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Vía Verde del Río Guadarrama, una ruta sobre un antiguo ferrocarril de vía estrecha

Su recorrido se extiende casi cinco kilómetros por el madrileño municipio de Móstoles aprovechando las ventajas del antiguo trazado ferroviario sobre el que discurre. Esta Vía Verde facilita la práctica del ocio activo y saludable a vecinos y visitantes y es idónea para su uso como itinerario para bicicletas y tranquilos paseos a la salida de esta populosa villa. Texto: ©Juan Manuel Cañas y ©Fundación de los Ferrocarriles Españoles Fotos: ©FFE-Vías Verdes

En el año 1993, se repartían por toda la geografía española miles de kilómetros de tramos ferroviarios abandonados. La Fundación de los Ferrocarriles Españoles inició en ese momento los trabajos para la posterior adaptación de estos antiguos trazados ferroviarios con el propósito de que fueran recuperados como recorridos para los amantes de la bicicleta y del paseo a pie, fomentando el ocio saludable, las actividades al aire libre, el turismo activo y sostenible, etc. Desde entonces muchas administraciones incluyendo muchos ayuntamientos han ejecutado obras de recuperación para tal fin. Este es el caso que hoy nos ocupa. En la actualidad, en la Comunidad de Madrid se identifican tres vías verdes:

Río Guadarrama, Tajuña y el Tren de los 40 Días, que en su conjunto suman alrededor de 70 kilómetros. La Vía Verde del Río Guadarrama (nuestra protagonista de este reportaje) fue promovida durante años por asociaciones civiles vecinales y ecologistas y ejecutada finalmente en el año 2010 por el Ayuntamiento de Móstoles al amparo de los proyectos que se acogieron al Plan E o Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo. Este municipio se encarga igualmente de su gestión y mantenimiento. Se trata, como todas las vías verdes de una ruta lineal con escaso desnivel y sin dificultades para su aprovechamiento, con una distancia de 4,5 km… Pero retrocedamos en el tiempo para ver su recorrido original.

Un poco de historia y recuerdos Corría el año 1887 cuando comenzaron las obras de un ferrocarril que vincularía la ribera del Manzanares, cercana a la altura del puente de Segovia, y la comarca suroeste de la provincia de Madrid, plena de campos de cultivo. En julio de 1891 se inauguró el primer tramo, que cubría las estaciones entre Madrid y Navalcarnero. El tren, que salía de la madrileña estación de Goya, llamada de esta manera por situarse cerca de las propiedades del pintor aragonés, realizó su primer trayecto con paradas en las estaciones de Campamento, Cuatro Vientos, Alcorcón, Móstoles, Guadarrama y, finalmente, Navalcarnero. Con posterioridad, en julio de 1901, se inauguró el tramo


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