Fundación Televisa. Aún como el pachuco que le llevara a destacar en la radio y el teatro de variedades, pero ya encarnando a “Tin Tan”, Germán Valdés protagoniza Hay muertos que no hacen ruido (México, 1946), de Humberto Gómez Landero, en una complicada trama en la que es acusado de participar en el asesinato cuya víctima es él mismo.
Raft, entre otros– lo entusiasmaban, al igual que las de Buster Keaton y Cantinflas. Germán, enamoradizo como él solo, ya había contraído matrimonio con la joven Magdalena Martínez – estadounidense, aunque oriunda de Ciudad Juárez–, la hermana de Lito Martínez, su amigo y compañero en el equipo de beisbol. Eran tiempos de locura bélica en que ocurrían hazañas como la del aviador Francisco Sarabia, el Conquistador del cielo, quien batió el récord de vuelo México-Nueva York para enfrentar poco después un trágico destino que causó la consternación nacional. A su vez, Germán se enfrentaba al reto personal de tener su primer hijo, a quien bautizaron como Francisco Germán Valdés. El trabajo en la estación y su amistad con Pedro Meneses iban viento en popa; Germán tenía ya una responsabilidad propia y su familia se preparaba para mudarse a Laredo, ciudad donde fue transferido su padre, don Rafael. Las tablas de Germán como locutor y actor cómico se afianzaban con su participación en varios programas: fuera como “el marinero Tobías”, “El Topillo”, el “Manito del otro lado de la frontera”, el “Tirilón” o el “pachuco que portaba un zoot suit” – que Meneses había adquirido en la casa Rosens de Juárez, como declaró el propio Meneses en entrevista con Jaime Contreras. El teatro-estudio de la xej había adquirido ya gran popularidad y ahí además se presentaban algunas compañías teatrales, entre ellas la que formaban el empresario Jorge Maulmer y su medio hermano, el célebre ventrílocuo Paco Miller –su verdadero nombre era Edmundo Hernández Guijón–, con su inseparable muñeco Don Roque, de cuya ironía nadie escapaba. De hecho, el mismo Germán parodiaba a los actores de estas caravanas artísticas, que utilizaban Ciudad Juárez como punto de inicio para sus giras por los Estados Unidos. Miller gozaba de una buena reputación en el ámbito artístico debido no sólo a sus espectáculos cómico-musicales, sino 14
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En una de esas giras, a principios de 1940, Maulmer y Miller se toparon con un problema artístico en El Paso, Texas. Los empresarios y su administrador, Alberto Salas Porras, que conocían bien a Germán Valdés, solicitaron su presencia por mediación de Pedro Meneses, quien vio la gran oportunidad de “La Chiva” o “Topillo Tapas”. también a sus incursiones en la farsa política –puesto que no sólo los grandes actores y las compañías de revistas bien organizadas representaban revistas políticas; también abordaban este género figuras ajenas al teatro. Paco había hecho una temporada en el teatro Lírico con exitosas obras de este tipo, con nombres como Las máximas de los máximos, Convención de tenorios, prm y Don Porfirio ante la historia. En una de esas giras, a principios de 1940, Maulmer y Miller se toparon con un problema artístico en El Paso, Texas: a su comediante Don Nato (o Donato) le habían impedido cruzar la frontera, ya que portaba unos carrujos de marihuana. Los empresarios y su administrador, Alberto Salas Porras, que conocían bien a Germán Valdés, solicitaron su presencia por mediación de Pedro Meneses, quien vio la gran oportunidad de “La Chiva” o “Topillo Tapas” –como le había bautizado recientemente. No obstante, advirtió a Germán que aquello no era un juego; estaba entrando de lleno al show business, un mundo atractivo de juerga y dinero pero también de constancia y disciplina, cualidades de las que Germán carecía, aunque las suplía con su inigualable don de improvisación y espontaneidad. Otra versión atribuida a Miller dice que Donato –o quizás otro cómico llamado Aréchida, nacido en los Estados Unidos– no pudo cruzar la frontera por ser un “desertor” que se había Noviembre - Diciembre 2013