Germán Camacho López
distrajo un momento revisando su mochila, pensando que había olvidado un cuaderno y encontró en el fondo de esta una nota que hace días había recibido de parte de su amado Hans… como lo extrañaba, como ansiaba tenerlo a su lado. Al llegar a la universidad, sintió que aquel oscuro presentimiento subsistía, empezó a temer lo peor, tal vez le hubiese ocurrido algo a su solitaria madre; no se sentía capaz de ingresar al aula de clase con aquella incertidumbre. Tampoco tenía carga en su teléfono móvil para comunicarse, así que se acercó al salón en busca de Mariana, quien estaba sentada en un pupitre de la segunda fila. —Hola Mari—se aproximó la joven—¿Qué haces? —Estoy
revisando
el
taller
de
procesos
de
comunicativos ¿tú lo terminaste? —Claro ¿necesitas ayuda? —No descuida, solo verifico que haya dejado todo en el orden que iba. Ayer me acosté a las dos de la mañana, pero gracias a Dios, lo pude terminar. 333