
9 minute read
TRANSPORTE POR BANDA El rascador en los transportadores de banda
EL RASCADOR EN LOS TRANSPORTADORES DE BANDA
Eduard Sánchez, gerente de IC Iberconveyor
Advertisement
Invertir en un rascador de calidad es la major manera de garantizar una manutención professional.
El rascador de banda es un componente esencial para conseguir una limpieza óptima de la banda transportadora. A lo largo de los años, los rascadores de banda han evolucionado, ganando en eficacia, cuidado de la banda y durabilidad. Existen muchos modelos que se adaptan a cada tipo de aplicación, con posiciones primarias o secundarias, distintos tipos de accionamiento e incluso con sistemas de desactivación temporal, para una mayor facilidad de mantenimiento en las paradas, limpiezas o cambios de banda. Los rascadores de banda constituyen en sí mismos una especialidad y, por lo tanto, requieren de la asistencia de personal cualificado, tanto en la prescripción como en el posicionamiento y el ajuste final. Con frecuencia son sensibles a la estabilidad de la banda y a las variaciones de tensión, así como al estado de los componentes adyacentes (tambor motriz, de inflexión, etc.). Por este motivo es aconsejable dejarse asesorar por empresas que se dediquen fundamentalmente a este trabajo. La comercialización de
Se considera que un rascador es un producto de calidad si es capaz de funcionar eficientemente y de manera uniforme a largo plazo, con un mantenimiento mínimo. Cuando se trabaja con rascadores de calidad, un único rascador por descarga debería ser suficiente en un 90% de los casos. La presencia de tres o más rascadores en una tolva de descarga debería alertar sobre el enfoque y la calidad del sistema de limpieza contratado
multitud de distintos tipos de rascadores por empresas de mantenimiento en general ha generado con frecuencia resultados o experiencias poco positivas, que han creado un estado de rechazo ante este sistema tan necesario.
De conversaciones con operadores de diferentes plantas de áridos y minerales, se advierte la creencia de que la presencia de polvo en estas instalaciones es un condicionante inevitable, que los rascadores dañan las bandas y que resulta más prudente instalar un rascador sencillo y económico "que no limpie tanto, pero que cuide más la banda". Éste es el gran error que se debe evitar. Un rascador que no limpia lo suficiente es un rascador que deja pasar el material. Cuando pasa el material entre el rascador y la banda se produce el conocido "efecto lija", que desgasta rápidamente la banda y reduce la vida útil de las rasquetas. El material pasante se va acumulando por todo el tramo de retorno, generando acumulaciones de material en el suelo y un alto nivel de polvo en el entorno de la planta. La suciedad de la banda se acumula también sobre el resto de los componentes del transportador, como los rodillos, que se bloquean y generan descentrados en la banda debido a las fricciones asimétricas en ambos tramos, portante y de retorno. Los descentrados provocan a su vez cargas de material con desbordes en las transferencias y se genera un círculo vicioso que deriva en un entorno de trabajo pulverulento, poco seguro y con unos altos gastos de mantenimiento. Por lo tanto, se debe invertir en un sistema de limpieza de bandas de calidad, a la medida de cada proceso y según las necesidades de cada cinta.
Conseguir una buena calidad de la limpieza requiere también de la comprensión de las necesidades básicas que permiten el buen funcionamiento de un rascador. En función de la aplicación, un buen profesional aconsejará sobre los condicionantes esenciales: el estado del tambor motriz, con un recubrimiento en buen estado que facilite el apoyo uniforme y estable de las rasquetas, un tambor de inflexión liso (si existe) y correctamente revestido y un rodillo de presión en contacto con el lado inferior de la banda, cuando no se dispone de tambor de inflexión, o cuando las vibraciones de la banda así lo requieren.
Es también muy importante concienciar sobre la necesidad de vulcanizar los empalmes en caliente. Los tapajuntas o parches en tira que se suelen utilizar como cierre de los empalmes en frío no son una solución adecuada si uno se preocupa por una manutención exigente de la banda. Si se opta por un empalme en frío, existen sistemas de cierre de calidad alternativos, que no suponen un problema para la limpieza de las bandas. Igualmente, la instalación adecuada de un parche de reparación no debe constituir ningún problema para el funcionamiento satisfactorio del rascador.
Se considera que un rascador es un producto de calidad si es capaz de funcionar eficientemente y de manera uniforme a largo plazo, con un mantenimiento mínimo. Cuando se trabaja con rascadores de calidad,

Rascador Belle Banne con sistema de desactivado manual.

Cinta transportadora con rascador primario Belle Banne en el transporte de yeso en una central térmica.
Cuando se trabaja con rascadores secundarios se debe tener en cuenta la dureza del recubrimiento de los rodillos de inflexión, especialmente cuando se opera con materiales húmedos y adherentes. Por costumbre, por fácil disponibilidad del material o por desconocimiento, algunos vulcanizadores suelen engomar todos los tambores de inflexión con el mismo caucho antiabrasión
un único rascador por descarga debería ser suficiente en un 90% de los casos. La presencia de tres o más rascadores en una tolva de descarga debería alertar sobre el enfoque y la calidad del sistema de limpieza contratado.
Cada tipo de rascador tiene su utilidad y sus ventajas y no parece acertada, por lo tanto, la idea ampliamente extendida de que un rascador primario es el que limpia lo más grueso y el secundario es el que consigue un buen acabado de la banda. Obviamente, si un rascador no es capaz de conseguir una buena limpieza por sí solo, el segundo minimizará el problema, pero lo más apropiado es adquirir rascadores que por su calidad y eficacia sean capaces de conseguir el objetivo de manera individual. Se puede instalar un rascador frontalmente al tambor de accionamiento {posición primaria) o a la salida de éste (tramo inferior o posición secundaria). Se utilizará uno u otro tipo de rascador según las circunstancias de cada transportador. Cuando se trabaja sobre el tambor de descarga, la acción del rascador es más agresiva, al actuar éste sobre una base sólida que no cede a la presión. Como se ha dicho anteriormente, la superficie del tambor deberá estar en buen estado, preferentemente recubierto de caucho y sin deformaciones; de existir conicidad, deberá ser limitada. La gran ventaja de la posición primaria es que, estando la banda y el tambor en buen estado, la estabilidad de la banda es excelente y por lo tanto la efectividad del rascador es muy alta. Otra gran virtud de estos sistemas es el menor espacio que ocupan, siendo adecuadas en tolvas de dimensiones reducidas o principalmente en transferencias a 90º con poca altura. No se debe caer en el error de pensar que los rascadores frontales son peligrosos. Si las condiciones del transportador son correctas y la instalación del rascador se realiza con el posicionamiento adecuado, representan una solución muy acertada.
Las posiciones secundarias permiten absorber mejor los defectos e irregularidades de la banda y resultan menos agresivas, pero para conseguir un buen rendimiento es imprescindible controlar la estabilidad de la banda en la zona de rascado, ya que las vibraciones disminuyen la efectividad del rascador. Para conseguir esta estabilidad es importante controlar las tensiones y las distancias entre los rodillos adyacentes; se debe tratar con mucho cuidado el recubrimiento del tambor motriz o del rodillo de inflexión. Por ejemplo, los rodillos de inflexión de varillas (también llamados de jaula de ardilla) provocan una vibración exagerada de la banda que impide el correcto funcionamiento de los rascadores secundarios. A falta de un tambor de inflexión, se puede obtener la misma estabilidad mediante el uso de un rodillo de presión.
Cuando se trabaja con rascadores secundarios se debe tener en cuenta la dureza del recubrimiento de los rodillos de inflexión, especialmente cuando se opera con materiales húmedos y adherentes. Por costumbre, por fácil disponibilidad del material o por desconocimiento, algunos vulcanizadores suelen engomar todos los tambores de inflexión con el mismo caucho antiabrasión.
Sin embargo, la dureza y el espesor del caucho dependerá de la tensión de la banda y de la carga que soporte dicho tambor. Una goma de baja dureza reducirá la acumulación de material apelmazado en el tambor de inflexión, contribuyendo a una mayor estabilidad de la banda, que puede ser la clave para un buen rendimiento del rascador secundario. lberconveyor ofrece una lista de

Rascador Belle Banne en posición secundaria. Se considera que un rascador es un producto de calidad si es capaz de funcionar eficientemente y de manera uniforme a largo plazo.

durezas y espesores recomendados para tambores de inflexión.
Las posiciones secundarias deben tener muy en cuenta la capacidad de evacuación del material rascado. La poca inclinación del tolvín de recogida, justo detrás del rascador secundario, puede generar acumulaciones de material y el desborde. El material utilizado para la fabricación de las láminas rascadoras o rasquetas del sistema de limpieza puede ser diverso. Sin entrar en un estudio detallado del sistema de limpieza, cuyo propósito escapa a las intenciones de este artículo, hay que remarcar que los rascadores provistos de rasquetas independientes de aleación de acero al carburo garantizan la misma calidad de limpieza a lo largo de su vida útil y permiten un reglaje más afinado y efectivo. Para ello, deben contar también con sistemas de amortiguación y ajuste independientes que permitan realizar el trabajo de limpieza eficazmente.
En algunos países, con un uso generalizado de las grapas metálicas y un mantenimiento de la banda transportadora más tosco, se comercializan otro tipo de rascadores con rasquetas de poliuretano, que admiten un cierto grado de limpieza con este tipo de unión metálica. En un mercado europeo más exigente, con un mantenimiento preventivo que no espera a la rotura de la banda y donde la inmensa mayoría de las uniones se realizan mediante vulcanización en caliente o con empalmes en frio de calidad, el uso de rascadores con rasquetas plásticas es minoritario o limitado a las aplicaciones más sencillas.
Finalmente se recomienda no conformarse nunca con unos resultados de limpieza poco exigentes. Si después de una revisión y un ajuste adecuado del rascador, el resultado no es el deseado, se deberá consultar con el especialista, quien indicará si se necesitan cambios en la transferencia que mejoren la estabilidad de la banda o si simplemente el equipo de limpieza escogido pueda no ser el más adecuado para la aplicación. Ciertamente existen materiales más difíciles de limpiar que otros, pero no conviene ir añadiendo rascadores sin analizar bien cada transferencia. Cada rascador adicional instalado que deja pasar material es un origen adicional de efecto lija y una de las primeras causas de daños en las bandas; el rascador más agresivo no es el que genera más presión, sino el de menor rendimiento a lo largo del tiempo.
Invertir en un rascador de calidad es la mejor manera de garantizar una manutención profesional de los sistemas de transporte de materiales a granel y pocos dispositivos disponen de un retorno a la inversion más rápido.