirió un carácter más popular y empezó a utilizar algunas de las calles y lugares más emblemáticos de la ciudad. En 1918 se eligió la primera Reina del Carnaval y conforme avanzaba el siglo el certamen fue adquiriendo visos cada vez más callejeros y populares y atrayendo a muchos foráneos por su colorido y alegría. En los años sesenta incorpora un riquísimo festival de orquestas y se organiza la primera “guacherna” (desfile nocturno el viernes anterior al inicio propiamente dicho del Carnaval). El Carnaval barranquillero dura sólo cuatro días, de sábado a martes, antes del inicio de la Cuaresma. Aunque en la actualidad incluye un sinfín de actividades precarnavaleras que inmiscuye a prácticamente toda la población de la capital del Atlántico. Sus principales eventos son la Batalla de las flores (el sábado), la Gran Parada de tradición y folclor (el domingo), la Gran Parada de Fantasía y el Festival de Orquestas y Acordeones (el lunes) y la Muerte de Joselito (el martes).

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La gran riqueza dancística y musical y su arraigado carácter popular y multiétnico es la lo que caracteriza a esta sin par festividad pagana. Las danzas de las Farotas, del Paloteo, del Garabato, del Congo, de los Coyongos, del Caimán, de las marimondas, de los negros de Cangurú, de los arlequines, de los indios farotos, de la cumbia, del mapalé... muestran una variedad y riqueza sin par que atraen a grandes masas de población que las disfrutan alegremente viéndolas moverse acompasadamente por las principales calles de la ciudad. Así mismo, los festivales musicales permiten el disfrute de los aires más rítmicos y alegres del variado folclore de la costa colombiana: la cumbia, la puya, el jalao, el porro, el chandlé, el mapalé, el merecumbé, el vallenato del departamento del Cesar y la Guajira, así como la salsa y el merengue caribeños, de Cuba, Dominicana y Puerto Rico.

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Festejo no exento de polémicas, el Carnaval de Barranquilla es la fiesta más renombrada de Colombia, a la que acuden centenares de miles de personas cada año, tanto del país como del extranjero, buscando sus originales eventos de danza, de disfraces y de baile, donde la música, el jolgorio, la broma y el engaño juguetón, alegran los rítmicos días y las noches interminables de las fechas previas a la Cuaresma cristiana de sus amables habitantes. Fiesta sin par, que alaba la famosa canción titulada “Te olvidé” del compositor Antonio Maria Peñaloza, no desencanta ni tiene pierde por su riqueza sin par y su originalidad.

Las fotografías incluidas en este artículo son cortesía de Adela Suárez. GUEPAJÉ!!! Suministros de Carnaval (en la fotografía con el traje desplegado).

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Aquellas máscaras de los años 50 del pasado siglo XX

Andrés Retamal Ojeda Me han pedido un artículo para la revista de Carnaval de Don Benito: que nuestra Ciudad tiene una cierta tradición carnavalera a lo largo de su historia, nos lo confirman las ordenanzas Municipales de 1862. En ellas se dedican 5 artículos de las mismas para ordenar la celebración del carnaval de Don Benito. El origen del carnaval hay que situarlo en las fiestas paganas de Roma, en honor a Saturno y a Baco. Con la cristianización de las sociedades romanas, impuestas por el Emperador Constantino, dichas fiestas se agudizaron en los días anteriores al miércoles de ceniza, el día del comienzo de la cuaresma.

Mitología bacanal romana, pintura del siglo XVIII

Volvamos al Don Benito de la segunda mitad del siglo XIX. La Ciudad tenía ya, con este titulo recién concedido, unos 15.000 habitantes. Las fiestas del carnaval estaban muy arraigadas, se celebraban bailes en locales públicos y se

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vivían unos días con gran participación de mascaras por las calles; tanta participación origino que las ya mencionadas Ordenanzas Municipales de 1862 le dedicaran 5 artículos: que regulaban las formas -trajes y vestimentas- y los sitios de celebración del carnaval; prohibían ponerse hábitos de órdenes religiosas, monjas o frailes; uniformes de militares o togas de magistrados. En los bailes no se podían llevar armas o bastones; y estaba prohibido llevar la cara tapada en la calle por las noches. El 3 de febrero de 1937 desde Burgos, sede del estado mayor de los sublevados, se emite un decreto prohibiendo el carnaval en los territorios que controlaban. En 1939, terminada la guerra, la prohibición del carnaval se extiende a todo el Estado Español; será un anticipo de los años grises de la dictadura franquista. Prohibido el carnaval, el pueblo llano encontró mil formas de burlar la prohibición, disfrazando en algunas ciudades las celebraciones carnavaleras en fiestas de invierno o primavera. Del disco duro de mis recuerdos de infancia y adolescencia tengo dos imágenes diferenciadas: la más antigua las mascaras, que al atardecer, iniciadas las noches de los fríos meses de enero-febrero, recorrían esporádicamente las calles de mi entorno de barrio: Vapor, Pajaritos, Miraflores, Santa Elena… No eran numerosas, grupos de cuatro o cinco personas, con disfraces caseros recurrentes: ancianos/as con joroba, enfermos picados de viruela… una cohorte de chiquillos y zagalones corrían detrás de ellos coreando “Mascaras, mascaras, que se vuelvan cáscaras”, en una cantinela monótona e interminable. La otra imagen es de mi adolescencia, pertenece a la, para mi, más entrañable fiesta de barrios de Don Benito: San Sebastián. La gente de otros barrios acudíamos por la tarde con la ropa de fiestas y domingos, eran tiempos de llevar los abrigos nuevos. Los niños y mozalbetes teníamos unas gamuzas con forma de monigote que impregnábamos con tiza y las descargábamos sobre los abrigos, dejando la huella blanca de la tiza; otros simplemente con la tiza hacíamos una cruz en las espaldas de los más desprevenidos. La disculpa era otra cantinela… en carnaval todo puede pasar. Estas eran las bromas más recurrentes, había otras más pesadas, que mejor no recordar. He vivido los últimos 10 años en Don Benito, con un carnaval de “ni fu, ni fa”; no obstante, hay que poner en valor el esfuerzo que el conjunto de Colegios esta realizando para relanzar la participación de los más jóvenes en el carnaval de Don Benito. Hogaño lo viviré aquí en Catalunya, intentando visionar algunas de las actividades de los variados carnavales de las ciudades de mi entorno: Vilafranca, Vilanova y Sitges.

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Diez años de Carnavales en Don Benito (1984-1994)

Daniel Cortés González “Este año habrá carnavales en Don Benito”. Así titulaba el periodista Pablo Sánchez una noticia publicada en el diario regional HOY de fecha 13 de enero de 1983. Es en ese momento citado cuando el Ayuntamiento de Don Benito decidía potenciar las fiestas carnavaleras en Don Benito en base al “arraigo y tradición” que tuvo en la ciudad décadas atrás. Era el propio Alcalde, León Romero Verdugo, el verdadero interesado en que hubiese carnavales. La decisión de la potenciación local de esta fiesta se debió al “éxito obtenido el último día del pasado año con el desfile del dragón”. La primitiva fecha en la cual se celebraban los carnavales en Don Benito era finales de febrero y primeros días de marzo. En febrero de 1984, la Concejalía de Festejos del Ilmo. Ayuntamiento de Don Benito, dirigida por el Concejal Manuel Sosa, intentaba recuperar esta fiesta; pero, “para no meter al pueblo una jarana tras otra”, la idea que tuvo la Concejalía fue realizar los carnavales conjuntamente con la Feria de Febrero. La Concejalía se puso manos a la obra para buscar Pregonero Mayor, siendo el primero de los candidatos el Alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván, quién por problemas de agenda no puedo ser. El 12 de febrero de 1984, el diario regional HOY publicaba una noticia en la cual el Concejal Manuel Sosa confirmaba que los Carnavales de Don Benito no se llevarían a cabo durante la Feria de Febrero, sino que se llevaría a cabo en los primero días de marzo, concretamente a partir del día 3, “intentando recuperar una tradición festiva casi olvidada en Don Benito”. El pregón inaugural de

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estos carnavales lo llevaría a cabo “un personaje de relevancia de la vida nacional”. El 16 de febrero el Ayuntamiento abría un plazo de inscripción para participar en un concurso de disfraz. Hubo dos modalidades: una de comparsas y otra individual. Los presupuestos para los Carnavales de Don Benito 1984 fueron de 400.000 pesetas, llevándose a cabo en el Barrio de San Sebastián.

A finales de enero de 1985, el Ayuntamiento de Don Benito convocaba un concurso de carteles con motivo de los carnavales de 1985. El permio para el dibujo ganador sería de 25.000 pesetas. Para estos carnavales, el Ayuntamiento invirtió 1.000.100 pesetas, llevándose a cabo en la Plaza de España, donde se instaló una caseta municipal. “Con un ¡Viva el carnaval, viva Extremadura! cerró Bernardo Víctor Carande su pregón que abría el Carnaval 85 en Don Benito. Tras el pregón de Víctor Carande hubo en la Plaza de España de Don Benito fuegos artificiales, luego baile y verbena”. Así informaba el diario regional HOY de fecha 3 de marzo de 1985. Víctor Carande, que fue Presidente de la Asociación de Escritores Extremeños, abría su pregón: “Bienvenido sea un carnaval, aunque sea en Cuaresma, que nos permita vestirnos de Alejandro, más o menos magno, o de dos Lope de Aguirre, el único

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conquistador que no fue extremeño, o de Sarita Montiel, la única actriz de Hollywood que no era americana… a mí me gustaría disfrazarme de un tal Íñigo –el de la tele no (de ese voy vestido todos los días)– que se llamaba López y se llamaba Mendoza, y se ponía un cubrecabeza, como una torta de tela y flecos, que le quedaba muy bien. Era de pueblo y se pasaba todo el día escribiendo décimas”.

Terminó su pregón con un canto a Extremadura, al campo extremeño, convocando a los asistentes “a un carnaval continuo que comience hoy y no acabe nunca por este maravilloso escenario natural”. Don Benito era entonces un pueblo “con ganas de fiesta, deseoso de romper por los aires su bien ganada tradición de apático e indiferente”. La Banda Municipal de Música se encontraba entonces en sus inicios, pero era indudable su calidad y sus ganas de colaborar donde hiciese falta. Resultó este año pequeña la caseta municipal, apelotonándose la gente en la puerta pidiendo paso. Dentro de la caseta, “era todo una explosión de color y música y juego, y el carnaval cobraba vida propia por encima de políticos y fechas y horarios y leyes”. He de decir que fueron “los primeros carnavales por decreto”. El Ayuntamiento de Don Benito decidió retrasar el carnaval de su fecha tradicional bajo la excusa de que existían “demasiadas fiestas en estas fechas y para ahorrar dinero a los ciudada-

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nos retrasamos el carnaval”. Para los carnavales de 1986, que tuvieron lugar del 7 al 9 de febrero, la concejalía de Festejos y Juventud del Ayuntamiento de Don Benito trajo como Pregonero al actor Paolo de Atalaya. Estos carnavales contaron con actuaciones musicales, instalándose al igual que el año anterior una caseta municipal en la Plaza de España. Premio para la mejor comparsa de carnaval y las cinco siguientes, siete premios para disfraces individuales. Más de 796.000 pesetas tuvo de presupuesto estos carnavales 86.

Para los carnavales de 1987, el Ayuntamiento hacía coincidir la fiesta con un fin de semana “para que los días de jolgorio y expansión no tengan incidencias sobre el calendario laboral”. Un total de 800.000 pesetas tuvo de presupuesto municipal esta edición de los carnavales, que tuvo lugar del 27 de febrero al 1 de marzo. Otra vez más, el escenario sería la Plaza de España, donde durante las tres noches de estos carnavales la caseta municipal (de color amarillo) estuvo amenizada por orquestas; según el Concejal de Festejos, organizador de estos carnavales, José Barjola, “es absolutamente imposible poner la caseta en otro lugar del pueblo”. Este año seguiría sin ninguna innovación con respecto a los años anteriores. El desfile recorrería la gran Avenida de la Constitución, convertida al efecto en un sambódromo carnavalero, y un jurado sería el encargado de deliberar y

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otorgar los premios los mejores disfraces. Lo que sí hizo este año el Ayuntamiento fue, “con objeto de expandir el carnaval a diversos sectores de la ciudad”, convocar diversos concursos. Tales concursos fueron tres: concurso de carteles, concurso de escaparates y concurso de chiringuitos. Con esto, el Ayuntamiento hizo “que el ambiente festivo del carnaval se refleje en el comercio y las salas de fiesta de toda la ciudad”. El ganador del concurso de carteles para el carnaval 87 fue un vecino de Don Benito, Segismundo Piédrola Galván, quien fue el afortunado ganador de entre los 25 trabajos que concurrieron al premio. Aún así, el jurado acordó conceder un segundo premio a José Luis Sánchez (vecino de Villanueva de la Serena), y un tercer premio a Justo Manuel García (también de Villanueva de la Serena). Igualmente, el jurado acordó que para la próxima edición, el concurso de carteles se dividiese en tres categorías: infantil, juvenil y adulto. Los carnavales de 1988 traerían novedades, entre otras, un día dedicado a los más pequeños de Don Benito, “que podrán disfrutar con tal motivo de una gran chocolatada en la Plaza de España”, según informaba el entonces Concejal de Festejos y Juventud, Julio Suárez. Otra novedad fue que todas y cada una de las comparsas que se inscribiesen en estos carnavales tendrían una ayuda económica de 10.000 pesetas, “por el mero hecho de participar”. Había un requisito especial, que la comparsa debía tener entre sus filas un mínimo de 8 personas. La “Asociación de Amigos del Carnaval”. El diario regional HOY de fecha 22 de noviembre de 1988 publicaba una noticia cuyo titular era “Se crea la “Asociación de Amigos del Carnaval””. Esta asociación dombenitense tenía “como finalidad potenciar y promover el carnaval dombenitense”. En ese momento, ya había mantenido diversas reuniones con vistas a preparar el Carnaval 89. La Asociación de Amigos del Carnaval, que en la fecha citada acababa de sacar a la calle las bases del concurso de cartel anunciador de los próximos carnavales, estaba constituida por representantes de asociaciones juveniles y participantes en anteriores ediciones del carnaval dombenitense. Una de las primeras propuestas presentadas al Concejal de Festejos fue la de declarar “como día festivo local una de las jornadas del carnaval”. Esto, según la Aso-

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ciación, supondría “un indudable relanzamiento para estos festejos”. Por segundo año consecutivo y por unanimidad del jurado, el ganador del concurso de cartel anunciador del Carnaval 89 fue Segismundo Piédrola Galván. El cartel llevaba por título “Musa del Carnaval”.

El Carnaval 89 trajo como novedad la elección de “tres bellezas, tres”, que “simbolizarán el carnaval” de este año: la Reina Infantil, la Reina de la Tercera Edad y la Gran Reina del Carnaval de Don Benito. “Tanto la reina infantil como la de la tercera edad recibirán placas regalos, mientras que la reina absoluta tendrá derecho a demás a la cantidad de 25.000 pesetas”, según indicaban las bases del concurso de reinas. A lo anteriormente expuesto, hay que sumar el concurso de murgas, el de comparsas y el de disfraces. Todos los premiados tenían que participar con obligatoriedad en el desfile del carnaval. Los niños tendrían otro desfile propio, cuyo programa infantil se complementará con payasos y actuaciones para su propia edad. El 20 de enero de 1989, la Asociación de Amigos del Carnaval presentaba al entonces Alcalde de Don Benito, José Luis Viñuela, el programa completo del Carnaval 89 que habían confeccionado.

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Desde su creación, la Asociación que estaba formada por una veintena de personas, ha ido “perfilando todo el desarrollo […] e introduciendo numerosas novedades para hacer más atractivo esos días”. Según indicaba en una noticia el periodista Pablo Sánchez, corresponsal del diario regional HOY, “este año el carnaval de Don Benito será sonado. Sin duda. El ambiente del carnaval se nota ya en la calle. Las inscripciones en murgas y comparsas crecen cada día. Varias tiendas han visto posibilidad del negocio y han llenado sus escaparates de artículos para el carnaval. Conocidos personajes locales son ya protagonistas de coplillas. Las empresas locales también apuestan por el carnaval y la prueba es que han adelantado casi un millón de pesetas. La culpa de este trabajo la tiene en gran parte una asociación recién creada: Los Amigos del Carnaval”. Era la primera vez, tras años desaparecidas, que las murgas ponían “la nota crítica, satírica y divertida” en los carnavales de Don Benito. Es conocido que en la Ciudad hubo carnavales desde antaño y que, tras un paréntesis, a primeros de la década de los 80 del pasado siglo XX volvió a resucitar. En Don Benito fue una resurrección lenta y, hasta este año de 1989, las murgas, elemento característico del carnaval, “con sus colores y colorido, con su desenfado y su libertinaje”, no volvieron al carnaval de nuestra Ciudad. También, por vez primera, las componentes de la Asociación de Viudas de Don Benito participarán en el carnaval dombenitense. La Asociación de Amigos del Carnaval, tras mucho insistir, lo consiguió. Las viudas asistieron “enlutadas al velatorio por la Cojosardina”, que se celebró en la caseta municipal. La Asociación de Amigos del Carnaval “se mostró muy satisfecha” tras el acuerdo de la Corporación Municipal, aprobado en sesión plenaria, por el cual se declaraba el 27 de febrero, Martes de Carnaval, como fiesta local en Don Benito. Su petición, ratificada por más de 3.000 firmas, quedaba así realizada. El Carnaval 90 traía como novedad una revista de la Asociación de Amigos del Carnaval, “realizada para obtener fondos, pero también para darse a conocer a los ciudadanos de Don Benito y comarca y animarles a que participen en estas divertidas fiestas”. Fue una tirada de 2000 ejemplares al precio de venta de 200 pesetas. Los carnavales de este año de 1990 continúan con los concursos de reinas, murgas y comparsas, que se fallaron en el transcurso de una gran gala organizada por la Asociación en las instalaciones de FEVAL. La gala fue abierta por la cantante Marta Sánchez con una de sus más conocidas canciones; la siguió el dúo “Las Virtudes”, “que tomaron el escenario para divertir al personal con sus hilarantes diálogos”.

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Los presentadores, ambos de Antena 3, Ros Mary (Rosa María García) y Xoxelu (José Luis Capilla), “ataviados de príncipes venecianos”, fueron los encargados de conducir la Gran Gala del Carnaval ´90 de Don Benito. María Sánchez resultó elegida Reina de la Tercera Edad al ser la única candidata que se presentó; María Eugenia López Muñoz (5 años) fue la elegida como Reina Infantil y María Victoria Rubiales, con traje diseñado por Florencio Mena, fue la seleccionada para ser coronada como Reina del Carnaval ´90 de Don Benito. Otra de las novedades de este año es la introducción en los carnavales del “Día del Color”, que se acordó fue el color verde. El entierro y la posterior quema de “…la nuda sardina calabazona” puso punto y final a los carnavales de 1990, que lograron su “consolidación definitiva”.

La Comisión de la Asociación de Amigos del Carnaval de Don Benito, que se encargó de organizar los festejos carnavaleros de los años 89 y 90, dimitía en mayo de 1990 tras exponer la situación económica de la asociación al Concejal de Festejos. Tras la dimisión de la Comisión organizadora de los carnavales, en junio de 1990, el Concejal de Festejos presentaba en rueda de prensa “a la nueva comisión de “Amigos del Carnaval 91”, que sustituye a la anterior en la preparación de estas populares fiestas”.

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Los preparativos del Carnaval ´91 comenzaban con el anuncio en diciembre de 19990 del cartel ganador para estos carnavales; se recibieron 22 trabajos. El ganador resultó ser Francisco Casares Holguín, natural de Cáceres. Con el lema “Disfrázate, disfrázalo”, la Comisión de Amigos del Carnaval y la Concejalía de Festejos del Ilmo. Ayuntamiento de Don Benito invitaban “a todos los dombenitenses a participar en las populares fiestas”. La frase “anima a todos a preparar con antelación los trajes y disfraces que luego lucirán en los días de carnaval”. Una de las principales novedades del Carnaval ´91 es que se contará por primera vez con la elección de un “Rey de la farándula”. Otra novedad fue la decisión de la Comisión de Amigos del Carnaval de cambiar el “Día del Color”, que en la pasada edición fue el color verde, por el “Día del Payaso”, “con la intención que todas las personas, niños, adultos, ancianos, se disfracen de payasos”. La dombenitense María del Pilar Casado García (13 años) fue coronada como Reina del Carnaval ´91. Clara Mejías Velarde resultó elegida Reina Infantil y Concepción Guisado como Reina de la Tercera Edad. Gumersindo de la Corte fue coronado como Rey de la farándula. La Gran Gala del Carnaval, llevada a cabo en una conocida discoteca de Don Benito, contó en este año con “un gran espectáculo de luz, color y sonido”. Fue presentada por el profesor Julio Carmona Cerrato y la periodista Toni Ángeles Martín. Una presentadora de “culebrones”, Chari Gómez Miranda, más conocida como “Doña Adelaida”, fue la encargada de dar el pregón inaugural de los Carnavales ´91. Con el entierro del “Sardinón Calabazón”, que fue pasto de las llamas, daba fin las fiestas carnavaleras del año 1991, con menos participación que en la edición anterior. El 16 de diciembre de 1991, el Concejal de Juventud y Festejos, Manuel Morcillo, comunicaba a través de una rueda de prensa la convocatoria del concurso de cartel anunciador del Carnaval ´92, cuya celebración tendrá lugar del 28 de febrero al 3 de marzo. Este año, el presupuesto para esta fiesta es de 7.000.000 de pesetas. El escritor Premio Nacional de Literatura 1999, Luis Landero, fue el encargado de dar el pregón inaugural de los carnavales de 1992.

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Nuevamente, el cacereño Francisco Casares Holguín, se hacía con el primer premio del cartel anunciador del Carnaval ´92; hubo unos 30 trabajos presentados. Como novedad, este año habría la elección de un Rey o Reina del Carnaval ´92, pero de forma unificada; un Rey o Reina Infantil y un Rey o Reina de la Tercera Juventud. La Gran Gala del Carnaval, que fue presentada por Rascasol (Juan Carlos Parejo) y Rompeluna (Chiqui Fernández), tuvo lugar en las instalaciones de FEVAL. Como Reina del Carnaval ´92 fue coronada Rosa Gómez Jiménez. Patricia Román Ruiz fue elegida Reina Infantil.

Los Carnavales ´93, bajo el lema “Mira hacia arriba, es Carnaval”, contaron con un ajustado presupuesto de 7.000.000 de pesetas. Por tercer año consecutivo, el cacereño Francisco Casares Holguín resultó ser el ganador del cartel del carnaval de este año; se presentaron 12 trabajos. El dombenitense Julián Mora Aliseda, catedrático de Geografía e Historia en la UEx y actual presidente del Patronato del Parque Nacional de Monfragüe, fue elegido para dar el pregón del carnaval de 1993.

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Nuevamente, las instalaciones de FEVAL acogieron la Gran Gala del Carnaval, que fue presentado por los periodistas María del Mar Gómez Fornés (entonces de Onda Cero), Damián Morcillo (entonces de Onda Extremeña), Miguel Ángel Muñoz (entonces de El Periódico Extremadura) y Lola Naranjo (entonces del diario HOY). La elegida como Reina del Carnaval ´93 fue la dombenitense Ana Pavo Bañuls. Pilar Ruiz Jerez resultó ganadora como Reina Infantil. Tras la gran fiesta del niño carnavalero y del “Día del Color”, en esta ocasión el naranja y el limón, tuvo lugar el velatorio de la “sexi-sardina-calabazona”. A partir de aquí, “todos los dolientes” acompañaron a la sardina hasta la caseta municipal, donde tuvo lugar su quema “y el cuerpo de bomberos tapará su nicho”, dando fin estas fiestas populares del año 1993. Del día 11 al 15 de febrero tuvo lugar el Carnaval ´94 en Don Benito, cuyo pregonero fue el profesor Sebastián de la Peña Martín. El cartel ganador del carnaval de este año, cuyo lema es “Rompe esquemas”, es autoría de Paulino Guerra Solis, de Barcarrota; se presentaron unos 20 trabajos. Este año, la Gala del Carnaval dombenitense se traslada a la Plaza de España, que se vestirá de luces y colores. Las plañideras y las mujeres enlutadas acompañan en el velatorio a la “Crisisardina calabazona”, para su posterior enterramiento y quema, “simbolismo del final de la fiesta carnavalera”. La historia del Carnaval en Don Benito no termina aquí, esto es solo el comienzo de una fiesta sin igual; ritmos y colores llenaron y llenaran nuestra Ciudad. Ya está aquí Don Carnal ¡Que comience el Carnaval!

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Actuación de Protección Civil ante un evento multitudinario por la calles de nuestra localidad

José María Rodríguez Miranda Hare una pequeña indicación para que se entienda mejor nuestras funciones y la importancia de las mismas. Como todos ya sabemos el desarrollo de un evento en nuestras calles donde se concentre un gran número de asistentes, requiere una planificación muy compleja y no se puede dejar nada al azar o la improvisación, en un evento donde participan los Voluntarios de la Agrupación de Protección Civil, la responsabilidad que se tiene es muy grande pues siempre participamos pensando en dos cosa fundamentales para su buen desarrollo. 1ª -. El proporcionar la mayor seguridad tanto al evento como a los asistentes al mismo y se pueda disfrutar del espectáculo que están viendo, cosa que en algunas ocasiones es muy difícil por la situación en la que se realiza el evento al tener que realizarse por las calles de nuestra Ciudad que como sabéis cada calle tiene una peculiaridad como pueden ser su trazado, salidas de evacuación y entrada de las emergencias en caso de algún incidente, todo debe de estar perfectamente estudiado para poder preparar el camino a los intervinientes en la posible emergencia. Para que esto sea así, debe de haber una gran colaboración entre todos los cuerpos profesionales participantes en el evento y poder reaccionar rápido y coordinados ante la emergencia. 2º -. Protección Civil puede trabajar conjuntamente bajo las indicaciones de los demás cuerpos, intervinientes en el evento, Fuerzas de Seguridad, Sanitarios y 1ª intervención, Para ello recibimos Formación específica para poder realizarlo y que esto sea así. Ante un evento de un Desfile, hay que tener claro el inicio, el trayecto y el final del mismo, en cada caso la disposición y trabajo serán diferentes. -. En el inicio hay que tener a los participantes en un lugar que no esté mezclado con el público que asiste a verlo, esto facilitara la organizar en la salida y que no haya nadie estorbando que no valla a salir en el desfile, para ello los voluntarios están pendientes a la organización de los participantes siempre juntos con los organizadores.

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-. En el Trayecto del desfile, el voluntario va acompañando el desfile atento de que no allá ningún problema, de haberlo se informaría siempre que no se pueda solucionar en el lugar donde suceda y se requieran más efectivos, la Coordinación y la comunicación es fundamental para saber lo que está pasando en todo momento, en nuestro caso siempre va un responsable del servicio al cual se le tendrá informado de todo lo que valla sucediendo, comunicados con nuestros equipos de radio, para estos eventos de destinan algunos equipos para el personal de organización para poder estar en contacto con nosotros y estar todos enterados de lo que va sucediendo a tiempo real. -. El final siempre tenemos que tener mucho cuidado y estar muy atento pues es donde más aglomeración de público se junta, ya que coinciden los participantes, los asistentes y familiares, se debe ser más cauto a la hora de intervenir para no alarmar a los asistentes en caso de que sucediera alguna emergencia. Desde la Agrupación de Protección Civil de Don Benito os deseamos que paséis un Feliz Carnaval 2016 y disfrutéis mucho del mismo, nosotros estaremos velando por la seguridad del evento junto con los demás cuerpos intervinientes en el mismo para todo trascurra con la más absoluta normalidad posible, desde estas líneas como Responsable del Servicio de Protección Civil de Don Benito solo deciros que respetéis las indicaciones y consejos que se os hagan, un desfile nos lleva muchos días de trabajo, preparación y organización para que todo salga bien y al final lo puedan disfrutar los participantes y asistentes, recordaros estamos para servir al ciudadano, “no lo olviden”. Un saludo, José Mª Rodríguez, Coordinador Jefe de Protección Civil de la Agrupación Municipal de Voluntarios de la Ciudad de Don Benito.

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Reina del Carnaval de Don Benito 1993

Ana Pavo Bañuls En el año 1993, cuando el Carnaval cogía en Don Benito su máximo auge, se dieron cita en la Institución Ferial de Feval, gran número de periodistas, fotógrafos y gente relacionada con el carnaval (qué ilusión para mí). Entonces yo tenía 16 años, y con todos los nervios que la poca experiencia da, me presenté a Reina del Carnaval, consiguiendo el primer premio después de una gran polémica, me acompañaban dos pajes Raquel y Pilar (amigas mías).

Mi traje fue confeccionado por Encarnación García y patrocinado por Pavo Textiles, lo que nos hizo ganar fue el diseño de fantasía, colorido, movimiento y luz, que lo adornaba un gorro impresionante. Fue una experiencia maravillosa, que sigo recordando como si no hubieran pasado tantos años, unos días en los que pude disfrutar de mi reinado, ya que la elección de reina se hacía una semana antes de comenzar el Carnaval. El viernes fui presentada en la carpa que se instalaba en la Plaza de España, llena de gente junto con la Reina Infantil; el sábado se celebraba el gran desfile de comparsas y en el que también tuvimos la oportunidad de lucirnos. Una lástima que decayera tanto

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el poder del Carnaval en Don Benito. Recuerdo preparar trajes para los cuatro días de carnaval, hasta el entierro de la sardina e incluso siendo reina ese año, ir corriendo a cambiarme para disfrutar con todos mis amigos. Si algún día el Carnaval volviera a lo que fue en aquellos años, animar a todas las jóvenes que tengan lo posibilidad de presentarse, por que será una etapa de la vida que nunca olvidaran.

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Carnaval y mis recuerdos carnavaleros

Ángel Valadés Gómez Ansiaba confesar –siquiera por “hacer pedagogía” que dicen ahora, aun cuando no me agrade tal terminología...– que ni tomé drogas, jamás, ni me hizo falta carnaval alguno para vivir con alegría, alegrarme y alegrar; si acaso un par de vasos de buen vino en una mejor corrobla de amigos de siempre o, últimamente, familiar... Sin embargo sí fui carnavalero en una tierra en la que –salvo excepciones notorias que siempre hubo– el carnaval no se siente como en Cádiz, donde hay constancia de su celebración en el siglo XVI y donde hasta cuando el régimen franquista echó el candado a tales libertades, en Cádiz se “inventaron”, desde 1948, Fiestas Típicas Gaditanas, con desfiles vistosos aunque exentos de comparsas y coros... Y ya en febrero de 1977 renació con el llamado Carnaval democrático o en libertad, ya con coros y al cabo sus famosas chirigotas... En Santa Cruz de Tenerife por la represión se anularon aunque tenía tanto arraigo popular que los isleños lo celebraban clandestinamente en sus casas... Y desde 1961 lo “disimularon” bajo el nombre de Fiestas de Invierno. En la democracia, fuera máscaras, y hoy es el segundo del orbe, tras el de Río de Janeiro, en Brasil… Y hay una urbe similar a Don Benito cuyo carnaval tiene enjundia: Águilas (Murcia), donde surgieron en el XVIII y aún hoy son célebres. Obvio: en Santa Cruz y en Cádiz, sobre todo, el impacto económico desde hace décadas es incuestionable, aunque ante todo sea una celebración popular que se vive intensamente desde hace siglos, cual comento. Un recuerdo a mi amigo Paco Rabal al que traté a finales de los 50 –me lo presentó don José Mª de Peralta y Sosa, colega del actor, galán duro entonces, en las madrugadas madrileñas–. Apenas renacida la democracia le acompañé al carnaval de su pueblo, Águilas, don-

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En San Antón, Pela, con Ibarra, años 80


de hizo el pregón antes de irnos, al día siguiente, a beber buen vino en el vecino pueblito de Bullas, un tinto exquisito... Azarías, Juncal, Goya se nos fue en el estío de 2001... En 1994, Teatro Romano de Mérida, en el estreno de Calígula -homenaje a Tamayo y a Paco-, nos abrazamos por vez postrera… Carnaval, un resto de las bacanales, saturnales y lupercales grecolatinas… aquí la historia… Sabido es que aunque estas fiestas están relacionadas con el cristianismo, el Carnaval es un resto de las bacanales, saturnales y lupercales grecolatinas. Todos los pueblos de la antigüedad se entregaban durante ciertos días del año al más completo desenfreno. Incluso los hebreos, aunque lo prohibía su religión, se disfrazaban con gran regocijo en el Purim, fiesta que conmemoraba el haber escapado a las asechanzas del rey persa Asuero que quería aniquilar a los judíos. Grecia y Roma celebraban las bacanales en honor a Baco, cuyas sacerdotisas corrían semidesnudas a través de los campos con el cabello suelto portando antorchas, y adornadas con un cinturón de hojas de parra, tocando la flauta mientras daban grandes gritos. A las bacantes seguía una turba de ninfas y un cortejo de hombres disfrazados de sátiros coronados de pámpanos, embadurnándose el rostro con los posos o heces del vino, y fingiéndose borrachos, o estándolo realmente. Durante los días que duraban las fiestas, esclavos y esclavas gozaban de libertad, vestían trajes de sus señores, en medio de grandes extravagancias y locuras, permitiéndose una conducta ajena a la habitual. España heredó esas costumbres de Roma, que se dejó sentir donde su presencia era más acentuada, como Extremadura y Andalucía. Con la caída del Imperio y la invasión bárbara, la fiesta se modificó, sin extinguirse del todo, ya que los árabes, a su llegada a Mérida, en los primero años del siglo VIII conocieron la vieja costumbre, que incluso adoptaron o permitieron. Durante toda la Edad Media, la Fiesta de los Locos fue prolongación de las lupercales romanas. Fue entonces cuando el Carnaval se tornó menos licencioso, pero más grosero. Llegó por ello a prohibirse durante el pontificado de Inocencio III, en el siglo XII. Con el Renacimiento, también estas fiestas renacieron. El barroco los convirtió en fiesta espléndida y lujosa; y aunque el cambio de dinastía, en el 1.700, supuso un golpe para los carnavales castellano-leoneses, Carlos III resucitó su celebración. El Carnaval fue una celebración festiva, ruidosa y jocunda que inspiró a las

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artes plásticas, y también a la literatura. El Arcipreste de Hita, en su Libro del Buen Amor, plantea en el primer tercio del XIV, una lucha entre el amor loco y el amor bueno, cuasi paralelamente a la lucha entre Don Carnal y Doña Cuaresma. Uno de los pasajes tiene a Extremadura por protagonista. Don Carnal, dispuesto a hacer la guerra a Doña Cuaresma, se dirigió precisamente a nuestra tierra para hacerse fuerte aquí, pues ya entonces era famosa esta zona por su muy sabrosa pitanza, sus tierras fértiles donde se criaban cabrones, cabritos, carneros, ovejas, cochinos, por su riqueza en carnes y golosinas de matanza: “Prados de Medellín, de Cáceres, de Trujillo, La Vera de Plasencia hasta Valdemorillo y toda La Serena, el presto mancebillo alborotó enseguida entrando allí a cuchillo”… Ya en el siglo XV, a finales, la vida estaba dominada –en los gustos literarios– por dos fenómenos: uno elitista, el Renacimiento; el otro, popular, la tendencia pastoril y bucólica. En ambos campos irrumpe el Carnaval con fuerza, aunque como siempre fue el pueblo quien en las fiestas se llevó el gato al agua...: “Hoy comamos y bebamos y cantemos y holguemos que mañana ayunaremos”… Carnaval alegría y confusión. Lo mejor es volverse loco, mezclarse y darle gusto al antruejo. El momento crucial era el Martes, aunque a la caída del sol se presentía la llegada del Miércoles de Ceniza, ay... En tiempos de Cervantes se recitaba por Extremadura y Castilla: “Martes era, que no Lunes, Martes de Carnestolendas, vísperas de la Ceniza, primer día de la Cuaresma. Ved qué Martes y qué Miércoles, qué vísperas y qué fiestas: el Martes lleno de risas y el Miércoles de tristezas”... En el XVI se mantenía el mensaje:”...y comamos y bebamos que mañana ya nos vamos”… En el siglo del Barroco, el XVII, el Carnaval se mostraba exuberante y abigarrado, la fiesta estallaba y se cantaba: “¡Oh loco tiempo de Carnestolendas!, diluvio universal de las meriendas. Feria de quesadillas y roscones. Vida breve de pavos y capones!”… Y en el XVIII, el XIX, el XX –en todos ellos con recortes–; y ya en el XXI, canto a mi pueblo y paisanos: “Con mi trompeta, mi pito y mi alegría; la caja, el bombo, mi voz aún fuerte y mi disfraz, hoy soy cigarra que gozo de la vida, desecho lo que amarga, derrocho simpatía cantándole a mi gente ¡que ya es Carnaval! Lo cotidiano asusta y desespera, pero yo lo disfrazo con esa ironía que es propia de la fiesta de esta tierra mía que hasta de sus pesares sabe hacer su canción. No quiero hablar de lamentos ni herir los sentimientos, queridos paisanos: prefiero acudir a esta cita con mi mejor sonrisa, mi cojera y el alma en las manos. Incluso de mirón... ¡Viva el Carnaval!”...

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Llegué muy tarde al carnaval, pero llegué... Quisiera no errar si afirmo que mi primer carnaval lo viví en febrero de 1983, en Don Benito. Curraba yo en mis últimos tramos madrileños, ya en CAMPSA, y leí que se estrenaba el Carnaval de Don Benito. Pues que me habían sustraído mi 127, volví en tren, a media tarde arribé y los ruidos y el gentío los sentí aún antes de frenar las ruedas sobre los rieles... Y desde la ventanilla observé grupos con disfraces en la parte de atrás de la estación y en la carretera y cercanías. Inaudito. Insólito. Alguien me dijo que iba a comenzar el desfile hasta la plaza. Raudo –entonces uno tenía buenas piernas y se solía ir a todos los sitios andando...– atravesé el parque y por la calle del Dr. Arranz, San Francisco y aledañas –Santiago, San Gregorio, Velasco, etc.–, rodeé camino de mi casa, en Don Miguel Arias a la que arribé por Alonso de Mendoza. Tras la ducha y cambio de ropa, fuera corbata, dije a mi hijo Ángel Luis que íbamos a ver qué era el Carnaval. Leímos que la fiesta sería en la plaza y más luego en el Parque de las Viudas, cual llamábamos al de Sánchez Cortés. Vimos parte del desfile, gentes por las calles, grupos, y sentíamos una alegría ajena. Entramos en la carpa del Parquecillo donde había música, bulla, barra y gentes, algunos disfrazados. En la barra, vestido de niño marinerito, con chupete en la boca, vimos al mismísimo alcalde, León Romero Verdugo, al que saludamos. Luego beber y mirar. Y fumar: creo que fue el primer cigarro que mi Ángel Luis fumaría, al menos delante de mí: ya era un mocito... Desde ese día colaboré en los jurados hasta que hubo un asqueroso manejo de un edil que me hizo saltar, junto a otros, y hasta ahí... Luego, ya en Antena 3, buenos tiempos, hasta radié “el Entierro del Serón”, junto a Mary Ángeles Martín... Al cabo viví el Carnaval de Mérida, abigarrado, y a partir de 1992 –año olímpico, y la Expo de Sevilla– comencé a pregonar el Carnaval adonde me llamaron y gratis total. Guardo textos, notas: entonces había agobio de tareas y hasta algún pregón confeccioné/arreglé, a mano, durante el viaje, mientras conducía mi Manuelilla... 1992, en Fuente del Maestre, a teatro Gran Maestre lleno con esmerada organización de Jesús Lozano, director de “La Chistera” quien hizo una elogiosa presentación del pregonero –entre el gentío saludé a Diego Ortiz, paisano, hijo del alcalde y médico don Emilio Ortiz–. Fue localista porque la Fuente tiene miaja y miajón... Comencé con un poema del fontanés José A. Zambrano y enseguida me metí a las mujeres en el cesto cuando piropeé a las fontanesas: “Tiene mi niña la cara / que es más fina que el coral / porque tós los días se lava / con el agua del Pilar y en El Corro se la enjuaga”… 1993 fui a Usagre, por Pepe Larrey, y mi amistad con el alcalde socialista Anselmo Cámara –somos compadres–; PSOE dominaba Junta, diputaciones, municipios, todo... Pero ya había pregonado San Antón, en Pela, ante el

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mismísimo Ibarra, mediados los 80. Ante los usagreños que llenaban la plaza en tarde soleada, canté: ...”Traigo lección aprendida que recojo en estribillo: levantad ahora la mano y repetid conmigo: que nadie meta la mano, que traigo conmigo el pito y al que meta la mano, un penalti yo le pito...” Ya barruntábamos las corruptelas y dije: “A Anselmo, el alcalde, y a vuestros concejales, limpieza en la gestión, que no quiero corruptelas, que no quiero corrupción; del banco van al banquillo, del banquillo a la prisión pero lo que nadie sabe es dónde está el mogollón”… 1994, 11 de febrero, pregoné el Carnaval Romano de las Comparsas y Murgas, en el teatro María Luisa; la noche anterior, el famoso jugador de baloncesto del Barça y de la selección española, Manolo Flores, emeritense de nacencia, abría las Saturnales y ofrecía –desde el balcón del Palacio Municipal, flanqueado por el alcalde Vélez y su séquito, y por el amigo de Flores, edil comunista Ángel Calle– el pregón oficial, a plaza vacía, qué pena de dinero público derrochado con dos orquestas y nadie bailando... Hubo “guerra” entre Comparsas y Ayuntamiento a cuenta del Martes de Carnaval que querían festivo. Me lo pusieron a güevo... Así que me vestí de senador romano y simulé ser enviado del Imperio para discernir si “en Hispania, en la cívitas emeritense, en la Augusta Emérita, había rebelión de esclavos o qué... Obvio: informé que no, que sus armas eran flautas, guitarras, bombos y que tales Comparsas que tanto temen “El pequeño emperador con barbas” (Antonio Vélez) y la bruja “Tenti la tonta” (Delegada de Cultura), son buenísimas gentes, currantes que tras la dura jornada cotidiana solían reunirse en lugares discretos no para conspirar ni transgredir sino para cantar, ensayar y preparar un periodo donde la transgresión se institucionaliza que aquí llaman Carnaval y que es la destrucción momentánea, coyuntural del orden social a través del disfraz, la máscara y cánticos y juergas, con inversión de papeles, travestismo y crítica

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sana: derroche, fantasía pura, como un reino de la Imaginación donde gobierna la fantasía, la bendita locura colectiva, la liberalización de los instintos, la libertad a tope”… Las ovaciones del teatro a reventar –y ver en primera fila, a los jefes: “el pequeño emperador con barba” y la bruja rubita “Tenti la Tonta”, él con chistera y bastón, impasible, o asustados...– me elevaron el ánimo ya bien preparado pues hasta viajé varias noches a Puebla donde un cantautor amigo me grabó música a la que puse letra y canté a pleno pulmón, jó... Naturalmente comencé con “Yo soy el otro, el otro, soy el otro pregonero”... que repetí mil y una vez... Subí al escenario tiritando de frío pues mi ropa era liviana, aunque sonó el “Vieni, oh guerrero vindice”, del “Gloria” de Aida y crecí... Y cuando entoné a ritmo del tango –lamento de putas y cabrones, dicen...– Adiós muchachos, mi “Oíd muchachos de comparsas tan queridas, y chirigotas de nuestra Emérita, qué faenita nos hizo la rubita, pues hay que ver lo del Martes qué putada. Oid muchachos ni me callo ni resigno, a que nos birlen ese festivo, hay que exigir a todos los partidos que sea festivo Martes de Carnaval. Recuerdo de otros tiempos que hubo en Carnaval, el día era festivo y todos a gozar, porque este pueblo llano, que es el que curra, ya ganó su derecho a disfrutar”… Fernando Delgado me dedicó su célebre columna “Pecholata” donde escribió: “...me han dicho que Ángel estuvo genial, con su peculiar y valiente forma de criticar y al “Pequeño Emperador”, Antonio Vélez, y a Tenti Martínez, les dio un buen recital vestido de romano o “pecholata”, sin coraza matálica. Las autoridades aguantaron el tipo. Las comparsas no quieren paz hasta que el Martes de Carnaval no se haga festivo; es un pulso duro, inflexible y con alguna que otra marcha atrás de algunos políticos que ahora dicen haberse equivocado aumentado los festivos de la Feria de Septiembre... Ángel Valadés lo hizo a su estilo, cantando, con una muy buena puesta en escena y con ese piquito que no lo calla ni el mismo “sursum corda”. Si repites el pregón, en algunos de los “altares” que han levantado, no me lo pierdo. Palabra. Bien Ángel, bien. Un acontecimiento tu pregón. Algunos tragarán sapos. Hay estómagos que soportan todo. No sabemos cómo harán la digestión”. Fernando y yo, coetáneos, tuvimos rifirrafes –hoy somos amigos– de ahí que fuere más de agradecer su columna. Repetí pregón en Mérida en 2001, con bronca Me ha pasado en otras ciudades –en la que más Valdivia, donde pregoné en 6 ocasiones con alcaldes de distinta ideología: franquista, sociatas, comunistas, pepero...–, y en Mérida nueve años después repetí de pregonero, el 10 de febrero de 2.001, en plena siesta, 16 horas, en la Casa de la Cultura, llena, sorpresa. Fue mi último pregón, a un año de aquel ictus isquémico que me orilló... No había “guerra” aunque sí hubo bronca pues evocando mi pregón de 1994 hablé de “Tenti la Tonta, la bruja rubita” y héme aquí que Dª. Tenti Martínez surgió de entre el público, se dirigió hacia mí, encarándose, y gritan-

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do vaya a usted a saber qué ofensas, que las hubo... La prensa, en primera página, al día siguiente tituló: “La exconcejal Tenti Martínez increpa al pregonero del Carnaval, Ángel Valadés, durante el desarrollo del pregón”, fotos incluidas. Me dediqué limpiamente a cantar el Carnaval: “Ay Carnaval, carnavalero, torbellino de colores, risas, serpentinas, flores, embozo, antifaz, plumero, matasuegras y tambores, danzarines emeritenses... equívoco, burla, juego, bromas, disfraz, amores, tragos...Pero tragos buenos y buenos tragos”... Y echando mano a un vaso de vino tinto, puesto en una mesa, canté el brindis de “Marina”, cuyo coro final dice: “A beber, a beber y apurar la copa del licor que el vino hará aumentar los goces del amor”. Y ordené dar comienzo a la fiesta a la que me sumé con mi guitarra, mi pito, mi viagra y mi alegría como esa cigarra que canta el gozo de la vida derrochando simpatía… En 1996 pregoné en Hornachos, otra vez de senador por la historia de la urbe de la que tengo el escudo de oro, como el de Mérida. Fue un 17 de febrero y palpé el calor carnavalero de los hornachegos, con comparsas veteranas y célebres. La dama dombenitense Leonor Ramos Godoy fue testigo. Un año después, 1997, di con mis huesos en mi entrañable Los Santos de Maimona, de mi muy querido Cipriano Tinoco, donde el gran Lucio Poves me presentó cantando a ritmo del “Chacachá del tren” -que fue uno de mis programas en Radio Tierrablanca-: “Desde tierras de los patricios romanos ha llegado el regordete Valadés, personaje conocido y recordado, más caliente que una plancha y un experto en el joder. Su boquita de piñón alegra al personal, prevengo a las mocitas, ¡se pueden enamorar!... Porque Ángel Valadés, de entrada es un Don Juan, amante apasionado, un tipo fenomenal”... Me sorprendió el bueno de Lucio y hube de cuasi improvisar mi pregón, bien trabajado de antemano...Y entoné: “Luci de España, señores, Luci de España, valiente. Luci con bata de cola, con peinetas y pendientes. No te importe lo que digan porque tú sabes estar, ¡no nos faltes ningún año porque tú era Carnaval!”... Y les narré el cuento de Goytisolo: “Érase una vez un lobito bueno al que maltrataban y perseguían todos los corderos. Y había, también, un príncipe muy malo, una bruja muy hermosa y un pirata muy honrado, muy guapo, no cojo ni bizco. Todas estas cosas había una vez cuando yo soñaba un mundo al revés”… En 1999, el 12 de febrero, pregoné en Villanueva de la Serena, tal cual como en mi casa; creo me presentó, afablemente, mi amiga Rosa García... Obvio: entré cantando lo de “Es Mary Carmen, dijeron todos”... y a cada ratillo inquiría: “¿Y Curro, dónde está Curro?... Comiendo y bebiendo con Manolo, el chino del “Shanghai”, o en “La Oficina”... Y di la murga a la alcaldesa: “No te puedo votar, porque no cumples lo que prometes”... Y evoqué a los que impulsaron el carnaval serón, lo revitalizaron, allá naciendo los años 80: los inolvidables “Santanitos”, entre ellos mi amigo y compañero en A-3, Diego García Campos, “...que estará con una copichuela de coñac en su mano por algún lucero (para no

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pasar frío, claro está...), feliz Diego por la alegría que advierte en sus paisanos; y también mi compi Miguel Ángel García, “Justi”, la fotógrafa, Germán Manzanedo, Pepe “Revilla”, José Blázquez y Yoabel... Y Paco, mi amiga “Paca la de los periódicos”, que incluso durante la oprobiosa se disfrazaba a su aire”...Y apelé a los consejos cervantino de “El Quijote”, animando a no hacerle ni caso cuando el hidalgo advirtió a Sancho Panza: “Come poco y cena menos, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la cocina del estómago”... Y “sé templado en el beber que el mucho vino ni habla bien ni guarda secreto”... Y pedí a gritos mandar a hacer puñetas tales sabios consejos por unos días y así “¡Divertíos, disfrutad, gozad, bebed, bebed, bebed” mientras engullía una copa del “Missino” de Catalina Arroyo, cantando: “Si Dios hubiera hecho de vino el mar, yo me volviera pato para nadar; esa es mi dicha: ¡bebamos más!; ante vino tan sabroso mi gaznate es un brocal... ¡Viva, viva la alegría, vivan, vivan las canciones y que vivan los serones... Ya lo dijo el gran Emilio Vilches, “El Maestrito”: ¡aire, aire, y mucho aire”...; y luego, tras proclamar la República cual solía hacer en pleno franquismo, añadió: “¡Maricón el que no baile!”... Y la fiesta comenzó hasta el Volteo del Pelele y el Entierro del Serón… Viví el fiasco de “Dª. Adelaida” en Don Benito En mi pueblo hubo grandes pregoneros y recuerdo a botepronto a Barnardo Víctor Carande, a Feliciano Correa, “Paolo de Atalaya”, Luis Landero, Sebastián de la Peña, Julián Mora Aliseda... Y surgieron “Amigo del Carnaval” que curró lo suyo: Julio Suárez, Carmona, Gumersindo de la Calle que se nos fue temprano, andaluz gracioso... En el 90 nació la Revista del Carnaval y ha poco, ese libro “Don Benito y Don Carnal” con la evolución del Carnaval desde mediados del XIX hasta hoy, con claroscuros en el tiempo, pergeñado por Sara Parejo y Victoria Seguí Godoy. No lo leí, aún, y no sé si reseña aquel “Desfile del dragón”, en la Nochevieja de donde, quizás, prendió el Carnaval calabazón en el que conocí dos grandes fiascos. Las distintas corporaciones, unas más, otras menos, amamantaron el Carnaval con dinero público, no me agradó jamás. Para mí ese es el gran borrón pues Carnaval es la liberación de la vida jerarquizada y prosaica, la quintaesencia de las fiestas profanas surgidas del pueblo... Y los dos fiascos: el pregón, o lo que fuera, la pésima lectura de la tal “Doña Adelaida”, de series televisivas –Rosario, “Chari”, Gómez Miranda–, quien se acordó era de Don Benito para venir a cobrar excesivamente aunque la culpa, imagino, sería de quienes ordenaron semejante pago y hasta la orientaron en su verborrea indescifrable... En otra ocasión, años 80, y tal que los premios alcanzaron cantidades sustanciosas, el edil de la cosa –que al cabo fue a vivir a Badajoz y cambióse del PSOE a IU...– manejó la entrega de premios de tal manera infame que el Jurado, compuesto por miembros de los medios –Pablo Sánchez, quizás Capilla, yo...- y amigos del edil, que dominaban, estalló escandalosamente en pleno Carnaval y jamás se supo algo más, finiquitando la historieta…

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Sé qué últimamente “Achikitú” sostiene el Carnaval, pero hace años que no puedo ser carnavalero, aun cuando lo siga siendo mi espíritu. ¡Feliz Carnaval y Viva el Carnaval!

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Galería de Pregoneros del Carnaval de Don Benito

1985.- Bernardo Víctor Carande

1989.- Feliciano Correa Gamero

1986.- Paolo Atalaya de Tena Guillén

1990.- Francisco Lebrato Fuentes

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1991.- Rosario Gómez Miranda “Doña Adelaida”

1992.- Luis Landero Durán

1993.- Julián Mora Aliseda

1994.- Sebastián de la Peña Martín

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1996.- Santiago Urrialde “El Reportero Total”

1998.- José Antonio Gutiérrez Ortiz

1997.- Mª del Mar Gómez Fornés

1999.- Mª Dolores Cabezas de Herrera Fernández

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Historia de la Comparsa Achikitú 2016

Ángel Sánchez Sánchez Achikitú inició su andadura en enero de 2006, como un grupo de jóvenes inquietos, que buscaban la forma de dinamizar Don Benito con actividades juveniles muy demandadas en el momento. Las ganas de participar, crear proyectos y movilizarnos por nuestra localidad nos llevó a participar en las Cabalgatas de Reyes, a realizar eventos como el Festival “Extremiedo”, o la ruta de “Fiestas del Agua”, buscando un ocio alternativo, y también tratar de recuperar el Carnaval de Don Benito. El paso de los años ha ido madurando un grupo de jóvenes que ha recibido y reciben formación, que amplía actividades de incidencia social, no sólo en la Ciudad, sino en toda la región, al que se han añadido personas de diferentes edades, con lo que además, es un punto de encuentro para las familias, donde se fomenta la integración. Achikitú se lanzó desde el primer momento a intentar recuperar el Carnaval de Don Benito, casi con una generación que no pudo disfrutarlo, y desde 2009 participó también en el desfile de comparsas del Carnaval de Badajoz. Desde Don Benito acuden cada año al Carnaval de Badajoz para dar a conocer la Ciudad -una de las comparsas más lejanas a la capital pacense- y para representar un modo de carnaval diferente, alegre y siempre buscando la originalidad, echando un vistazo a lo que añoran de su Ciudad, dándoles una nueva visión del carnaval. Durante su historia en el Carnaval de Badajoz han obtenido siempre premios en estandartes o en disfraz individual. El número de componentes este año es

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de 60 miembros, el representante y diseñador es Ángel Sánchez, el coreógrafo es Mario González y el director de percusión es Christian Zamora. “Participar en el Carnaval de Badajoz es emocionante, igual que lo es desfilar en Don Benito para nosotros. En Badajoz te saludan y aplauden tus paisanos mientras desfilas representándoles. En Don Benito, te animan a que sigamos adelante rescatando esta fiesta, y eso es responsabilidad de todos” (Ángel Sánchez).

Achikitú presenta en 2016 a las “Superheroínas”, una temática basada en esas personas con grandes poderes que son capaces de compatibilizar vida, familia, trabajo y tareas domésticas. La música está basada en canciones animadas, entre ellas “I will survive”; el vestuario está inspirado en una mujer y todo lo que engloba en su vida prácticamente, y cómo consigue compatibilizarlo de una manera divertida, con un toque de súper héroes. El complemento de baile es lo más característico del vestuario, ya que es la forma más práctica de llevar “la casa a cuestas” y el diseño de la coreografía es interactivo con el traje. Es un traje muy colorido, cómodo y con muchos elementos que son móviles y que sirven para hacer más amena la interpretación. Con esta temática, homenajean a todas las mujeres luchadoras, a las que lo son y a las que lo han sido alguna vez

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en su vida. “Ver de nuevo las calles llenas de gente, disfrazándose y participando en el carnaval, era algo antes imposible. Hoy es una realidad en Don Benito, volvemos a tener carnaval, y eso nos hace muy felices a muchos dombenitenses y foráneos” (Ángel Sánchez). Desde Achikitú agradecemos mucho a todas las personas que han visto crecer este proyecto, a las empresas y personas anónimas que aportaron su granito de arena para hacer que hoy en día, el Carnaval de Don Benito vuelva a ser una realidad.

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