Neuropsicologia Infantil, Evaluación e intervención en los trastornos neuroevolutivos

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Neuropsicología infantil

llena las fisuras en la estructura celular causadas por la lesión. Los astrocitos cumplen también una función de fagocitosis, eliminando el tejido destruido y limpiando la zona de la le­ sión. El astrocitoma, un tipo de neoplasia primaria que con fre­ cuencia se reproduce después de su intervención quirúrgica, es el segundo tipo de tumor cerebral más frecuente en adultos (Hunter & cois., 2005). Aunque en raras ocasiones, los astrocitomas también pueden ocurrir en niños. En la infancia, los astrocitomas suelen aparecer en el ce­ rebelo y en el tronco del encéfalo. Estos tumores se encuen­ tran por igual en varones y mujeres. Aunque los astrocitomas pueden manifestarse en cualquier edad, la incidencia mayor tiene lugar entre los cinco y los nueve años (Hunter «fe cois., 2005). Los oligodendrogliocitos forman y mantienen la vaina de mielina, y si se lesionan aumentan de tamaño. Los tumo­ res rara vez afectan a los oligodendrogliocitos. Cuando esto ocurre, se desarrollan despacio y se localizan principalmente en la corteza y en la sustancia blanca. Mientras que un 40-60 % de dichos tumores se pueden detectar mediante radiografías craneales después de que se hayan calcificado (Cohén «fe Duggner, 1994), la gammagrafía cerebral, la angiografía y la tomografía axial computarizada son útiles en la fase de diag­ nóstico de los procesos tumorales. Por último, los microgliocitos se encuentran predomi­ nantemente en la sustancia gris (Carlson, 2007). Después de una enfermedad o una lesión, los microgliocitos proliferan, se desplazan al lugar de la lesión y realizan una función de fagocitosis limpiando el tejido dañado. Los tumores rara vez afectan a los microgliocitos. Estas células se desarrollan a un ritmo diferente depen­ diendo de su localización en el encéfalo, las experiencias del bebé y la programación genética. Para entender los proble­ mas que pueden tener los niños en su desarrollo, es impor­ tante entender en primer lugar cómo se desarrolla un encéfalo normal. En la siguiente sección se ofrece una panorámica ge­ neral del curso del desarrollo neural.

Médula espinal Las funciones principales de la médula espinal son conectar el cuerpo y el cerebro a través de numerosas neuronas sensi­ tivas y motoras. En la médula espinal se encuentra sustancia gris y sustancia blanca. La sustancia gris se localiza en la región central, interna, de la médula espinal y tiene forma de mariposa, un aspecto grisáceo y está formada por somas celulares. Los axones de las neuronas salen de los segmentos de la médula espinal lla­ mados dermatomas y llegan hasta músculos y órganos. Las órdenes motoras procedentes de centros corticales superiores se transmiten a estas zonas. Los receptores sensitivos conec­ tan con neuronas motoras en la sustancia gris de la médula espinal, mediante intemeuronas. Las intemeuronas se locali­

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zan en la médula espinal y median la conexión entre estímu­ los sensitivos y actividad motora. Otra función de las interneuronas es conectar diferentes segmentos medulares, los cuales controlan grupos musculares distantes. Por ejemplo, las intemeuronas conectan las regiones cervical y lumbar de la médula espinal y así se coordina el movimiento de piernas y miembros superiores al andar. La sustancia blanca rodea la sustancia gris y está compuesta por las vainas de mielina (Brodal, 2004). La médula espinal transmite las señales neurales hacia y desde las regiones corticales superiores, entre las que se in­ cluyen el tronco del encéfalo, el cerebelo y la corteza cere­ bral. La raíz posterior de la médula espinal es de carácter aferente, por ella las fibras sensitivas penetran hasta la sus­ tancia gris, establecen sinapsis con otras neuronas y ascienden a través de vías hasta áreas corticales superiores. Por lo con­ trario, la raíz anterior es de carácter eferente y está compuesta por fibras motoras que transmiten señales motoras desde áreas corticales superiores y las comunican a grupos musculares para que realicen los movimientos. Las fibras nerviosas entran y salen de la médula espinal en segmentos regulares (derma­ tomas) y aportan inervación sensitiva y motora a segmentos corporales específicos. Existen un total de 30 segmentos que inervan la médula espinal: ocho cervicales, doce torácicos, cinco lumbares y cinco sacros (Brodal, 2004). Las lesiones de regiones específicas de la médula espinal producen dis­ funciones sensitivas y motoras que afectan a determinadas zonas del cuerpo. A diferencia del encéfalo, la médula espinal tiene poca di­ versificación o especialización, pero lleva a cabo funciones sensitivas, motoras y de integración. Cuatro de dichas funcio­ nes tienen lugar en la médula espinal: (1) el control de la acti­ vidad refleja, por la cual a un estímulo le sigue una respuesta motora coordinada; (2) el control de la actividad recíproca, por la cual comienza una actividad o se detiene otra (p. ej., activi­ dad excitadora o inhibidora); (3) el control de la actividad de supervisión, por la cual se controlan, codifican y transmiten los mensajes aferentes y (4) el control de actividad de trans­ misión, por la cual los mensajes se transmiten desde y hacia el cerebro a través de la sustancia blanca (Kolb «fe Whishaw, 2003). En resumen, la médula espinal es una de las dos sec­ ciones principales del SNC; la segunda es el encéfalo.

Estructura y función del encéfalo El sistema nervioso se divide en dos sistemas básicos: el sis­ tema nervioso periférico (SNP) y el sistema nervioso cen­ tral (SNC). El SNP está compuesto por los nervios raquídeos, craneales y periféricos, que conectan el SNC con el resto del cuerpo. En la Tabla 2.1 se presenta una relación de los pares craneales y sus funciones. El SNC está totalmente recubierto por hueso, rodeado por membranas protectoras (meninges) y


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Neuropsicologia Infantil, Evaluación e intervención en los trastornos neuroevolutivos by Francisco José Albarracín Suescún - Issuu