Revista Migraciones Forzadas 25

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.I×OS TRATADOS TRAUMA Y RESILIENCIA

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La carencia de identidad de víctima en los niños se relacionaba directamente con sus expectativas de llegar a los Estados Unidos. Casi todos los niños estaban altamente motivados a migrar a los Estados Unidos con la esperanza de ganar dinero. Muchos de ellos tenían la obligación de enviar dinero de vuelta a casa para pagar los gastos de su viaje. Por lo regular, el deseo de los niños de obtener dinero no cambia al ser rescatados. Obviamente, los programas de URM reflejan las leyes de Estados Unidos que requieren que los niños vayan a la escuela, definir la edad y las horas que un niño puede trabajar, y requerir un permiso de trabajo. Estas restricciones resultan contrarias a varias de las metas de los niños lo que produce una lucha constante mientras se ajustan a sus nuevas vidas. Estos problemas tienen consecuencias a largo plazo ya que después de tener educación y afecto los niños desean permanecer bajo cuidado. La reticencia de los niños a verse como víctimas contrasta con la percepción de los proveedores de servicio que se refieren a los niños como víctimas, por lo regular debido a que la ley los conceptualiza como tales. Sin embargo, los encargados de seguir los casos hacen énfasis en la resiliencia de los niños y han visto con buenos ojos nuestro uso deliberado de la palabra “sobrevivientes”. Mientras reconocemos la necesidad legal de usar el término “víctima”, terapéuticamente hablando la identidad de la “víctima” puede ser contra producente.

4RAUMA Y TRATAMIENTO El concepto “trauma” es un concepto ambivalente. Un número relativamente pequeño de niños en la muestra encajan en los criterios de “síndrome de estrés post-traumático. Algunos niños no presentaron ningún tipo de perturbación, mientras que otros mostraban síntomas de depresión. Sin duda, la depresión era el diagnóstico más común. Las cuestiones culturales en relación con la expresión apropiada de las emociones son importantes en el tratamiento, pero por lo regular son abordadas de manera incorrecta. Las experiencias de trata de niños y sus consecuencias psicológicas deben ser vistas desde los contextos, cultural, social e histórico de los niños. Sin duda, los cuidadores podrían causar traumas cuando estos contextos no son tomados en cuenta. Para mitigar las consecuencias psicológicas de la trata, a los niños se les ha ofrecido una amplia gama de opciones de tratamiento: terapia individual o de grupo, tutoría por parte de un especialista en tratamiento de tortura, y terapia de baile y danza. Inicialmente varios niños se rehusaban a pedir servicios psicológicos para ellos mismos, pero el equipo del programa fue persistente. Eventualmente, muchos niños estaban en tratamiento. Varios programas claramente querían que todos los niños participaran en terapia y se convencieran acerca de la eficacia del tratamiento. Algunos siguieron los protocolos de sus agencias, así como el uso apropiado de la terapia y el interés y empuje de los niños a participar en las sesiones. Otras decisiones de los programas dependían de la disponibilidad de recursos. En muchas instancias, las decisiones estaban influenciadas por qué servicios estaban disponibles/o podían ser reembolsados. Varios trabajadores sociales reportaron que tomaron una significativa cantidad de tiempo en crear un vínculo con los niños bajo su cuidado, incluso cuando habían sido escogidos por cuidadores lingüística y culturalmente competentes. Además, una vez establecida, la relación era por lo regular más intensa que la típica. Varios de los niños empoderaban a los trabajadores sociales con poderes y conocimiento que no tenían y que no podían tener. El concepto de in loco parentis se exacerbó. El trabajador social tenía que lidiar extraordinariamente con un complicado sistema, incluyendo varios casos con las autoridades

de inmigración, seguridad social y servicios de asistencia pública, así como con abogados de ambos lados, en pro de los niños y los acusadores.

2ECOMENDACIONES Para mejorar la asistencia a los niños supervivientes del tráfico y la trata de humanos es importante: ■ Colocar a los niños bajo cuidado lo antes posible, para obtener la paciencia y una presencia consistente de los cuidadores es necesario crear un vínculo con el niño. ■ Ser flexible: la percepción de los niños acerca de su situación puede resultar difusa frente a la percepción y planes de los proveedores de servicio. ■ Asegurarse de que existan soluciones para casos pequeños y un cuidado constante ■ utilizar terapistas culturalmente competentes, preferiblemente bilingües y biculturales-, los terapistas deben ser capaces de respetar la identidad cultural y personal de sus clientes y reconocer sus fortalezas. ■ balancear las necesidades conflictivas de seguimiento de la ley y proveedores de servicios asegurando que se comparta la información. ■ Promover el respeto a la ley dentro del equipo para entrenar a los cuidadores acerca del tipo de información que podría ser obtenida y usada en contra de los niños, así como preguntar y guardar información sensitiva sin poner en peligro la seguridad del niño. ■ Permitirle a los cuidadores entrenar al equipo de seguimiento de la ley tomando en cuenta la importancia de entender la historia del niño para maximizar su estabilidad. Elzbieta Gozdziak y Micah N. Bumpestán trabajan con el Instituto de Estudios de la Migración Interacional de la Universidad de Georgetown (www.georgetown.edu/sfs/programs/isim. Emails: emg27@georgetown.edu; bumpm@georgetown.edu). Julianne Duncan y Margaret MacDonnell trabajan con Servicios de Migración y Refugiados, Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (www.usccb. org/mrs). Emails: JDuncan@usccb. org; MMacDonnell@usccb.org). Mindy B. Loiselle es consultora para el Commonwealth de instituciones de caridad católicas de Virginia (www.cccofva.org). Email: mindybloiselle@comcast.net.

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tanto, su identidad, entendimiento de su situación y consecuentemente sus metas se ven en conflicto con las metas de los proveedores de servicio y los funcionarios de las agencias de la ley. La clara identificación de la existencia de alguna persona como el perpetrador ha tenido correlación con un futuro menos traumático en estudios de niños tratados. En situaciones donde el perpetrador era algún pariente o un novio, puede existir un fuerte sentimiento de traición que da como resultado una tendencia a obtener una respuesta traumática. La situación era aún más compleja en casos donde los traficantes eran miembros de la familia. Los sobrevivientes se mostraban reticentes a hablar abiertamente de la situación por miedo a implicar a sus parientes o futuras represalias contra miembros de sus familias que habían quedado en sus países de origen.


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