Ediciones FUNDECEM / Al vértice del éter

Page 1

—1—


—2—


Carlos Danéz

Al vértice del éter

República Bolivariana de Venezuela ocubre 2015

—3—


Al vértice del éter © Carlos Danéz © FUNDECEM Gobierno Socialista de Mérida Gobernador Alexis Ramírez Fundación para el Desarrollo Cultural del Estado Mérida FUNDECEM Presidente Pausides Reyes Unidad de Literatura y Diseño de FUNDECEM Ever Delgado / Angela Márquez / Juan Jorge Inglessis Editor: Gonzalo Fragui Portada: Akseli Gallen-Kallela HECHO EL DEPÓSITO DE LEY Depósito legal:LF49120148003009 ISBN: 978-980-7614-22-1 República Bolivariana de Venezuela octubre - 2015 —4—


En el vórtice de la escritura

—5—


—6—


San Juan Si el acierto es lo sagrado de la palabra el poema sirve para pedir y el fuego para conceder Ahora comprendo que el fuego que eleva todos los cielos es el mismo que inquieta mi corazón tan grande es el poder del poema tanta la luz desde la oscuridad del alma lo soporta y en mi pequeño atormentador deseo la satisfacción se levanta ¡Que venga el verano! ya que los astros están en su curso y en el corazón y en la palabra que no temo el amor nos enloquece y nos doblega como el cielo cuando abraza la tierra —7—


por eso poema compláceme y da frutos antaño estuvimos alimentándonos con las semillas de las lenguas

—8—


Lascivia cubista en tranvía escandinavo a Valmore Gómez

Sentada va la actriz en el tranvía y con la melancolía de una página en blanco da reposo a sus ojos mirando como a copas impecables el sonido que por cadencia sosiega sus piernas o las acompasa en sus formas sentimentales Ella es el cisne simbolista la alfombra de nieve en la noche desplegada Enceguecida por la ventanilla se arroja a los brazos desnudos de los árboles negros en la siguiente estación continuará sentada a la espera de su actuación quizás sea cálida tal el frío y se eleve como los fuegos artificiales ahí va en el tranvía ansiosa y profusa tan estéril y pura como una sinfonía blanca inútil y bella la actriz impasible lleva en un cruel silencio el velo puesto delante de su alma obsesiva —9—


le destaca la figura física sobre la dimensión del poema Ella es sugestiva al leerlo sobre el escenario añora y caracteriza Ella va en el tranvía sentada sobre el misterio ardiendo triste trinan tras ella flautas ésta sí es su parada pero permanece vaga en el dintel de su papel ahora se humilla para que los deseos conjeturen sobre su rostro sensible y seduzcan con tonos para la voz cuando pronuncia parlamentos la representación se acaba y me bajo en la próxima parada estoy confuso y saciado

Helsinki

— 10 —


Juego de escribanos Las estrellas nos llaman leves al sonar profundas así se va la vida con dignidad así cantan las cigarras en la inesperada oscuridad y nos hacen tristes porque perder es nacer ésta es la gloria del llanto tu eterno temblor la causa de que la palabra perdure en el tiempo tengo un poema en una botella que hice atrapando el viento luego la botella en silencio sellé como me enseñaron los magos hititas y el tiempo se comerá la botella pero quedará el poema no apetecible a circunstancias ni urgencias cuando la muerte nos llama — 11 —


cantan las estrellas y tú creerás que son cigarras pero es el tiempo que se hace trizas acaso podrías pensar que ése es el mismo tiempo que con su fuego abrazó el orgulloso silencio de las antiguas bibliotecas ese mismo fuego escribió crepitando desde el olvido cuando sólo hemos logrado unas cuantas líneas que tampoco se salvarán

— 12 —


En intimidad Estoy tendido mirando el cielo mientras Lilith cabalga sobre el éxtasis, nuestros influjos se abrazan y se traspasan por el concierto del mundo trayendo prosperidad y flores para la primavera. Arde la naturaleza, soy el cielo sobre la tierra Y soy mi bendición, cuando sé conceder, así conoceré la danza de tu cuerpo y la luz que se pierde en el aire y el fuego que quema en tus senos y en el borgoña de transigentes pezones así somos mejor en la plenitud

— 13 —


Destierro Por la soledad de mis crueles formas que a ti me abrazan que a ti me queman que a ti me niegan y sé que soy mi propio olvido surcando el vacío pero a veces creo ser la piel de esa bruma que veo con vagancia obsesiva repitiéndote contra el filo de mis riscos desesperados no sé morir y no me lo perdonas Por eso adversa vuelas en torno a mí siempre por eso te sueño porque duermes para la distancia impregnando de efluvios la escena que el amor de nítido tormento extravía

— 14 —


Frontera para una flauta oscura

El ciudadano que no habita dentro de los límites humanos es una bestia bruta o es un dios. Aristóteles

— 15 —


La otra luz Odi et amo. Quare id faciam, fortasse requiris? Nescio, sed fieri sentio et excrucior. Catulo

Dios de antagónica naturaleza vives en mí y si soy yo te busco con voluptuosidad pero mis caricias tu nombre desconocen En un rito aterrador me hieres cuando creo que soy yo por la gloria embotado Vivo un prodigio de amor acercándome a mí mismo Esta humana obsesión y la buena mesa de la ablución son las que me permiten un lugar sin nombre — 17 —


Eres el dios de las tinieblas soy el dios de la diferencia o la otra luz ¿el sol dónde está cuando no te llamas? Cortaron los árboles del bosque menos uno, ahí se mudaron los pájaros que cuando cantan en el aire otro bosque levantan A mi silencio van soldados los desamores y como el resplandor de las estrellas se incrustan en la noche Sin verte ni tocarte sólo sentirte me tienes tan cerca y no me puedes amar retírate Señor del misterio provocas los deseos cuando los satisfaces

— 18 —


entonces el dios y yo somos uno solo así cada gesto lo delata Recibo el cielo y el sol salta prados marinos piedras y caudales acaricia surcos y deseos tratando el designio de los jardines que en el juego se han distribuido y hasta el monótono tiempo se enamora se odia te encuentro total porque me desencuentro, calla Catulo

a la memoria de Eduardo “El Confesor”

— 19 —


Ciudad sonora La chair est triste, hélas!, et j’ai lu tous les livres. Mallarmé

El poema se desliza en el negro aire del tedio imperceptible va planeando entre el mundo olvidado por las cosas que la noche desintegra enajenándolas y el poema dice así… la otra noche nevó con tan profundo silencio que nos despertamos si alguna vez supiésemos lo frágiles que somos exiliados de la intemperie con sosa indolencia en el pestilente sopor de nuestros cálidos hogares al que los gatos retornan luego de una rotunda vida de tejados — 20 —


El temor a la muerte nos mata y civiliza bajo bombillas eléctricas o un perverso cielo perezoso pero con un dejo de litoral bañado por la agonía que implacable nos saca al fin de la casa La ciudad tiene hambre suprema cuando le va doliendo el tiempo en tonalidades que pugnan con su arquitectura Es la ciudad la que desea desde los vicios de la esquina angular a las angustias con voluptuosas transgresiones cuando circulan dormidos los habitantes soñando sus propios rostros estilizados por la culpa de inconscientes facciones no importa porque en silencio aprendemos a sonreír luego sin saber en los senos de la discordia reconocemos — 21 —


los problemas terrenales que queremos resolver en el mar la ternura es un don universal de buena combustión yo sabía que eras una sirena es propicio morir en inmensa soledad Retorna el poema al silencio y su nostalgia de mundo se hace sideral nada quiere decir cuando pudo vivir por tantas calles escondidas nunca supo del amor que seguirá delirando en la resonante disposición de las palabras es acaso éste su mejor secreto palabras puestas en la superficie desde adentros inesperados — 22 —


para ahora ser adoradas en la cualidad más pura del habla que las lleva como viento de un tono a una frase entre ritmos semejantes contrastando por la tensión de su sugestivo silencio

A Simon Horsten Estocolmo

— 23 —


La muerte erótica de un yo psicoanalista El sentimiento hace el sueño para cubrir de pertenencias efímeras la piel La piel pasajera perdiendo el sentido y el propósito contra la acariciadora pasión única razón de la palabra en un arrullo de crueldad que nos aferra a la vida como un espejo a la lluvia. Es la razón una locura de toque divino pero ¿qué dios nos seduce a nombrar lo incierto? acaso el dios del amor que nos consume separándonos de cada palabra su pueblo lo adora sus motivos son siempre nimios fornicamos por su presencia — 24 —


hasta hablamos con dulzura y de la muerte nos quejamos como si pudiéramos permanecer Él hace hechizos para frecuentar nuestra tristeza y bendecirnos como a cobardes por preferir el gozo pero un dios no puede darnos la culpa Él sólo nos juzga cuando con nosotros juega a los judíos El amor nos dio hijos y nombres y luego nos perdió en lo profundo de su propio pensamiento para enseñarnos con fuego el sueño y la piel con agua el espejo y los sentimientos que el tiempo atrapó para repetirnos — 25 —


en el amor que nunca se consume y así no morimos ni vivimos sólo a este dios padecemos El impulso que nos une es el mismo que nos separa un coro de carros tocará corneta por nosotros ésta es la ciencia de la eternidad y éstas son sus flores para adornar los sepulcros que de ti me separan para percibirte y ausentarme antes de la entrega en certero silencio el amor se consuma y vencido en la luz sólo espera la noche con tranquilidad — 26 —


cuán espontáneo es el amor que no teme consecuencias pero carece de palabras no es humano Enamórate y serás frágil como un dios no te apartarás de tu oscura naturaleza en el temblor del comienzo mortal ama penetrando con delicadeza y serás Dios Los caminos se han marchado y sigo detenido moviéndome en el preciso instante en que se abre la flor

— 27 —


Prometeo Bajo el cielo gris se cierra turbia sumergida la porcelana del aire frío en el convulso pensamiento de los hombres sin fuego ¿Qué es lo que comprendo y olvido? Es la palabra que quiero hacer mía y la pierdo porque apartado del todo manifiesto y correspondiente surge la sombra de la pronunciación es una astilla del tiempo asaeteada en su reflejo entonces las palabras no traspasan el espacio literal Conjuro la hoguera mítica que está frente a mí donde bailan las verdaderas palabras y al pronunciarlas las olvido ellas son chispas de ese fuego sagrado cuando bailan en el poema — 28 —


jamás serán mías floreciendo incandescentes o animan las caderas de las mujeres o impulsan máquinas siderales hacen al espacio profundo en un designio intemporal de la metáfora para permitir la revelación de lo que en la superficie provoca y permanece oculto como equívoco sin memoria del presente Evoco la hoguera semejante ya que la brujería es cosa del diablo suena en la sangre circulante sinestésica celestial la sangre hace un murmullo sugerente y pasa a través de la mirada entre cada latido del tiempo pareciera fundirse con el aire perfumándonos de éxtasis para la lujuria de estas putrefactas carnes A Rodolfo Quintero Noguera

— 29 —


Cuando quema un poema Se sumergen las consonantes en la música del poema arriba suenan las vocales abajo una tensión indefinida hace delicado el sentido opaco que se desvanece entre suaves jardines por el peso de la palabra vigilante de los aciertos del poeta que está algo borracho Al poeta le duele esa palabra por su oscuro silencio con el que se acaba de manifestar con su noche para follar y su día para padecer la culpa que lleva en su nombre por tratar de decir lo que en la oscuridad no se ve y nos quema y el dolor se alivia cuando consigue por golpe de sonido domar lo que roe las entrañas La palabra es un animal de aire su sonido vaga por los solubles — 30 —


cielos de la materia cuando sin equívoco es pronunciado y no precisa lo que dice pero golpea lo que es porque el poema con esa palabra alza el vuelo a las regiones donde tal vez el amor no muere Estocolmo

— 31 —


— 32 —


Trochando el silencio

El capitán prohibió escupir el mar, pues ello enojaría a la brisa que se escondía en las aguas, pero ningún marinero tenía saliva que escupir. Lino Novás Calvo

— 33 —


— 34 —


Cielo felino El tiempo pagaba sus atrasos. Se suministraban visiones a domicilio. Günter Grass

Hierve el cielo en el poema para el placer de las palabras luego un gato arriba del piano las infunde de vida se desplaza sobre el teclado a duros golpes de delirio Soy una sombra de felino constelado y sin importancia del plano escapo Río contén tu perro raudal luego dilata como el vino la sangre Unos ladridos lejos retumban en la noche cuando de ebrio embeleso resplandecen es luz sin nombre anticipando el destino del volumen en el espacio — 35 —


Coito que habito en gozo y lo vivo mientras asciendo sobre mi sombra para despertar porque no me doy cuenta acaso soy un mito flotando arriba del silencio de un auditorio impávido Llevo coagulado en mí todo lo que está frente a mí mas, en verdad lloro con desespero en la cruel cárcel del volumen de la que liberarme no puedo sin tener que retornar con sopor al sumergido plano de las sombras y en el desespero tenso la cordura como el arpa del piano por cuyo teclado un gato se pasea y sueño como vagando en el cielo sin importarme si esto es literatura simplemente A Drina Helsinki — 36 —


Manual para salir de la miseria Tienes un reloj entre las piernas y suena una sirena despierta la ciudad de tu corazón cuyas máquinas rigen los mares que azotan las caderas y estos portaviones para allá van múltiples multiplicados multiplicadores sin parar por los poros y a ras de la noche poblada de paganos ardores La luz es el puente a la semejanza quien en ella se eleva conoce el escozor de la noche cuando se acerca a la muerte Durante el ocio podrás escuchar voces reclamando deberes por furiosas estructuras firmes en ojos titilantes son edificios — 37 —


empotrados de temores heroicos monumentos a la culpa rellenos de carne humana que asquerosamente envejece ensimismada y se niega por espacios llenos de bulla y sin reposo entre la distancia del caminante y la inocencia de los pasos pisados con ausencia Poema impecable lecho vacío Entre nosotros y la eternidad hicimos una flor hasta perder sus contornos por los perfumes Si disfrutas como un animal serás absoluta dándome mucho placer Vives (no cesas) en interés ( ) transparente y te mueves porque ahora estoy dentro de ti — 38 —


afuera tu piel posesa indica que somos un sueño Helsinki

— 39 —


Royal Copenhague a Usha Bali

Están borrando con su trabajo el horizonte los hombres constructores de sombras contra el tiempo prolongan su piel con ritmos que el silencio de extrañas regiones impone de poema sembrando árboles en las avenidas para que los cuervos se posen cuando unos borrachos corrompen sus sentidos y así los buenos ciudadanos no vuelven a las casas desde entonces los niños jugaron con desenfreno desgarrando la cordura de los marinos para que la porcelana se sumerja en los ojos de las delirantes danesas Ølsinore

— 40 —


Gramática de una lectura Monótona y quieta sola la lectura. Ahora va ligera por las nervadas palabras que frondosas duermen en sus follajes brumosos y va flotando por estrechos callejones tras lupanares y con mórbido desdén desde sutiles pronunciaciones de enjambres que son casi constelaciones pensadas a la luz de la música en abismales espacios sugeridos por la tensa espera desde el balbuceo de la línea para dar sentido al tiempo del poema visible y satisfecho de silencio (espléndido en la infinitud) — 41 —


sensible (como el relámpago) inefable postrero puro partiendo paciente al aire cual los mineros cuando buscan ángeles Una imagen desnuda sube el tono grave (de una voz melódica suave) va pronunciando deseos velados y los sentidos se tornan ardientes en puntuaciones que sobre desidia se posan entonces en el poema reposan como viejas fosforescencias junto al mar (mientras las palabras son islotes lugares de gaviotas esperando la niebla para ausentarse) que por el costado disuelven el poema Erase una vez un mar doméstico y más domestico hasta donde nadie — 42 —


se dé cuenta del pensamiento abstracto que desde las olas rompe y se va volando como pájaros para volver al sexo de la mujer a comerse un pescado entonces lo en vano difumina el goce desbordando con vaguedad resonante a la superficie de la línea horizontal sostenida por la melodía que se desliza ha de hacerse leve en su brumosa fragilidad Había (en el poema) también una bella botella una feroz batalla y un vaso que de vez en cuando sonaba a clarín audaz pero la sensatez fue haciendo una sordina ahora las voces murmuran en torbellino dentro del vaso — 43 —


vacío por la botella que se quedó opaca hasta desaparecer junto al vaso ahora sólo las voces en lugar de la batalla unas agónicas se quejan desde adentro de la muerte como diciendo algo mientras otras en furor de miedo gritan sin nada poder decir afuera en el campo espeso de la niebla voces que como con sangre reclaman a su sombra como única manifestación metafísica de la idea que funde su imagen por detrás de la línea escrita con la nostalgia putrefacta de un clavecín neuróticamente templado así desde el bullicio moribundo hasta refinarlo — 44 —


y permitir la precisa atención por el dintel del dolor para el paso de los últimos lamentos lejanos que se extinguen por la más circular de las avenidas en la que se limpia la línea esa que trazada en la página salta sobre la sombra como burbuja gatuna a Eleazar Ontiveros Helsinki

— 45 —


Borderline

— 47 —


Mártires ¿Vivir? Nuestros criados se ocuparán de ello por nosotros. Villers

No sé doblar mi alma plegar cimbrando sistros es tan difícil que torpe por estos parajes me mantengo Cuando aún tatareto en desidia estando pendiente de lo que dicen las palabras para hacer un tractatus sobre la pereza tremolando de delirante amor me pongo a preguntar qué es lo que pasa a la resaca de una gran pasión y doy cuenta que no pienso en palabras sino por mi mente suele pasar la música aún en caos y sus voces se mueven por oscuras tensiones de profundidades desconocidas — 49 —


a ellas mi alma teme pues prefiere las marchas triunfales de la superficie que traen a su orilla luminosas imágenes llegadas de la melancólica noche Otras veces las oscuras olas vuelven a traer sonoras palabras golpeando para pasar a habitar ansiosas sensaciones petrificadas desde el mismo instante que son nombradas en turbulentos versos A cada poema entro para encontrar una parte de mí y volver a nombrarla la reconozco pero no calza con el resto de las partes que no las veo con tanta oscuridad Toda pasión es la misma profunda o superficial y tan adentro no distingo verdad al tanteo desordeno acaso hay una disposición o soy la noche total en movimiento perpetuo — 50 —


y oscuro más allá del cuerpo y mi conciencia porque la vida es una enfermedad de Dios atrapada en la materia y pronto morirá Es el aire transparente que oculta las tormentas La vida por vulnerable nació pero qué sería de la pasión sin carne que sintiera el fuego que nos quema Ahora tremolando de delirante amor me pongo los zapatos y estiro los cordones del pie diestro hasta el corazón desde donde escribiré cubriendo el blanco papel con concurrencia de sombras y escalofríos para al pronunciar dotar de candor y con sólo decirlo se hace cuerpo la incómoda letra pero entonces no todo puede ser contemplado Copenhague

— 51 —


Abadía de Cluny En el patio interior se siente un pájaro cantar ahora son dos tal vez está alimentando a su pichón sólo oigo y es una sensación de sórdida belleza de plena imprecisión una forma cerrada de bienaventuranza levanta en el aire (¿dónde?) un templo intemporal ilumina el espacio del próximo silencio mientras pululan aromas de intenso jolgorio París

— 52 —


Joyería meridiana Limpia la fábula leve empaña el aire distraída casi Casandra otras veces tal tul impreciso exalta el brillo mientras el fondo más claro en el cielo se vuelve azul de silencio intenso y la fábula apenas alude (ensombrece) porque densa es difusa en la mirada y siempre incorpórea hechiza No te entusiasmes apaga el diamante con el silencio del aire porque procede de la tierra como las palabras. Donde no cabe la luz la noche cierra lo unívoco más tarde el firmamento de nuevo entona su luz en el mar que la nieve sabe silenciosa borrar Tallin — 53 —


Bailarina destemplada A Gelindo Casasola

El tiempo retoca la imagen con la melodiosa luz de una tierna mirada de exasperación e inocencia (a la manera de blancos gansos o de las florecillas) Las sombras vienen de adentro de la figura torturantes perfilan volúmenes cuando carnes complacen carnes Te digo bailarina así levantas un pie (pues puedes briosa encorvar tu potranca elegancia) y dejas escuchar el fru-frú de tu tu-tú Sé que en equilibrio la línea de tu culo has puesto para dar en el aire un relajado salto y en un mismo movimiento pero en otro sueño — 54 —


con aquel piano en reposo la espalda te rascas Te das cuenta de la mano casi se te borra un grácil gesto Sabes estás aquí y al frente tendida se levanta la línea de la barra donde el dolor del trabajo hace la levedad pronto aprenderás a volar salta con aérea perversidad Pero no olvides a la flor que con pasión es abierta al marchitarse ya sombría sus pétalos suelta Quién si no tus pequeños senos quietos pueden temblando de candores indicar cuándo hay que esmerilar el piso del que descubierta saltarás para cruzar por el puente del cuerpo la precisión del espacio Si los pintores te prefieren apacible como un trozo de carne cruda yo prefiero tus canillas Paris — 55 —


El retorno de las sombras Son tres las sombras del mismo cuerpo ausente las que al avanzar de perfil en una cubierta hasta lo que nunca sucedió concluyen con la ilusión del tiempo para ser derramadas por un grito desconocido hacia el abismo de la permanencia corporal Paris

— 56 —


El ladrido Es el puente un arqueado volumen para por debajo ver donde desfilan las aguas dispuestas a la luz que provoca ligeros resplandores son diseños sobre sentimientos alegres fulgores por espacios transitables sólo en tu condición de sombra acaso comprenderás el volumen que una vez fuiste añorando las líneas más limpias de tu forma Paris

— 57 —


Apuntes de la culpa El viento sopla donde quiere, y oyes su voz pero no sabe de dónde viene ni a dónde va: así es todo el que ha nacido del viento. Juan

Sobre las espaldas y brazos soporto la fuente de los sentimientos causados por impacientes amores que al paso salen con frenéticas risas desbordados Casi invulnerable los dejo y siempre suspendidos los sentimientos apenas gotean para con un ligero pudor alabar esta fuerza del cuerpo Los húmedos sentimientos al fuego se rinden así se consumen en ardiente reposo mientras un viento con ellos nos arrastra hasta la inmensidad que los sostiene Ahora su fuente levanto gracias al secreto de estas manos entregadas al recogimiento — 58 —


de las flores y el goce en las catedrales efímeras sé que las has visto alzarse como olas en el aire para desaparecer Ahí van Paolo y Francesca abrazados por la oscuridad ella se entrega con su paso de viento él la lleva en el baile La serpiente es la noche (el espacio aéreo navega en un beso) Ellos desconocen sus propias formas Grito mi nombre soy Francesca la mártir en caída como una ilusión por este dolor que era antes mi cuerpo ahora sus hendijas la desesperación estira hasta perecer en ansias de escuchar cuando Paolo por Francesca pregunte sin poder saber si a su lado permanezco — 59 —


nada sé ni siquiera cuando me retuerzo es que acaso al cuerpo no supe castigar en miserias o esperar hasta que la cálida belleza se pierda por un frío desasosiego de sombras que es la vejez si ahí estás escapa Paolo pero no puedes Creerás oír mi nombre para tu tortura soy Francesca la que ahora vuelta de la memoria culpa a la grieta abierta por una pedrada de Afrodita No sé si soy Paolo o soy Francesca o si tengo cabeza que apoyar en tierra para pedir su consuelo y si una vez perdido el reproche nos volamos sin las aristas del olvido como prestos a ser música para caricia de trigales hasta volver a pecar — 60 —


dónde estás Paolo dónde estás Francesca puedo besar tu pecho pues somos pétalos de una flor Paris

— 61 —


Compases para un cubo La línea talla dimensiones en el plano el movimiento se hace gesto cuando así se observa y efímero se comprende El estilista limpia sus formas es clara la frase de la figura precisa un misterio la mantiene absorta nunca la luz pinceló superficies tan profundas al encontrar la compuerta secreta de las sombras Paris

— 62 —


Retrato de la mujer amada La tensión de un óvulo en esos ojos profundos sigue la risa del tejido celeste (aún cuando es noche) hasta hacer con sus sombras los objetos de tu casa Si alguna vez quiero ocultarte te dibujaré entrelazando mis manos entonces tus formas susurran a mis oídos que se perdieron en el mar al abandonar esta cabeza Lo digo porque para buscarte me he hundido con la luna al cuello hasta llegar a tu respiración y sé que por pulmones tienes dos árboles cargados de pájaros en las ramas en lugar de hojas Sueñas con dolor pero despierta — 63 —


te pareces una mesa tus espinas son tiernas como picos de pájaros hasta te penetro así sé de tus dientes como la lluvia todo tu cuerpo se rinde en la lengua tu piel origamia tus hombros pájaros del mismo papel es la oración de los senos unas manos abiertas en el vientre al escucharte roncar te percibo barajando el azar mi amada se ha ido al baño para cocinar alcachofas pero por dentro ella es hueca como los sonidos pedálicos de un piano así de ella no me puedo separar La rue Santa – Denise — 64 —


Sinestesia La palabra está sola y unida a su silencio mientras múltiples platillos vibran con sonoras visiones y aletean las sucesivas aves contra los ojos salpicados de pánico, quietos y brillantes Salta la noche temblorosa frente a los acantilados que la imagen levanta el mar responde simultáneo y desde la oscuridad otro mundo nos hace sospechar espectáculo semejante se empoza la experiencia marina en un lago meditativo, fue conglomerada por una extraña luz cuando quema desvela — 65 —


y observa (a más silencio mayor es la velocidad del pensamiento) el silencio es la luz en movimiento que al detenerse se hace noche El ojo de vez en cuando se anega de tanto silencio en tanto la pupila navega por siete libros tratando de descifrar las altas velocidades que el gran fuego anima quizás algo he comprendido sólo me queda el volumen de las palabras para trastocar con figuras el sueño cotidiano cuando Dios seguramente está fumando afuera de la iglesia o se entretiene con el culo de alguna de sus hijas Helsinki

— 66 —


Volado Es utopía de la poesía poder besar en las cosas su ilusión hasta fugar su fuego con palabras de vegetal natura y al pronunciarlas liberarlas del sueño por el horizonte al vacío así oirás el viento cantar su pueblo de pregoneros pájaros

— 67 —


Paris para perder a Isabel Ximena

Si con el atardecer quemáramos la historia personal ahí donde el cielo está más leve y profundo que el mar tan certero como el aire y el silencio del poeta precipita el espacio contra el tiempo en el designio de la piedra donde van a parar las normas del olvido penurias para nuestras pesadillas aliento para nuestros actos insoportables para el olvido escozor para los cuerpos en rechazo y encanto para las culpas sin olvido alivio de las penurias consultorio médico con nubes oscuras porque hay precipitaciones intensas que las sombras proyectan contra la luz en la celosía del atardecer Paris 2000

— 68 —


Modernidad Por la calle pasa la gente sin ver el poema que tiene delante deberían romper el espacio internando sus pasos en el silencio o enterrar la frente en el pubis de una piedra y oír sonar las hojas de los árboles Soy el coloso que alza la belleza de la tierra y huele su sexo pudiera darte un beso hacerme un fauno congregar todas las máscaras ante la muerte Los besos al buscar volumen se postran endurecidos (están hartos de necesidad y la luz se hace cándida entre la lectura y el sueño una lámpara de cabecera) Hay alegría para todos y una sombra — 69 —


se posa sobre tu seno se te hunden los muslos en el pubis que con un beso se desafora de flores y mi lengua adentro busca en el espeso bosque la luz siento las ramas que se quiebran mientras tus poros ahora dicen multitudes El sentido algo dormido circunspecto despierta al zambullirse Escucho a alguien resbalando por las piedras de la venganza mientras nuestros ancestros se encuentran hay vida detrás de la puerta y sé de tus espinas mientras mi boca te borra el rostro para que tu cuerpo al mío se mude Helsinki

— 70 —


— 71 —


— 72 —


Índice págs. En el vórtice de la escritura San Juan Lascivia cubista en tranvía escandinavo Juego de escribanos En intimidad Destierro

7 9 11 13 14

Frontera para una flauta oscura La otra luz Ciudad sonora La muerte erótica de un yo psicoanalista Prometeo Cuando quema un poema

17 20 24 28 30

Trochando el silencio Cielo felino Manual para salir de la miseria Royal Copenhague Gramática de una lectura

35 37 40 41

Borderline Mártires Abadía de Cluny Joyería meridiana Bailarina destemplada El retorno de las sombras El ladrido Apuntes de la culpa Compases para un cubo Retrato de la mujer amada Sinestesia Volado Paris para perder Modernidad

49 52 53 54 56 57 58 62 63 65 67 68 69

— 73 —


Este libro

Al vértice del éter se diseñó en la Unidad de Literatura y Diseño de FUNDECEM en octubre de 2015. En su elaboración se utilizó papel bond, gramaje 20, y la fuente Book Antigua en 11 y Garamond en 14 puntos.

— 74 —


— 75 —


— 76 —


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.