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nota de tapa
critica de la argentina
Viernes 27 de junio de 2008
PRESIDENCIA DE LA NACIÓN
kirchner cita al
Perón, Ayer pidió más “rapidez” para resolver el conflicto con el campo. Criticó la frase que aconseja ir “en su medida y armoniosamente”. Cierre. La Presidenta, a última hora, cerró el acuerdo con los aceiteros. A su derecha, los ministros Fernández, Randazzo y el secretario Guillermo Moreno.
CRISTINA CON LAS GRANDES EXPORTADORAS DE ACEITE
El acuerdo sale con fritas
En la Rosada recibió a las empresas cuestionadas por los dirigentes del campo. Las acusan de ser beneficiarias de la política del Gobierno. Acordaron el precio de venta al consumidor.
E
l Gobierno y el sector aceitero rubricaron un acuerdo de precio de venta al consumidor para frenar los aumentos desmedidos –que en los últimos dos meses llegaron a ser de hasta un 50%– y normalizar el abastecimiento. El convenio firmado por el ministro de Economía, Carlos Fernández, y las principales empresas aceiteras, durante un encuentro con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, alcanza a los aceited de soja, de girasol y mezcla. El precio de salida de fábrica de estos productos se calculará sobre la base del incremento del 10,4% a las tarifas de noviembre de 2006, menos las bonificaciones de volúmenes de adquisición, condiciones de pago y otras prácticas de mercado que hayan sido obtenidas en
2007. A esa cifra en puerta de fábrica, se deberá agregar un 10% más IVA para obtener el precio al consumidor, que figurará junto a una etiqueta que deberá decir: “Precio para la venta en supermercados e hipermercados”. Como contrapartida, el Gobierno se compromete a efectuar un seguimiento de la cadena de producción y comercialización del sector para garantizar que se cumpla el acuerdo suscrito. Firmaron el convenio las empresas Asociación Cooperativas Argentinas, Bunge, Cargill, LCD, Oleaginosa Moreno, Molinos Cañuelas, Aceitera General Deheza, Molinos Río de la Plata, Nidera, Vicentín y Tanoni. La Presidenta señaló que, “después de arduas negociaciones, llegamos a un acuerdo racional para
todos”. “Eliminamos las compensaciones que el Estado pagaba al sector, y que, a fuerza de ser sincera, no me parecían justas porque las merecen otros sectores que tienen mayor aporte al mercado interno”, evaluó la Presidenta. El rubro aceitero exporta casi el 95% de su producción. De esta manera, se intenta cerrar un capítulo que le traía reiterados dolores de cabeza al Gobierno por ser el aceite un componente clave de la canasta básica. Con las empresas la relación estaba en un punto de tirantez. La cadena minorista se quejaba de la falta de producto desde hace varios meses, y los consumidores, de los reiterados ajustes de precios. Hace dos días, Molinos Río de la Plata y Aceitera General Deheza habían entregado a supermercados chinos
una nueva lista con incrementos de hasta un 20 por ciento. Este comportamiento tenía un trasfondo. El organismo que se ocupa de pagar subsidios al sector alimentario, el ONCCA, había frenado el pago de compensaciones para que supuestamente mantuvieran congelados sus precios. Informó que, en cambio, por un mal cálculo y otras diferencias, las aceiteras eran las que le debían alrededor de $130 millones al Estado. De esa cifra, los principales deudores –que se negaron a devolver esa cifra– pasaron a ser Molinos Río de la Plata y Aceitera General Deheza. Esta última firma estaba aún más en el centro de la tormenta por ser propiedad del senador peronista Roberto Urquía, crítico del esquema de retenciones móviles. l
cobos y sus reuniones con de angeli, llambías y bergoglio
Los Kirchner los critican y el vice los recibe E l vicepresidente sigue elevando su perfil y, aunque no lo admite, está cada vez más lejos de la Casa Rosada. Ayer avanzó con la agenda que irrita al matrimonio Kirchner. Se reunió con el principal exponente de la protesta agropecuaria, Alfredo De Angeli, y con el titular de las CRA, Mario Llambías. De postre, se anotó para la semana que viene una cita con el cardenal Jorge Bergoglio, uno de los principales rivales del Gobierno ante los ojos K. “Buscamos una solución al conflicto”, justifica Cobos. Jornada completa. Al mediodía, después de participar de la apertura de un foro sobre Educación Superior, abrió las puertas de su despacho a un grupo de siete agricultores autoconvocados de Córdoba que llegaron escoltados por De Angeli, para exponerle sus inquietudes sobre la discusión parlamentaria.
“Cobos está muy preocupado por lo que pueda llegar a suceder si no hay una respuesta clara para los pequeños y medianos productores”, afirmó Néstor Quesada, uno de los productores que participaron en el encuentro. Además de reunirse con él, De Angeli ofició de defensor público del vicepresidente. El ruralista le respondió a Daniel Scioli, que el día anterior había calificado a Cobos de “oportunista”. “No es oportunista, es oportuno. El inoportuno es el señor gobernador que no está dedicado a buscar soluciones, como sí lo está haciendo Cobos”, dijo De Angeli. Después del café agropecuario, Cobos recibió un llamado de la Conferencia Episcopal Argentina en el que le confirmaron que el próximo 1 de julio lo visitará en el Senado el cardenal Bergoglio para hablar “del diálogo nacional”. La tarde vicepresidencial siguió con
Llambías, quien hizo un repaso sobre las conversaciones que las organizaciones del campo mantuvieron en la jornada con los diputados de la oposición. Después recibió a la diputada de su espacio, Laura Montero. Avanzaron en un proyecto alternativo al del Ejecutivo: prevé un límite del 39% en las retenciones para pequeños productores. En medio de esa conversación, apareció Felipe Solá. El ex gobernador está dedicado a sumar diputados al club de los que reclaman modificaciones en la resolución 125. Cobos y Solá contaron porotos: sumaron “casi cuarenta”. La jugada del vicepresidente no es solitaria. Lo acompaña casi todo el radicalismo K. “Si el Gobierno cree que somos opositores, lo lamento por ellos”, dijo a Crítica de la Argentina el radical K Mario Meoni. l
N
éstor Kirchner insinúa cada vez más seguido que Juan Domingo Perón se equivocó. El ex presidente de la Nación comienza a discutirle a la historia y pretende encarnar una reelectura del peronismo. Ayer, el presidente del Partido Justicialista volvió a citar a Perón en un acto en La Bancaria junto al gremialista inoxidable Juan José Zanola. Ante un auditorio fervorosamente pejotista, el santacruceño citó al fundador del movimiento varias veces y se animó incluso a criticarlo: “Con todo respeto por el General, él decía ‘todo en su medida y armoniosamente’, pero eso era en otro momento, lo dijo hace 34 años; ahora nosotros decimos a veces hay que hacer un país donde nos sintamos integrados a la rapidez que los tiempos indican”. Más tarde, Kirchner volvió sobre sus pasos para criticar al fundador del movimiento. “La frase de Perón la dijo en el 74, y después les fue mal a los trabajadores”, recordó. Desde el inicio del conflicto con el campo, Kirchner se recostó sobre la estructura del PJ, se adentró en la doctrina partidaria y comenzó a repasar los textos fundantes del justicialismo. Cada vez con mayor frecuencia, Kirchner afirma que el país atraviesa un momento histórico y da a entender que, como representante de los “intereses populares”, no puede ceder. Por eso, despotrica contra la “oligarquía” como no lo había hecho nunca antes. Ayer, en La Bancaria, les habló a los sectores medios: “Es fundamental que la clase media sepa qué es lo que está pasando porque no es la oligarquía su aliado; la clase media está ligada a la clase trabajadora, juntas conforman la construcción del campo nacional”. Con cierta diplomacia, el santacruceño sugiere que el líder no tuvo la valentía ni el coraje necesarios en algunas instancias decisivas. Ayer habló de 1974. Pero no es la primera vez que Kirchner discute la actuación de Perón. En la ronda de consultas con dirigentes oficialistas, cuestionó la decisión que adoptó el General en 1955 cuando se negó a enfrentar el golpe militar de Eduardo Lonardi e