Bien Común 262

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PAPELES DE INVESTIGACIÓN

como un termómetro que se usa para saber qué tan organizado está el PRI y medir si ganará o no la elección presidencial. El PRI se organiza en el Estado de México a través de su Comité Ejecutivo Nacional, el cual concentra varios recursos organizativos, pero dejando cierto grado de autonomía a los comités directivos en los estados y sus principales órganos deliberativos refrendando su compromiso con el federalismo en donde los recursos y responsabilidades se distribuyen de manera equilibrada. El programa de acción señala lo siguiente: “El PRI integra el conjunto de propuestas de nuestros militantes y dirigentes de su vasta estructura territorial a través de su vasta estructura territorial a través de nuestros sectores, Agrario, Obrero y Popular, de las organizaciones nacionales de Mujeres y Jóvenes y del Movimiento Territorial, de sus organismos especializados, la Fundación Colosio, el ICADEP y la Unidad Revolucionaria de Gobernadores, Legisladores Federales y Estatales, Presidentes Municipales, Síndicos y Regidores” (PRI, 2011). 84

La organización priista en el Estado de México se caracteriza por ser de tipo dual. En uno de sus polos se ubica la presencia del CEN, la dirigencia nacional y la élite política interactuando y en el otro, la estructura territorial que llega hasta el espacio electoral más pequeño que son las secciones cuyo funcionamiento se posibilita por el trabajo de sus sectores que tradicionalmente han acompañado al partido: los sectores obrero, campesino y popular, cada uno con sus respectivas organizaciones. El modelo de la estructura mexiquense es de gran valor para el partido, por ejemplo podemos mencionar que tras el fracaso electoral de 1997 en las elecciones intermedias federales, la dirigencia se planteó renovar al partido mediante una campaña de reafiliación, con mayor capacitación de cuadros, el fortalecimiento de la lealtad y la disciplina, la regionalización de la actividad partidista y una mayor comunicación con los medios con la finalidad de dar la imagen de un partido renovado, democrático e influyente, lo cual, lo hizo replicando la estructura del Estado de México permitiendo al partido recuperarse electoralmente. El desempeño del partido en el proceso electoral presidencial 2011 – 2012 fue una muestra de buen engranaje de su estructura. Contó con el apoyo de 516 mil 433 afiliados,

que representaron un 40% más de los del PRD y 70% más que los del pan y operó en dos vertientes: por un lado con un aparato costoso de publicidad en medios de comunicación y por otro con una enorme estructura territorial. Los integrantes de esa estructura trabajaron durante seis meses antes de la elección, realizando encuestas de opinión y sondeos para conocer las necesidades y demandas de la población de cada colonia y después de realizar un diagnóstico, dividieron las zonas entre las que consideraban como bastiones seguros y en las que había mayor competencia con el PAN y el PRD. En las zonas seleccionadas reclutó a mujeres que hicieran las veces de líderes de manzana, quienes invitaban a sus vecinas, amigas y familiares a votar por el partido a cambio de algunos estímulos. Los estímulos consistieron en la canalización de una demanda de servicio, el ingreso al padrón de algún programa social, apoyo económico o materiales para la mejora de vivienda. La organización partidista tejió una amplia red de clientelas identificando las zonas que requerían más trabajo. Se sumaron grupos jóvenes para realizar propaganda con la gente de a pie logrando un efecto significativo en los cierres de campaña y otras movilizaciones sociales para apoyar a los candidatos.


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