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Fallece José Manuel Guerrero, socio fundador de Rollier
El pasado mes de febrero D. José Manuel Guerrero Menéndez falleció a los 56 años de edad a consecuencia de un ataque cardiaco con posteriores complicaciones.
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Fue toda una vida dedicada a las instalaciones y maquinaria de tratamiento de áridos, primero en Norberg (hoy Metso), en Acciona, Urbar Ingenieros y, finalmente, como socio fundador en la empresa Rollivibra, S.L., conocida en el sector como Rollier.
Muchas canteras y graveras de este país tienen la impronta de su forma de concebir estos procesos y, para muchos de nosotros es fácil percibir en ellas su mano. Y desde luego no
José Manuel Guerrero en una de las últimas ferias internacionales a las que asistió.
solamente su mano sino que también su espíritu, porque fueron su vida.
Desde muy joven, estudiando en la Escuela de Diseño Industrial, soñaba con “hacer máquinas e instalaciones que funcionen”, según repetía a menudo dándole vueltas a cómo conseguir este sueño.
Y ahí está el resultado de su trabajo, funcionando por toda la geografía española y parte del extranjero. Son esas instalaciones en sí mismas un tributo a José Manuel y un testimonio de lo que fue capaz de llevar a cabo gracias a su capacidad e inteligencia y, sobre todo, a su entusiasmo.
Es reseñable el entusiasmo que puso, junto con sus socios, en crear la empresa Rollivibra. La felicidad que se reflejaba en sus ojos cuando vio impreso por primera vez en una máquina el logo que tenía en la cabeza desde mucho antes de crear la empresa, hace ya más de 20 años.
Desde muy joven, estudiando en la Escuela de Diseño Industrial, soñaba con “hacer máquinas e instalaciones que funcionen”, según repetía a menudo dándole vueltas a cómo conseguir este sueño Es reseñable el entusiasmo que puso, junto con sus socios, en crear la empresa Rollivibra. La felicidad que se reflejaba en sus ojos cuando vio impreso por primera vez en una máquina el logo que tenía en la cabeza desde mucho antes de crear la empresa, hace ya más de 20 años
Se ha ido, además de un referente de nuestro sector, una persona muy querida en su entorno, de carácter fuerte, pero siempre justo y dispuesto a ayudar a quien lo necesitara.
Una persona para quién su familia y su trabajo eran lo primero, un hombre de los pies a la cabeza, sin más.
Nos queda el recuerdo de ese entusiasmo suyo que nos contagió y nos ayuda a ser cada vez mejores, como profesionales y como personas.
Y, como él solía decir, “no hay nadie imprescindible”, aunque somos muchos los que le echamos de menos.
José Manuel, Descansa en Paz.
