Pregón fiestas de Barrial 2015

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Ilustrísimo Señor Alcalde, autoridades presentes, Presidente y Junta Directiva de esta AAVV, Presidenta y miembros de la Comisión de Fiestas, amigos, vecinos, visitantes, muy buenas noches a todos. Mostrar mi más sincero agradecimiento a la Comisión de Fiestas por darme esta oportunidad de pregonar las fiestas de mi barrio en Honor a Ntra. Sra. De los Desamparados. Recuerdo que al recibir la llamada de Doña Chana, mi primera reacción fue decirle que no, porque no me veía capaz de hablar aquí ante todos ustedes, ya que no es lo mismo ni parecido hablar a mis niños en el campo de fútbol, ó explicar Matemáticas a los que ayudo en sus estudios que estar ahora aquí. Pero luego, comencé a repasar mentalmente muchas cosas que podría contar y allá voy, con la ilusión de hacerlo bien y de que os guste a todos. Quisiera dedicar este pregón a toda mi familia, a Carmen, mi pareja, y sus hijos, a mis amigos, a toda esa gente que han enriquecido de una u otra manera mi vida, formando parte de ella y como no, a mi presentador en el día de hoy, mi primo, mi amigo y para mi además, un hermano, Carlos. Nací en pleno corazón de Barrial, en las Casas Baratas, allí crecí junto a mis queridos padres y hermanos, y muy cerquita de mis abuelos y familia materna. Exactamente me crié en el Portal 6 de la calle Ricardita Molina, antes llamada Calle General García Escámez. Convivíamos en ese portal con Juanita, Bartolo y sus hijos; con la familia de Gema y Avelino; con Gaspar, Anita y su legado de hijos y no puedo dejar atrás a los Candela, Candelarita, Juanito y su legión de hijos, algunos de los cuáles no hacían más que hacernos perrerías. Los gemelos eran capaces de a la hora del almuerzo, llegar, quitarme el balón, dejarme llorando una hora y devolvérmelo luego al bajar para volver a su trabajo. Por su parte Luis lo que hacía era pellizcarme hasta hacerme llorar y seguía su camino muerto de risa. Como veis, era un portal concurrido, dentro de una calle especial en la que también habitaban los Valencia; Antoñillo el Chico y su familia; los hermanos Voro y Pepe Moreno;Tinito y Antoñita los padres de Juan Carmelo y Cuti; Fello, Susa y sus tres pedazo de hijos; mis vecinos gomeros; Vicky, Juan Jesús y Ringo, su perro, el guardián de la calle… y


muchísimos otros. En esa grandiosa calle y con tan maravillosa gente me fui haciendo hombre. Coincidencias de la vida hacen que mi crecimiento haya ido a la par con el de este maravilloso complejo, ya que se consiguió la cesión de estos terrenos en el año 1980, año de mi nacimiento. Luego el día 12 de Junio de 1981 se colocó la primera piedra y ya en el año 1984 teníamos nuestra plaza José Rodriguez Quintana, nuestra iglesia y nuestra AAVV, la cuál sigue creciendo y mejorando hasta hoy. Mis primeros recuerdos, vienen de cuando comencé a caminar, y mi padre cada tarde al llegar del trabajo me llevaba con él a la barbería de Dominguito, donde entablé relación con él y con muchos de los clientes habituales del lugar como Ramoncito Mederos, Juanillo el Calero, Antoñito Melián, Antoñito Jiménez, Juanito el de Doña Rosario, los hermanos José y Antonio Rodríguez ó Don Álvaro. A todos ellos guardo un gran cariño porque allí pasé buenos momentos recitándoles las alineaciones de la Unión Deportiva Las Palmas e incluso aprendí a leer antes de ir al colegio, esto último también gracias a que incordiaba a mi madre durante la mañana mientras ella limpiaba preguntándole como se decía cierta letra con otra, para luego presumir de mis avances en la Barbería. Hoy día, sigo acudiendo regularmente para que ahora sea Carlos, el que a parte de cortarme el pelo, intente también por el mismo precio tomarme el pelo. Tras salir de allí, la siguiente parada era el Bar de Pepe Reyes, donde mientras mi padre tomaba algo, mi hermano Isaac y yo jugábamos a uno de sus tres futbolines, para lo cual Pepe tenía el detalle de prestarme una caja de Schweppes para subirme sobre ella y poder ver el campo. Otros lugares de visita habituales, pero éstos junto a mi madre eran las tiendas de Pinito y Pepito por un lado, y de Pedrito y Pinito por el otro, entrañables todos, y que siempre me trataron maravillosamente. Llegó el momento de entrar al colegio, y lo hice en las clases unitarias de delante del Estadio, primero en una, y luego en la otra. Recuerdo que estando con Doña Rosario hacíamos gimnasia dentro del aula, salvo rara vez que nos daba una vuelta alrededor de la calle y con eso éramos tremendamente felices.


Tras eso, tocaba ir al colegio del Roque, donde mi profesor fue D. José Vega que posteriormente sería el primer director de nuestro colegio Maestro Manuel Cruz Saavedra inaugurado en el curso escolar 1990-1991, siendo yo alumno del centro bajo la tutoría de Dña. Antonia María Reyes, siendo ellos junto a la Señorita Rita Monzón, los que más me marcaron por su seriedad, exigencia y su buen hacer en el desempeño de su profesión. Mi primera zona de juegos, fue mi calle, allí nos juntábamos mi hermano y yo, con nuestros vecinos Tomy, Yeray, Samuel, Javier, Rogelio, Yony… y muchos otros que venían de otras calles a jugar con nosotros. Jugábamos creo q como todos los niños de la época, a la cogida, al escondite, partidos de fútbol de portal a portal, a las cartas dentro del portal, lanzábamos coches acera abajo para ver cuál avanzaba más, también a las chapas con las porterías que traían Francis y Victor hechas por su padre en la carpintería… Estos días de juego casi siempre tenían el mismo final, ese era el momento en que Fefita Mendoza ó Ani la de Gaspar se asomaban a la ventana quejándose del ruido. Si a esto le unimos a que como pasáramos por los pasillos de los jardines aparecía Isidrito por cualquier lado para llamarnos la atención…aquello era un sin vivir. Cuando mi madre me amplió el radio de acción, jugábamos a policías y ladrones por todo el barrio, en lo cual nos seguía persiguiendo la alargada sombra de Isidrito por si osábamos a entrar, todo sea dicho, en sus cuidadísimos jardines. Los partidos de fútbol se trasladaron de la calle a la cancha, donde muchos de esos ratos eran amenizados por las volteretas de José el de Feluco cada vez que marcaba un gol. También empezamos a venir por la AAVV a jugar al ping-pong, o a las cartas. Aquí llamaban curiosamente mi atención el inmenso manojo de llaves de Juanito Rivero colgado de su cintura, la peculiar risa de Pepe, los escandalosos estornudos de Antonio Medina ó los cabreos del amigo Tito. En la época final y posterior a la adolescencia, que ya uno empieza a jugar menos, pasé muchas tardes-noches en casa de Heri, donde al entrar o al salir solía tener largas charlas muy fructíferas sobre la vida, con Fran, su padre. Cuando empezamos a salir por las noches, el punto de encuentro antes de partir al lugar de la fiesta, era el bar de Fran. Éramos un grupo numeroso:


mi hermano, Tomy, Yeray, Tana, Yony, los dos Carlos, los dos Heribertos, Braulio, Taconi, Moi, Naira, Isma y Maheba, yo… y de camareros tres de nuestro barrio, los incombustibles, Fernando, Julio y Tony…con los que pasamos buenos ratos y a los que también dimos algún quebradero de cabeza. Si ése era el punto de partida, el lugar de reunión tras la llegada era el bloque de Isidrito, un bloque de hormigón que tenía colocado justo por arriba de donde está ahora la Farmacia, desde el que él ejercía de vigilante y donde nosotros comíamos y departíamos de lo acaecido durante la noche antes de irnos a dormir. ¡QUÉ TIEMPOS AQUELLOS! Hoy en día, aunque no resido habitualmente en el barrio, es muy raro que no esté varias horas diarias por aquí, y cada vez que llego y tengo la suerte de encontrarme a Feluco cigarrillo en mano en su ventana, a Pepito el de Carmensa en la suya enrollado en su cortina, a Ramón Valencia paseando a su perro con su habitual chulería al caminar o si se me acerca Pablito, me suelta un golpe de los suyos y se marcha a carcajada limpia, me siento super feliz de seguir viendo y disfrutando de mi gente, de mi barrio, simplemente lo mejor. Ahora voy a hablaros del fútbol, de nuestro Estadio Barrial y de la U.D. Barrial, porque ésta es una parte importantísima en mi vida El fútbol para mi es ilusión, es pasión y aunque para mucha gente sean 22 personas corriendo detrás de un cacho de cuero, yo les aseguro que no. Es un deporte, y para más inri, un deporte de equipo, lo que conlleva que es una actividad que bien dirigida hace que cualquiera que lo practique adquiera muchísimos valores que le serán beneficiosos en la vida. En nuestro querido Estadio Barrial, inaugurado el 25 de Julio de 1943, he pasado y paso muchas horas, en las cuáles a parte de jugar y ahora entrenar, también he tenido momentos de aprendizaje en conversaciones con personas mayores como Fale o Antoñito Ruiz entre otros siempre con Matías por allí presente. El primer equipo de nuestro barrio fue el Valbanera, en el que entre otros jugaron Paquito Silva ó Juan Vega.


La U.D. Barrial es el equipo representativo de nuestro barrio, fue creado en 1956, y su primera aparición ya federado fue en 1962 . Primero como jugador, luego como entrenador e incluso como directivo en la época de Florencio Padrón como presidente, son ya 25 los años que llevo formando parte del club ininterrumpidamente. Gracias al fútbol tuve la suerte de conocer a muchísima gente que se han convertido en amigos, El gomero, Darío, Juan Germán, Juanjo,… y muchísimos más. A la vez, siempre intenté captar de todos y cada uno de mis entrenadores lo mejor de ellos. También de esa época quiero agradecer a los Fello, Juan Jiménez, Juan Díaz, Gordillo, … padres o hermanos de mis compañeros que me llevaban a los partidos, cuando yo no tenía quien lo hiciera. Todo eso estuvo muy bien, pero lo que siento ahora como entrenador es incomparable. Para mí no hay mayor recompensa que sentir el respeto, el aprecio de todos esos más de 200 niños, algunos ya hombres, a los cuáles he tenido la suerte de entrenar y de vivir junto a ellos infinidad de momentos inolvidables. Intentar inculcarles el amor, el respeto al escudo de nuestro equipo, ayudarles en sus comportamientos, aconsejarles en sus problemas diarios y hacerlos sentir importantes practicando lo que más les gusta es algo que me llena de satisfacción. En todos estos años hubo infinidad de anécdotas pero quisiera destacar dos de ellas. La primera hace referencia a cuando empezamos a jugar con los alevines y Pepito Ventura era uno de los que ponía gentilmente su original SIMCA para llevarnos a los partidos. Peleábamos para ir con él porque aquello era una fiesta para nosotros. Gustavo, que siempre fue el más espabilado, iba delante. Desde allí hacía rabiar a Pepito, saliéndose por la ventana para piropear a las chiquillas ó cambiándole la radio de sintonía…teníais que ver a aquel hombre como se incendiaba, soltando incluso las manos del volante para meter a Gustavo dentro del coche… Creo que en el fondo a Pepito le gustaba llevar su coche lleno de niños porque a pesar de todo eso seguía yendo con nosotros…


La segunda anécdota se sitúa en nuestra época de juveniles, y los protagonistas no son otros que nuestro entrenador en ese momento Carmelo Cabrera y su inseparable Pedro Alonso. ¡Vaya dos! Como premio a tenerlo al borde de un ataque de nervios durante el año Cabrera nos invitó a pasar el fin de semana en el albergue de la presa de Chira. Estando allí entre risas, vimos aparecer entre los árboles una especie de Papá Noel, con un saco al hombro. Era Pedro, no podía ser otro, y empezó a hacer preguntas sobre la historia del Barrial, y a regalar aparatos de radio a pesar de que no acertáramos ni una. Al día siguiente repitió lo mismo, ante nuestra sorpresa, ya que no entendíamos de dónde sacaba tantos aparatos. Eran tan perversos, tan sarcásticos que actuaban con total normalidad, y fue el domingo a la hora de recoger para regresar cuando nos dimos cuenta que los que habíamos ganado algo el Viernes no lo teníamos. Nos habían robado mientras dormíamos, para volverlas a sortear. Hacían una grandiosa pareja, eran tal para cual… Para acabar con el fútbol quiero hacer mención a los dos equipos de aficionados de nuestro barrio. En primer lugar, el Barrialito, los cuáles me llevaban con ellos siendo un crío. Allí jugaban Cisco, Olivita, el Chufla, Mena o Juanillo el Calero entre otros y entre sus aficionados más ilustres estaban Ñillo, Julián, Antoñillo el chico, etc… Disfruté muchísimo con los paradones de Melchor, el mejor portero de… la calle Alcalde Luis Rodriguez; con las carreras de mis vecinos los Candela hasta salirse del campo; con los puntús de Ramón Valencia cuando se cabreaba o con las excentricidades de Rogelio en el banquillo cada vez que Carmelo el Canales fallaba un gol cantado. Sólo faltó qué Valerio, el mejor árbitro del mundo, se atreviera a pitarlos más a menudo, entonces sí que el espectáculo hubiera sido completo. Cosas de la vida, después de criarme con ellos terminé jugando 10 años con su eterno rival, el Veterano Barrial. Ahí coincidí en mis primeros años con Isidrillo, Rito y Florencio Padrón, Patricio, Félix aunque ya no jugaba ó Pillo que sigue jugando a parte de ser el que mantiene viva la llama de este equipo. Como entrenador, estaba una bellísima persona, Eulogio.


Para acabar quiero contaros mis recuerdos sobre nuestras fiestas que se llevan celebrando en nuestro barrio desde 1962, su primer pregón data de 1975 y que son celebradas en Honor a Ntra. Sra. De los Desamparados, cuya imagen fue creada por Don Juan Borge Linares, siendo trasladada desde San Isidro el 18 de Julio de 1965. Recuerdos inolvidables de los juegos infantiles e infantilones que llenaban la cancha; la carrera de cintas en moto, con Juan Rito el de mi querida tía Amada, Paco el Canales, Israel ó Guti siempre entre los participantes; la Gymkana automovlística donde Jose y Mary Carmen la de Panchito eran mis favoritos; las verbenas en la cancha; el programa Su Media Naranja donde nuestro Jesús Puente era Antonio Medina, o las escalas en Hi- Fi en las que los platos fuertes eran Mecano con Sheila, Tomy y Eusebio, y la actuación más esperada por todos la de nuestro Michael Jackson, Pedro. Ahora en la actualidad destacar el certamen de Miss Amagro ideado y conducido por David con muchísimo esmero, ó los numerosos actos organizados por la Asociación Tagoror Ajei, donde Juan Germán es uno de los principales motores. El día mayor de las fiestas, es el día de la solemne procesión, que en mis primeros años recuerdo que se me hacían larguísimas, ya que transcurrían por numerosas calles del barrio. Ya con el nuevo recorrido llegué a participar en ellas como monaguillo en la época de D. Ricardo como cura de nuestra parroquia. Y como no, La Rama, desde pequeño me desplazaba con mis amigos hasta los aparcamientos del colegio del Roque, y ahora continúo con la misma ilusión de oir sonar el volador. Porque ese es el día más esperado por todos, levantarte, salir a la calle, ver el barrio lleno de camisas amarillas y muchísimas caras de alegría dispuestas a disfrutar, es algo q llena de energía a cualquier barrialense. Desde aquí, os invito a todos a disfrutar un año más de nuestras fiestas, de todos los actos programados con mucho esfuerzo y dedicación por la Comisión de Fiestas, también os pido que valoremos a toda esa gente que a lo largo de nuestra historia, ya sea desde la AAVV ó desde la Comisión de Fiestas con el incansable Pepe el de Kika a la cabeza, con su tesón y su amor por nuestro barrio han conseguido que seamos una referencia como barrio y que tengamos unas maravillosas fiestas; así que cojamos ejemplo


para entre todos seguir manteniendo y mejorando todo lo bueno que ya tenemos. ยกVIVA NTRA. SRA. DE LOS DESAMPARADOS! ยกVIVA BARRIAL!


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