facultad de Derecho, y justo al fondo, en uno de los salones vacíos me encontraba hablando con el amor de mi vida. Ella es Janet Gales, sonará a cliché, pero es la niña bonita de mi clase, bastante popular y adinerada, sin embargo, lo que verdaderamente importa es su dulce voz, la profunda mirada de sus ojos negros, la forma en que juega con su cabello cuando está aburrida, y su piel blanca como la crema, ¿Cómo no gustarme?, y por el otro lado estoy yo, Frank Rod, un sujeto delgado, bajo, con el cabello largo y desordenado, blanco, de 19 años, con ideas bastante fuera de lo común, sin un centavo (Bueno, si tengo un centavo, pero es para pagar el autobús de regreso a casa), y soy vocalista de una banda de rock alternativo, ¿Cómo no gustarle? … En fin, allí estábamos sentados uno cerca del otro, y aunque la tensión me ahogaba, primero porque que estaba a punto de revelarle mis sentimientos y segundo porque estaba a menos de un segundo de que mi vida cambiara con su grandiosa respuesta, no lo dudé y dejé que mis palabras saltaran como Neil Armstrong saltando del Apolo 11 para pisar suelo lunar… -
Janet, me gustas mucho. Dije tembloroso y mirándola fijamente.
Ella me observa un tanto sonrojada, y de pronto sus labios se mueven para decir: - Ay, qué lindo eres Frank, pero es que te quiero como un amigo. Respondió con sinceridad y dejando un enorme eco que repetía: te quiero como un amigo, te quiero como un amigo, te quiero como un amigo.
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