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l Los museos y las tics. Carmen Michelena

73 Las TIC, tecnologías aplicadas a la información y la comunicación en los museos

Por Carmen L. Michelena

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¿Cuál es la idea de hablar de progreso a un mundo que se asume en la rigidez de la muerte? Toda época ha rechazado su propia modernidad; toda época, desde la primera en adelante, ha preferido la época anterior. Breve historia de la fotografía.

Walter Benjamín

El museo contemporáneo es un lugar dinámico en el que a cada momento se construyen nuevas propuestas convertidas en ideas, sensaciones, conocimientos y sentimientos que son sinérgicamente compartidos con el público que se acerca a él, los hace visibles y comprensibles, didascálicamente hablando. De aquí el papel preponderante de la comunicación en los museos que conforman la Fundación Museos Nacionales de Venezuela, tanto en lo que se refiere a su funcionamiento como a su razón de ser.

Si bien, una de las funciones del museo consiste en preservar las colecciones de todo agente que las pueda dañar o espoliar, también es cierto que las pone al servicio de las comunidades, de los especialistas, estudiantes, de los turistas y de todo aquel que tenga interés en conocerlas, para ello las exhibe, pero no de manera azarosa sino con un orden, haciendo uso de un lenguaje que le es propio y con el que comparte las maravillas que atesora en sus bien organizados depósitos, y es mediante ese lenguaje que el museo comunica y se integra a las necesidades de crecimiento de una sociedad en su conjunto, porque el museo es, ante todo, una institución social. A partir de ahí, toda una variada gama de profesionales se esfuerza por mantener, mostrar y divulgar las narraciones, los relatos que surgen de unir en un solo espacio diversas piezas. De este modo, la renovada museología surgió como una nueva forma de entender los museos y de romper con la tradición del templo decimonónico que se encontraba tan alejado de la sociedad.

La noción de museo en su devenir histórico ha superado procesos políticos, económicos, sociales y culturales de gran conflictividad, lo que le ha permitido adaptarse a los cambios producidos en su entorno, y es así que uno de los puntos culminantes de esta adaptación ha sido al uso de las nuevas tecnologías que comportan a su vez nuevas relaciones sociales, y ello especialmente desde la gran revolución

Peper, robot del Museo Smithsoniano.

que se produce a partir de los años 90 con la aparición y posterior masificación de Internet.

Nuevas interacciones

Desde el mundo digital, las TIC (Tecnologías aplicadas a la Información y la Comunicación) han propiciado una transformación radical en la forma de afrontar la interacción del público con los museos, digamos que en la forma de comunicarse y de recibir esa retroalimentación enriquecedora que proviene de quienes interactúan con él. Por definición y desde el punto de vista material, la comunicación digital consiste en la transferencia física de datos, mediante el flujo digital de bits.

Con su afán futurista, las TIC han adquirido cualidades que les dan una sugerente apariencia “sobrenatural”, las cuales proceden en su mayoría de la literatura de ciencia ficción y ya sea mediante la palabra escrita, en imagen: en cine, video o en juegos digitales, no importa el formato, su difusión ha sido exponencial. De aquí han surgido conceptos y leyes cuya certeza viene siendo aceptada desde el siglo pasado, por ejemplo las tres leyes de la tecnología formuladas por el escritor británico de ciencia ficción de Arthur C. Clarke1, o las muy conocidas Leyes de la robótica de Isaac Asimov2 , quien afirma que se aplican a la mayoría de los robots diseñados para cumplir órdenes. Pero la experiencia y el tiempo han demostrado que esas leyes no se cumplen sine ecua non, por ejemplo, un dron, ese pequeño vehículo aéreo no tripulado, con características robóticas, que no así antropomórficas, se utiliza también como instrumento bélico. De aquí que se plantee, entre otras cosas, la necesidad práctica e inmediata de romper con el tópico del antropomorfismo de la robótica, no todo robot es o debe parecer humano y aquí vamos al Manifiesto Ciborg y a los postulados del Posthumanismo. El Manifiesto Ciborg es un ensayo escrito por Donna Haraway, en 1983, en el que desarrolla

1 Quien en su obra Profiles of the future (1962) asegura que: 1. Cualquier tecnología suficientemente avanzada no se puede diferenciar de la magia. 2. Cuando un científico calificado pero de edad avanzada afirma que algo es posible, casi con toda seguridad está en lo cierto. Cuando afirma que algo es imposible, muy probablemente se equivoca. 3. La única manera de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá de dichos límites, en lo imposible. 2 Aparecidas por primera vez en el relato Círculo vicioso (Runaround, 1942) y que establecen lo siguiente: 1.Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño. 2. Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entrasen en conflicto con la primera ley. 3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.

el concepto de cyborg como un rechazo a los límites rígidos, especialmente a aquellos que separan lo “humano” de lo “animal” y lo “humano” de la “maquina”. El posthumanismo o transhumanismo es un campo que se nutre originalmente de la ciencia ficción y que está formado por un conjunto de ideas que especulan acerca de un futuro posible en el que el ser humano domine su propia evolución biológica y la de su entorno ecológico gracias a la ciencia y a la tecnología.

Aunque no tengamos plena conciencia de ello, ya estamos inmersos en una realidad que supera a ese humano que se autoproclama como centro del universo. Vale la pena anotar que aunque un robot sirva para ayudar a un ser humano, eso no necesariamente implica que deba reproducir su forma, aun así, es evidente que nos sentimos más cómodos a su lado si se parece a nosotros. Lógicamente, partiendo de esta novedosa interpretación, la expectativas del público de los museos del siglo XXI superan a las de los siglos anteriores, de tal forma espera encontrar entre los espacios del museo lo viejo reinventado en lo nuevo, como estímulo sensorial e intelectual sustentado en las nuevas utilidades tecnológicas, desde algoritmos aplicados al arte contemporáneo, hasta visiones multimediáticas de las obras genésicas de la institución; y fuera de sus paredes, en las redes, en el mundo digital ese mismo público desea satisfacer también su afán de sentir y conocer.

Un ejemplo reciente de como esas expectativas pueden verse satisfechas, se recoge en la exposición multimedia itinerante más vista del mundo hasta ese momento: Van Gogh Alive – The Experience (tecnología SENSORY4TM, 2019, organizada por Nomad Art), en las que el movimiento, la luz y la música permiten una fascinante aproximación al universo de Van Gogh, a través sus más importantes cuadros. Se trata de una exposición pensada y diseñada para romper con las barreras tradicionales y recurrentes que existen a la hora de visitar los museos.

Así mismo, en lo que respecta a la presencia de los robots en los espacios museales podríamos referirnos por ejemplo al Museo de Arte Africano, el Museo de Historia y Cultura Afroamericana en el Castillo Smithsonian en el que 25 robots antropomórficos guían al público y Pepper es uno de ellos; así como a Ada, la primera robot considerada “humanoide” (de fabricación rusa) del Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología de Gran Canaria (España).

Destrezas tecnológicas

En otro ámbito, que también concierne a la búsqueda de la excelencia y la globalización de la comunicación en los museos, en los tiempos que corren, se hace necesario incorporar a una suerte de profesionales con destrezas adapta-

Elder, robot del Museo de Ciencia y Tecnología de la Gran Canaria.

das a las nuevas tecnologías, capacitados para promover las actividades en las redes sociales. Es así que aparecen los perfiles demandados de lo que se conoce como Social Media Manager y Community Manager. La finalidad de sus acciones está dirigida a crear un diseño social del museo, asequible y amigable en el espacio digital y que adquiera vida propia.

Por definición el Social Media Manager es el profesional del ámbito del marketing online que se encarga de preparar y planificar la estrategia, en el caso de los museos, de la imagen en los medios sociales, que posteriormente ejecutará el Community Manager, todo ello mediante un uso responsable de la tecnología. Al Social Media le compete principalmente preparar la estrategia del museo, de manera profesional, definiendo y planificando los objetivos con precisión, cuyo cumplimiento debe comprobar mediante la monitorización de las acciones; tiene que actualizar permanentemente la información referida al mundo del arte y la cultura, así como a las necesidades del público; deberá colaborar con el Community Manager en la planificación de su trabajo, manteniendo una relación fluida con él, y analizar e interpretar los datos de fuentes externas e internas, en especial los que le llegan del Community Manager; y en el caso de producirse una crisis de reputación online, disponer de un plan de contingencia.

Por su parte, el Community Manager es un profesional de marketing digital responsable de la gestión y desarrollo de la comunidad online del museo, con el objetivo de incorporar y fidelizar al público. Ejecuta las acciones que propone el Social Media, para lo cual requiere una alta capacidad de análisis y síntesis. Le corresponde aportar valor en las áreas de planificación de acciones de marketing digital; creación y gestión de contenido; analítica; monitorización de todos los parámetros de engagement, crecimiento y comunicación de la comunidad y tráfico web social, etc; así como propiciar que los seguidores activos, compartan, comenten, visiten el museo y adquieran sus servicios y productos. Para ello el Community Manager debe aplicar una metodología básica que consiste en mantener una guía de buenas prácticas que contemple el rigor y criterio profesionales basados en la ética. Aplicar una guía de estilo que defina el tono del mensaje (tipos de fuentes, estilo gráfico, un lenguaje, redacción y ortografía cuidados), así como el uso adecuado

de herramientas de diseño profesionales.

Simbiosis informativa

En conclusión se trata de un ecosistema que para funcionar requiere de una coordinada simbiosis entre las TIC y las personas que participan en el intercambio de información. Es una modalidad del diseño, cuyo objetivo es comunicar información mediante las últimas tecnologías y las tendencias que más llaman la atención, a través de un medio digital.

Como se sabe, la estructura organizativa de un museo se compone de colecciones, actividades y administración, todas ellas contribuyen a darlo a conocer de una manera o de otra, pero son precisamente las actividades las que están orientadas y requieren de una comunicación eficiente para que el museo llegue a una mayor cantidad de personas. En general, estas actividades consisten en: exposiciones, diseño y proyectos, experiencias de mediación y educación, publicaciones, comunicación y marketing. El museo es responsable del mensaje que quiere transmitir según el tipo de público al que va dirigida su programación y para ello debe determinar los medios que usará para transmitirlo, incluyendo los equipos (teléfonos, computadoras, proyectores, etc.), servicios (Internet, telefonía y Wi-Fi, etc.), espacios e instalaciones.

En lo que respecta a los servicios, su evaluación debe incluir el análisis de la oferta, tanto en el propio museo como a través de otros medios dirigidos al público: biblioteca, centro de documentación, tienda, restaurant, etc. Pero nada de esto sería posible si el museo no contara con un preparado, eficiente y vocacional recurso humano, que es el que se encarga de dar paso al encuentro con el público.

Fundación Museos Nacionales

Página oficial: https://www.fmn.gob.ve/ Twitter: https://twitter.com/fundacionmuseos/ Facebook: https://www.facebook.com/fundacionmuseos/ Instagram: https://www.instagram.com/fundacionmuseos/ YouTube: https://www.youtube.com/channel/ UChRy57Q34yQgpJoLHtATrLw Revista Museos.VE: ttps://issuu.com/fundacionmuseosnacionales/doc/museos.ve

Carmen L. Michelena

Licenciada en Historia Universal UCV y Doctora en Historia de América por la Universidad de Sevilla. Se desempeñó como jefe del Departamento de Investigación GAN desde 2009 hasta su jubilación en 2016. Fue directora de Procesos Museológicos del Museo Arturo Michelena, directora ejecutiva de la Fundación Centro Nacional de la Fotografía, directora de la Fundación John Boulton y directora del Archivo del Libertador. Actualmente, trabaja como fotógrafa y catalogadora de colecciones públicas y privadas de arte con su propia empresa ArteClick.

Correo electrónico: carmen.michelena@gmail.com