Ediciones FUNDECEM / Paisano no 9

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de

revista

POESÍA

Paisano

Rafael José Muñoz Miguel James Raúl Chuecos Picón Emira Rodríguez Salustio González Rincones

LOS RAROS DE LA POESÍA VENEZOLANA


A manera de presentación

Diego Rojas Ajmad: Licenciado en Letras, Magister en Literatura Iberoamericana por la ULA. Miembro del Centro de Investigaciones y Estudios en Literatura y Arte de la Universidad Nacional Experimental de Guayana. Galardonado con varios premios nacionales e internacionales, como la Bienal de Ensayo Enrique Bernardo Núñez, Cuentos sobre rieles, entre otros. Cuenta entre sus publicaciones varios libros y artículos sobre la temática histórica y literaria. Doctorante en Letras por la Universidad de Los Andes.

rojasajmad@gmail.com

Carmen Rodríguez: Licenciada en Educación mención Castellano y Literatura por la Universidad de Oriente. Miembro del Centro de Investigaciones y Estudios en Literatura y Artes (CIELA) de la Universidad Nacional Experimental de Guayana. Ganadora del Premio Nacional de Literatura Stefania Mosca 2010 con el poemario La pasión disimulada. Doctorante en Letras por la ULA.

giraluna27@gmail.com

El poeta nicaragüense Rubén Darío publicó en 1896 un libro de ensayos titulado Los raros. En él exhibía una veintena de semblanzas biográficas de escritores de su predilección; entre ellos, Edgar Allan Poe, Paul Verlaine, Lautréamont, José Martí y otros más, unidos todos por el calificativo de “raros”. Para Rubén Darío el término “raro” señalaba, más que una similitud estilística o temática, un afán de anticanon, de contracultura, de apertura de límites de la literatura hacia novedosos e insospechados lenguajes. Un “raro” en la literatura, para Rubén Darío, no era más que una “oveja negra” que no seguía ni se amoldaba a los dictados del canon ni al gusto del momento. Sucede que el raro es un anacronismo. Está antes o después de los gustos y de los espectros de comprensión del público, confinado por siempre al cuarto de chécheres de la Literatura. Aún así, ignorado e incomprendido, el raro se resiste a los dictámenes de las instituciones y los sujetos que participan en la definición de lo literario, orbitando perpetua y peligrosamente en las periferias del canon, y recordándonos de vez en vez que la literatura puede ser otra cosa distinta a la que suponíamos. En este número de la revista Paisano presentamos una breve muestra de la “rara” poesía venezolana, a la manera de Rubén Darío, que incluye a escritores periféricos, transgresores de la norma y cuya propuesta de escritura resquebraja nuestros gustos y concepciones de lo literario. Entre ellos, incluimos a Rafael José Muñoz y su desvariada poesía impregnada de esoterismo y fórmulas matemáticas; a Raúl Chuecos Picón con sus inusitadas insolencias y temas escabrosos de prostitutas y enfermedades venéreas en la pacata Mérida de principios del siglo XX; a Miguel James y el quiebre de la solemnidad en el decir literario; a Emira Rodríguez y su experimentalismo casi al borde de la locura y a Salustio González Rincones y sus naturalezas transfiguradas. Cada uno de estos raros ha aportado desde sus obras, sin hablar de sus peculiares historias de vida, el necesario cambio en la tradición literaria. Sin los raros, sin la continua afrenta y tensión que se produce en las fronteras de lo canónico, la literatura no sería más que una eterna, invariable y aburrida lista de tareas cumplidas.


La antitierra vista desde el espejil El cristofué me recuerda la Zona Excs, la Antitierra donde un aire de blutz abre sus palitos. El cristofué me recuerda huellas de otra vida, vientos de Sulis, alcatraces de Sins, Obeliscos dormidos en el lecho Rousal. Según veo por el canto de este pájaro él tiene cruces en su hondor, tiene sulijas en la Milgrana de Sés Sojél Níger; y tiene la campana de ludo en el Cajón donde vientos transversales oscuros se pasean en flitz y en flatz. Es decir, que en el Cielo de la Antitierra las cosas tienen su corazón cerca del Fuego 1, cerca de la yerba central a 416,69, lo que equivaldría a la siguiente fórmula:

Así

1 _________ – 1/n x n – Pi 34 más s 3

1 _________ : 4

28 x n _________ 36a3 a mitad del paralaje trigonométrico

(Guanape, Anzoátegui, 1928 – Caracas, 1981): poeta, ensayista. Fundador del grupo y revista Cantaclaro. Colaboró en los diarios caraqueños y en las revistas Élite, Lírica Hispana, Revista Shell, El Farol y la Revista Nacional de Cultura. Redactor de la revista Zona Franca. Publicó los poemarios Los pasos de la muerte (1953), En un monte de Rubio (1979), Doña Piedad y las flores (1981), Sonetos para Zoila Carolina (1982) e Íngrima y sola (s.d.). De su poemario El círculo de los tres soles (1968) tomamos el presente poema.

RAFAEL JOSÉ MUÑOZ

– Antitierra 500.000 años más un átomo de hidrógeno – Por cada litro de espacio sublimado, equivalente a galaxias perdidas en Burrr, galaxias aparecidas en Birrr.


Dos corazones Yo tenía un corazón así:

Ella tenía un corazón así:

Un día nos vimos y nuestros corazones se juntaron así:

MIGUEL JAMES

Pero yo partí con mi corazón así:

Y ella quedó con su corazón así:

(Puerto España, Trinidad, 1953): poeta, ensayista, narrador; traductor y artista plástico. Reside en Venezuela desde los seis años. Licenciado en Letras (UCV). Mención en el premio de poesía “Rafael Bolívar Coronado” de la Bienal de Literatura Casa de la Cultura de Maracay (1994). Ha publicado, entre otros, Mi novia Itala come flores (1987), Albanela, Tuttifruti, Blanca y las otras (1990), La casa caramelo de la bruja (1993), Nena quiero ser tu hombre y otras confesiones (1996), Oda a Naomi (2001).


poniendo el papel carbón al revés podrás leerme a través del espejo hay cubos decorados con pictografías un niño con cabeza de pájaro saliendo del bosque de jerónimo busca una linterna y fósforos por si se apaga la linterna así podrás mirar atrás sin que te digan nada vamos se están secando las rocas negras del cuadrante en el signo de venus manéjalas despacio. hay un cartel escrito con tinta indeleble que dice: “es azul y tiene solo cuatro pétalos” pero es verde y tiene solo alas transparentes como las moscas de los pudrideros celofán con estrías adelfa es el nombre de una flor ¡adelante cuellos animosos de soldados vírgenes! no os lo diga nadie que estamos desafiando

(Porlamar, Nueva Esparta, 1929-2017): Poetisa, narradora, pintora y artesana. Colaboró en las revistas españolas Cuadernos Hispanoamericanos y Papeles de Son Armadans, y en la prensa venezolana. A partir de 1970 comienza a publicar poemas y relatos. Publicó los poemarios Relaciones (1971), La casa de Alto (1972) y Como sueños ajenos (2001). El poema que incluimos en este número fue tomado de Malencuentro, pero tenía otros nombres (Monte Ávila, 1975).

EMIRA RODRÍGUEZ

al silencio cada vez que cesamos


ANVERSO Y REVERSO

Un tema, dos poetas, infinitas formas de decir...

LA MUERTE

La última rosa Ya marchitas cubrieron la pradera las flores que á tu lado alzar se viste; Y tú brillas aún, rosa postrera, Última flor de mayo, sola y triste! ¿Qué te importa del aura los rumores, Ni el revolar del pájaro cantando, Si solitaria estás con tus dolores, Última flor de mayo, agonizando? ¡Es tan triste vivir cuando á la huesa Nos arranca mortal melancolía, Y llora con tu duelo el alma opresa Última flor de mayo, su alegría!... De tu dolor es mi dolor hermano: Como tú sobre el tallo doblegada, Así vive mi alma, y vive en vano Última flor de mayo prosternada. Allá en el cementerio, silenciosa,

JULIO CALCAÑO

Del fruto de mi amor la tumba existe: En ella te pondré, postrera rosa, Última flor de mayo, sola y triste.

(Caracas, 1840 – 1912): poeta, narrador, crítico, historiador de la literatura, lingüista y periodista. Miembro fundador de la Academia Venezolana de la Lengua (1883) de la cual fue secretario perpetuo. Su obra El parnaso venezolano (1892) es considerada la primera antología de la poesía venezolana. Es autor de: Blanca de Torrestella (1901), Cuentos escogidos (1913), Tres poetas pesimistas del siglo XIX: estudio crítico (1907), entre muchas otras obras.


Últimas palabras No quiero una caja sencilla, quiero un sarcófago de atigradas rayas y un rostro pintado, redondo como la luna, que mire, quiero estar mirándolo cuando lleguen, escogiendo entre minerales mudos, raíces. Véolos ya: los pálidos, astralmente distantes rostros. Ahora no son nada, no son siquiera criaturas. Imagínolos huérfanos, como los primeros dioses, de padre y madre, se preguntarán si tuve importancia ¡Debí haber preservado mis días, como frutos, en azúcar! Mi espejo se empaña: unos pocos hálitos, y no reflejará ya nada. Las flores y los rostros blanqueantes cual sábanas. No confío en el espíritu. Huye como vapor en mis sueños, por la boca o los ojos. No puedo impedírselo. Un día se irá para no volver. Así no son las cosas. Permanecen, sus luces idóneas se calientan en mis manos frecuentes. Ronronean casi. Cuando se enfrían las suelas de mis pies, los ojos azules, mi turquesa, me darán solaz. Déjame mis cacharros de cobre, déjame los cacharros de afeites, que florezcan en torno a mí como flores nocturnas, aromáticas. Me envolverán en vendas, almacenarán mi corazón bajo mis pies, bien envuelto. Conoceréme a mí misma. Seré noche

(Estados Unidos, 1932 – Londres, 1963): cuentista, ensayista y poeta, la obra de Plath representa una de las magistrales cumbres de la poesía confesional estadounidense. Aquejada por depresiones y desequilibrios mentales, situación agudizada por una escabrosa relación de pareja, decide suicidarse a los 31 años. Autora de los poemarios El coloso (1960), Ariel (1965), entre otros.

SYLVIA PLATH

y el relucir de tantas cosas será más dulce que el rostro de Istar.


Barragana Barragana, barragana, mira tu cuerpo divino, todo cubierto de llagas y bacilos. Hembra de la vida loca que vendes tu carne triste sin pensar, como destroza las reses el matarife. Muchacha, nunca tu alma sabrá del amor sincero del hombre que tiene en casa

RAÚL CHUECOS PICÓN

blando lecho. Pródiga, tus besos cuenta,

Tremendos días de duelo,

cuenta tus glóbulos rojos;

cuando al través de tu carne,

figúrate que se acercan

mires que huye la sangre

los días grises y solos.

y se muestra el esqueleto.

Los días, pálida Isis,

Cuando vieja, con tus manos,

tan oscuros,

albas un tiempo cual nieve,

de rascarte los carbunclos

hiles el blanco sudario

de la sífilis.

de la muerte. Barragana, barragana, mira tu cuerpo divino, todo cubierto de llagas y bacilos.

(Mérida, 1891-1937): poeta y periodista. Fundó en Mérida los periódicos Ensayos (1917), Alquimia (1919), Juan Rodríguez Suárez (1924) y La Época (1930). Su obra, que canta a las orejas, los automóviles Ford, los gatos y el bacilo de Kock, desentona para la recoleta Mérida de principios del siglo XX. Algunos de sus poemas fueron compilados en Humo (1951), editado por la Dirección de Cultura de la Universidad de Los Andes.


Aristocrática... Un pozo en el Barranco.

Flemática

está y verde el Agua.

Aristocrática

agua, obligadamente enigmática.

Simpática

es la canción de las ranas, ancha y selvática. Rojos helechos. Críticos juncos. Sobre la greda pálida, truncos yerbajos ariscan sus espeluncos. Fútil como una arruga, se agobia el agua bajo la cuenca que la subyuga. Los arenales tienen blandura doméstica. En espirales una gota asidua, titila del agua los vitrales. Que sol...encomia de ardor la tierra híspida y momia; bajo el Sol, luz atenta como si de estrella.

(San Cristóbal, Táchira, 1886 – Vapor Caribia, 1933): poeta, dramaturgo y periodista. Ingeniero (UCV). Formó parte del grupo “La Alborada”. Ejerció algunos cargos en el servicio diplomático. Buena parte de su obra la publicó en Europa. Utilizó los seudónimos “Otal Susi” y “Ottius Halz”. Obra poética: Llamaradas blancas (1907), Las cascadas asesinas (1907), Trece sonetos con estrambote (1922), La yerba santa (Kiu chibates) (1929), entre otras. De su primer poemario, Caminos noveles (1907), tomamos el presente poema.

SALUSTIO GONZÁLEZ RINCONES

Solo el pozo, destella


Arte Poética de:

José Miguel Navas Cada poeta tiene una voz particular que va hilvanando, susurro a susurro, grito a grito, a lo largo de su existencia. Hecha de lecturas, obsesiones, vivencias, influencias, conscientes o no, esa voz particular es la que nos hace decir que un poema “suena” a un autor determinado. Estas marcas de identidad, junto a los temas recurrentes y a la idea que se tiene de la escritura es lo que ha dado en llamarse “arte poética”. Hoy presentamos parte del arte poética de José Miguel Navas, escritor valerano nacido en 1992. Navas es periodista, estudiante de la Maestría en Literatura Latinoamericana de la ULA, se desempeña como asistente editorial de “Negro sobre Blanco Ediciones” y ha publicado los poemarios La próxima textura (2014), La rosa abstracta (2015) y Esteban corre (2017) correo: jnavas@ urbe.edu.ve e instagram: @eltercoamor. -¿Es la poesía una medicina, un grito desesperado, una profecía o una evasión? -El poema es una revelación, es la experiencia mística de lo absoluto, hay desesperación en el poema porque necesita comunicarse con el lector y la poesía cura el alma. -¿Qué tanto de técnica y qué tanto de inspiración hay en su poesía? -Al principio confiaba solo en la inspiración, luego uno va atendiendo a la técnica, pero lo primero es lo más importante; la madurez te lleva a otras cosas, no desesperarse es fundamental. El poema es paciencia. -¿Cuáles autores y obras han alimentado su poesía? - García Lorca, lo leí a los quince años y me cambió; y una poeta venezolana, mi influencia directa, es María Antonieta Flores, y te cito un verso: “la temblorosa luz que te devora”... y por supuesto Wafi Salih. -De ser el crítico literario de su propia obra, ¿cómo la valoraría? -Jejeje… Quizás muy contemporánea, siento que estoy en proceso de crecimiento. Prefiero decirte lo que me gustaría lograr y es trascender el lenguaje por medio del poema. -¿Cuáles son los temas recurrentes que dan cuerpo a su poesía? - Lo amoroso, lo erótico, crítica a la institucionalidad, lo femenino desde la visión masculina y la protesta desde el cuerpo.


(Mérida, 1996) Estudiante de Diseño gráfico en la Facultad de Arte de la Universidad de Los Andes. Correo: diegoalecr@gmail.com / Instagram: @indieggo

DIEGO CONTRERAS RONDÓN

Ilustrador invitado


Poesía y suicidio en Venezuela: El caso de Martha Kornblith Este libro constituye un arqueo único en los estudios literarios venezolanos y lo hace un trabajo digno de conocer en cuanto da razón de una lista o nómina importante de poetas venezolanos que decidieron disponer de su vida y finalizarla suicidándose. Consta de cuatro capítulos. El primero, “Suicidio y poesía”, presenta la relación escritura y suicidio, literatura y suicidio, poetas suicidas universales y poetas suicidas venezolanos (José Antonio Ramos Sucre, Gloria Stolk, Miyó Vestrini, Ismael Urdaneta, César Dávila Andrade y Gelindo Casasola, entre otros). El segundo, “Martha Kornblith”, presenta datos biográficos de la autora, su contexto histórico y cultural y su obra frente a la crítica. El tercer capítulo “Signos recurrentes en la poesía de Martha Kornblith” se fundamenta en el análisis de tres obras de la escritora. El último capítulo “Consideraciones finales ¿Una autobiografía poética?” resulta una suerte de reafirmación de las relaciones entre la vida de la autora y la voz poética, supuestos que se plantean en el capítulo anterior, pero a través de una fatua pregunta que pretende ser una conclusión abierta, pues en tal capítulo no hay tal interrogante sino una afirmación que instaura una verdad asumida previamente por el autor. Si bien Poesía y suicidio en Venezuela… es una investigación bibliográfica - Título: Poesía y interesante que puede servir de antecedente, es preciso de- Ficha suicidio en Venezuela: el caso de Martha cir que presenta debilidad teórica y afirmaciones dogmáti- Kornblith. Autor: Miguel Marcotrigiano. cas en las que parece que el prejuicio, interés y lectura del Editorial: Centro de Estudios Latinoaescritor se imponen sobre los versos, forzándose en algunos mericanos Rómulo Gallegos. Serie: La casos las palabras y la voz poética para encontrar relaciones Alborada; 3. Ciudad: Caracas. Año: que no necesariamente existen. 2012 Descripción: 227 p.; 21 cm. Carmen Rodríguez giraluna27@gmail.com

ISBN: 9789803990350

Paisano revista de POESÍA

Mérida, República Bolivariana de Venezuela / Año 3 / Nº 9 Editores invitados de Revista Paisano Nº 9: Carmen Rodríguez giraluna27@gmail.com y Diego Rojas Ajmad rojasajmad@gmail.com Ilustraciones: Diego Contreras Rondón diegoalecr@gmail.com. Diagramación y diseño: Juamery Sánchez juamery@gmail.com

Mérida, Abril 2017 Depósito Legal: LF4912014800580

Gobierno Socialista de Mérida Gobernador Alexis Ramírez Fundación para el Desarrollo Cultural del Estado Mérida - FUNDECEM Presidente Pausides Reyes Unidad de Literatura y Diseño FUNDECEM Coordinador Ever Delgado e-mail: literaturaydiseno@gmail.com Issuu: https://issuu.com/fundecem twitter: @FUNDECEMLityDis


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