Introducción La cultura de nuestras raíces ha marcado nuestra historia. Nuestros antepasados poseen una riqueza cultural que se manifiesta en la historia de sus pueblos y en la variedad de tradiciones y costumbres que caracterizan ahora nuestra identidad cultural. Estas tradiciones nos dejaron huella de su sabiduría y conocimientos transmitidos de generación en generación a través de diversas formas de enseñanza según la época. Por esto mismo, el reconocimiento de nuestros orígenes debe transformarse en aprendizaje para conservarlo y transmitirlo a las nuevas generaciones con el fin de mantener nuestra esencia como familia, como pueblo y como cultura. Su vestimenta, sus historias y la manera en que ven la vida nos han enseñado que hoy en día mucho de lo que somos es resultado de unas bases fuertes que nuestros antepasados construyeron. Cada detalle transmite la esencia de su pasado y entrega un legado para sus generaciones, lo cual se refleja a través de características u objetos como: las canas, algunas arrugas, una máquina de escribir, cartas e incluso peinados algo extraños. Algunas tradiciones como: la primera comunión, navidad y el día de los muertos se caracterizaban por ser festejadas de una manera muy sencilla, pero con sonrisas gigantes. La celebración de los cumpleaños fueron un claro ejemplo de ello, puesto que con solo un pastel, una mesa y algunos globos era suficiente para celebrar.
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