FRIEDRICH
NIETZSCHE
la causa de que cada vez te oscurezcas y amarillees más, aunque tus cabellos tengan la pretensión de ser blancos y hechos de cáñamo? ¡Mira, estás apo yado sobre tu pez y en tu desgracia!» «¡Qué decís vosotros, animales míos!—exclamó Zaratustra, riendo—; en verdad, he blasfemado al hablar del pez. Porque lo que me acontece, acontece a todos los frutos que maduran. La miel que circula por mis venas, hace más espesa mi sangre y más si lenciosa mi alma.» «Así debe ser, ¡oh Zaratustra!—resplicaron los ani males, apretándose contra él—, ¿pero no quieres ascender hoy sobre una elevada montaña? El aire es puro y hoy más que nunca se puede vivir en el mundo.» «Sí, animales míos—respondió Zaratustra—; vos otros me aconsejáis a maravilla y completamente de acuerdo con mis deseos: ¡quiero ascender hoy sobre una elevada montaña! Pero cuidad para que en cuentre allí miel a mi alcance, la miel de las col menas de oro, miel amarilla y blanca, y buena, y de una frescura glacial. Porque sabed que allí arriba quiero verificar la ofrenda de la miel». Cuando Zaratustra llegó a la cumbre despidió a los animales que le habían acompañado y advirtió que estaba solo; entonces se rió de todo corazón y habló de esta manera: —¡He hablado de ofrendas, de ofrendas de miel; pero esto no era sino una habilidad de mi discurso y, en verdad, una útil locura! Aquí arriba puedo hablar con mayor libertad que delante de los retiros de los eremitas y de los animales domésticos de los ere mitas ¿Qué hablaba yo de sacrificar? Yo despilfarro lo que se me da; yo, el despilfarrador de mil manos, ¡cómo había de atreverme a llamar a esto... sacri ficio! Y, cuando he pedido miel, lo que pedía era un cebo; colmenas doradas, dulces silvestres, de que tan golosos son los osos gruñones y las aves raras... Y pedía el mejor cebo, el cebo que necesitan los ca zadores y los pescadores. Pues si cierto es que el mundo es como una sombría selva poblada de ani males, jardín de delicias para todos los cazadores salvajes, me parece que aún se asemeja más a un 242