MÁQUINA DE MOVIMIENTO CONTINUO Antonio Loranca, 1857. Máquina que deberá moverse por su propia virtud sin necesidad de ninguna potencia extraña; su potencia podrá ser la que se quiera. El eje general descansa en cuatro columnas, en cuyos pares de ellas hay un cigüeñal sujeto a dos grandes pesos, mismo que da vuelta constantemente al ser impulsado por el ascenso y descenso inverso de dichos pesos.
212 H A C I A L A I N D E P E N D E N C I A T E C N O L Ó G I C A
SIGLO XIX