PLE 10 años

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INDICE

Texto Institucional ¿Qué es PLE? Texto Fundación Lebensohn

Organización

“Déjate alumbrar por La Estrella”, Eduardo J. Alcaraz

“Pinta tu propia aldea”, Mario Ezequiel Perez

Territorio

“Mi barrio”, Nahuel Sánchez

“El lugar donde crecí”, Nicolás Gastón Ibarra

“El Renacer”, Adela Lopez

“Proyecto La Estrella: Arte y transformación en el Oeste Bonaerense”, Matías Cerezo

El arte en el territorio, Marcos Luczkow

Derecho Humanos

“¡Qué broten miles de PLE!”, Marcela Maidana

“Nadie se salva solx”, Huilen Vallejos

“Tranformación social construída desde abajo”, Paola Leguizamón

Créditos/Agradecimientos

PROYECTO LA ESTRELLA

Es una iniciativa cultural autogestiva de educación no formal ubicada en la tercera franja del conurbano bonaerense. Trabajamos desde el año 2011, intentando reducir la vulnerabilidad de lxs niñxs y jóvenes mediante talleres de integración donde ellxs eligen las actividades artísticas que más les interesa, por ejemplo hip hop, huerta, danza, apoyo escolar, teatro, dibujo, indumentaria, reciclado, narrativa, fotografía, revista barrial, entre otras. Lxs 20 talleristas del proyecto trabajan de forma voluntaria y todas las actividades son gratuitas alcanzando a beneficiar a 200 personas aproximadamente.

El libro consiste en la edición de textos e imágenes que cuentan la tarea de PLE como espacio de reflexión y creación, donde se construyen grupalmente ideas sobre acciones concretas que surgen a partir de necesidades expuestas por los integrantes de dicha comunidad en forma de reuniones, intervenciones, publicaciones, talleres y demás.

El contenido de esta publicación se plantea con una lógica polifónica y abarca diferentes voces que hablan del trabajo en territorio y sus significancias a lo largo del tiempo. Personas, referentes de distintos campos de acción como, por ejemplo, artistas, voluntarixs, curadores e investigadores, gestores culturales y docentes, brindarán sus puntos de vista a través de textos escritos especialmente para la publicación.

Como institución, elegimos contar esta experiencia porque creemos que La Estrella materializa el carácter disruptivo del arte y ofrece una mirada crítica que potencia el fuego interior de quienes queremos construir otras sensibilidades.

Por Fundación Lebensohn

Hay algo de la tierra que nace con las historias de quienes la habitan. En este ejercicio de memoria, surge una ceremonia mágica que habilita el encuentro de las comunidades que, alguna vez, se sintieron atravesadas por un territorio y un tiempo particular.

Como si todas las voces susurraran al mismo tiempo, retumbaran en la tierra y la hicieran vibrar, estas historias se apropian de la experiencia, la transforman y dan lugar a diferentes identidades.

Desde la Fundación Lebensohn, buscamos llegar a esas voces y nos sentimos interpelades por ellas. Construimos, colectivamente, espacios de intercambio y reflexión que nos llevan a encontrarnos con vínculos que atesoramos en nuestro corazón.

El Proyecto La Estrella es un claro ejemplo de esto.

Desde el comienzo y hasta hoy fueron muchos los proyectos que compartimos. En el año 2013, la Fundación presentó en conjunto con PLE un proyecto en el concurso “Nuestro Lugar”, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. La propuesta resultó seleccionada y esto permitió equipar la sala de ensayo de PLE. Desde allí, se generó una relación muy estrecha entre les miembres de ambas organizaciones. Nos presentamos a varias convocatorias tanto a nivel nacional como internacional a lo largo de los años subsiguientes.

En el año 2015, en medio de las grandes consecuencias vividas por las inundaciones en Argentina, volvimos a retomar contacto para realizar un trabajo colaborativo ya que el espacio cultural había sufrido grandes daños a causa de las mismas. En dicho año, realizamos una feria solidaria de obras de arte. Contamos con el apoyo de otras instituciones, organizaciones y artistas, gracias a les cuales logramos reconstituir el espacio de

PLE.

En el año 2019, la Fundación presentó SISMO en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. La publicación se realizó con el fin de generar un marco teórico que diera visibilidad a pro yectos colectivos, centrados en el hacer comunitario. En el mar co de esta investigación, invitamos a PLE a ser parte y así cono cer su trabajo en el ya tan querido barrio Mariano Acosta.  Creemos que el territorio como zona de contacto tiene un carácter revelador para nuestra forma de pensar la cultura. Poder contar nuestra historia a través de la historia de PLE es corroborar de manera tangible lo que muchas veces soñamos. La Estrella no sólo fue un referente para nuestra organización sino, también, un lugar donde pudimos construirnos y descu brirnos en el hacer. Seguiremos, entonces, compartiendo ex periencias, anidando proyectos para, algún día, escribir nuevas historias.

Todo proyecto encierra en sí mismo un esfuerzo creador, materializar las ideas, que en su faz verbal son maravillosas, y llevarlas al campo muchas veces, choca con la desidia y la incomprensión en su variante estructural contra la escasez de recursos y el tiempo que juega en contra.

Las estrellas no tienen luz propia, pero reflejan la que las circunda, provocando destellos en las más diversas direcciones, llegando a sitios insospechados, asignándoles una belleza particular. Este Proyecto y esta Estrella, lograron desafiar las leyes físicas, cargándose de luz y superando obstáculos insalva bles, voluntarios mediante, como gran hacedor y promotor del asunto. Fue así como la desconfianza se transformó en confian za, la desidia en presteza, y la creación en el motor fundamen tal para despertar a una porción de la sociedad olvidada en sus padeceres y amenazada por punteros desafiantes.

Para ello fue necesario aprender. Aprender que la cultura no es un bien preciado por ciertos elegidos, que el arte no es algo exótico e inalcanzable, y transmitir. Transmitir que el arte callejero es vanguardia urbana, que el trabajo comunitario sal va, y que cuando los proyectos son exitosos, por su aceptación, la mejor retribución es la sonrisa de quien lo recibe y el premio para quien lo dicta, porque de eso se trata, de rescatar sonrisas, de crecer juntos, de aplicar la mayéutica socrática, lo demás… sólo es dejarse alumbrar por La Estrella.

PorMarioEzequielPerez

“Pinta tu propia aldea, y pintarás el mundo”, con esta frase atribuida al escritor ruso León Tolstoi, nació Proyecto La Estrella en el oeste del Conurbano Bonaerense. Este año celebra diez años de trabajo en territorio, sosteniendo la misma visión. No en vano su autor, Marcos Luczkow, un artista plástico y conceptual, lo definió como Proyecto la Estrella (PLE). La palabra proyecto deriva del latín proicere que significa hacia adelante, hacia el futuro, y qué mejor definición que un concepto ligado a la fuerza, al movimiento constante que se escapa de las estructuras establecidas para de-construir y sentar bases para el futuro. Para mí, PLE expresa la apertura de una comunidad hacia el futuro.

Todo proyecto tiene un inicio, un desarrollo y un cierre. PLE, comenzó en 2011 en los límites de la ciudad de Mariano Acosta en el barrio La Estrella, nacido en un asentamiento de argentinos, paraguayos y bolivianos a fines de la década del ‘90. En ese lugar Marcos definió los alcances y la mirada para transformar, mediante una propuesta de autogestión cultural que pudiera cambiar una realidad que estaba oculta.

La segunda etapa fue la planificación. La fase más difícil donde el coordinador debe poner el mayor esfuerzo para medir las necesidades y recursos. En este aspecto quiero resaltar la capacidad que desarrolló Marcos de llevar estas tareas de una manera completa e integral. Logró promover al cooperativismo como modelo económico de la autogestión artística. Fue quien gestionó los cambios, eventos y recursos de manera asombrosa, lo que lo hace uno de los mejores gestores. Supo reflexionar que PLE podía ser un canal de autoexpresión personal verdadero, un canal transformador, y por lo tanto reflexivo, capaz de dar nueva forma a las cosas.

PLE demuestra que todo se trata de voluntad y vocación, algo que la política en general ha desvirtuado hace mucho tiempo. La política debe ser una herramienta del cambio, pero al estar ocupada en otros asuntos, vació las esperanzas de la gente. Esta ausencia deterioró el tejido social y provocó que la perspectiva del futuro no sea clara. Cada vez son más los proyectos auto-gestionados que buscan romper con el predominio del fallido sistema cultural público. La gestión sobre la decisión, la colaboración frente a la competición, son las dicotomías que se enfrentan en la actualidad. En este aspecto la sostenibilidad y la gestión colaborativa, son el denominador común de múltiples experiencias que se han ido extendiendo en estos últimos años en Argentina. PLE se basa en la coparticipación, es decir, la participación o colaboración entre artistas, creadores o vecinos como herramienta de fortalecimiento de lo común.

Generalmente, los proyectos son parte de una solución, se fundamentan en un esfuerzo o desafío que tiene un inicio y un final, donde el resultado es único, es decir, que no habrá otro igual. PLE es otro ejemplo de cómo el arte y la expresión del pensamiento son el vehículo de la transformación de las personas. Mediante talleres culturales, intervenciones en el espacio, el proyecto logró formar parte de la vida de los vecinos, dándoles una identidad de la que podían apropiarse.

PLE es un ejemplo de cómo debemos introducir en el debate público estas realidades: gestores y promotores cuyo acento está centrado en la transformación de la ciudadanía mediante el acceso y democratización de la cultura, desde una óptica vinculada a la cooperación.

Todo proyecto tiene un cierre, que es el momento del balance del mismo. Hace diez años atrás PLE comenzó en una casa de adobe con piso de tierra, en lo profundo del conurbano bonaerense. Hoy es un centro cultural con biblioteca, estudio de grabación, salón de danza y taller. Es el centro de la vida social del barrio, su orgullo es: ser parte de su identidad. Aún quedan metas y objetivos por completar, pero me parece que es un

buen momento para reflexionar de las lecciones aprendidas, de estar orgullosos del gran avance que se ha realizado en tan solo una década.

Con frecuencia se dice que después de un proyecto, se abren nuevos desafíos, pero dice el Martín Fierro: “lo que pinta este pincel ni el tiempo lo ha de borrar.” Esa es la obra de Proyecto la Estrella.

Nahuel Sánchez

Aunque siempre parezca un lugar chico, cuando se vive dentro se nota la inmensidad. Cada esquina tiene su ranchada, cada kiosco su doña, cada rincón es habitado. Por más que vivas dentro, nunca terminas de conocer al amigo de la hermana de doña María, la de la panadería de los primos Gómez o Villalba. Por eso es que en ese amplio territorio cada quien encuentra un lugarcito propio pero para compartir. De esos lugarcitos nacen miles de espacios: la cancha donde se arman los partiditos, la placita donde se toma mate, la esquina donde se toma una cerveza, y muchísimos e innumerables espacios habitados por la gente del barrio. En esta oportunidad, quiero contarles de uno de estos espacios que nos da identidad: Proyecto la Estrella.

Proyecto La Estrella es un refugio del arte, donde la cooperación es lo primero que aprendes cuando entras. De chico fui a un par de talleres, me encantaba llenar de colores y papeles las paredes porque en ese lugar se podía, y cada dos por tres se hacía un mural. Es un espacio lleno de proyectos, donde todo tipo de arte se fusiona. Recuerdo que tenía apenas 12 o 13 años y filmamos unas imágenes del barrio que quedaron grabadas en mí.

La plaza vista desde un cartel roto, los autos quemados, el campo inmenso. Durante un tiempo, por estudio, participé poco. Pero cuando volví, el pequeño refugio se había transformado en una gran casa cultural, con múltiples espacios y talleres, murales y colores, reuniones en una mesa larga donde siempre había lugar para alguien más. Ahí fue donde me empecé a involucrar más. Ya no lo veía como refugio sino como un lugar donde potenciar lo que cada uno y cada una traía. Comencé a dar un taller de teatro y la realidad del afuera inunda-

ba el adentro.

Con pibes y pibas del barrio, buscando ese refugio que alguna vez también busqué. Siempre se presentan dificultades pero también se encuentran virtudes, en la construcción colectiva se aprende desde lo individual hasta lo grupal, viendo nuestros errores para construir lo mejor de nosotros y nosotras. Así se fue construyendo un espacio lleno de amor y resistencia, un lugarcito inmenso en el barrio que da lucha desde siempre para construir la realidad que queremos. Si bien hoy estoy lejos, me mudé de barrio, nunca dejo de ver en la cara de pibes y pibas jugando en la plaza, en las charlas entre vecinos y vecinas, en los grafitis y murales de la zona, se ve claramente ese espíritu de proyecto la estrella, donde hay cooperación y organización, donde hay arte y territorio.

Este es mi barrio. El cual vos discriminas, solo porque escuchas Malos comentarios de los demás, donde además de la delincuencia. Hay gente humilde que trabaja. Que se levanta muy temprano a la mañana, para traer un par de pesos y que no falte, un plato de comida en casa. Pero ya sabemos que todo eso no alcanza, este es mi barrio donde hay pocas calles asfaltadas, no es bueno ver a los chicos que vayan al cole, con barro en las zapas, otros chicos que no terminaron la secundaria por tener problemas en casa aun así se la rebuscan no se rebajan y trabajan, si no agarraste la pala, corta fierro y masa, no tuviste infancia, con todo lo que digo no quiero dar lastima, solo estoy contando tristemente en lo que mi barrio pasa. Quiero que sepas que, aun así no perdemos la esperanza.

este es mi barrio donde los pibitos crecen jugando en las veredas en los asfaltos disfrutando de la infancia, de pasar un buen rato, mientras tanto en otro lado adolescente caminando por ahí metiendo caño, con el sudor en las manos, sabiendo el daño que se están causando. Este es mi barrio, donde la vereda de mi calle es testigo de mis sonrisas y lágrimas. Amo mi barrio, como también quiero a los pibes de mi barrio que juntos nos criamos, soportamos tantas cosas, aprendimos que la vida no es siempre color de rosa. Luchamos a pesar de que siempre nos falta algo, pero sin embargo, cada uno sigue con su vida, construyendo su historia, pero nunca dejamos de tenerlo a él en la memoria.

Nicolás Gastón Ibarra

Ilustración Emilio Reato “Micky and Suricata”

Corría el año 2016, cuando por unas de esas casualidades o causalidades de la vida, en un rincón de Mariano Acosta pasó algo que me iba a cambiar la vida. Ya con 20 y pico de años y dos hijxs, siempre es algo raro, no sé porque, encontrase algún profesor de la secundaria. Un “yo creo que a usted lo conozco” que cambiaría todo. En ese momento yo andaba haciendo Radio y en esos días Proyecto la Estrella estaba por cumplir años y me invitaron a conocer el taller. No fue más que poner un pie en Proyecto la Estrella para no querer irme más. Ahí entendí que pasan cosas Mágicas en PLE, no sólo por todo lo que se logra dentro de esas paredes y el Barrio, es un lugar que transforma, que libera y en mi caso sana.

Justo el día que conocí PLE en las clases de Rap estaban practicando para un evento y una de las compas tarareaba una canción. La escuché más de una vez decir que no se animaba sola, que no podía, a lo que yo - sin conocerla -, le pregunté que si quería que la acompañara. Uno de ellos me preguntó si yo cantaba, y yo que hacía años no cantaba, la vida me había pegado tan duro que hasta había apagado en mi las ganas de cantar, le dije que no pero que la quería así se animaba. Para mi sorpresa un ratito después había pasado algo que jamás imaginé, estaba empezando a prepararme para acompañarlos a un evento en un centro cultural. Yo que aún recogía los pedazos de mi vida, y de apoco sobrevivía con lo que habían dejado de mí, en ese momento, en ese justo momento, me sentí renacer. Gracias a Proyecto la Estrella yo volví a cantar y sanar. Ahí en ese rinconcito de Mariano Acosta, en Barrio La Estrella en el tercer cordón del Conurbano Bonaerense.

Hay gente que transforma, que lucha, resiste y que, entre tanto y tanto, la magia parece fluir cambiando penas por risas,

dándole color a los días grises, floreciendo en cada unx de lxs que formamos parte de Proyecto la Estrella. Muchas veces, escuché decir: “Desde que yo conocí proyecto la Estrella algo en mi cambio”, y quizás nosotrxs desde nuestro poco o mucho estar también cambiamos al Proyecto la Estrella.

El arte sana, construye, libera, enseña, fortalece, resiste, grita y reclama. Abre los ojos a lxs pibes, lxs muestra nuevas realidades. Proyecto la Estrella es un lugar donde escuche decir que en sus comienzos no tenían nada, pero lo tenían todo. Ojalá que las callecitas de la vida te lleven hasta sus puertas para confirmar que todo lo que te cuento es verdad, pero eso sí, ve con precaución porque quien entra nunca se va. Aun a kilómetros de distancia siempre llevas un pedazo de Proyecto la Estrella contigo, y además, algunos dicen que pasan allí cosas mágicas.

Gracias Proyecto La Estrella por demostrar que a los sueños para lograrlos hay que ponerlos en práctica.

Por Matías Cerezo

Mariano Acosta. Cada vez que escuchaba ese nombre recordaba mis viajes en tren con mi mamá, desde General Las Heras, pueblo donde viví mi infancia y adolescencia, hasta la estación de Once del Ferrocarril Sarmiento. Una estación antes de Merlo, que es donde hacíamos el trasbordo al tren eléctrico que nos dejaría en el destino final, pasábamos por Mariano Acosta y siempre le preguntaba lo mismo a mi vieja: ¿Es una ciudad o es parte de Merlo? Me parecía un lugar demasiado inhóspito para ser lo que yo creía una ciudad. Vaya uno a saber las razones de mi curiosidad. A veces hacíamos el recorrido en el auto de mi papá por la ruta 200 y a mí me gustaba reconstruir mentalmente el recorrido de las estaciones desde Las Heras hasta Merlo.

Muchos años después, y ya trabajando en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, comenzamos a pensar en un ciclo que primero se llamó Arte y Transformación Social, luego Arte y Territorio, para finalmente llamarse Arte en Territorio.

Con un grupo de compañeres nos preguntábamos sobre el sentido de realizar esta actividad desde un espacio de memoria y promoción de los derechos humanos. Al principio, creíamos que el Conti podía ser un lugar que contribuyera a la visibilización de los colectivos participantes y potenciara su desarrollo; con el paso del tiempo (ya vamos por la sexta edición), nos dimos

Latransformacióntienequeverconlaexperienciadepartici parenlaconstruccióndelaexistencia,setratadelocontrario deunarelacióndecomplacenciasumisa.

cuenta de que no sólo los colectivos se potenciaban sino que el Conti también se transformaba en ese proceso de construcción colectiva.

En el Centro Cultural pensamos que la memoria no sólo involucra el pasado, también implica el presente y el futuro, esta premisa nunca nos quedó tan clara como en la experiencia de Arte en Territorio. Al abrir un espacio de encuentro e intercambio con los colectivos artísticos fuimos construyendo un territorio común en el cual las diferentes experiencias pusieron en conexión maneras de sentir y de estar en el mundo. Conformamos un nuevo territorio que contiene la singularidad de un espacio vivido y la potencia de una acción creativa. Desplegamos una instancia que se configuró en el cruce de voces, espacio y tiempo, que reafirmó la territorialidad al mismo tiempo que la amplió.

Por todo esto es que fue muy natural cruzarnos en el camino con el Proyecto la Estrella en la segunda edición de Arte en Territorio, en el año 2016. Una iniciativa artística autogestiva que busca incesantemente democratizar los espacios de producción y circulación del arte, en la cual sus integrantes trabajan intentando reducir la vulnerabilidad de les niñes y jóvenes de Mariano Acosta a través de talleres de integración artísticos. Desde el principio, nos dimos cuenta de que La Estrella encarnaba todo aquello que sentíamos pero todavía no podíamos poner en palabras al inicio del proyecto Arte en Territorio. Un lugar en el cual no hay jerarquías, un espacio de integración social que a través del arte se opone al discurso hegemónico que criminaliza y excluye a les pibes pobres y marginades de nuestra sociedad, donde se reivindica la memoria popular y se trabaja contra la vulneración de los derechos humanos en nuestros barrios.

Ese encuentro, el del Conti con La Estrella, se produjo en pleno auge del neoliberalismo en nuestro país, con un gobierno que intentaba borrar el pasado atacando las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, y que proponía una sociedad basada en la competencia y el sálvese quien pueda. En el Conti les

trabajadores organizades resistimos los intentos de banalización y vaciamiento de un proyecto que habíamos construido con mucho compromiso y amor. Tal vez por eso el proyecto de Arte en Territorio, y el proyecto La Estrella en particular, nos enseñaron a resistir con alegría y solidaridad a pesar de todas las adversidades.

Ahora cada vez que escucho Mariano Acosta no sólo evoco aquellos recuerdos de mi infancia sino que inmediatamente pienso en La Estrella, en Marcos y en les compañeres que todos los días trabajan por un mundo mejor en el oeste bonaerense, y ya no me parece un lugar inhóspito sino al contrario, un lugar acogedor al cual visitar. Larga vida al Proyecto La Estrella.

Walter Alvarez

“Los pintores y el sexo”

“Me mudé al barrio con la idea de armar un taller de dibujo sin fines de lucro para niñxs y jóvenes del barrio que querían desarrollarse en la experimentación artística. Quería ser una pequeña opción en un mundo injusto donde solamente el que tiene dinero accede a la cultura.

Renuncié a casi todas mis comodidades de clase media con la necesidad de devolver un poco la suerte que había tenido. La suerte de los privilegios burgueses, que a veces, nos achatan tanto pero que muchxs ni conocen. Pero esa persona que venía a enseñar herramientas por medio del arte también aprendía, era contenido, reconocido, entonces fue una sorpresa y una oportunidad para mí también, con esos días malos y buenos”.

Viajar desde el conurbano, hacia el conurbano. Todos los caminos conducían a Roma, pero ya no.

El impacto que tienen hoy las organizaciones sociales, culturales y políticas se ven reflejadas en las realidades de nuestro presente y en las prácticas artísticas actuales.

Los vínculos entre el mundo artístico/cultural y los movimientos sociales, que expresan respuestas diferentes al orden tradicional, contribuyen a la descentralización de una contemporaneidad normativa y colonialista.

De espaldas a todo, el arte en territorio se desprende del arte político para dejar de ser funcional a un sistema y responder a sí mismo. Contiene la experiencia de la frescura que el arte contemporáneo estaba necesitando.

A diferencia de otros lenguajes donde siempre hubo un vérticepopular, las artes visuales fueron negadas para las clases sociales más bajas, volviéndose caprichos elitistas de una minoría. Las contemporaneidades descentralizadas no están ligadas a la producción de objetos o mercancías estetizadas

dentro del circuito del arte sino, más bien, a hechos y acciones artísticas en las “periferias”, mucho más desinteresados e independientes. ¿Cómo se autogestionan los proyectos territoriales? ¿En qué momento toman fuerza? ¿Bajo qué necesidad surgen? ¿Dónde está el arte?

Por ahora, nadie ha escrito mucho sobre ellos, “el arte en territorio no es parte del mainstream”… lo cual es alentador ya que si lo intelectualizamos demasiado corremos el riesgo de quitarle la poesía. Lo que sí sabemos es que cada proyecto ha creado su propia fórmula de supervivencia en las cuales algunos gobiernos e instituciones han prestado especial atención apoyando estas iniciativas autogestivas.

El objetivo parece ser generar una cultura localizada con identidad propia por medio de estas propuestas territoriales donde el arte ya no viaja, ni negocia. El arte está en su sitio experimentando, interrelacionándose, apoyándose en espacios más horizontales y democráticos como la vía pública o la internet.

Proyecto La Estrella es una iniciativa colectiva donde se priorizan las ideas de la propia comunidad. Nada es ajeno. Las problemáticas del barrio se entremezclan con las ganas de transformación social constituida con las necesidades del territorio que la impulsa. Enfocado principalmente en lxs jóvenes, quienes manifiestan sus inquietudes en un espacio de dialogo casi familiar. En 2011 comenzamos a trabajando en forma voluntaria construyendo bases sostenibles a lo largo del tiempo. Con un sistema de multiplicadores donde personas que tienen un conocimiento lo transmiten (oficios, artes, artesanías, ideas emprendedoras, gestión) y ese alumnx receptor se convierte más tarde en un tallerista transmisor, aunque no tenga títulos ni carreras de grado. Entonces lxs jóvenes en un constante y renovado diálogo se preguntan según sus propias realidades: ¿Qué disfruto hacer? ¿Qué hago mejor que otrxs? ¿Qué necesidades hay para satisfacer?

Desde el comienzo, soñamos con un espacio donde sus protagonistas puedan expresarse y aprender que la salida es colectiva. Un espacio que lxs haga menos vulnerables, más compañerxs, más empáticxs en un contexto más amigable. Desde el barrio La Estrella entendemos que sin amor no hay utopía y sin utopía no hay futuro.

El arte puede ser una herramienta clave en la transformaciónsocial, en la salida a nuevos mundos, en la ampliación de diversos pensamientos y el espacio funciona como referente en donde muchxs se encuentran por primera vez con su vocación.Un barrio sin arte sería un barrio asfixiante. Un mundo cerrado sobre sí mismo, incapaz de establecer una relación verdadera con las crisis, con la libertad, con el dolor o la muerte.

A lo largo de estos años, hemos aprendido con el deseo como motor. Desplegamos estrategias y articulaciones junto a otros proyectos territoriales, nos hemos fortalecido, hemos funcionado como polo de producción cultural. Nos hemos empoderado y adueñado de lo nuestro. Hemos tenido en cuenta que cada persona dentro de la organización está allí por una razón importante.

La posibilidad de revisar las relaciones entre arte, política y cultura dentro de un espacio como Proyecto La Estrella nos permite presentar alternativas distintas, considerar nuevos vínculos de igualdad, nuevas relaciones de complicidad. Nos permite poner en evidencia las relaciones del arte y la política en una construcción transversal, ni monolítica, ni acabada. Urge hablar de todo tipo de luchas, sobre todo de la que másnos sigue preocupando en nuestros barrios, la lucha de clases. Nuestras premisas son el empoderamiento constructivo, incentivar el progreso, el buen manejo de los conflictos, y cuidar que el liderazgo no sea un puesto de trabajo.

Nos estamos conociendo, identificando y organizando. Las relaciones en las que prevalece el respeto, son abiertas y directas, nos permiten crecer y avanzar. Hacer de nuestra cultura un espacio en el que todxs sean bienvenidxs, donde se genere el debate respetuoso y se celebre la diferencia.

Estamos democratizando los espacios de producción y cir culación del arte. Tenemos facilidad de adaptación frente a los cambios, creemos que vale la pena tener en cuenta una cultura que brinde oportunidades en lugar de crear barreras. Estamos convencidxs que darle valor a las acciones culturales del terri torio y abrir el abanico de posibilidades en un barrio humilde es descentralizar la hegemonía del arte.

Directora de Derechos Humanos del Municipio de Merlo Docente.

Desde el comienzo de nuestra gestión en la Dirección de Derechos Humanos, en Merlo en diciembre de 2015, nos propusimos abordar nuestro extenso y profundo territorio, y es ahí donde conocimos Proyecto La Estrella. Estaban ahí desde antes; esta comunidad de jóvenes y vecinxs artistas, transformando y transformándose cotidianamente, con su decir, su expresión el lugar que habitan/ habitamos.

La necesaria construcción de la memoria de lxs luchadorxs sociales de nuestro territorio, lxs tuvo de protagonistas, no solo en las presentaciones artísticas a lxs que convocamxs, sino también, porque cuando veíamos lo que desarrollan en ese espacio colectivo, como se relacionan, su horizonte de conquista de derechos para lxs pibxs y vecinxs del barrio, de que son capaces de tomar el devenir y el arte por asalto, sin pedir permiso y no resignarse al lugar que la sociedad les tenía destinado, nos recuerdan el sueño del mundo que se proponían nuestxs compañerxs y por el que seguimos luchando.

Acompañamos y nos acompañaron y, lxs vimos plantarse en su identidad Marianense. ¡Que broten miles de PLE! y entonces podremos decir que tal vez sí podremos lograr que los derechos humanos sea una realidad en nuestros barrios. El derecho a una vida digna, feliz, creadora, elegida, compartida sea posible para nuestro pueblo.

¡Gracias por regalarnos esa esperanza!

HuilenVallejos

Yo vivo en Villa Posse, barrio vecino a La Estrella. Muchxs que pasan por La Estrella notarán todo lo que no hay o lo que hace falta, lo cual en algunas coincido pero sería un error quedarse en esa nomas. También hay de todo, siendo que soy ajena y al mismo tiempo formando parte de ella puedo ver su paisaje, su ritmo y... ¡Que cumbias se escuchan! Sus olores y sus códigos.

Si no se presta atención, se podría decir que es un barrio más del Conurbano Bonaerense pero es bien diferente, tiene una poesía singular que todxs lxs que pasan por el PLE nos las transmiten… En sus bailes, dibujos, actuaciones, juegos y ni hablar de esos abracitos que te recargan el corazón.

Quizás esta sea mi manera de decir que no es necesario estar en algún museo o ser un artista reconocidx para darse cuenta que en La estrella se respira y hace arte, y si yo le tuviera que poner un nombre que describa a esa obra seria “Nadie se salva solx”.

PaolaLeguizamón

La cuestión social que atraviesa el barrio La Estrella, ubicado en Mariano Acosta partido de Merlo, permite dilucidar la importancia que representa Proyecto La Estrella para la comunidad que habita el territorio. El barrio carece de servicios esenciales como cloacas, gas natural, agua corriente y en donde las empresas de telefonía no alcanzan a cubrir la señal de comunicación. En cada tormenta o lluvia los accesos al barrio se encuentran abnegados debido a la falta de obras públicas. Así, en un escenario complejo de abandono estatal, exclusión, desigualdad e incertidumbre, PLE inició su intervención en el territorio cuando transcurría el año 2011.

La coordinación territorial estuvo enmarcada desde un inicio en reconocer a los integrantes de la comunidad como sujetos de derechos, incorporando activamente el tejido social al proyecto: niños, niñas, adolescentes, jóvenes, referentes barriales y vecinxs. Cada unx de ellxs posee un gran potencial transformador, son portadores de cultura, le otorgan identidad al barrio, conocen su historia e intervienen en el espacio con su modo de resolver, sentir, percibir y expresar. Fueron los principales aliados para el crecimiento y fortalecimiento del proyecto: decidiendo qué talleres dictar, cómo, quiénes serían los talleristas, invitando a nuevos integrantes, estableciendo lazos con barrios aledaños como La Castellana, impulsando actividades abiertas a toda la comunidad a través de ferias americanas y de platos, multiplicando así los espacios de encuentro e intercambio.

La transformación social construida desde abajo permitió desplegar las potencialidades de cada integrante del Proyecto La Estrella no sólo en lo individual sino también en lo colectivo, tal es el caso del taller de corte y confección que pudo ofrecer la oportunidad de elaborar sus propias prendas o inclusive

ofrecer la posibilidad de un emprendimiento propio a quiénes se capacitaban en ese espacio de aprendizaje. En el taller de hip hop, los y las jóvenes lograron desplegar su creatividad relatando en canciones sus experiencias de vida. Fueron quiénes alentaron a su propia familia para formar parte del Proyecto La Estrella, porque lo sienten como una pieza fundamental del barrio. Por su parte, muchas mujeres trabajadoras pudieron encontrar un ámbito colectivo en donde expresarse, compartir aprendizajes y experiencias enriquecedoras como el taller de género. En relación a los niños, niñas y adolescentes, hallaron un lugar de contención y de encuentro con sus pares, desarrollando su aspecto lúdico con los talleres de dibujo, reciclado y reggaetón.

Cada una de las acciones desplegadas estuvo acompañada por más proyectos que permitieron establecer vínculos con otras organizaciones e instituciones sociales y culturales. Así lograron visibilizar la tarea realizada por PLE, participando de exposiciones, conferencias y charlas, desterrando estereotipos estigmatizantes que sólo agudizan la polarización y desigualdad social. Los jóvenes diariamente con el trabajo en territorio cuestionan y se rebelan contra dichas estructuras que cercenan sus derechos, reivindicando la organización colectiva como una herramienta en la conquista de derechos.

CLICK

Fueron diez años a todo amor y el motor fuiste vos. Desde nuestro querido proyecto queremos agradecer tu ayuda como voluntarixs, socixs, fotógrafxs, artistas, talleristas, coordinadorxs, facilitadorxs, gestorxs y a todxs aquellxs personas que se acercaron a darnos una mano donando tiempo y recursos, para empujar esta gran iniciativa, un proyecto de arte, un proyecto social, un proyecto político.

Proyecto La Estrella (2011/2021)

Instituciones/Grupos

Academia Nacional de Bellas Artes Archivo de la Memoria Trans Argentin Banco Hipotecario

Bomberos Voluntarios, Mariano Acosta

Casa Nacional del Bicentenario

Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti Centro Cultural Kirchner Centro Cultural Recoleta Centro Universitario Vicente López Club de Leones, Mariano Acosta Comedor “Las Estrellitas”

Constructores de Fuego Cooperativa Mariano Acosta Cultura Imaginada

Dirección de Derechos Humanos Merlo

El Flasherito

Escuela 59, barrio La Estrella Festival de la Luz Fundacion Lebensohn Fundación OSDE Fundación PH15 Fundación SI Fundación Williams Jóvenes y Memoria Kuwait pinturas

La Casa de los Músicos, Merlo La Conu

Ministerio de Cultura de la Nación

Ministerio de Desarrollo de la Comunidad de la Provincia de Buenos Aires

Ministerio de Desarrollo Social de la Nación Municipalidad de Merlo Periódica Grupo de Gestión Pinturería Villa Posse

Poesía Guerrera

21

Puntos de Cultura Secretaria de Derechos Humanos de la Nación Sociedad de Fomento, barrio La Estrella

Subsecretaría de Juventudes, Merlo Suteba Merlo

Taller de Cerámica MUYU

Universidad del Museo Social Argentino Universidad Maimonides

Universidad Nacional de las Artes

Proa

Personas

Adela López

Agustín Blas

Alejandra Bocquel

Alejandra Portela Alejandro Lento Alejandro Núñez

Alexis Lazarte

Aluhe López

Anahí Desidere

Analia Peronja Andrea Fasani Andrea Trotta

Andrés Labake

Anto Aply

Bárbara Grabinski

Beatriz Gallo Brenda Zacarias

Catalina León

Cecilia Estalles Alarcón Cintia Flores

Cintia Salinas Ciro Claudia Petito Claudia Torchio Claudia Toro Cristina

Cristina Coll Daniela Muttis

Dar David Osiris Gómez Diego Perrota Dinorah Corbo Dolores Franza Dolores May Eduardo Alcaraz Emilio Reato

Esther Nazarian Eva Dolard

Facundo Alancay

Fátima Do Santo

Félix Torres

Fernanda Pinta Fiore

Florencia Álvarez Guardo Florencia Fernández Frank Florencia Levy

Florencia Walter

Florido Estanislao Gabriel Baggio Gabriela Bardo

Gabriela Gabiota García Gabriela Larrañaga Gabriela Messuti Gabriela Pino Georgina Gabucci Gisela Marconi Giulia Cilla Gladys Caliva Graciela Taquini Horacio Luczkow Hugo Luna Hugo Viviani

Huilen Vallejos Ioshua

Isumi Jenny Jessy Sal

Jimena Totto Jorge Salas Jorgelina Báez Aquino Josefina Francia Juan Cruz Juan Grande Juan Mazzarello Julia Masvernat

Juliana Rosales

Julieta

Karina Foa

Laura Trinidad Leila Tschopp

Leo Estol Leonardo Massenga Lilian Berti Lino Divas Lorena Bossio Lucila Cátala Luis Sánchez

Lujan Funes

Luz Marchio

Madeleine Wolff

Marcela Ahumada Marcela Andino

Marcela Maidana Marcela Puga

Marcelo Pelissier Marcos Luczkow

María María Antolini

María Gnecco

María José Estigarribia

María Victoria Oliva

Mariana Fleitas

Mariano Dal Verme

Mariela Yeregui

Marina De Caro Mario León

Matías Cerezo

Matías Danna Max Gómez Canle

Mayra Serena Mel Gonzales Melody López

Mía Díaz

Miguel Buenaventura

Mónica García Mónica Rojas

Mónica Sarubi Myriam Martínez Nahuel “Pitu” Sánchez Natalia Abaurrea Natalia Rizzo Natalia Sáenz Valiente Nicolás Ibarra Nora Godoy

Norberto José Martínez Ñañu

Omar Panosetti

Pablo Insaurralde Pablo Martin Pablo Ruchansky Pablo Tersise

Paola Leguizamón

Patricia Alves Patricia Forneron Patricia Franceschini

Patricio Larrambedere Paula Domenech Paula Viturro Raquel Landaida Raúl Pérez

Richar de Itati

Roberto Echen

Roberto Rey

Romina Flores Santiago Iturralde Sara Blanco

Sergio Bonzón Sergio Difavio Sergio Lamanna Sergio Luczkow Sergio Massuco Shakti Avattar León Silvia Sorgoni

Silvina Schenone

Soledad Tello

Sonia Neuburger

Stiggie

Susana Bárbara

Teresa Treppo

Toia Bonino

Vanesa Piny

Vanesa Vera

Verónica Kaplansky

Verónica Romano

Violeta Cincioni

Virginia Buitrón

Viviana Ramos Di Tomazo Walter Álvarez

Yamel Najle

Yeny Fleitas

Zaida Abram

Entre otros

COORDINACIÓN GENERAL

Fundación Lebensohn:

Verónica Kaplansky

Mercedes Córdova

Luz Marchio

Silvia Sorvoni

DISEÑO GRÁFICO

Ohlasser

EDICIÓN DE CONTENIDOS

Patricia Forneron

VIDEO

Conurbana Audiovisual

EDICIÓN

Luis Juárez

REGISTRO FOTOGRÁFICOS

Alejandro Nuñez

Daniela Muttis

Hugo Viviani

Marcos Luczkow

Maria Jose

Miguel Buenaventura

Mónica Rojas

Nahuel Sanchez

Nicolas Ibarra

Patricia Forneron Richar de Itati

AGRADECIMIENTO ESPECIAL

Museo de Arte Moderno de Buenos Aires

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