Algo imposible

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En el mes de septiembre del año 2001, en mi pueblo que esta en el Concello de Cerdedo, en el lugar de Bugarin, vivi un acontecimiento, que realmente aun hoy en día me quita el sueño, no he encontrado una explicación adecuada a lo que a mi persona le aconteció. Soy una persona normal de 40 años, con estudios de tipo medio, grado medio, con el titulo de Diplomado en Empresariales. El día 19 de septiembre, salí de casa de mi madre, a dar una vuelta por el monte, un monte que conozco como la palma de mi mano, pues soy nativo de este lugar, salí con Crispin, mi perro de raza bóxer, salí por la carretera y me desvío por el camino


de la fuente, empece a subir el monte, eran aproximadamente las 10 de la mañana, un día soleado con algo de brisa, mi perro corría y saltaba por el camino persiguiendo a todo lo que se moviera. Después de andar una media hora y llegar a la carballeira de Eusebio, note en misma zona de arboles una especie de niebla, como una cortina, después de entrar en ella, note o sentí una sensación de frío y de inquietud, que tan pronto como se disipo la niebla desapareció, pero, ojo, de esto me di cuenta después, reinaba un silencio total, no había el mas mínimo ruido ni el mas mínimo olor, ni siquiera la mas mínima brisa, mi perro que es un bóxer de gran tamaño, se coloco a mi


lado y siguió mi camino a mi lado, sin apartarse de mi lo mas mínimo, al perro lo veía tenso y preparado para atacar, estaba en guardia. A lo lejos divise dos casas, de una de ellas salía humo por la chimenea. Yo no conocía ese sitio, nunca lo había visto, pero conocía este monte como puedo conocer mi casa, seguí andando y me acerque a estas casas, todo estaba limpio, pero algo me extraño, no había ni animales, es decir, gallinas, perros, gatos, ni se oía ningún ruido, el espacio alrededor de las casas estaba limpio de maleza, como si vivieran personas en ellas, pero no vi a nadie ni siquiera sentí el mas mínimo ruido, en un momento determinado note la presencia de una


persona en una ventana, que estaba escasamente a 4 metros del lugar del camino en el que me encontraba yo, creí ver en la ventana a una mujer de ojos tremendamente azules, una mujer de veintipicos años, con su pelo negro como el carbón, pero esto fue en una visión de breves segundos. Di una vuelta por el camino y no vi cables de electricidad ni siquiera antenas de televisión, nada que me pudiera situar, mi telefoneo móvil, un nokia, no tenia cobertura, me senté en una piedra a la sombra de un buen carballo (roble gallego) y reflexione y reflexione, “en donde estoy, vivi aquí siempre y no conozco este lugar”, ni siquiera tienen luz eléctrica, ni el camino asfaltado, el perro no se


apartaba de mi ni siquiera un metro, estuve media hora allí sentado y no vi a ninguna persona, ni animal ni nada vivo, ni percibí el mas mínimo ruido, con mi navaja estuve jugando y cortando un trozo de palo, mire mi reloj y eran exactamente las 12 horas del mediodia, emprendí el regreso a mi casa, volví sobre mis pasos, al acercarme a la carballeira de Eusebio, aun permanecía aquella niebla, un tanto extraña, volví a cruzar la niebla, que era muy tenue por cierto, y al salir de ella, la brisa me azoto la cara, volví a oír los ruidos propios del monte, note algo extraño en el sol, pero no hice caso, seguí andando, el perro volvía a correr detrás de todo lo que se moviera, al


llegar a la carretera vi pasar al autobús de la Empresa Cuiñas, que pasa por este lugar a las siete de la tarde, para mi era la una de la tarde como mucho, seguí andando camino de casa de mi madre. Al llegar a casa mi mujer me lanzo una buena reprimenda, al igual que mi madre, habían estadio preocupados por mi, había salido a las 9 de la mañana de casa y no había vuelto para comer a las 14 horas, se preocuparon, sabían mi camino y lo siguieron pero no me encontraron, y regrese a las siete tan pancho y campechano, como si fueran las 14 horas. Por mas explicaciones que di, por mas veces que con mi relato, nadie


quería creerme, nadie del lugar, de la familia conocía aquel lugar, tenia tíos con mas de 60 años, y ninguno había visto ese lugar ni siquiera sabían que existiese ese lugar. Mi tío Alfredo que es guardabosques, policía forestal, no conocía ese sitio por mas explicaciones que yo le di. Durante la cena hablamos de esto, pero nadie me quería creer, decían que me quede dormido debajo de un árbol o algo peor, después de la cena se acerco a casa de mis padres un anciano de mas de 90 años, a tomar una copita de aguardiente, por que en casa sus hijas no se la daban, por motivos de salud. El Señor Severino, era un hombre integro, un señor que gozaba del respeto de todo el pueblo,


le conte el relato, lo escucho muy serio, muy grave, al final me respondió: "Hijo has visto algo que no existe desde hace mas de 80 años, en ese lugar siendo yo niño, vivía una familia, un día la mujer de pelo negro y ojos azules, que estaba casada con un hijo de los dueños, apareció muerta en el interior de la casa, la guardia civil los llevo a todos detenidos a Pontevedra y misteriosamente aquellas casas de noche ardieron totalmente, no quedaron de ellas nada mas que las piedras, que llevan mas 75 años cubiertas de maleza, silvas y tojos". Esa familia al volver del cuartel de la guardia civil, desaparecieron misteriosamente, y nunca mas se


supo de ellos. Se comentaba que se marcharan para Vigo y que de allí salieron para Argentina, en el año 1921, alguien los vio en Buenos Aires, pero nunca mas se supo de ellos. Hace mas de 50 años que no paso por ese sitio, me da miedo y no quiero volver a verlo, esto me conto el Señor Severino. A la mañana siguiente volví a salir a la misma aventura, pero esta vez llevaba el tractor de mi padre, subí al monte, pase la carballeira de Eusebio, seguí el camino y no vi nada que yo no conociera, al llegar al sitio preciso, baje del tractor y busque y volví a buscar, no encontré nada, eso si encontré el viejo roble con la piedra en la que estuve sentado, y un viejo


cortaplumas que me había caído del bolsillo el día anterior, que no había notado en falta, pero este árbol no estaba en el camino, estaba a mas de cien metros del camino con la piedra al lado, en el interior de una finca de pastos de un vecino de otro pueblo, al internarme en el monte del interior de la finca, si que vi unos restos de dos viejas construcciones de piedra, cubiertos de musgo y de maleza. Me encontré con el dueño, del pastizal y me explico que muchas piedras de aquellas fueron empleadas para construir un muro, pero a el en aquella zona no le gustaba entrar, por que notaba una presencia, como si alguien estuviese a su lado, y lo estuviese vigilando, nos despedimos


pues nos conocemos desde hace mucho tiempo y regrese a casa con el tractor. Yo he estado en ese sitio antes de que ardiera, yo vi las construcciones enteras, por una chimenea salía humo, humo de una cocina, me pareció ver una persona que vivió allí, estuve allí sentado, y perdí mi pequeña navaja. Pero no encuentro explicación, esto sucedió en 1920 y yo nací después de 1960, no encuentro explicación a como pude yo estar allí…


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