Julio, 2010 •
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Opinión EDITORIAL
Nace un nuevo medio En los tiempos que corren, el nacimiento de un nuevo periódico es tan necesario como complicado. A nadie se le escapa la difícil situación económica que estamos padeciendo y esto afecta a la necesidad de financiación de un trabajo periodístico, que nace de la iniciativa privada y sin el patrocinio de ninguna administración pública. La necesidad, antes expuesta, encuentra su justificación en la circunstancia imprescindible en las sociedades, que se consideran democráticas, de ofrecer una pluralidad de medios de comunicación. Con el objetivo de aumentar la oferta informativa en la zona de Villafranca de los Barros, Zafra, Los Santos, La Fuente y Ribera del Fresno, nace La Gaceta Independiente. En un mundo en el que cada vez están más presentes las nuevas tecnologías, el nacimiento de un medio digital, www.gacetaindependiente.es con soporte impreso una vez al mes, cubre informativamente a municipios que suelen estar, por cuestiones lógicas, menos atendidos en los medios informativos nacionales y regionales. El medio digital tiene una actualización diaria de noticias con imágenes, audios y videos donde podrán ver lo que acontece en su municipio. El soporte impreso ofrece informaciones tratadas con mayor profundidad y artículos de opinión, con el objetivo de incitar a nuestros lectores a la reflexión y al análisis. Decir sobre un medio de comunicación que nace con la intención de tratar objetivamente la información, de dar cabida a todas las opiniones y respetar la libertad de expresión, puede parecer una obviedad. En cambio, estas aclaraciones se hacen necesarias porque en la actualidad el mercantilismo empresarial está tan presente en los medios de comunicación que, en algunos casos, están primando los intereses de la empresa por encima del concepto de servicio público. Se trata de un medio en el que se propicia la participación. A través del correo electrónico, principal@gacetaindependiente.es, pueden hacernos llegar sus cartas al director, sus fotografías de viajes curiosos, sus fotos antiguas o cualquier sugerencia. La Gaceta Independiente nace con vocación de servicio público, sin ir en contra de nadie o al lado de alguien, y con la intención de que los ciudadanos se sientan identificados con este medio y lo acojan con agrado. Una sociedad libre necesita estar informada.
Izquierda, democracia y mercado Juan Pedro Viñuela Venimos asistiendo a un deterioro, en las últimas cuatro décadas, de la democracia y el pensamiento de izquierda. La base de la democracia es la pluralidad de ideas que se puedan representar a través de partidos que canalicen el pensamiento de los ciudadanos. Pero lo que viene sucediendo desde la década de los setenta es que una élite ha ocupado el poder y ha desmontado la democracia y la izquierda. Podemos decir que el mundo se ha derechizado y que la democracia se ha restringido. Por su parte la izquierda está próxima a desaparecer. Ha claudicado ante la ideología neoliberal del mercado. Lo que tiene lugar en los años setenta es una crisis de producción del capitalismo que se intenta solucionar a partir de políticas neoliberales: desregulación del mercado laboral, eliminación de impuestos a las rentas del capital y privatización de las empresas del estado y servicios del estado del bienestar. Se tienen que realizar una serie de reformas estructurales, dictadas por el FMI y la OCDE. Y es aquí donde empieza la crisis política de la cual somos herederos en la actual crisis económica. Es una crisis política porque socavó el significado de la izquierda y el de la democracia. Se pensó que las medidas que se proponían eran las únicas que se podían tomar. Esto dio lugar a un pensamiento determinista de la historia (determinismo económico) que dejaba poco margen, hoy deja aún menos, para la actividad política. Había que obedecer a las leyes de la economía
que son las leyes del mercado. El neoliberalismo muestra un pensamiento político de la economía que es la liberalización absoluta del capital; en definitiva, una ideología. Esta idea venció. El segundo momento es la quiebra de los países socialistas. Esto dio la puntilla a la izquierda. Se leyó este acontecimiento, erróneamente, como el fin de la izquierda. Y de ahí surgió la ideología del fin de la historia y la muerte de las ideologías. Pensamiento cuyas consecuencias estamos padeciendo hoy en día. De ahí surge el pensamiento único. Sólo
izquierda se hace pragmática y se acerca al centro diluyendo su pensamiento. Y aquí aparece lo que llamo la izquierda realmente existente, que es la que tiene capacidad de gobernar, pero que no es la izquierda real, sino una derecha más suave y enmascarada. Esto plantea un déficit democrático. La democracia es el dialogo y el debate de ideas. Pero con la muerte de las ideologías, el fin de la historia y una izquierda vacía, a lo que se ha dado paso es al pensamiento único. Los partidos no representan las ideas, sólo se representan a sí mismos y son
existe una manera de gobernar y ése es el modelo de las democracias liberales. Aquí subyace el error político de la izquierda. Ésta renuncia a su programa ético-político y económico y cede al pensamiento neoliberal. La
mecanismos de la lucha por el poder. Su único objetivo es el poder, no la res pública. Y ésta situación está dando paso al nihilismo de la ciudadanía que alimenta al fascismo económico y político.
Burkas Concha Llamazares
Edita: A.R.E. s.l. Dirección y Redacción María del Espino Núñez Diseño y Maquetación José Joaquín González Colaboraciones Miguel Ángel Montanero, Ana Corral, Juan Pedro Viñuela, Concha Llamazares, Antonio Ortiz, Miguel González, Arturo Chaves, Fernando Clemente, Estrella Claver Imprime: Publicaciones del Sur Dirección: Teléfono 653919195 • Fax 924 663 390 • Apartado 296 c/ Miguel Antolín, 8 A - 3º D · 06200 Almendralejo
Cuando pienso en el asunto del burka, se me viene a la cabeza el Mito de la Caverna de Platón. Una teoría que condena a los seres humanos a creer que la realidad es la sombra que la hoguera proyecta en la pared de la cueva, y que por tanto, aquélla le es inaccesible. De manera que todos nosotros, ciudadanos de la aldea global, vivimos con un enorme burka invisible; pero que pesa toneladas sobre nuestras conductas, que orienta nuestros afanes ciegos, y también nuestros prejuicios ignorantes. Así, nos llama la atención que una chica musulmana quiera ponerse en su cabeza un hijab, y no nos rasgamos las vestiduras cuando nuestros hijos inician sus ritos adolescentes de
socialización con vaqueros por debajo del trasero, o con esa gorrita yanky, similar a la de millones de jóvenes en el mundo. Ese signo de poder invisible, y aparentemente frívolo, de los grandes fabricantes de burkas del mundo: La estandarización de usos y culturas, el llamado “pensamiento único”. Y qué decir de la pared de las cuevas actuales: La pantalla de plasma, desde donde pontifican, y hasta mandan a otras hogueras, los gurús del sensacionalismo y el chándal de felpa rosa. Pero tampoco piensen que yo estoy a favor de esa prenda – cárcel. Por eso, le espeté sin cortapisas a un amigo musulmán: “Date una vuelta con uno por la Avenida de La Paz, y
si a los diez minutos no te ha atropellado un coche, luego vienes y me lo defiendes”.