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Veamos a continuación el desarrollo de la noción de imaginación radical de Castoriadis.
2. Imaginación radical como mónada psíquica La mónada es la raíz psíquica original242. Consiste en un estado originario del sujeto donde el sujeto, el objeto, las representaciones, los afectos y los deseos son la misma cosa. Esta confusión, este estado unitario, es el sentido de la psique en su núcleo243. La imaginación radical como mónada psíquica244 se ubica en el sujeto como lo viviente. En este estado se concibe como un ser de autofinalidad y creador de un mundo propio245. Como autofinalidad, el ser viviente tiende a la conservación como singular y como parte de una especie. Como creador de un mundo para sí, se refiere a la capacidad que tiene el ser viviente de relacionarse con lo externo y tomar de ello lo que le es favorable a su conservación246.
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“…lo que la psique es desde el punto de vista filosófico. Nunca se ha hablado de ello en realidad; o bien se ha hablado de ello continuamente y al mismo tiempo no se sabe lo que es…la psique es algo, y ese algo no es un concepto. Hay que darle a esta frase todo su valor. ¿Qué es, entonces? Castoriadis, Cornelius. “Conversación entre Cornelius Castoriadis y Jean-LucDonnet”. En La insignificancia y la imaginación. Diálogos con Daniel Mermet, Octavio Paz, Alain Finkielkraut, Jean-LucDonnet, Francisco Varela y Alain Connes. Madrid, Editorial Trotta, MinimaTrotta, 2002, pp. 69. 243 “…el amor de sí mismo, que se nombra a menudo, equivocadamente, <<narcisismo primario>>: la clausura representacional, afectiva y deseante sobre sí mismo del núcleo psíquico original. Llamo a este núcleo la mónada psíquica” Castoriadis, Cornelius. “Las raíces psíquicas y sociales del odio”. En Figuras de lo pensable (Las encrucijadas del laberinto VI). Ob. cit., p. 184. 244 El concepto de mónada presenta una discusión en varios campos del conocimiento. Muestra un panorama ontológico, antropológico, científico, metafísico que no vamos abordar aquí. Ello constituye una investigación para otro trabajo. 245 “…El primer para sí…es lo viviente…Para sí significa ser fin de sí-mismo…hay autofinalidad…Con la autofinalidad va un mundo propio…”Castoriadis, Cornelius. “El estado del sujeto hoy”. Ob. cit., pp. 128 y 123. 246 “Existencia de un mundo propio para la entidad de la que se trata…En la medida que hay para sí otra cosa que sí…esta otra cosa debe ser presentificada o presentada al sí, debe ser puesta en relación con el sí “desde el punto de vista de sí”…Esta presentación o presencia, esta representación, es fundamental como modo –y único modo- bajo el cual hay para el para sí otra cosa que sí…lo que es presentado debe ser valuado por el para sí, con un valor neutro…pero la mayoría de las veces positivo o negativo…esto debe poder ser objeto de una intención, que conduce eventualmente a una acción…la dimensión de la autofinalidad implica estrictamente la creación de un mundo propio, y recíprocamente, que la existencia de un mundo propio implica la autofinalidad” Castoriadis, Cornelius. Sujeto y verdad en el mundo histórico-social. Ob. cit., pp. 57 y 58.