Transformación vol 1 no 1

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“la diferencia nos une”

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TRANSFORMACIÓN N°1

Revista Transformación Grupo de Apoyo y Estudios de la Diversidad de la Sexualidad- GAEDS UN Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales Año 1 Vol. 1 de 2010 ISSN 2215-8294 Ciudad Universitaria de Bogotá Universidad Nacional de Colombia – Sede Bogotá Rector

Moisés Wasserman Lerner Vicerrector de Sede

Juan Esteban Colmenares Montañez Directora de Bienestar de Sede

Lucy Barrera Ortiz Coordinadora Programa Gestión de Proyectos

Elizabeth Moreno Domínguez Coordinadora Grupos Estudiantiles de Trabajo

Andrea Fandiño Cardona Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales Decano

José Francisco Acuña Director de Bienestar

Gonzalo Bolívar Profesora Tutora

María Elvia Domínguez Director

Juan Ruiz Celis Estudiante Editor:

Edgar David Mayordomo Tavera Comité Editorial

Daniel Fernando Rincón Pedro Andrés Bohórquez Diego Ernesto Acuña Andrés Cuellar Diseño y Diagramación

José F. Antonio Rodríguez elangelwes@hotmail.com


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CONTENIDO EDITORIAL

COMIENZA LA “TRANSFORMACIÓN” Juan Ruiz Celis Edgar Mayordomo Tavera

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TEORÍA

ESCENARIOS DE CONFRONTACION SOCIAL: UN ACERCAMIENTO DESDE LAS CORPORALIDADES CONTRAHEGEMÓNICAS

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Introducción

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El carácter político de la corporalidad

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La performatividad como estrategia contrahegemónica

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Conclusiones

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María Antonia Villacís Juan Ruiz Celis

DERECHOS

DERECHO A LA HOMOPARENTALIDAD: BIENESTAR PSICOLÓGICO Y ROLES DE GÉNERO EN NIÑAS Y NIÑOS DE MADRES LESBIANAS Y PADRES GAY 10 María Elvia Domínguez Blanco

Introducción

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Antecedentes históricos acerca de los roles de género y el bienestar psicológico: la emergencia del cuidador/a universal 11 Bienestar psicológico y roles de genero

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Emergencia del modelo de cuidador universal

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Ajuste psicosocial de hijos de parejas de mujeres lesbianas y hombres gay

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Evaluación de roles parentales por hijas o hijos de parejas lesbianas

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Estudios con parejas de hombres Gay

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Efectos en la socialización sexual de niñas y niños de parejas de mujeres lesbianas y hombres gay 15 NARRACIÓN

CRISÁLIDA Luz Mary López

DERECHOS

SEXUALIDAD COMO DERECHO HUMANO M. Alfonso Gaviria Torres

NARRACIÓN

TSABE LUAR Marina Talero

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EDITORIAL

COMIENZA LA “TRANSFORMACIÓN”

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l primer número de “Transformación” surge de la iniciativa de algunos miembros del Grupo de Apoyo y Estudio de la Diversidad de la Sexualidad de la Universidad Nacional de Colombia –GAEDS UN- por consolidar procesos académicos que contribuyan al posicionamiento, la visibilización y la reflexión sobre temáticas relacionadas con las orientaciones sexuales, las identidades de género, la corporalidad y la acción colectiva. Como su nombre lo indica, nuestra revista busca desestructurar saberes hegemónicos sobre las temáticas tratadas, contribuir al debate académico y a la crítica, desde la reivindicación de la igualdad en la diferencia. Se aspira a generar reflexiones que orienten los procesos de construcción conjunta desde la problematización de temas como la subjetividad, los Derechos Humanos y los movimientos sociales. Las distintas reflexiones que se ofrecen en este primer número han sido fruto de arduos debates al interior del GAEDS UN y de las experiencias personales de quienes, con sus valiosos aportes, quisieron hacer parte de éste nuevo proyecto. En el marco de los 15 primeros años del grupo, se vuelve fundamental poder compartir lo que todos y todas hemos venido construyendo colectivamente y re-significando subjetivamente. Esperamos que el producto de estos procesos pueda coadyuvar a consolidar procesos de transformación que, desde las experiencias individuales y colectivas, propendan por una socie-

dad más justa, equitativa e incluyente, en la que la democracia pueda reivindicar su carácter constructivo y participativo, pero, sobre todo, comunitario. Una democracia al servicio de la autorrealización, en donde las alteridades se constituyan en puntos de anclaje, pero en donde la integración social y la acción colectiva sean el correlato de los procesos subjetivos. Desde reflexiones teóricas, narraciones, crónicas y debates sobre los Derechos Humanos, la primera entrega de Transformación quiere aportar al debate entre la comunidad universitaria y académica y la sociedad en general sobre la sexualidad y sus diferentes complejidades, encaminado a pensar sobre estos asuntos más allá de los discursos, imaginarios y prácticas tradicionales o hegemónicas. Agradecemos a todos y todas las personas que desde la institucionalidad, el activismo y la ciudadanía hicieron e hicimos posible este proyecto. Lectores y Lectoras, esta revista está pensada para reflexionar y cuestionar sobre la sexualidad como campo de constante y necesaria transformación.

Juan Ruiz Celis Director General

Edgar Mayordomo Tavera Editor

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TEORÍA

ESCENARIOS DE CONFRONTACION SOCIAL: UN ACERCAMIENTO DESDE LAS CORPORALIDADES CONTRAHEGEMÓNICAS María Antonia Villacís Juan Ruiz Celis 2

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Introducción

M

1 Estudiante del departamento de Antropología de la Universidad Nacional de Colombia. Miembro del Laboratorio Teatral Permanente de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia. Mail: antuquita13_3@hotmail.com. 2 Estudiante del departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia, investigador del Grupo Colombiano de Análisis del Discurso Mediático, asistente de investigación de la Red Latinoamericana de Estudios del Discurso –REDLAD-, coordinador del Comité de Investigación del Grupo de Apoyo y Estudio de la Diversidad de la Sexualidad de la Universidad Nacional de Colombia –GAEDS UN- y presidente de la Red Interuniversitaria por la Diversidad de Identidades Sexuales –REDDES-. Mail: jjruizc9@yahoo.com.

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ucho se ha escrito sobre la corporalidad. Desde diferentes disciplinas y a partir de reflexiones interdisciplinares se han abordado múltiples facetas de la experiencia corpórea. Los estudios desde las ciencias exactas han intentado explicar los límites y las características de los procesos biológicos; la antropología ha dado cuenta de cómo el cuerpo mimetiza rituales, prácticas e imaginarios; los estudios de género han identificado los mecanismos y las estrategias a partir de los cuales se instituyen las características fenotípicas de los sujetos como norma de diferenciación; la psicología ha dado cuenta de los procesos psíquicos que definen los gestos, hábitos y conductas del cuerpo y la ciencia política ha permitido reflexionar sobre los procesos de poder que intervienen en la construcción de la corporalidad y la subjetividad. Sin embargo, pese a la multiplicidad de reflexiones sobre este asunto, no existe consenso en relación con los principales temas que atañen a la definición de ‘lo corporal’, pues cada posicionamiento analítico trae consigo una apuesta política. En lo corporal se pueden leer formas de ser, de proceder y de pensar ligadas a diversas expresiones, que se instalan en el plano de la consciencia o

de la inconsciencia, pero cuyos efectos de poder se materializan en las formas en que se comprenden y se asumen actitudes y acciones frente a la corporalidad. El cuerpo cambia a medida que se realizan las actividades cotidianas y la concepción de éste se transmuta no solo en un cuidado estético o superficial, sino en la prolongación de lo que somos y de aquello que podemos comunicar desde y a través de él. En consecuencia, el cuerpo evidencia las marcas de la construcción subjetiva y las tensiones entre lo individual y lo colectivo. Las marcas del cuerpo dan cuenta de lo que al sujeto le conmueve, de lo que piensa, de lo que le alegra y de lo que le anima, es decir, de su personalidad. Además, en tanto escenario de materialización de prácticas sociales intersubjetivas, se erige como un referente de comunicación, de poder y de resistencia (Guattari, F. & Rolnik, S. 2006). En esta reflexión, se muestra brevemente cómo la visibilización de experiencias corporales disidentes cuestionan modelos hegemónicos a través de los cuales se propone la construcción bipolar del género (masculino-femenino), una visión maniquea del cuerpo y la reificación de un tipo particular de corporalidad sobre otras. Se establece la pregunta ¿qué sucede cuando la expresión corporal se sale de los parámetros tradicionales que han apropiado la mayoría de las personas? ¿qué efecto de transformación tiene la publicación de corporalidades que han sido relegadas al escenario doméstico?


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El carácter político de la corporalidad La producción académica en torno al cuerpo ha permitido el seguimiento a un debate en el que se observa el carácter político y controversial por definir el significado de la corporalidad. Los movimientos sociales tales como el movimiento feminista, el movimiento de diversidad sexual, el movimiento obrero y el movimiento de las personas con discapacidad, entre otros, han ofrecido miradas alternativas sobre una problemática común: el cuerpo como escenario de materialización de las relaciones de poder. De acuerdo con Butler (2001, 2007), el cuerpo mimetiza los procesos de poder y dominación que se implican en las prácticas de subjetivación, por lo que su materialidad da cuenta de la realidad del sometimiento, al tiempo que define los límites y posibilidades para el ejercicio de la resistencia. La construcción de los procesos identitarios, así como la producción y reproducción de representaciones sociales, permite identificar las maneras en que se concretan las controversias en torno al cuerpo. Al ser el cuerpo conceptualizado como un escenario de interacción y de materialización de relaciones en los diferentes niveles de la vida individual y colectiva, la identidad se constituye en un fenómeno histórico, político, social y cultural, convencionalizado e individualmente aprehendido que tiene su anclaje, entre otros, en la construcción de representaciones sociales sobre la corporalidad. Desde

esta perspectiva, la relación de los conceptos de cuerpo e identidad procede de los sistemas axiológicos imperantes en una sociedad, así como del conjunto de saberes, actitudes e ideologías que articulan la experiencia corpórea, las vivencias subjetivas y los símbolos intersubjetivos mediante los cuales se sugieren formas de acción e interacción (Weeks, J. 1998). Indagar sobre la corporalidad como escenario de confrontación permite dar cuenta de las maneras en que el cuerpo se erige como el epicentro del ejercicio político, en tanto sintetiza relaciones de poder y agencia proyectos de contrapoder. En este marco, las prácticas cotidianas, así como los rituales corporales estabilizados y convencionalizados en la cultura están insertos en redes de relaciones de significación, de saber y de poder. De acuerdo con Bourdieu (1991, 2007) las controversias sociales que se derivan de los posicionamientos y de los recursos de los actores sociales definen las pautas de acción e interacción colectivas. El habitus, la trayectoria de los grupos, las estrategias adoptadas por éstos y la posición relativa que ocupan en el campo social, tienen incidencia en la estructuración de la cotidianidad y en la consolidación de ordenes simbólicos que tienen como función ya sea transformar o mantener el statu quo. Así, analizar la corporalidad desde la perspectiva de las acciones colectivas y los conciertos sociales permite poner en relación los escenarios globales de interacción con los escenarios particulares y subjetivos.

Desde un plano microsocial, Foucault (2005, 2007) hace un análisis de las tácticas de poder, a partir de las cuales la construcción de la corporalidad y las prácticas de subjetivación evidencian las formas silenciosas que se han desplegado en la modernidad para someter, disciplinar y sujetar el cuerpo. La estrategia política ha consistido en consolidar formas de verdad sobre la corporalidad, que direccionan la manera en que cada sujeto asume su experiencia sensible, así como las acciones, las actitudes y las expresiones sobre y desde el cuerpo. Se conceptualiza así lo corporal como instancia subjetiva de concreción de los procesos sociales que tienen lugar en un momento sociohistórico concreto. Así, en correspondencia con los planteamientos de Pinzón & Garay (2004) los cuerpos son los ineludibles escenarios de batalla cotidianos a través de los cuales se confirman las hegemonías o se proponen contrahegemonías. Los temas de la biopolítica y el manejo de las poblaciones también dan cuenta de cómo se articulan los procesos de poder anclados a la corporalidad con los proyectos políticos y sociales que aspiran a consolidar el Estado-nacional. Según Cadena (2004), la construcción del Estado-nación en Colombia ha promovido esfuerzos direccionados a producir hábitos estandarizados de comportamiento tanto en la vida íntima como en el escenario público, todo lo cual da cuenta de las maneras en que se proponen las pautas y preceptos que deben ser asumidos por los sujetos como principios orientadores de la acción. En este sentido, tanto desde la subjetividad como desde los procesos colectivos y globales se afirma la idea del carácter político del cuerpo y la corporalidad. “la diferencia nos une”

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La performatividad como estrategia contrahegemónica La puesta en escena de la corporalidad, es decir, la expresión de los gestos, hábitos y conductas corpóreas, así como la socialización de las identidades colectivas y subjetivas pueden ser abordadas en relación con los nexos entre norma y cuerpo. De acuerdo con Pinzón & Garay (2004), en tanto el cuerpo es el territorio material del ejercicio simbólico, la expresión de experiencias alternas que han sido negadas, invisibilizadas y marginalizadas podría contribuir al posicionamiento de rituales, prácticas y corporalidades contrahegemónicas. Estas se caracterizan por desafiar los modelos de corporalidad que se proponen como norma social, así como por visibilizar y afirmar experiencias disidentes, subversivas y contestatarias a los ejercicios de dominación, vigilancia y disciplinamiento de los grupos hegemónicos. Desde los ámbitos artísticos, el performance, el arte-acción o el happening se proponen para construir una opinión y una posición referente a un tema en específico. Lo que buscan estas escenificaciones es poner en tela de juicio lo que cotidianamente se da por supuesto, en varias ocasiones causando interrogación, reflexión o fuertes contrastes. El ejercicio de confrontación implica el involucramiento del público y del performer como partes activas de la escenificación de lo que se presenta. En el caso de la performatividad, como perspectiva por medio de la cual se puede reflexionar sobre los diferentes actos, a partir de acciones cotidianas y rituales se aspira a transformar percepciones, cosmovisiones y valoraciones de los hechos que para una sociedad pueden ser relevantes. Se trata de pasar desde un umbral a otro, para transformar desde la puesta en escena de los roles tradicionales o desde la irrupción de

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Imagen 1: Corporalidades contrahegemónicas: mujeres andróginas Fuente: www.tophotbutches.com/wp-content/uploads/2009/06/39goddess. jpg y http://www.webdelamoda.com/vestir-a-la-moda/ el-look-androgino-de-shane-de-the-l-word

la creatividad como acto liberador y transformador. Así, la acción performativa puede contribuir a crear o recrear nuevas acciones y discursos que van en contra de lo hegemónico o de lo tradicional. El performance, con sus pautas y gestos determinados por las intenciones del ejecutante/performer, retoma como herramienta principal y primordial las experiencias corporales, a partir de las cuales se escenifican las relaciones entre lo público y lo privado en acciones que se constituyen en puntos de ruptura de dicha dicotomía. En la acción de confrontación, el acto performativo busca generar impacto en quienes observan, a partir de la desestructuración, desde la materialidad de la corporalidad, de los imaginarios que sostienen los modelos hegemónicos. Así, se desarrollan continuamente maneras, formas, sensibilidades, expresiones corporales y mímesis de personajes donde la identidad que cada quien construye incluye una esfera amplia de matices y manifestaciones contrahegemónicas que irrumpen los estereotipos tradicionales. La representación de lo masculino y lo femenino, los roles asignados, el comportamiento normativo y las disciplinas

corporales ceden ante una construcción flexible y dinámica que enfatiza en la potencialidad subjetiva para transformar la corporalidad y retar el orden social existente. La permanente tensión entre la potencialidad limitada del sujeto como agente transformador y las rígidas representaciones que sustentan los modelos hegemónicos y, en general, el orden social, constituye el punto de referencia para que la acción performativa adquiera un carácter subversivo (Esposito, R. 2007). Las reacciones de sorpresa, confusión, indignación y contraste se erigen como la materialización de la acción transformadora de la performatividad y como evidencia de las formas en que a través de discursos corporales se cuestiona una realidad única, impuesta y promovida por los discursos hegemónicos para mantener unas reglas y un ambiente determinado de poder. Este ambiente resulta ser funcional a los grupos que concentran los recursos simbólicos y materiales indispensables para la autorrealización individual y colectiva. El cuerpo, como lugar de la subjetividad y como escenario de construcción


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alternas, las corporalidades contrahegemónicas, en este caso, cuestionan los roles, los lugares y los parámetros que se les han asignado a las mujeres como normales y naturales.

Imagen 2: Corporalidades contrahegemónicas: performatividad de masculinidades no tradicionales Fuente: La foto de la izquierda fue extraída de la dirección electrónica http:// www.jornada.unam.mx/2000/04/06/Images/ls-tacones1.jpg y la foto de la derecha de la dirección electrónica http://www.culturagay.net/wp-content/ uploads/2009/01/gay-pride1.jpg

estética, evidencia los discursos que circulan públicamente en una sociedad integrando rasgos de diferenciación que permiten dar cuenta de los procesos identitarios. Los tipos de corporalidad se constituyen en marcadores que permiten observar lo que se comunica en una sociedad determinada, así como las convergencias y divergencias de las culturas y las subculturas que surgen en dicha sociedad. En consecuencia, la estética como imagen corporal cobra sentido en virtud de las representaciones que sobre ella se construyen y se reproducen, así como en virtud de las formas en que los sujetos apropian dichas representaciones e imaginarios en su proceso de construcción identitario. La imagen corporal, a diferencia del cuerpo que ausculta e interviene la medicina clínica, no se constituye por el conocimiento experto acumulado en la anatomía, la fisiología, la genética y la patología; aquélla cobra vida en la interacción de miradas y reacciones – la auto-percepción, el reflejo especular, la mirada ajena, la propia reacción a ellas, la percepción de los otros –, en el ir y venir incesantes que perfilan activamente la propia imagen del cuerpo.

Se trata sin duda de un fenómeno estético (Pedraza, Z. 2004: 64). Teniendo en cuenta la imagen corporal, mediante la observación y análisis de las manifestaciones de aquellas personas que día tras día son el centro de su cotidianidad, en la Imagen 1 se pone de manifiesto la realidad de un tipo particular de corporalidad contrahegemónica. En la imagen 1 se evidencian algunas formas en que la norma de género y de división sexual de la especie es retada desde la mímesis de una corporalidad que no corresponde con los parámetros establecidos por los sistemas culturales dominantes. Se pone de manifiesto cómo la norma del género, uno de los referentes primarios que orienta las prácticas de subjetivación, es transgredida desde la escenificación de formas alternativas de corporalidad que no solamente no se ajustan a las convenciones hegemónicas sobre el cuerpo y la sexualidad, sino que ponen en cuestión la rigidez de las categorías genéricas con las que en nombre de ‘la naturaleza’ se ha reprimido e invisibilizado expresiones divergentes de la corporalidad. En tanto construcciones

Estas estéticas performativas proponen, en contraposición a la norma heteronormativa y falocéntrica, una feminidad que no corresponde con los parámetros que en el mundo occidental se les han impuesto a las mujeres. De esta manera, mediante la creatividad performativa y mediante las acciones escénicas, son expuestas en la palestra pública problemáticas sociales y las expresiones particulares de los actores que en éstas se implican. En este ejercicio se observa la visibilización de formas no convencionales que trasgreden el orden hegemónico socialmente impuesto y que desestructuran la forma, la manera y la sensibilidad binaria de la dicotomía femenino-masculino, así como su correlato en los escenarios físico y anatómico. En la imagen 2 se aprecian algunas manifestaciones de masculinidades no convencionales a partir de las cuales se propone una desconstrucción desde la escenificación de roles, papeles y atributos que no corresponden con las formas dominantes de la masculinidad y de las corporalidades de lo que se supone significa ‘ser hombre’. Lo que permiten identificar estas formas de construir la corporalidad es una manera de cuestionar los atributos que históricamente se le han asignado al hombre y a la mujer, evidenciando las diversas formas de hibridación que pueden dar origen a las identidades de género no normativas. El ejercicio contrahegemónico se deriva de la exposición del cuerpo –tradicionalmente relegado a lo privado o a la cobertura de las prendas de vestir- y de la apropiación de escenarios públicos para la autoafirmación de las expresiones disidentes “la diferencia nos une”

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de la corporalidad y de la sexualidad. En relación con las corporalidades transexuales, se puede afirmar que ha sido el ejercicio de visibilización lo que ha permitido concretar “La transexualidad, que era una enfermedad y un sufrimiento de la Belle Époque, se ha transformado en reivindicación y ha contribuido a ampliar el debate sobre la identidad sexual entre la biología, la interiorización de las normas sociales y la radicalización del cuerpo sexuado (Sohn, A 2006: 116). En la imagen 3 se observa la escenificación de expresiones autóctonas en las que la performatividad de la corporalidad se expresa a través de danzas típicas. Dentro de las acciones de presentación y manifestaciones artísticas, están las representaciones de danzas que se encuentran determinadas en las esferas de los discursos de lo folclórico y tradicional, dónde se reproducen roles conservadores de lo femenino y masculino. En la Guabina Chiquinquireña, dónde el hombre corteja a la mujer antes de su matrimonio, se ponen de manifiesto los estereotipos que continuamente son presentados y representados, sin embargo, se dejan entrever otras posibilidades de ser e identificarse que interrumpen los prototipos establecidos en dimensiones distintas a la sexualidad y al género. En consecuencia, la corporalidad que se reivindica en esta escenificación corresponde con una tradición cultural que ha sido excluida históricamente y relegada a una escala inferior de la tradición cultural colombiana.

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Imagen 3: Corporalidades contrahegemónicas: visibilización de referentes identitarios locales Fuente: Archivo personal de integrantes - Grupo Institucional de Danzas Folclóricas de la Universidad Nacional de Colombia-Sede Bogotá. Día internacional de la danza. Abril 29 de 2009.

En la imagen 4 se observa la escenificación de cuerpos desnudos en conmemoración del día de la afrocolombianidad en la Universidad Nacional de Colombia. En este acto performativo, se ponen de manifiesto algunas de las costumbres y de los símbolos culturales que, bajo el argumento de la existencia de una condición ontológica procedente de la raza, han sido desconocidos como referentes identitarios y culturales que hacen parte del patrimonio nacional. Dado que desde el nacimiento de las instituciones que hoy constituyen el Estado la diferenciación establecida por concepto de la raza ha implicado la vulneración de los grupos étnicos en virtud de las diferencias corporales, la escenificación de sus características culturales y su corporalidad se constituyen en ejercicios de resistencia y emancipación.

Torsos pintados y espaldas como referentes de lo que se comparte en común, rompiendo con las lógicas cotidianas de lo que se está permitido para “hombre” y “mujer” como quién puede y quién no puede quitarse la vestimenta superior de su cuerpo en un ambiente público. En el día de la afrocolombianidad, como eje temático y el pregón del carnaval, el Grupo Institucional- Teatro Experimental y el Taller de Formación Actoral, al descubrirse la parte superior del cuerpo y pintarlo de blanco y negro, así como con imágenes como el sol, ponen en escena un sentir y un pensar tanto como grupo, como en relación con lo que significa ser negro. Dentro del recorrido se subvierte lo permitido socialmente cuando se expone y rompe con las linealidades haciendo que el público vea otras opciones y no solamente la desnudez desde la perspectiva de la sexualidad.


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Referencias Bourdieu, P. (1991). La distinción. Criterio y bases sociales del gusto. Madrid: Taurus. Bourdieu, P. (2007). El sentido práctico. Buenos Aires: Siglo XXI editores. Butler, J. (2001). Mecanismos psíquicos del poder. Teorías sobre la sujeción. Madrid: Cátedra. Butler, J. (2007). El género en disputa. Madrid: Alianza editorial. Cadena, A. (2004). Proyectos sociopolíticos, poblaciones y familias: de las políticas de higiene al control a través del afecto. Colombia 1900-1999. Bogotá: Ediciones Uniandes.

Imagen 4: Corporalidades contrahegemónicas: corporalidad y danza de grupos étnicos afrocolombianos Fuente: La foto de la izquierda fue extraída de la dirección electrónica http://www.carnavalun.unal.edu.co/ y la foto de la derecha de la dirección electrónica http:// www.agenciadenoticias.unal.edu.co/nc/detalle/article/ la-un-rinde-tributo-a-los-afrocolombianos/

Conclusiones Las corporalidades en escenarios y expresiones que van más allá de lo convencional y socialmente establecido, permiten hacer de la mímesis teatral un ejercicio de liberación y de emancipación, a partir del cual es posible confrontar los imaginarios hegemónicos y visibilizar los sujetos individuales y colectivos que han sido históricamente marginalizados. Cada acción performativa realizada lleva la conjugación y una nueva creación de maneras, formas y sensibilidades diferentes de ser, pensar y sentir, que se manifiestan en la incorporación de actitudes y comportamientos que se crean y re-crean transformando, desde lo estético y lo político, el significado sobre el cuerpo y la acción desde y sobre éste.

Dieguez, I. (2004). Escenarios Liminales: donde se cruzan el arte y la vida (Yuyachkani... más allá del teatro). URL: http://artesescenicas.uclm.es/ archivos_subidos/ Esposito, R. (2004). Bios. Buenos Aires: Amorrortu. Foucault, M. (2005). Historia de la sexualidad. Vol. 1. La voluntad del saber. México: Siglo XXI editores. Foucault, M. (2007). Nacimiento de la biopolítica. Curso en el Collège de France (1978-1979). Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. Guattari, F. & ROLNIK, S. (2006). Micropolítica. Cartografías del deseo. Madrid: Traficantes de sueños. URL: http://traficantes.net. Pedraza, Z. (2004). Intervenciones estéticas del Yo. Sobre estético-política, subjetividad y corporalidad. En: Debates sobre el sujeto. Perspectivas contemporáneas. Bogotá: Siglo del Hombre Editores. pp. 61-72. Pinzón, E. & Garay, G. (2004). Rituales hegemónicos, rituales populares. Instantáneas cartográficas. En: Debates sobre el sujeto. Perspectivas contemporáneas. Bogotá: Siglo del hombre editores. Sohn, A. (2006). El cuerpo sexuado. En: Historia del cuerpo. Vol. 3. Madrid: Taurus. Taylor, D. (2001). Hacia una definición de performance. En: http://132.248.35.1/ cultura/ponencias/PONPERFORMANCE/ Taylor.html. Weeks, J. (1992). El malestar de la sexualidad. Madrid: Talasa ediciones.

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DERECHOS

DERECHO A LA HOMOPARENTALIDAD: BIENESTAR PSICOLÓGICO Y ROLES DE GÉNERO EN NIÑAS Y NIÑOS DE MADRES LESBIANAS Y PADRES GAY1 María Elvia Domínguez Blanco2

Introducción

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l presente documento desarrolla las argumentaciones psicológicas del concepto científico a favor de la adopción por parte de madres lesbianas y padres gay en Colombia solicitado por la corte constitucional a los programas de Psicología en Mayo de 2009, en el marco del proceso D7415 de demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 68 de la Ley 1098 de 2006 y el articulo de la Ley 54 de 1990. En el julio de 2004, representantes del consejo consultivo de la American psicológica Assotiation expidieron tres resoluciones para promover la el respeto cultural, la igualdad de género y la eliminación de toda las formas de discriminación a comunidades LGBT y sus familias.

1 Fue elaborado gracias al apoyo de Colombia Diversa, que proporciono la mayor parte de la revisión de la literatura pertinente que aparece en las referencias bibliográficas y en anexo. 2 Psicóloga, Magister en Estudios de Género de la Universidad Nacional de Colombia. Directora de Bienestar Universitario de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional. Profesora tutora de la presente revista.

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Dos de estas resoluciones son relevantes a este caso: la resolución sobre orientación sexual y matrimonio y la resolución sobre orientación sexual, figuras parentales e infancia. En la Resolution on Sexual Orientation and Marriage, el consejo consultivo de acuerdo con investigación empírica conceptuó que “es injusto y discriminativo negar el acceso legal al matrimonio civil en parejas del mismo sexo, junto con todos los beneficios, derechos y privilegios correspondientes” (Council APA, 2007) En la Resolution on Sexual Orientation, Parents, and Children, la APA reconoce que no existe evidencia científica acerca de la relación entre orientación sexual de las madres y los padres y la

capacidad de maternaje y paternaje: las madres lesbianas y los padres gay están en las mismas condiciones de que las madres y los padres heterosexuales de proporcionar apoyo y ambientes saludables. El respectivo Council APA (2007) se ha comprometido en proporcionar tanto evidencia científica como estrategias educativas a la opinión pública para contribuir a eliminar las situaciones de estigmatización que todavía persisten contra las comunidades LGBT. ARGUMENTO 1. La sociedad actual tiende cada vez más al modelo de paridad entre las funciones de cuidado y proveeduría económica independiente del sexo en la familia actual. Es decir, tanto la maternidad como la paternidad pueden ser asumidas independientes de la orientación sexual y de la composición familiar. Actualmente tenemos diversos tipos de función parental: menores a cargo de integrante de la pareja sexual, menores a cargo de la pareja sexual o familiares que quedan a cargo de la custodia temporal o permanente de hijas o hijos. ARGUMENTO 2. Los estudios sobre psicología y homoparentalidad concluyen que la dinámica familiar de las parejas homosexuales ofrece un modelo más igualitario en el aprendizaje de los roles de género que la dinámica familiar de parejas heterosexuales con menores a cargo. Las hijas o hijos de padres gay o madres lesbianas están más preparados para asumir la flexibilidad en los roles de género que exige la sociedad actual, así como las futuras funciones parentales y deciden optar por ellas.


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Antecedentes históricos acerca de los roles de género y el bienestar psicológico: la emergencia del cuidador/a universal ARGUMENTO 3. Los estudios sobre roles de género y bienestar psicológico muestran que la convivencia de menores de edad con parejas de mismo sexo produce efectivos positivos en el aprendizaje de la identidad sexual aceptando la homosexualidad de sus padres o madres y desarrollando un ajuste psicosocial adecuado en todos los escenarios de socialización de la vida cotidiana: familia, escolarización y uso del tiempo libre. ARGUMENTO 4. Los riesgos en el ajuste psicosocial para hijas e hijos de parejas del mismo sexo no están asociados a la condición homosexual de sus padres o madres, sino al estigma que la sociedad hace caer sobre ella. A partir del vínculo afectivo primario en los cuatro primero años de vida las niñas y los niños aprenden a aceptar la homosexualidad de sus padres y madres, si lo ven como cuidadoras y cuidadores responsables y comprometidos con la crianza. Para la Psicología Social la protección del estado y las legislaciones anti discriminación contribuyen a cambiar estigmas en función del género, la etnia y la opción sexual, en este caso. A continuación desarrollaremos cada uno de los cuatro argumentos mostrando los cambios históricos de la investigación psicológica en cuanto a los roles de género, el bienestar psicológico y el reconocimiento de la función parental para personas homosexuales.

Las transformaciones socioculturales y económicas de los últimos cincuenta años han colocado en crisis los modelos tradicionales de masculinidad y feminidad. A esto se agrega que las nuevas estructuras parentales (mono parentales, familias recompuestas, parejas homosexuales, madres adolescentes) exijan nuevos modelos de relación para sobrevivir en la sociedad y acceder a los mecanismos de protección social del estado (Kimmel, 2004, Martínez y Bonilla, 2000). En Psicología se han establecido dos modelos para evaluar las dimensiones del rol de género en el desarrollo social de hombres y mujeres. Actualmente ambos modelos están es cuestionamiento debido a los cambios históricos en la situación de las mujeres, la inclusión de la diversidad sexual como objeto de estudio de la psicología y las profundas transformaciones de las familias durante el siglo XX31 (Martínez y Bonilla, 2000).

ticas porque partió de las costumbres morales de la sociedad para evaluar la masculinidad y la feminidad. También se aplico para medir la inversión sexual (como una patológica) como patología, es decir, que si un hombre puntuaba positivo en atributos de la feminidad se considero invertido, así su rol social fuera masculino. Desde los años 60 fue cuestionado este modelo debido a su inconsistencia con los cambios históricos en la situación de las mujeres cuando ingresaron masivamente a la actividad laboral, a todos los ciclos de enseñanza y podían participar y ser elegidas en las instancias de gobierno. Para compensar estas críticas, durante los años 70 se desarrollo el modelo de androginia, es decir que era aceptable que en un “test” tanto los hombres como las mujeres pudieran tener cualidades referidas a la masculinidad y a la feminidad. Esto permitió “superar la analogía entre características biológicas y estereotipos del rol sexual”. Es decir que el desempeño como hombre o como mujer está asociado a contextos específicos, y no es una condición básica de la personalidad como se había supuesto durante casi cuarenta años.42

Primero que todo, se debe definir qué se entiende por rol social de género. Este concepto hace referencia a los significados o creencias acerca de lo femenino y lo masculino en una sociedad. Desde 1936, la psicología ha desarrollado medidas factoriales para evaluar la correspondencia entre las actitudes normativas frente al rol de género y la asignación biológica en cada individuo. Este modelo se conoce como modelo de convergencia y recibió profundas crí-

El modelo de androginia fue ampliamente utilizado en la Psicología para relacionarlo con evaluaciones de bienestar psicológico, como: autoestima, auto concepto, flexibilidad comportamental, satisfacción marital, expectativas de logro. Según Martínez y Bonilla, los resultados obtenidos con esta aplicación masiva de la escala mostraron que existe una relación positiva y regular entre bienestar psicológico y masculinidad para ambos sexos, siendo esta permanente al margen de las muestras y de las variaciones en el instrumento de medición (p. 118). Comprobando así que el papel masculino había integrado características de la androginia,

3 Cuestionario multifasico de Minesssota (MMPI, 1943). La Escala de subordinación de las mujeres y la Escala de Caballerosidad (de Nadler, 1952), el Adjetive Check List (Gough y Helbrun, 1965) y los cuestionarios de personalidad de California (1952).

4 Desde el modelo de androginia se han producido las siguientes escalas: Bem sex role inventary (1974); Personal Atributes Questionaire (Spencer et Al, 1974) y el Prf-Andro (Berzins et Al, 1978) y Cuestionario de la ideología del rol sexual (Navas et al, 1990).

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y no que esta fuera una sumatoria de características de masculinidad y feminidad. Estos resultados resultaron más convincentes para la comunidad psicológica dado que daban cuenta de los cambios en la masculinidad tradicional a partir de la revolución feminista de los años 60. Bienestar psicológico y roles de genero En una revisión meta-analítica realizada por Taylor y Hall (1982, citada en Martínez y Bonilla,) sobre 107 informes de investigación se encontró que en el 91% de las relaciones entre masculinidad y bienestar psicológico eran positivas, mientras que en un 79% lo fueron las comparaciones entre feminidad y bienestar psicológico, en el 50% de los casos las y los sujetos tuvieron puntuaciones altas en masculinidad. William y Best (1982, 1990, citados en Martínez y Bonilla, 2000) realizaron un estudio transcultural (en 30 países) aplicando una lista de adjetivos (desde su propia cultura). Encontraron ligeras variaciones entre hombres y mujeres con relación a la ideología sobre el rol sexual en países con políticas igualitaristas como Alemania, Países Bajos, Inglaterra y Finlandia, y las puntuaciones mas diferenciadas correspondieron a países como Pakistán, Nigeria, India o Japón. Según Martínez y Bonilla (2000) los estereotipos de género son compartidos en diferentes culturas, pero la evaluación que se hace de ellos por mujeres y hombres es muy diferente dependiendo de sí la sociedad es de corte tradicional o es igualitaria. Según Martínez y Bonilla (2000), tanto el modelo de convergencia y el de androginia reciben actualmente serios cuestionamientos porque la investigación es descriptiva y no da cuenta de los mecanismos que producen las diferencias. En sus palabras “Estos estudios establecen categorías homogéneas –varones/mujeres- como categorías sociales indiferenciadas, sin tener en cuenta la diversidad de experiencias derivadas de múltiples especificidades, que pueden darse en cada uno de estos grupos, por tanto eluden las

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diferencias intragrupo (Deux y Mayor, 1987; Nicholson, 1990, Squire, 1989, Stolcke, 1992, citadas por Martínez y Bonilla, 2000, 48-49). Emergencia del modelo de cuidador universal La politóloga feminista Nancy Fraser propuso desde 1996 adoptar en políticas sociales la paridad entre el modelo de proveedor universal y el modelo de cuidador universal para lograr la equidad entre géneros, teniendo en cuanta la participación de las mujeres en la economía productiva, la creciente participación de los hombres en las tareas de cuidado y los nuevos derechos civiles de las comunidades LGBT (protección de las uniones del mismo sexo, adopción de menores y garantías igualitarias para padres gay, madres lesbianas, bisexuales y transgeneristas). Esto implica un cambio cultural para “des feminizar” la labor de cuidado, para que sea una política de valor comparable. En palabras de Fraser (1996) “se debe reparar la ampliamente la difundida subvaloración de las capacidades y los empleos que actualmente se codifican como femeninos y/o “no blancos” al igual que se deben remunerar estos trabajos” (p. 91). También ella afirma que las y los homosexuales son objeto de culpabilizacion, acoso, discriminación y violencia, todavía se les niega los beneficios de la seguridad social teniendo en cuenta que conforman estructuras familiares, así “la equidad de género en un estado benefactor postindustrial exige que se deconstruya el género” (la cursiva es de Fraser, 1996, p. 92) Actualmente encontramos diferentes ejercicios de maternaje y paternaje que no corresponden a los roles biológicamente asignados. Las familias para sobrevivir se han adaptado a las transformaciones económicas redistribuyendo las funciones de cuidado y proveeduría según la situación de cada núcleo familiar. Por tanto, no se puede

afirmar actualmente que la función de cuidado sea exclusividad únicamente de las mujeres heterosexuales, porque el derecho familiar la custodia de los hijos y las hijas este cargo de quien puede desarrollar esta función para proveer bienestar psicológico y estabilidad económica independientemente si se trata de la madre biológica o del padre biológico. Martínez y Bonilla (2007) concluyen que es necesario replantear tanto los modelos de androginia y de convergencia para evaluar las diferencias en los roles de género, dado que todas las escalas parten de atribuciones sociales establecidas para hombres y mujeres en la sociedad y no dan cuenta de la deseabilidad social y la autoevaluación de estos rasgos, como tampoco hacen distinción entre identidad sexual, orientación sexual y los estereotipos del rol sexual. También la American Psychological Assotiation considera que en las dos décadas anteriores no ha se han encontrado diferencias significativas entre las habilidades parentales de mujeres lesbianas y varones gay y las habilidades de ma/padres heterosexuales. En el campo de crianza y homoparentalidad existe mayor número de investigaciones con co-madres lesbianas que con copadres gay. Para ambos casos se ha concluido que las familias les-bigay desarrollan los mismos patrones de crianza que las parejas heterosexuales, incluso con mayor conciencia de las responsabilidades de cuidado que las familias heterosexuales (Council APA, 2007) A su vez los hijos e hijas de parejas de varones gay o mujeres lesbianas adoptan roles de género más flexibles e igualitarios. La aceptación


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de la homosexualidad de sus padres o madres no implica necesariamente la identificación con ella, pero sí la inconformidad con las nociones tradicionales de masculinidad y feminidad. Según Kimmel, 2004, en un meta-análisis de estudios en ciencias sociales, se encontró que las consecuencias de género van en dirección contraria al sexo de cada cual, por ejemplo, las hijas de madres lesbianas o padres gay son más asertivas, seguras de sí mismas y ambiciosas, y los hijos de madres lesbianas y padres gay cuestionan los lineamientos de la masculinidad tradicional en cuanto a los patrones de agresividad y competencia, y tienen un tránsito más fluido por las diferentes expresiones de la identidad sexual. Ajuste psicosocial de hijos de parejas de mujeres lesbianas y hombres gay Algunos estudios de caso han mostrado las ventajas de la educación impartida por mujeres lesbianas para los niños y las niñas. Según Stacey y Biblarz (2001) existen por lo menos dos ventajas: (1) las co-madres lesbianas no-biológicas muestran mejores habilidades para la crianza que las madres biológicas y los padres biológicos, y (2) se sincronizan mucho mejor en las tareas de cuidado que las familias heterosexuales (estos estudios han sido cuestionados por la limitación en el muestreo) Por lo anterior Gartrell, Banks, Reed, Hamilton, Rodas, & Deck, (2000, citados en Álvarez y Cabarcas, 2003) realizaron un seguimiento longitudinal de seis años a parejas de lesbianas que tuvieron hijos por inseminación artificial en Estados Unidos. Participaron en total 84 familias conformadas por mujeres

lesbianas y su pareja mujer. De estas parejas al final del estudio permanecieron 61. Los resultados mostraron que un 87% de los niños se relacionaban adecuadamente con sus pares. Un 47% sabían la orientación sexual de sus madres y la relación que sostenían con su pareja. Un 58% compartían equitativamente las tareas de crianza, seguidos por un 37% en donde las labores de crianza eran asumidas predominantemente por la madre biológica. En estas familias había distintos tipos de participación en la red de apoyo lesbiana o mantenían a sus hijos en algún tipo de contacto con comunidades de algún grado de inclusión de personas homosexuales. Asimismo las madres preparaban a sus hijos para enfrentar la homofobia, que podía estar orientada hacia ellas, ellos y sus madres. Los autores concluyen a partir de la evidencia disponible, que los hijos criados en este contexto son en su mayoría sujetos sanos y socialmente ajustados, (Gartrell, Banks, Reed, Hamilton, Rodas y Deck, 2000, citados por Álvarez y Cabarcas, 2003). Estos resultados son apoyados por la investigación de Patterson (1995, citado por Álvarez y Cabarcas, 2003) la cual tenía por objetivo investigar cómo se las arreglan las parejas de lesbianas con hijos para asignarse las labores relativas al mantenimiento de la casa y realizar una labor de cuidado satisfactoria para sus hijas y sus hijos. Este estudio fue realizado con 26 familias lesbianas y 26 niños en edades entre los 4 y los 9 años. Según los resultados de esta investigación, las parejas reportan una división igualitaria, en cuanto a la toma de decisiones y las tareas del hogar. Las madres biológicas reportan estar más involucradas en el cuidado de los hijos, mientras que las madres no biológicas invierten más tiempo en actividades remuneradas fuera del hogar. En esta muestra prevalece la división equitativa del cuida-

do de los hijos, la cual estuvo asociada con respuestas positivas de los mismos hacia sus madres y conductas de cuidado de las madres hacia sus hijos según Patterson (1995, citado por Álvarez y Cabarcas, 2003). Dentro de la misma línea, estos hallazgos son confirmados por el tercer reporte de esta investigación longitudinal, realizado por Raymond, Brooks, Raboy, & Patterson, (1998, también citados en Álvarez y Cabarcas, 2003), cuyo objetivo era comparar la división de las labores a través de un grupo de familias encabezadas por lesbianas y un grupo comparable de familias encabezadas por heterosexuales, todas con hijos en edad escolar. El criterio de inclusión de la muestra era haber quedado en embarazo a través de inseminación artificial. En este estudio participaron 46 familias, 16 heterosexuales y 30 lesbianas. A su vez, fueron evaluados 46 hijos con edades comprendidas entre los 5 y los 11 años de edad. Se utilizaron las siguientes pruebas: El Cuestionario ¿Quién hace qué? Cowan, El test de Ajuste Marital de Locke-Wallace; la lista de Chequeo del Comportamiento, el Cuestionario de Auto-visión de los niños y el formato de reporte de profesores, según Raymond et al, (1998, citado en Álvarez y Cabarcas, 2003). Los resultados encontrados sugieren que las parejas de lesbianas tienden a dividirse de manera igualitaria las tareas del hogar, la toma de decisiones y el cuidado de los hijos. Por el contrario en las familias heterosexuales son las madres quienes asumen en la mayoría de los casos el cuidado de los hijos. Tanto las parejas de lesbianas como las parejas de heterosexuales mostraron los mismos niveles de amor, conflicto y satisfacción en sus relaciones. Los resultados en las pruebas administradas con el fin de evaluar el ajuste de los hijos, muestran que los niños participantes de esta investigación, tienen un buen ajuste y que éste factor no varía en función de la orientación sexual de los padres, Raymond, et al (1998, citados en Álvarez y Cabarcas, 2003).

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Evaluación de roles parentales por hijas o hijos de parejas lesbianas Vanfraussen, Ponjaert-Kristoffersen, Brussel, & Brewaeys, (2003, citados en Álvarez y Cabarcas, 2003) evaluaron el funcionamiento familiar en familias de lesbianas creadas por un donador. Este estudio fue diseñado como una segunda fase y seguimiento de un estudio longitudinal sobre parentalidad en madres lesbianas, realizado por los mismos autores. En total participaron 24 familias lesbianas y 24 familias heterosexuales que sirvieron de grupo control. Los resultados de este estudio son congruentes con los anteriores, en el sentido de que no se encuentran diferencias significativas entre la evaluación que los niños hicieron de los roles asumidos por el primer padre (madre heterosexual o madre biológica lesbiana) y el segundo padre (padre varón heterosexual o madre no biológica lesbiana) en los dos tipos de familias. Tampoco existen diferencias entre padres varones en familias heterosexuales y madres sociales en familias lesbianas. Al hacer comparaciones entre los puntajes de autoridad y aceptación para ambas familias y entre ambos tipos de padres no hubo diferencias significativas, en la manera como los niños los evaluaron. Con respeto a la comunicación no se encontraron diferencias entre los dos tipos de familias (entre niños y padres). Con respecto a la provisión de afecto, los niños del 77% de parejas lesbianas y el 84% de parejas heterosexuales mostraron igual afecto hacia el primer y segundo padre. Flaks, Ficher, Masterpasqua, & Joseph, (1995, citado en Álvarez y Cabarcas, 2003) realizaron una comparación entre hijos de parejas de lesbianas e hijos de padres heterosexuales, con el propósito de evaluar el funcionamiento cognitivo de los niños, el ajuste comportamental, la calidad de la relación entre los padres y sus habilidades parentales. El total de participantes fue de 15 niños, hijos de parejas homosexuales, comparados con un grupo control de 15 niños criados por parejas heterosexuales. La edad de los niños estuvo

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comprendida entre los tres y los nueve años. Los cuestionarios entregados a las familias fueron la Lista de Chequeo del Comportamiento de los Niños, el Formato de Reporte de los Profesores y la Escala de Ajuste Diádico. Se realizaron sesiones por separado para padres e hijos. Durante la sesión con los padres se les aplicó la Encuesta sobre Conciencia de las Habilidades Parentales y en las sesiones con niños se aplicó el WISC o el WIPPSI, de acuerdo con las edades de los niños participantes, Flaks, et al (1995, citado en Álvarez y Cabarcas, 2003). Los resultados obtenidos en esta investigación son congruentes con la conclusión de que hijos o hijas de madres lesbianas y padres heterosexuales poseen repertorios conductuales similares, especialmente en las áreas de funcionamiento intelectual y ajuste comportamental. Los puntajes obtenidos por los niños y niñas de los padres heterosexuales y las madres lesbianas fueron extremadamente similares y acordes con las medidas estándares utilizadas. No se verificaron diferencias de género. El análisis de la Encuesta sobre Conciencia de las Habilidades de ser Padres, reveló que las parejas de lesbianas son más conscientes de las habilidades necesarias para una función parental efectiva, comparados con los padres varones heterosexuales. Específicamente, las parejas de lesbianas probaron tener habilidades superiores para identificar los sucesos críticos en la situación de cuidado de los hijos y para formular soluciones apropiadas a los problemas que se proponían. A pesar de ello, cuando se hizo un análisis posterior, se encontró que estas diferencias están en su mayor parte relacionadas con el género del padre, más que con su orientación

sexual, ya que tanto las madres heterosexuales como las lesbianas mostraron mayor conciencia de las habilidades parentales que los padres heterosexuales y las madres no biológicas, Flaks, et al (1995, en Álvarez y Cabarcas, 2003). Fiona, & Golombok, (1996, citados en Álvarez y Cabarcas, 2003) del Centro de Investigación Psicológica para la Familias y los Hijos y el Centro de Investigaciones en Tareas de la Familia y los Hijos del Reino Unido, realizaron una investigación longitudinal, cuyo objetivo fue comparar un grupo de adultos que habían sido criados en familias de lesbianas, con un grupo de hijos de madres solteras heterosexuales. En la primera fase de la investigación, participaron 27 madres lesbianas y 27 madres heterosexuales, cada grupo de madres, tuvo en promedio 39 hijos, con un promedio de edad de 9.5 años. En la segunda fase, participaron 25 hijos, de madres lesbianas y 21 jóvenes criados en familias heterosexuales, la media de edad fue de 23.5 años. Se evalúo la orientación sexual de los jóvenes, a través de una entrevista semi-estructurada, con esquema de codificación que se desarrolló específicamente para esta investigación. Se evaluaron cinco variables relacionadas con la orientación sexual: a) presencia de atracción homosexual, que se categorizó de acuerdo a la Escala Kinsey; b) haber considerado tener relaciones lesbianas u homosexuales; c) haber tenido relaciones sexuales con personas


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la poca idoneidad de los hombres en parejas del mismo para encargarse de sus hijas o sus hijos (Downey y colaboradores, 1998). Efectos en la socialización sexual de niñas y niños de parejas de mujeres lesbianas y hombres gay

del mismo sexo; d) identidad sexual, de acuerdo a cómo se identifican los hombres y mujeres participantes de esta investigación, y finalmente, e) interés sexual por el mismo sexo. Asimismo se evaluaron características familiares a través de la adaptación de una entrevista estandarizada. Se obtuvo información de las madres lesbianas que participaron en la primera fase, que se suponía, podría tener influencia en el desarrollo de la orientación sexual de los hijos. Las variables evaluadas fueron: (a) número de años durante los cuales los niños crecieron en una casa heterosexual; (b) calidez de las madres hacia los hijos; (c) Contacto de los niños con su padre; (d) Comportamiento del niño en términos de roles de género; (e) Calidad de la relación con pares de los niños; (f) Calidad de la relación de las madres con su compañera actual; (g) Historia de relaciones amorosas de la madre; (h) Apertura de la madre por mostrar afecto; (i) conformismo de las madres con su orientación sexual;(j) Participación política de la madre; (k) Preferencia de la madre en cuanto a la orientación sexual de los hijos y finalmente, (l) Actitud de las madres hacia los hombres, Fiona, et al (1996, en Álvarez y Cabarcas, 2003). Estudios con parejas de hombres Gay APA (2007) plantea que de acuerdo con “la investigación disponible no podemos concluir que existen razones para preocuparse por el desarrollo infantil de niñas o niños que estén bajo la

custodia de hombres gay” (p. 5) Por el contrario no existe ningún estudio que demuestre que los padres gay no estén en la misma capacidad de proveer oportunidades de crecimiento y florecimiento que los padres heterosexuales”. En el estudio de Eric et al. (2005) al examinar padres gay y madres lesbianas que adoptaron hijas o hijos se encontró que el nivel de funcionamiento fue promedio y no difería significativamente de los padres gay o madres lesbianas con hijas o hijos biológicos. En otro estudio realizado por el mismo equipo de investigadores se encontró que tampoco existían diferencias significativas entre en familias les-bigay y familias heterosexuales. Si analizamos nuevamente las investigaciones de los niños o las niñas que conviven figures parentales gay, encontramos que la literatura citada por la APA concluye que los estudios no proporcionan suficiente evidencia de que la convivencia entre mujeres lesbianas, entre hombres gay o cualquier otro tipo de núcleo familiar estable afecte el ajuste psicosocial de las niñas, los niños o las/los adolescentes. Con los estudios actuales se concluye que la orientación sexual parental no tiene un efecto cuantificable en la calidad de las relaciones entre ma/padres e hijas/hijos o en la salud mental de ellas y ellos (Patterson, 2004. Si los padres gay no tuvieran capacidades para asumir labores crianza los estudios los hubieran demostrado así fuera a pequeña escala. Por eso, no es adecuado seguir con el prejuicio de

Según Erich y colaboradores (2005) no existen diferencias entre niñas y niños educados por lesbianas y las y los educados por heterosexuales en cuanto a: auto concepto, ansiedad, depresión, problemas de conducta y desempeño en aéreas sociales (deportes, escolaridad y amistades), el uso de consejería psicológica, los reportes de hiperactividad en el aula de clase, dificultades emocionales, en la sociabilidad y el comportamiento en general. Una de las temáticas que más ha inquietado a las y los investigadores es que ocurre con el desarrollo de la identidad sexual de niñas y niños. No se ha encontrado evidencia empírica acerca del el prejuicio sobre el efecto negativo en la identidad sexual de tener ma/ padres homosexuales. Erich y colaboradores (2005) realizaron un estudio comparativo del funcionamiento entre parejas heterosexuales, lesbianas y gay demostrando que no existe evidencia empírica sobre este prejuicio (Erich, et al. 2005, en A comparative análisis of adoptive family functioning with gay, lesbian, and heterosexual parents and their children) A este respecto, APA (2007) concluye que no se ha podido demostrar que los hijos o las hijas de parejas del mismo sexo se han afectado en su bienestar psicológico por la orientación sexual de sus padres (Herek, 2006). Este investigador encontró que “no existen diferencias” entre los padres gay y los padres heterosexuales cuando brindan recreación a sus hijas o sus hijos, promueven la autonomía personal y resuelven los problemas típicos de la crianza. Patterson (2004) también encontró que los padres gay dedican tiempo considerable a desarrollar su rol paterno.

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Los estudios acerca de los patrones de identidad sexual no han encontrado diferencias entre las niñas y los niños de madres lesbianas y las niñas y los niños de padres y madres heterosexuales. La Academia Americana de Pediatría afirma que en trescientos (300) casos estudiados, las niñas y los niños no mostraron confusión en su identidad sexual, no desearon tener la identidad del sexo contrario o una identidad transgenerista (citado en Perrin & Committe, 2002) De igual forma, la mayor parte de estudios publicados desde las dos últimas décadas en esta temática (Kirkpatrick et al 1981; Green, Patterson, 1995; Green y Herek, 1994; Patterson, 2004) no han encontrado grandes diferencias entre hijas e hijos de madres lesbianas e hijas e hijos de madres heterosexuales en el grado de conformidad con el rol de género asignado. Un grupo de investigadores encontró que las hijas de madres lesbiana tienden a ser significativamente menos conformes de los estereotipos de los roles de género. Por ejemplo, las hijas de madres lesbianas y las hijas de madres heterosexuales presentan el mismo grado de inconformidad con el rol social asignado a las mujeres porque prefieren ocupaciones no tradicionales para ellas como ser astronautas, ingenieras, médicas o abogadas (Green et al, 1986; Hotvedt & Mandel, 1982). A este respecto Stacey and Biblarz (2001) afirmaron que seis estudios empíricos han indicado que las niñas y los niños de madres lesbianas pueden exhibir menor conformidad con el rol social de género que las niñas o los niños de madres heterosexuales. Lo más importante en eso te caso es que actualmente se ha borrado los límites entre los roles convencionales y no convencionales de género. Así muchas y muchos profesionales de la salud coinciden que es más saludable tener una actitud inconforme con los estereotipos de género, debido a que todavía persisten patrones de discriminación sexista. El modelo de congruencia en la tipificación del rol sexual ha muerto. Los niños y los niños deben prepararse para un rol de género igualitario don-

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Referencias Álvarez, W. y Cabarcas, K. (2003) Homosexualidad y familia. Departamento de Psicología, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, trabajo de grado meritorio,

de se compartan tanto las tareas de la casa, como la proveeduría económica (Lama, 1999, citado en Council of APA, 2007) La condición homosexual no es una enfermedad o discapacidad, las y los profesionales de la salud mental y los centros de adopción no deben considerarla dañina, indeseable o que requiere la prevención (Ardila, 1998) No existe consenso científico acerca de los factores que explican porque una persona es heterosexual, homosexual o bisexual, dado que la mayoría de ellas han crecido en hogares heterosexuales. APA (2007) concluye que si bien son necesarias mayores investigaciones en el campo de la homoparentalidad, deja en claro que con la actual evidencia empírica las personas lesbiana, gay, bisexuales y transgeneristas logran adquirir las habilidades necesarias para que sus hijas o hijas alcancen logros positivos. Por tanto, no es perjudicial para las niñas y los niños convivir con parejas del mismo sexo. La negación de la adopción de hijas o hijos a parejas del mismo sexo en función de la orientación sexual representa un estigma para las comunidades LGBT. Según Goffman (1963) un estigma es una atribución social negativa para una persona que se convierte en un estatus o posición inmodificable. Esta condición define la identidad social de alguien y lo desempodera quitándole oportunidades en la sociedad. No se puede seguir estigmatizando a las parejas del mismo sexo que aspiran a compartir las tareas de cuidado con menores de edades, quienes seguramente se perderán la oportunidad de tener una experiencia flexible sobre los roles de género para convertirse en un futuro en personas abiertas a la vivencia de una sexualidad sana y gratificante con co-responsabilidad.

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NARRACIÓN

CRISÁLIDA Luz Mary López1

T

engo miedo de escribirte como alguna vez tuve miedo a nacer de nuevo prescindiendo de tu aliento. Sin el placer ni el dolor con que me hiciste la vida y me arrojaste al mundo, en medio de espasmos y lagrimas que sin embargo nada tenían que ver con la partida de los labios que a punta de promesas me metieron en tu vientre y se marcharon… pero tú tan resuelta que no me devolviste a la buena de Dios y eso que nadie sabía nada porque me habías concebido en la oscuridad en medio de susurros y suspiros como es propio de los secretos. Yo era el secreto que habías hecho en silencio, como se gestan la vida y la muerte, y esa vez tú habías elegido para mí la vida.

1 Estudiante de la Universidad Nacional de Colombia.

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<<Eso era lo único que me había resuelto a escribirle alguna vez>> me dijo << pero que va, hasta ahí me llego porque no tuve el valor suficiente para mandárselo. No se imagina usted cuánto tiempo pensé en buscarla y cuántas noches pasé imaginando todas las versiones de lo que pudiera ser volver a casa, pero nada, tuve miedo de hacerlo como alguna vez tuve miedo de… No, en realidad nunca tuve miedo, solo ahora que puedo sentirlo, pero ya no está, la vieja se me fue y ahora siento el miedo y ella ya no está>>

Eso me estaba contando días después de encontrar ¿…la? ¿…lo? ¡Hum! ¿Cómo nombrar ese ser que había… “encontrado”? Si acaso esa es la palabra para definir el instante cuando sin estar buscando nada, uno se choca con alguien y saltan en pedazos sus certezas o se revela al fin la ficha faltante del acertijo y uno se hace otro para sí mismo sin posibilidad de marcha atrás. Entonces, eso me estaba contando días después de encontrar…le, después del choque, cuando el disparo y su caída en la mitad de la calle: la blusa de malla con sangre, los gritos, la agonía, el pavimento frio, el olor a alcohol y a sexo, el cigarrillo consumido por el viento, la gente corriendo, la noche quieta, la sangre otra vez, cada vez más y la oscuridad tan ciega nuevamente testigo del secreto de su existencia; la que mezclada con los murmullos y la música de los establecimientos, formaba una sola armonía acompasada con el latir arrítmico e involuntario que era su vida… ahora agonizando. Alguien esta vez le había elegido la muerte y apenas le quedó aliento para escuchar cuando la patrulla de policía se marcho también, negándose a llevarle a un hospital.


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de eso, pues que se lanzaba al mundo es un decir, como ella misma lo decía; se lanzó, fue a la calle a recibir cuchillo, mechoneadas, patadas, desprecios y humillaciones, entonces más tarde que temprano le tocó aprender a agarrar una puñaleta, robar, dar pique en tacones y a darle en la jeta a más de una.

Serian las 10 de la noche y a esa hora los gatos ya pardos se escabulleron por donde mejor les vino cuando el espectáculo comenzaba a requerirles, y yo, que nunca he querido hacer más de lo que me es completamente necesario ya no tenía otra alternativa, de haberme dado la vuelta me hubiera resultado demasiado insoportable por el resto de mi vida. Si se tratara del cine sería más fácil representar lo que siguió a continuación. La pantalla divida en escenas paralelas en el tiempo, me mostraría: en una corriendo hacia una residencia de quinta buscando el carro que había guardado allí mientras me vaciaba en un cuerpo ahora olvidado. Entre tanto, a quien yace en el pavimento le pasarían todas la escenas importantes de su vida como dicen que pasan cuando la muerte embiste, y de pronto, se estaría viendo frente al espejo con el vestido favorito de mamá que tenía esas margaritas en un fondo tan azul como el cielo, cielo que alcanzaría con los tacones demasiado grandes aún pero no por mucho… y quizá se estaría llevando el labial a la boca justo en el momento en que mamá abría la puerta, gritaba el horrible nombre de niño y nerviosamente le lavaba la cara,

le quitaba el vestido, le pasaba una camisa limpia con el debido pantalón, todo sin pronunciar una sola palabra, resistiendo por lo demás a la evidencia liquida y salada del desengaño que sin embargo se dejó ir por su mejilla segundos antes de cerrar la habitación con fuerza. <<Ese día>> me dijo <<supe que, además de los suspiros y la oscuridad que acompaña a los secretos, existía también el mutismo del sol testigo a la luz del día del apagón de ciertas ilusiones>> Mientras tanto yo había vuelto con el auto y ya le estaba subiendo: el peso y su sangre, sus pechos demasiado grandes, la blusa muy pequeña, su pelo mojado, sus manos frías, la sangre otra vez pero en mi camisa, en mi rostro, en mis manos, el silencio en el que se hace la muerte, el mundo afuera y adentro la vida esforzándose por seguir siendo. Ella entre tanto miraba quizá los ojos de su madre justo después de encontrar su equipaje en la calle y en el umbral de lo que fuese antes un hogar, defendió su vida y le gritó << Me voy, me voy y yo te voy a demostrar que yo voy a ser toda una mujer>> después de eso se lanzaría al mundo a parirse a sí misma de nuevo, pero ya sin madre y sin dios, al fin de cuentas este último ya había metido la pata también poniéndole un pene. En incontables umbrales seguiría defendiendo su vida después

Pero es que si le hubieran advertido que entre la existencia y la soledad no había ninguna contradicción le hubiera dolido diferente volver a nacer, porque no era simplemente decir quiero ser travesti y salir chusca meneando pelo y despertar en las miradas la pregunta inaugural que se le hace a la vida ¿Qué es? ¿Un hombre o una mujer? << Y Puede que en el momentico del show o mientras estás con un cliente seas lo mejor pero luego te ves sola en tu habitación porque en realidad para ser travesti tienes que primero aceptar la soledad, porque ya afuera la gente no te acepta, te ven como el bicho más raro de todos>> … Y así, como se dijo, cuando fue a denunciar al policía quien le manoseó sin más mientras le comprobaba la identidad porque estaba sin cédula y el funcionario le dijo que entonces le mostrara evidencias de lo sucedido << y es que yo qué resulto siendo acá ¿será que yo vengo de Marte?>> hubiese sido preciso que se lo dijese al vigilante que yo tenía enfrente negándome la entrada a urgencias porque es que <<si no está inscrito aquí no lo puedo dejar entrar>>. Pero, señor ¿no ve que se está muriendo? Y así a la recepcionista, al enfermero, al médico, a sutano, fulano, mengano que de pura suerte no nos hicieron primero ir al psiquiatra para determinar si tenía sentido salvarle la vida. Para ese entonces ya habrían pasado las escenas del primer beso, la desvirgada por delante y por detrás, la hormonizada, el primer cliente y el amor… cuando el amor pensó en el que le daba disque pastillas para que no quedara embarazada, porque eso sí estaba tan cargado que cuando le penetraba le dejaba la barriga hincha“la diferencia nos une”

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da y tal tanto que se moría por tener un hijo y la envidia que le daba cuando él hablaba de su niña que iba a cumplir cuatro añitos <<y uno de marica qué culpa, uno de marica ganar de culo y boca porque de qué más gana… porque si uno pudiera tener hijos ¡claro! toda la vida, me hubiera dejado hacer unos dos, tres, cuatro, hasta más pero así es la vida>> Porque disque pensaba que un hombre es como una cometa que va por el aire y cuando encuentra su polo a tierra ahí se quedó y, entonces, al último le dijo que él era la cometa y ella la niña que estaba en el suelo y lo tenía con un hilo amarrado pero el día que lo soltara ese saldría volando al mundo mientras encontrara otra persona. Eso lo pensaba porque lo había visto en una pintura en el Banco de la República allá en Medellín y se le quedó fijada para siempre y quién iba a pensar que hasta se le cumpliría porque el tipo vino con pitos y flautas y se le voló diciéndole que tenía derecho a una familia << pero no piense nada malo que usted sabe que yo ahora sí quiero un hogar y a mí me gustan son las mujeres>> O la familia del tipo que le echó la policía. Al que los amigos cogieron de parche aunque el man dijera que seguía siendo el mismo hombre de hace unos años que tenía mujer así estuviera ahora con una marica… y ésta que no se podía creer que un hombre hiciera eso por ella que era travesti y que todo el mundo… y el man tan distinto a los otros que se quedaban en la casa fumando marihuana y rascándose la

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panza mientras la marica se levantaba lo de los dos. Entonces para ella todo eso demostraba que a veces también llovía para arriba. Le pude ver hasta que doblaron al fondo del pasillo llevándole en camilla hacia la sala de urgencias, era ese el momento de salir a correr y dejar ahí el asunto, después de todo ya estaba en manos de otros que tendrían que hacer algo con el cuerpo vivo o muerto. Un cuerpo bello por cierto, pero no demasiado porque las más bonitas no pueden tener erecciones y ella, aunque era pasiva, a veces le tocaba cincuentear <<porque también hay hombres que les gusta el merecuché>>. Y trabajarlos a punta de psicología aprendida con la experiencia porque si alguien sabía sobre hombres era ella que tenia 25 al día y ni modo de darle a todos o dejarse dar, porque si no ¿cómo quedaría? Y entonces, analizaba qué les gustaría más y así hacerlos votar ligero para que ya después la vieran fea y se largaran, pues a la final, alimentarles el morbo no era tan difícil y a ella lo que le daba placer era pensar qué iba a hacer con la platica. Pero eso sí,

sólo con los hombres porque tocarle el cuerpo a una mujer, no servía para eso, le daba miedo y se ponía a temblar, le parecía muy pervertido. Pero ¡qué cuerpo dios mío! y la mamá que le dijo que cuando se pusiera las tetas, hasta ahí, ella se moriría y lo peor es que de verdad se le murió y no se sabe si por lo de las tetas o por el cáncer que tenía o de pronto ambas cosas y eso que no supo que también se hizo culo, cintura, nariz, pómulos, sonrisa, hasta extensiones en el pelo, sin contar las hormonas que de todas maneras le hubieran importando poco, desde que no se apareciera nunca más por el barrio porque ¡qué diría la gente!; pero eso sí, que no se le olvidara mandarle la platica <<que dios sabe cuánto la necesitamos y cuídese mijito, pero acuérdese de la platica que tanta falta nos hace y lo queremos mucho>> y eso que no le echaron los paracos para que la mataran como a la Lucha y se había salvado de tener un papá


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realmente sirvo en la vida además de hablar mierda, es para culear>> Y culear ya no lo podía hacer porque también se le habían fregado las piernas; igual ella no quería saber que iba a llegar a vieja puteando y había pensado en recogerse, porque eso de llegar a vieja con tetas como una payasa no le hacía gracia y además le había prometido a la mamá, cuando murió, que en unos años se volvía otra vez hombre.

como el de La Perla que la amarró y le puso no me acuerdo qué sobre la nuca para que dejara de ser marica. Pero, allá en la sala de urgencias estaba luchando por su vida y en realidad era lo que había hecho siempre con urgencia, entonces, ¿para qué preocuparse tanto? mejor salir y olvidarlo todo. Pero, la dramática entrada y mi ropa lavada en sangre… las evidencias que revelaban mi deber con alguien, después de todo no muchas veces uno termina manchado con la sangre de otro en la camisa y en el pensamiento. <<Y yo que creía que el momento más duro había sido cuando me salieron las alas porque es que usted no se imagina lo que sucedió cuando decidí ser yo y, de pronto, se abrió una grieta en lo más profundo de todo lo que conozco, en serio que fue así, y se lo tragó todo en segundos y yo era la grieta suspendida en la grieta misma sin dentro ni fuera que pudiera perturbar el instante en

que yo no era yo pero no podía ser otra cosa. Por mi madre que fue así y de la espalda me brotaba un bulto enorme, pero qué miedo de nada y qué secretos ni tinieblas, si yo era ahora el silencio y la oscuridad de la noche dándose a luz y lloré al sentir como nacía de nuevo y no podía evadirme>> Eso me decía, que del instante mismo es imposible escapar porque si la eternidad era algo no podía ser más que el presente como única alternativa, instante que, por lo demás, se disipaba al ser nombrado. Y el bulto dizque le estalló de pronto y <<usted no me lo va a creer pero eran dos alas enormes que se desplegaron y abarcaron el cuarto entero >> Y no paraba de hablar, si no había sido el disparo era la anestesia la que le había jodido un poco la cabeza porque alardeaba de sus alas <<porque tu si ves que la oruga es como feíta y cuando se convierte… se convierte en una mariposa bella, lo tremendo es aceptarse primero como la oruga para empezar a convertirse>>. Pero, el tiro le había atravesado dos costillas y un buen número de vertebras y pensar -me decía- <<que para lo único que

Y se quedo sin piernas y no le vi las putas alas pero el caso es que se voló y eso que había dicho que era la niña sosteniendo el hilo y no la cometa misma. Sus alas las habría desplegado abarcando el cuarto por entero y, apartándose del cuerpo que ya no le servía, se fue al encuentro de su madre que muy ingenuamente creía podría estar en el cielo pero ¿quién sabe si le recibiría? porque vaya a saber uno si los maricas van al cielo o al infierno o de allá también les sacan. Igual ¿para qué querer uno alas sino es para andar por el cielo? y eso que lo intentó con los tacones… pero ahora si lo estaba haciendo y le vi cómo traspasó el sol porque por fortuna las nubes se habían disipado y qué miedo de nada y qué secretos ni tinieblas si ya se había dado a luz y se había ido tan amiga de su soledad que nada importaba que nadie le echara de menos o qué encontrara detrás del sol. Igual me había dejado ahí de pie con el sólo hilo amarrado en el dedo, entonces ahora sí, salir de allí porque por fin su cuerpo era lo de menos. Correr, correr… mientras afuera en la ciudad la gente miraba estupefacta que estuviese lloviendo para arriba. “la diferencia nos une”

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TRANSFORMACIÓN N°1

DERECHOS

SEXUALIDAD COMO DERECHO HUMANO M. Alfonso Gaviria Torres1 “¿Pretende alguien conquistar al mundo y hacer lo que quiera con él? No veo como podría tener éxito. El mundo es un Recipiente Sagrado que no puede ser manipulado ni dominado.” Tao. Ni mucho menos el ser Humano. Quien desde los inicios ha habitado esta superficie del planeta. na de las crisis más profundas y descarnadas que haya podido experimentar el ser humano, desde sus primeros pasos evolutivos - bajar de la copa de los árboles para encontrarse de cara con el desafío de las fieras sobre la faz de la tierra, tiene que ver con su sexualidad. Esa necesidad, inicial, al igual que cualquier otro animal de perpetuar la especie. Experiencia recreada en el séptimo arte, excepcionalmente con lujo de detalles, en “La Guerra del Fuego”2: Una incesante lucha del macho por mantener el dominio sobre el poder de la flama y el entorno, incluyendo, de paso, el dominio sobre las hembras y la reproducción. Signado –Además- siempre por la existencia de patrones tan adversos al deber ser de lo sexual, como practica de placeres indescriptibles e impensables por lo menos en referencia a la especie. Hoy, bajo esos aprendizajes primigenios especialmente en los tiempos modernos de las definiciones clásicas de lo societal es que muchos de nosotros hemos resentido en un momento de nuestras vidas y sexualidad que nos encontramos fuera del circulo de los orígenes primigenios; es decir fuera de todo contexto, llenos no de gracia sino de pecado y confusión, sintiéndonos casi como extraterrestres. Tranversalizados por las diversas creencias, de toda clase: religiosas, culturales, etnológicas, políticas, sociales, antropológicas, sociológicas, que en síntesis hienden “un alto tufo al alcohol” de las Teocracias y creencias del ser humano.

U

1 Licenciado en Educación Básica de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Especializacon en liderazgo democrático de la Universidad Pedagógica Nacional y en Gerencia Municipal de la Universidad del Rosario. Correo electrónico: gaviriamanuel@hotmail.com

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En esta dirección podríamos decir que existen tantos sentimientos, criterios, experiencias y expresiones de cara a la 2 Aine. Rosny. Llevada al cine por Arnaud. JeanJacques. 1981.

sexualidad del homo sapiens sapiens, como guerras por la conquista de la supremacía y dominancia de los territorios por parte de la especie humana en el planeta. O aun, de nuevos nacimientos cada día o Inventos científicos a favor de las ideologías predominantes, en especial del capitalismo salvaje y su industria del consumismo y destrucción. Pero estas experiencias fueron condenadas en un momento de la historia (más allá de episodios conexos o inconexos) , dándose inicio a la persecución y al ataque de quienes habían expresado abiertamente sus opciones y atracciones sexuales; sus propias formas de satisfacer el deseo sexual -el impulso de vida-. Las argumentaciones fueron poco sustentadas y señaladas como pecado, horror, asco, entre otras, y se les excluyo bajo una nueva catalogación de débiles y criminales; conceptos que llegan al extremo de tornarse en temerarios; en un atentado contra la vida en manos de quienes asumieron el papel de verdugos de estas tesis de horror vandálico y de prohibición. Presumo, con criterio de responsabilidad, que uno de los grandes males que nos aquejan en referencia a las estigmatizaciones y macartizacionesen cualquiera de los campos de la expresión, no solo la sexual -a quienes expresamos una sexualidad que no queremos ceñir a los patrones de la heterosexualidad- proviene de una tesis de la filosofía que asumimos en occidente de profunda desconfianza hacia todo lo que no nos parezca, lo desconocido, o escandaloso, por sospechoso y que no corresponda a los cánones de lo que la sociedad dominante, lo establecido como norma, convirtiendo el pensamiento y la experiencia a un reducto, a una mera acumulación de revelaciones. “¿Pretende alguien conquistar al mundo y hacer lo que quiera con él?”


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Prurito de creencias a las que William Ospina (1996) ha denominado “tradición religiosa fundada en la fidelidad a unas verdades recibidas” que provienen de la jerarquía eclesiástica y que inhiben al hombre –y a la mujer- de indagar sobre su mundo circundante y le hacen perder la capacidad de asombro con lo inmediato, con su medio, con lo cotidiano. Perdiéndose la aprehensión y el sentido de la belleza por la estética, por lo sagrado con referencia a la vida, al intelecto y a su sentimiento. En ausencia de coránes y bíblias las antiguas civilizaciones desconocieron la existencia de verdades absolutas, que, a la sazón, les permitió llegar a la cima estética de sus expresiones en todos los campos del saber y de la ciencia en beneficio de la sociedad. Desde la aparición del hombre -y la mujer- sobre la faz de la tierra, hace mas de 75 mil años, se inicia la historia del desarrollo de la sexualidad, con sus diversas experiencias y expresiones, como son: el genero, las opciones sexuales diferentes a la heterosexualidad (homosexualismo, lesbianismo, transexualismo, travestismo), el celibato, el onanismo, el himeneo, el sadomasoquismo, la sodomía y una vasta gamma de expresiones que no son producto del siglo XX, como lo quiere hacer ver el capitalismo (detentador del poder económico y político) y su sociedad privilegiada, en la expresión y el sentir de muchas de las disertaciones, invisibilizaciones y desconocimientos que se hacen alrededor del tema. Tampoco estas manifestaciones de diversidad son una afrenta en contra de “las sanas costumbres de las sociedades más conservadoras y excluyentes” del mundo o del país, quienes aprueban la guerra y la inquisición en contra de la diferencia. Tampoco es una oposición al normal crecimiento del neoliberalismo, como con tintes de perversidad se quiere hacer ver a la sociedad (mediante campañas de prevención de ETS, de las pandemias y sus discusiones pontificias acerca del uso y efectividad del condón), sino que es parte esencial del

desarrollo de la naturaleza del ser humano. Pero es válido aclarar que su práctica no es exclusiva del ser humano, sino de todos los organismos vivos, por lo menos de la especie animal. En algún informe leí que una especie de monos, los cuales demostraban una gran excitación y manifestación de violencia en el momento en que la manada se reunía para comer, disipaban totalmente su agresividad después de copular con sus parejas. Manifestando relajación y tranquilidad luego de varias horas. En algún periódico leí, también, que un alto jerarca militar, proponía no permitirle a los soldados en los campamentos tener relaciones sexuales con el fin de lograr más agresividad de su parte para enfrentar los combates con las guerrillas. Aspectos que ponen de manifiesto la manera como la sexualidad esta presente en todos los ámbitos de las relaciones de los seres vivos, de los humanos. La ausencia de interés por el tema como factor educativo, una doble moral social y pública y por consiguiente el desconocimiento hace que el individuo tenga una gran cantidad de inquietudes en un mundo heterosexual reducido, sexista y oculto sobre sus deseos e impulsos de la libido, de la vida. Por consiguiente su desaprobación frente a lo que no conoce: La diversidad y la expresividad sexual es común. Para información de los heterosexuales homofóbicos y negados seguidores conservadores por la prohibición divina del disfrute del cuerpo y por antonomasia de la sexualidad, el sexo entre iguales fue normal en muchos de los pueblos americanos, y su practica fue llevada a los niveles sagrados del ritual, desde Behering hasta el estrecho de Magallanes. El placer no tiene sexo, tiene sensibilidad, tiene expresividad, es arte, es naturaleza viva. No hay lugar en el planeta en donde hombres o mujeres sean insensibles a una caricia, a un contacto

corporal. O se nieguen a la posibilidad de estar cerca de los sagrados objetos del placer y de la sexualidad. No hay lugar en el planeta en donde por más que se condene las relaciones del mismo sexo, estas no sean llevadas a la practica mediante diferentes expresiones culturales, de la idiosincrasia de los pueblos, de sus creencias y propias religiones. “Si lo deseas, exprésate con todo el cuerpo. Vivir el placer así, es algo que te hará sentirte feliz, mas comunicado, más comunicada, con ganas de vivir, con más marcha...” “ ¿Y si te gusta una chica? Haz lo mismo que si te gusta un chico: conocerle mejor, decírselo, comunicarte...” (Urruzola, 1992) La mayoría de registros que encontramos de las culturas antiguas, aquellas que escaparon de los rigores del monoteísmo judeocristiano de sus prohibiciones y conceptos de pecado manifiestan de manera abierta y sencillamente natural, el hecho del acto sexual y como tal su representación fálica puesta de manifiesto en sus construcciones, que tranversalizan –si se me permite el termino- su cotidianidad y las especificidades de sus relaciones sociales, en un contexto lúdico que las hace cada vez más grandes e importantes, a través de la línea del tiempo. Vestigios que datan de los siglos VIII a IV a. c. representan figuras fálicas totémicas posiblemente utilizadas como objetos rituales. Otros hallazgos nos permiten conocer figuras elaboradas en distintos materiales, con las cuales se representaban actos sexuales diversos entre hombres y entre mujeres pertenecientes a culturas precolombinas. Según los entendidos en la arqueología y la antropología estas eran representaciones de actos de altísima reverencia ritual, de las relaciones entre su cosmovisión y su reverencia por la naturaleza, por su condición sagrada. Referencias Ospina, William. La Mosca de Cuatro Patas. Utopía del Habitar Urbano. 1996 Urruzola, María José. (1992) Guía para Chicas. Bilbao.

“la diferencia nos une”

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TRANSFORMACIÓN N°1

NARRACIÓN

TSABE LUAR Marina Talero1

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ersonas de lugares remotos llegaron a la casa del Chamán, sabían del descubrimiento de otro planeta y del deseo del hechicero de poblarlo. Él dijo que se tenía que diseñar su estructura social y conformó el comité para ello. En las primeras reuniones, elaboraron el reglamento del grupo para la toma de decisiones y le dieron nombre al planeta: Tsabe Luar, en kamsá, la lengua de los Kamëntsá -habitantes del Valle de Sibundoy-, que significa “linda región, hermoso tiempo, donde todo lo que se hace es lo mejor”. Fue el nombre que más significado tuvo según las imágenes satelitales y la intención del grupo. Pasaron luego a crear lineamientos de esa nueva sociedad. El centro de los Tsabe, como se llamarían los habitantes de Tsabe Luar, sería un individuo creativo, responsable, transformador, soñador, competitivo consigo mismo y libre. También espiritual, una espiritualidad como la propone el pensador Darío Botero (2000:27), desarrollada en la amistad, la solidaridad, en el cambio social, en la perspectiva de recobrar a los individuos de la soledad y el aislamiento para reintroducirlos en la plenitud intimista de la vida; una espiritualidad que no se convierta en un poder de opresión, que ayude a la humanización y que en ese proceso de compartir y relacionarse el individuo sea capaz de inventar su vida, crearse y recrearse en ella, en donde la diversidad forme parte del pensamiento. Hablando de pensamiento, el comité consideró pertinente trabajar sobre la ética. Entonces escucharon a las niñas, los niños, a la juventud; leyeron a varios pensadores y discutieron muchas definiciones como la del filósofo Fernando Savater (1988:33), donde ética es una 1 Psicóloga de la Universidad Nacional de Colombia. Coordinadora de la línea de Salud de GAEDS UN 1995 a 2000. Coordinadora y fundadora de Red de Apoyo a Transgeneristas: www. trans-er.com

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propuesta de vida de acuerdo con valores universalizables, interiorizada individualmente y que en su plano no admite otro motivo ni sanción que el dictamen racional de la voluntad del sujeto. El sujeto visto como un ser capaz de inventar, de elegir y con la posibilidad de equivocarse, pero con la habilidad para corregir y sin olvidar el interés colectivo. Definida la ética, se pensó en establecer los límites de la libertad. Uno de los jóvenes recordó a su profesor Botero y leyó de sus apuntes una definición: “La libertad no conspira contra la sociabilidad. La libertad funda la autorresponsabilidad social, fortalece los lazos de sociabilidad. La libertad no es arbitrariedad ni caos, sino autorresponsabilidad y eticidad, es decir, individualidad autoconsciente. Quien delinque no es libre, quien conspira contra la sociabilidad no es libre. El hombre libre puede insurgir contra un orden social cuando éste es impuesto, brutal, opresivo, pero entonces él no es asocial, sino por el contrario, socialmente responsable. El ser libre debe ser aquel que tiene una relación inmediata consigo mismo, aquel que puede pensar y resolver sobre sí mismo” (2000:47). Esta definición asumida por el grupo aportó elementos fundamentales en el ejercicio de soñar una nueva sociedad. El individuo en Tsabe Luar -siguiendo a Nancy Fraser (1997:9)- se planteó deberá ser reconocido en un mundo abierto a la diferencia, en el cual la asimilación de normas culturalmente predominantes ya no es el precio que debe pagarse para obtener igual respeto. Surge inmediatamente la pregunta ¿Cómo construir una sociedad donde el centro sea el individuo reconocido, sin que se convierta en una sumatoria de individuos? El comité creó un lugar primario de reconocimiento del individuo que cumpliera con los conceptos de ética y libertad. Lo llamó grupo de formación, en el cual se aprenderán los valores y las herramientas para asumir la realidad. Este comité se constituirá por dos o más personas que, en un momento dado, podrán tomar la decisión de constituir una prole si se cumple con los requisitos plasmados en el protocolo Condiciones para parir

o adoptar hijos, que incluye aspectos biológicos, sociales y económicos. Entre los biológicos, está el aspecto de la estructura genética, que debe ser de conocimiento de cada quien con la probabilidad de transmisión de enfermedad. Será obligación social analizar los aspectos colectivos y económicos del par o grupo para decidir sobre la procreación o adopción. Una persona adulta sola, que cumpla con el protocolo, podrá parir o adoptar un hijo y constituirse en un grupo de formación si ese es su deseo. También lo podrán hacer grupos de personas que tengan un coordinador, que oriente el proceso de requisitos y siga un plan establecido colectivamente para el acompañamiento del nuevo integrante que se verá como un ser humano diferenciado según sus maneras de aprender, entender y asumirse en el tramado ético y social. En la conceptualización del género se tomó la propuesta del maestro Edgar Morin (1999:5) acerca de repensar el concepto de identidad de género en su estructuración en el ser individual, en su diversidad, en su multiplicidad en la representación en el espacio de la educación, dándole el derecho a crear identidades desde cada ser, así como a elegir la practica erótica, el nombre, la profesión, las creencias políticas y religiosas. En Tsabe Luar, no se relacionarán las personas recién nacidas con colores ni roles, será cada quien en el proceso de desarrollo el que defina cómo ser y representarse socialmente. La feminidad y masculinidad se diluirán en la esencia del ser tsabe, la ecología será la ciencia-política de la conservación de la raza y el planeta regirá la distribución de las tareas sociales. Referencias BOTERO, Darío. El derecho a la utopía. 3 ED. Santafé de Bogotá: ECOE, 2000. FRASER, Nancy (1997). La justicia social en la época de la política de la identidad: redistribución, reconocimiento y participación. En: Estudios Ocasionales, CIJUS. Bogotá: Universidad de los Andes. MORIN, Edgar. (1999).Los siete saberse necesarios para la educación del futuro. Paris: UNESCO. SAVATER, Fernando (1988). Ética como amor propio. Barcelona: Grijalbo.


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“la diferencia nos une”



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