un proyecto para el san juan del siglo XXI
algo ajeno al régimen y funcionamiento de los Colegios, razón por la cual apenas se permite que tengan incidencia en la vida colegial más allá del elemental roce –mantenidas, por supuesto, las distancias– entre profesores y colegiales. El San Juan del siglo XXI propone un modelo radicalmente diferente, en el que la excepción se hace regla, y lo que en ciertos casos pudiera antojarse molestia aquí resulta ser ganancia. En efecto, el nuevo San Juan plantea una apuesta meditada y decidida por la articulación de un Colegio Mayor que incorpora algunos de los aspectos mejores de la tradición anglosajona de los colleges, concretamente los referidos a la convivencia e interacción entre profesores y colegiales residentes. Se considera, a este respecto, que la presencia de profesores universitaEl nuevo San Juan plantea una apuesta meditada y decidida por la articulación de un rios, vistos y aceptados como colegiales por los alumnos residentes en el MaColegio Mayor que incorpora algunos de los aspectos mejores de la tradición anglosajona yor, ofrece a éstos la oportunidad de de los ‘colleges’, concretamente los adquirir una visión distinta, más cercareferidos a la convivencia e interacción entre na y plena, de su propia condición de profesores y colegiales residentes. universitarios, pone a su disposición, del modo más natural e inmediato, la experiencia, los conocimientos y la perspectiva del profesorado, les permite contar con el asesoramiento académico de expertos cualificados y, ante todo, amplía su perspectiva intelectual y su capacidad de conocimiento a través del contacto y el diálogo permanentes, desembarazados de las restricciones del protocolo académico. Junto a ello, deben señalarse los indudables beneficios que para el colectivo colegial y, por extensión, para la comunidad universitaria se derivarán de la participación de estos docentes en las actividades formativas y en los debates que se organicen y desarrollen en el Colegio Mayor. La presencia de profesores visitantes resultará, a estos efectos, un estímulo ciertamente notable. En último lugar, y no menos importante, los propios profesores que tengan la oportunidad de residir en el Colegio, o de realizar estancias breves en el mismo, encontrarán la experiencia no sólo estimulante, sino muy provechosa académica y personalmente, pues no cabe mejor acicate para un buen profesor que el contacto y el diálogo constante con los alumnos.
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