Pregón San Isidro 2016

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PREGÓN DE!

! ! ! ! ! ! 2016 CARMENSA PADRÓN DÍAZ

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Buenas noches y bienvenidos todos y todas los presentes, Sr Alcalde, Sr Cura Párroco y demás autoridades, familia, amigos y vecinos, a este acto que da inicio a las Fiestas Patronales de San Isidro Labrador en el año 2016. En primer lugar, me gustaría agradecer la invitación que me ha hecho estar aquí hoy frente a ustedes, así como las palabras sobre mi persona que ha comentado Loly Mederos, pregonera del año anterior y a ustedes por acompañarme en este viaje hacia el recuerdo del barrio. Son tantas vivencias y sentimientos que espero que comprendan el nerviosismo del momento y que se me pueda quedar algún nombre en el tintero. No voy a contarles datos cronológicos de nuestro barrio, sólo empezaré con unas breves pinceladas de la vida de San Isidro y continuaré con mis vivencias en las fiestas. Si nos paramos a pensar, no estamos acostumbrados a ver entre las estatuas o imágenes de los santos, a hombres vestidos con pantalón y azada en la mano. La verdad que no se tienen demasiados datos sobre la vida de nuestro patrón. Nace en Madrid, alrededor del año 1080 o 1082, en el seno de una familia humilde, el hoy patrón de nuestro barrio y de cuantos se dedican al cultivo de la tierra. Isidro fue educado en el santo temor a Dios y en la práctica de las virtudes cristianas siendo gran devoto de la Virgen María, teniendo que pasar la dura prueba de quedar huérfano. Tuvo que buscar trabajo para obtener el pan de cada día, así que empezó a trabajar con el señor Vera, destacando sobre el resto de trabajadores por su trabajo, bondad y piedad. De ahí que despertara en sus corazones el vicio de la

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envidia, acudiendo al amo porque Isidro abandonaba los trabajos para orar. Estos hechos se repitieron en varias ocasiones y lugares de la vida de nuestro patrón. Era un alma de profunda oración, nunca salía para su trabajo sin escuchar la Santa Misa y encomendarse al Señor. Muy cerquita de donde estaba Isidro, en el pueblo de Uceda, había una joven, llamada María, a la que su padre quería ofrecer en matrimonio a un joven trabajador y cristiano, así que Isidro que se dio cuenta de que solo en la vida no podía seguir, se animó a conocerla. De aquel encuentro, del que todos quedaron encantados, salió la boda que pocos meses después se celebró. Vivieron entregados a la oración, al trabajo y a las buenas obras durante su feliz matrimonio del que nace un hijo de quien no se tienen datos biográficos. Este matrimonio se encargaba de asear una ermita cercana. Esta ermita se llamaba Santa María de la Cabeza, de ahí que la esposa recibiera ese sobrenombre. Nuestro patrón, después de muerto, hizo más obras prodigiosas que durante su vida. Recibió sepultura en el cementerio de San Andrés, siendo examinado 40 años después de su muerte, dándose cuenta de que estaba incorrupto como el primer día. El viaje hacia mis vivencias comienza con una pregunta: ¿Qué es para mí ser pregonera? Para mí ser pregonera de este barrio, es un gran orgullo, hoy será un día inolvidable para mí y los míos, debido al reconocimiento que esto supone hacia mi persona.

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Cuando me ofrecieron ser pregonera de las fiestas, mi primera respuesta fue decir que no y no porque no me hiciera ilusión ocupar este sitio, si no que me preocupaba la idea de no poder con todo esto. Ya saben ustedes que el miedo es libre y cada cual coge el que quiere. Este miedo, no me permitió saborear lo que se siente cuando te ofrecen algo de tanta valía. Creo que, a pesar de estar hoy aquí frente a ustedes, sigo sin hacerme a la idea de que este año, soy yo, la que se pone a hablar de este barrio, nuestro barrio, y sus fiestas. Estas fiestas que tanto trabajo, pero tantas alegrías han traído siempre. Espero que cuando termine este viaje, haya sido capaz de transmitirles, con mis palabras, el amor que todo esto mueve siempre en mí. La llegada del mes de mayo a San Isidro, supone idas y venidas con escaleras para engalanar el barrio con banderas y bombillos, el altavoz, anuncia los diferentes actos, las calles se llenan de música, los frontis de las casas se adornan con traperas y cosas típicas de nuestra tierra, nuestras calles se abarrotan de bochinches, cochitos y carteles que dan la bienvenida a nuestro barrio en fiestas, un barrio que recibe siempre con manos abiertas, a aquellos que retornan al olor de las papas arrugás con mojo, a carne en salsa, a huevo duros …¡olor a romería! Qué les voy a contar de mí que no sepan. Nací en el seno una familia de este barrio, hija de Pepito el “zapatero” y Fefita. Un hermoso matrimonio del que nacieron ocho hijos. Quien me iba a decir a mí, que la víspera de la fiesta bailaría los papagüevos con un chico del Lomo San Antón, y que éste, casi acabando el

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día de San Isidro, se acercara a mí y siguiera conmigo tantas y tantas fiestas. Este chico se convertiría años después en el que hoy es mi marido, Jorge. Fruto de nuestro matrimonio nacieron nuestros dos hijos, Jonathan que junto a su esposa Yanira me han hecho una feliz abuela de Álvaro y Luis, y mi hija Azahara. Cuando me puse a pensar en qué contar, por dónde empezar, pues no sabía muy bien qué hacer, así que pensé que como las historias empiezan a contarse por el principio, pues habría que comenzar por ahí. Mis inicios en estas fiestas comenzaron a mediados de la década de los 60, ayudando a vender números del arco los domingos por la mañana, cuando se acercaba el mes de marzo e inicios de abril. Empezábamos la venta en la plaza, entre otros, Juan Manuel Ramos, Pino Mateos, Carmensa Mujica, Bibiana, Pepa la de Manolo, Ana Luisa,… donde nos esperaban Eroteide y D. Santiago el cura, que nos llevaban a distintos barrios de la zona. Poco a poco, el barrio se iba preparando para los festejos, y ayudaba a Chanito, el padre de Lola Mari y Ana, a desenredar banderas y cables de los bombillos, y a Suso el de Guía a colocar las luces en la plaza. Qué añoranza los juegos infantiles de aquella época en los que nos metíamos en los sacos para prepararnos para la carrera, gracias a la bicicleta que traía Claret para que pudiéramos jugar al juego de la cinta en el que había que meter un lápiz en un agujero, el que quitaba más cintas ganaba. El juego de la carretilla, juego del chocolate con los ojos cerrados,…¡bien de vivencias de aquella época! !


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El 14 de mayo llegaba con repique de campanas y voladores. Mi acto preferido eran los papagüevos, que sobre las 4 de la tarde salían de la casa de Manolito Cabrera. De ahí íbamos hacia Marmolejos, La Montaña, pasábamos por Gáldar y regresábamos a las calles del barrio, para terminar bailando en la plaza. Después de esto, todos íbamos a cambiarnos y a comer para luego ver los fuegos artificiales y bailar en la verbena. Vienen a mi cabeza, con cariño, mis primeros días de San Isidro. Llegaba el día más importante, el 15 de mayo, en el que me engalanaba, con el vestido que me había cosido Lolita Bolaños y un bonito par de zapatos nuevos, zapatos que empezaban en los pies, ¡pero terminaban en las manos! Todos nos reuníamos en casa con la familia que venía a disfrutar de la fiesta. A las 11 de la mañana, se sacaba el santo para dar los premios a los animales de la feria y una vez llegaban las 12 se ofrecía la Santa Misa que culminaba con la procesión por diferentes calles del barrio. El trono de hoy no es como el de antes. El antiguo trono tenía cuatro ruedas y una persona tenía que ir debajo conduciéndolo, mientras otra persona, lo iba guiando. Normalmente quienes lo llevaban eran Manolo Cabrera y Pepe Bibiano que en gloria estén. Hablar de las fiestas de este pueblo, es hablar de Chonita la de Luis Ramos. Ella me llamaba por teléfono y me decía: “Mencilla, dice Luis, que si les lleva a ti, a Angelita y a Fefa Ramos, a vender números a los de Pancho María”. Y para allá íbamos las 3 con él a vender los números que quedaban, mientras ella aprovechaba cualquier acontecimiento que se presentara para vender todos los números que podía.

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Ahora vendo números acompañada de Talacha, que a toque de teléfono nos ponemos de acuerdo para salir a vender. Gracias a las manos que colaboran en vender y comprar números, para que las fiestas puedan realizarse, entre ellos a Julio y Elena quienes venden números en la relojería. Poco a poco, con el tiempo, comenzaría el gusanillo de mi querida romería. Desde el principio estuvo capitaneada por el siempre incansable Manolo Cabrera, eternamente en nuestro recuerdo. Un día nos reunió y nos dijo que había que colaborar con el barrio, y quería que nos encargáramos de uno de los actos más importantes de las fiestas, la romería ofrenda a nuestro patrón. Comenzamos a trabajar, codo con codo junto a Manolo, José Suárez, Jorge, Juan Antonio Lugo, Pepe Luis “el cojo”, Isaac el yerno de Talacha, Diego, Claret, Pepe Moreno, mi cuñado Félix, Pedrín, Antonio Bolaños, Julio Almeida,

Juan

el

de

Ana,

Pepe

Luis

el

de

Amelia,

Luis

Sosa,

Onofre,…acompañados todos ellos por sus mujeres. A lo largo de este tiempo, se han ido uniendo otras personas, entre las que destaca Manolo el de Serenela. Han sido años de mucho trabajo donde primaba la colaboración, la ilusión, el respeto y las ganas de que todo saliera genial. Años en los que había que organizarse con bastante tiempo de antelación. Los hombres comenzaban con sus reuniones unos dos meses antes, reuniones en donde se distribuía el trabajo de cada uno en cuanto a rondallas, carretas, barrios, comidas,…hasta llegar el gran día.

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Bien entrada la mañana, aun casi sin salir el sol, Antonio Trujillo encendía el fuego de los fogones del colegio y, poco a poco, iban llegando los primeros hombres y mujeres a la cocina para empezar a abrir panes para hacer bocadillos. Manos gentiles siempre las de Angelita, Fefa Ramos, Amparo, Talacha, Lina, las hijas de Vitoria, Carmina y las mujeres de los hombres encargados de organizar la romería. Ya pasado el mediodía salíamos del colegio para llevar todo a la plaza donde estaban adornando el escenario Rito el de María Josefa, Carlos el nieto de Carlotita e Isaac Bolaños y desde hace poco, mi hermano Toba. Terminábamos cerca de las 4 de la tarde para llegar a casa, comer algo, vestirnos y que cada uno empezara con la tarea de la que se había encargado. Una vez todos estaban preparados era hora de empezar la romería, así que Julio y Maruca ya podía colocar al santo patrón en la puerta de la iglesia. Era un día en el que se estaba en pie antes de que saliera el sol, se sabía a qué hora se empezaba, pero no cuando se terminaba. ¡Qué gusto nos daba terminar ese largo día comiendo todos juntos para celebrar el trabajo bien hecho! Todo este duro trabajo culminaba con la excursión al Aquasur, donde disfrutábamos de un maravilloso día “en familia”, ¡comportándose algunos como !niños pequeños"! o bien, la salida al campo, donde todos participábamos de una gran chuletada. Lástima que estas hermosas costumbres se hayan ido perdiendo.

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Coincidiendo con la entrada de mis hijos en el colegio, pertenecí al antiguo APA y con Mari la de Juan Isidro, que era la presidenta, surgió la idea de hacer una carroza. Pepita Delgado y yo nos dedicábamos a buscar en las casas comerciales una ayuda para hacer la carroza, que siempre patrocinaban Cristalería Juan Pérez y Paco Sosa. Ya teníamos patrocinadores, así que ahora había que buscar quién nos diseñara la carroza. Paco Juan, Isaac, Carlos o Rito fueron algunos de los encargados del diseño al que luego irían dando forma poco a poco las manos de Gema, Mari Sosa, Angelita, mi hermana Loly, Pepe Moreno, Pepe Martín, Pepita, las de Mary y las mías. Bien de horas metiditos en la casa Ciel y en el almacén de los romeros, en donde en momentos de lluvia había que guarecerse debajo de las plataformas o camiones de plátanos que estaban allí para que, una vez escampara, seguir con el trabajo. De esta época recuerdo que nos daban hasta las 12 o la 1 de la mañana, “trajiniando” entre pinturas, periódicos, pinceles,... Una vez llegado el momento, mientras Antonia la de Donato maquillaba a los niños y niñas que se subirían en la carroza, todavía teníamos una cuenta pendiente, buscar un jeep que remolcara la carroza durante la cabalgata. ¡Bien de carreras! Más adelante se siguieron haciendo en la AAVV de San Isidro y las montábamos en la Ciel, pero ya no estaba tan implicada.

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Como colofón al duro trabajo realizado todas esas noches, disfrutaba como una niña el día de San Isidro por la tarde en la batalla de flores, donde nos reuníamos, por la parte de abajo de la plaza, todos los componentes de la romería y allí gozábamos de un gran combate unos contra otros. En lo que menos pensábamos era en lanzar bolas a las carrozas, lo que hacíamos era tirarnos bolas entre nosotros mismos corriendo de un lado para otro, aunque siempre elegíamos todos la misma diana, Manolo Cabrera que a pesar de estar sudando y de tener las orejas y la cara “colorás como tomates” no se rendía ante nosotros. Para terminar, recuerdo una anécdota de este día con Rita “la panadera" quien, una vez terminada la batalla de flores, salía de su casa por la calle para arriba bien peinadita y todos abríamos los confetis para echárselos por la cabeza, mientras ella, entre enfado y risas, agitaba sus manos para defenderse de nosotros. Les invito a que estos días participen en los diferentes actos que llenarán el barrio de música, con diversas actuaciones y festivales, este año se celebra el !Primer encuentro de solistas Manolo Cabrera", habrá momentos dedicados a los más pequeños y a los más grandes, eventos que nos acercarán a las tradiciones de nuestra tierra, entre otros, la romería ofrenda a nuestro patrón, les animo a decorar sus frontis porque este año se premiará la decoración de las casas. Como toda fiesta tiene su corte de honor pues no puede faltar la elección infantil, juvenil y rey de nuestras fiestas.

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Otros momentos importantes serán el pregón de Santa Gema a cargo de Ana Viera Betancor y “San Isidro en el recuerdo” en el que se hará un reconocimiento a las personas que han estado al servicio del barrio durante muchos años. No pueden faltar diferentes eventos deportivos de diversos estilos y como deporte es salud pues habrá momentos también para conocer nuestro cuerpo y la importancia del crecimiento personal. Hasta que poco a poco, entre acto y acto, llegará la víspera de nuestro día, en el que empezaremos desde el mediodía a ponerlos las pilas en la plaza para, una vez llegada la tarde, comenzar a bailar los papagüevos. Será un día y una noche en la que no faltarán la música y los fuegos artificiales. Llega el día 15 y comenzaremos bailando, bien tempranito, la diana por diferentes calles del barrio. El día estará lleno, como no podría ser de otra manera, de eventos tradicionales, religiosos, vuelta a la infancia con nuestra querida batalla de flores y terminaremos con música hasta que poco a poco se vayan vaciando las calles de gente, vaya desapareciendo el olor a papas arrugás con mojo, a carne en salsa, a huevos duros,… Pero todo no termina ese día, todavía habrá momentos divertidos en nuestro barrio y en el barrio de La Enconada, hasta que los actos vayan terminando, iremos descolgando las banderas, las luces apagando hasta que vuelva todo otra vez a la calma con la sensación de disfrute y del trabajo bien hecho, a la espera de que pase el año para volver a disfrutar de nuestras fiestas.

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Aquí termina el viaje por mis vivencias en estas fiestas. Reitero el agradecimiento por haber pensado en mí para este acto de tal envergadura y agradecer a los presentes el haberme acompañado durante este ratito con tanto silencio, respeto y complicidad. Me despido y les dejo con una frase de la que desconozco autor: !Extrañar es el precio que se paga por vivir momentos que son extraordinarios". Me gustaría que Maruca, Julio y Juan Manuel, subieran un momento conmigo. Hasta hace muy poquito tiempo he visto cómo alguien, durante muchos años, invitaba el día de San Isidro a todos los presentes a cantar el himno a nuestro patrón. Lo hacía con tanta vitalidad y pasión que todavía hoy yace en el recuerdo de muchos de los aquí presentes, seguro que a más de uno se le erizaba el pelo al escuchar una y otra vez el himno seguido de la expresión “¡No se oye! ¡Viva San Isidro!”. ¡Va por ti Manolillo! Agradecería que cantaran con nosotros: Salve patrono glorioso De este pueblo protector Salve, salve santo bondadoso San Isidro Labrador. Santo bondadoso y bueno Que mereciste la gloria !


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Haz que siempre te amemos Y alabemos tu memoria. ยกVIVA SAN ISIDRO!

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BIBLIOGRAFÍA López-Malús,

P.

Rafael

!Vida

de

Ed.Apostolado Mariano (Con Licencia Eclesiástica).

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San

Isidro

Labrador",


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