Xochitl o la princesa flor
Francisco Gavidia
Jickab la ve: -¡Silencio y atrás! Levantó el grito la doncella; matadle y al punto yo no vivo. Se miran con asombro, bajan la flecha, el tiro se queda helado; y Muerte se aleja a sus dominios. -¿Cómo, dice un anciano con voz que era alarido, Jickab por salvar su hija no mata al enemigo? él, pues, más que a la patria se prefiere a sí mismo. -Dijiste bien, anciano, el jefe responde; pronto, tirad guerreros; matad; nadie se opone; se cubre con las manos el rostro, y ni ve ni oye. Y al fulgor tembloroso que arrojan los hachones mientras afuera el rayo va descuajando robles, ~ 13 ~