Introducir una masa de al menos 50 cm de materiales secos y húmedos mezclados o en capas, para poner en marcha el proceso.
compostera de cajón
Incorporar regularmente residuos secos y húmedos. Siempre el aporte de materiales húmedos debe ser el doble de los materiales secos. Además, conviene terminar con una capa de material seco para evitar la proliferación de moscas, especialmente en verano. Vigilar el estado de humedad de la pila. Si es excesivo, se deberá remover o airear. Si la pila está muy seca, se regará uniformemente pero no se mojará excesivamente. Cuando la compostera esté llena o cuando hayan transcurrido al menos 3 meses, en verano y 5 meses en invierno, se podrá extraer compost ya elaborado de la parte inferior de la pila, a través de compuertas o desmontando la compostera total o parcialmente, sólo para retirar el material que ya está listo. Se puede aprovechar esta oportunidad para voltear la pila y mezclar las capas. Utilizar harnero para separar los elementos todavía no compostados. Conviene dejar reposar el compost una vez harneado en un lugar sombreado y protegido de la lluvia durante al menos un mes para asegurar que no contiene invertebrados que podrían ser perjudiciales para almácigos o plantas susceptibles al ataque de éstos.
Posibles problemas Olor a podrido: Significa que se ha instalado un proceso anaeróbico, lo que sucede cuando hay demasiada agua y poco aire. La masa tiene un aspecto brillante y pegajoso. El remedio es simplemente abrir el contenedor, remover la pila para airearla, añadiendo componentes secos como paja, aserrín o tierra seca. Olor a amoniaco: Sucede cuando hay un exceso de nitrógeno. La temperatura sube excesivamente y emite amoníaco. Podría ser suficiente
compostera de ladrillo
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cubrir con una capa de compost maduro. Si no basta, se voltea la pila añadiendo la mayor cantidad de residuos secos, en lo posible leñosos. No pasa nada: Si no se descompone, quiere decir que hay demasiado aire, falta de agua y/o de nitrógeno. La solución a esto es agregar agua. Si la descomposición no vuelve a empezar, se debe voltear la masa añadiendo materiales húmedos como restos de frutas y verduras y, si es posible, compost maduro.
Utilización del compost El compost fresco, distribuido en capas de 5 cm sobre la tierra es excelente para protegerla de los cambios de temperatura y de la sequedad. Esta técnica se llama acolchado y el compost, al integrarse en el terreno, consigue mejorar las características del suelo a la vez que ahorra agua y controla el crecimiento de malezas. El compost maduro aunque se puede utilizar para acolchar, es un óptimo fertilizante para utilizar en maceteros, pasto, huertos y jardines ya que aporta elementos minerales. Asimismo mejora la estructura del suelo y su capacidad de absorber y retener al agua. En huertos, la proporción sería 2 a 3 kg (5 litros) por m2 enterrándolo 10 a 15 cm. Una carretilla (50 litros) serviría para fertilizar 10 m2 de terreno. Para árboles frutales, aplicar una capa de al menos 3 cm de compost maduro mezclándolo superficialmente alrededor del tronco en la superficie del diámetro de la copa o follaje.