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los elementos que formaban parte del embrague, iban avanzando de sus respectivas jaulas de almacenamiento y ensamblándose uno a uno, y al final de la línea, un moderno brazo robótico colocaba el plato de acero con el embrague ensamblado en un disco giratorio para determinar si este estaba balanceado dinámicamente y en caso de no estarlo, el mismo sistema automático determinaba en qué posición había que hacer un corte en la orilla del disco para lograr su balanceo estático y luego dinámico. Una vez efectuado este proceso, nuevamente el disco con el subensamble respectivo se volvía a someter al giro correspondiente hasta determinar que el balanceo dinámico estuviera correcto y entonces sacaba el producto por el lado izquierdo de la línea de producción, mientras que los subensambles que no quedaban ya balanceados los sacaba automáticamente por el lado derecho de la misma línea. Considero que este proceso mencionado de ensamble y balanceo estático y dinámico de principios de los años 80 (hace 40 años), fue uno de los precursores de los sistemas robóticos y automatizados actuales de las líneas de producción que ya existen en la mayoría de los países industrializados del planeta. Posteriormente a este entrenamiento en Estados Unidos, regresé a la planta en la Ciudad de México, la cual se encontraba en la colonia Industrial Vallejo, donde los procesos de fabricación se continuaban llevando a cabo de forma manual y a veces semiautomática, lo cual distaba mucho de tener procesos totalmente automatizados, como el mencionado anteriormente.
"En esos años, era impensable que los procesos industriales, ya fueran manuales o por medio de maquinaria, llegarían algún día a ser totalmente automatizados y robotizados y que, en algunos de ellos, la mano de obra humana, casi no estuviera presente".
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