EL COMERCIO viernes 18 de marzo del 2011
empresas y sociedad
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I b11
esta página se publicará mientras se encuentren otros proyectos con indicadores de impacto positivos.
traS terremoto que azotó zona Sur del paíS en el 2007
Cormin logró agilizar construcción de viviendas en Chincha y Cañete Fundación integración comunitaria
se han terminado de levantar 420 casas para familias damnificadas Han pasado casi cuatro años y en el sur chico todavía hay restos de los escombros que dejó el terremoto que azotó la ciudad en agosto del 2007. Y, como se recuerda, si bien en los primeros meses la ayuda de las empresas se hizo sentir, poco a poco se fue retirando. No fue el caso de Consorcio Minero (Cormin) que ha continuado con su apoyo en diferentes zonas de Cañete y Chincha, donde hubo familias que lo perdieron prácticamente todo. “Tras el terremoto, la empresa llevó frazadas y alimentos, pero luego notamos el alto grado de necesidades y que había personas que no podían pagar la primera cuota para la reconstrucción de sus viviendas”, dice Ricardo Trovarelli, presidente de Cormin. Así se diseñó el programa Reconstrucción de Viviendas de la Fundación Integración Comunitaria,
las cifras
uS$1,8
millones ha donado la Fundación integración Comunitaria para la construcción de 1.000 viviendas. la inversión total que se necesitará para finalizarlas es de uS$8 millones. esto beneficiará a 5.000 personas.
36
viviendas se construyeron en el 2008 para familias que laboran en Consorcio minero. modelo. cada año, el grupo trafigura destina el 3% de sus utilidades para ayuda humanitaria.
más datos Cada una de las viviendas entregadas a las familias damnificadas es de material noble y su área es de 32 metros cuadrados. Cuentan con dos dormitorios, sala y cocina. el costo promedio de cada casa es de S/.22 mil.
que pertenece a Cormin y el grupo Trafigura. Trovarelli (quien también es presidente de la fundación) explica que dicho programa busca reconstruir mil viviendas para las familias damnificadas por el terremoto. De hecho, la reconstrucción de los hogares se realiza actualmente en doce centros poblados de las provincias de Cañete y Chincha. Trovarelli agrega que el
programa funciona bajo un esquema público-privado. La Fundación Integración Comunitaria dona a cada familia entre el 17% y 20% que necesita para reconstruir su vivienda y el resto es financiado por el fondo Mivivienda. Hasta el momento, eso ha permitido la construcción de 420 viviendas que ya se concluyeron y se espera que a finales de este año
se entreguen las 580 restantes. Con eso se beneficiará a unas 5 mil personas de Cañete y Chincha que fueron afectadas por el terremoto. Vale mencionar que 268 hogares se levantaron en el 2010, pero apenas 152 entre el 2008 y 2009, debido a los largos trámites legales por los que han tenido que pasar las familias para obtener un título de propiedad y obtener el financiamiento del
fondo Mivivienda. “Por eso, el programa también busca dinamizar la capacidad de respuesta y asistencia de las instituciones del Estado”, recalca Trovarelli. Falta más respuesta
Por solo citar un ejemplo, en la zona de Hualcará, en Cañete, se suspendió la asignación de créditos del programa Bono 6000, que precisamente el Estado creó para ayudar a las familias damnificadas por el terremoto. “Y el proceso de reconstrucción de Pisco hasta el momento ha sido muy lento”, refiere Trovarelli. No obstante, la Fundación Integración Comunitaria ha trabajado en Cañete y Pisco con arquitectos y expertos en gestión de desastres, quienes han ayudado en el diseño de las viviendas, la supervisión y adquisición de materiales para las familias beneficiarias. “También hemos seleccionado un equipo técnico que ha organizado a la población para que cuente con la documentación y cumpla con todos los requisitos para acceder a financiamiento”, añade Trovarelli. El objetivo de la Fundación Integración Comunitaria es lograr el desarrollo sostenible en las zonas de influencia de las empresas del grupo Trafigura y de otras poblaciones vulnerables. π
proyeCto de alumnoS de la univerSidad CatóliCa
Por un buen uso de la madera en comunidad del Alto Mayo La Facultad de Gestión y alta dirección busca el desarrollo sostenible En muchas zonas de la selva existen comunidades que apenas tienen acceso al mercado a pesar del alto potencial de recursos naturales
que las rodean. De allí que la Facultad de Gestión y Alta Dirección de la Universidad Católica se haya propuesto que sus alumnos desarrollen proyectos de responsabilidad social que beneficien a las poblaciones más pobres, a través de la creación de planes de negocios en conjunto. Un buen ejemplo es el
que vienen ejecutando Jéssica Barrera, Ricardo Díaz, Néstor Chirinos, Julio Valdivia y Sandro Jaimes en la comunidad awajun del Alto Mayo, en San Martín. Teniendo en cuenta el potencial maderero de la zona, este grupo ha diseñado un plan de negocios para que sus comuneros se capaciten
en gestión de negocios al asistir a talleres impartidos por la facultad. Se buscará que ellos extraigan madera tornillo y otras especies de forma sostenible (con un plan de reforestación) y reciban un precio justo por su trabajo. El negocio se desarrollará mediante un mecanismo asociativo, pues los alumnos se encargarán de la comercialización de la madera; sin embargo, las utilidades se distribuirán de forma equitativa entre los gestores del negocio y los comuneros. π
proyecto awajun
equilibrio. San martín tiene grandes extensiones de bosques, pero también es una de las regiones más deforestadas.