Valencia Esport Magazine (VEM 07)

Page 12

EN PORTADA ¿Tuvo algún ídolo del mundo del deporte? Yo siempre he sido muy del baloncesto. Me gustaba mucho Epi y como a mi mejor amiga seguía a Fernando Martín es lo más parecido que tuve a un ídolo. No soy muy de ser fan… En ese momento se produce un alto en la conversación para realizar una reflexión en voz alta. Bego nos cuenta que se sorprendió a sí misma durante su periplo de casi una década por el extranjero (Holanda, Tailandia, Londres…) al ver cómo los éxitos deportivos del Valencia CF consiguieron emocionarla como nunca, que de repente se sintió interesada por acontecimientos nacionales a los que nunca había dado importancia y el importante sentimiento de pertenencia a su tierra que despertó. “Es muy curioso, de repente te ves lejos y dices: mira se está casando el Príncipe y yo aquí…”, comenta divertida. La agenda de la cocinera es una auténtica locura. La semana anterior ha pasado por La Coruña, Huelva o Tenerife, mientras que en el momento que charla con esta revista prepara ya su embarque hacia Madrid después, eso sí, de atender La Salita y dejar todo el trabajo organizado para su equipo. Su contundente paso por el programa de televisión, su buen hacer y su carisma la han convertido en uno de los gastrónomos más demandados por organizadores de eventos, centros de formación y demás acontecimientos alrededor del mundo de la cocina. Aunque ahora su base ha quedado establecida en nuestra ciudad, lo cierto es que su maleta, repleta en muchos casos de utensilios de cocina, es una de sus compañeras inseparables en estos momentos. Andenes y mostradores de facturación comparten protagonismo en su vida junto a cacerolas y fogones. Está decidida a terminar de triunfar y a hacerlo desde su tierra.

Es directa, clara y transparente. No responde al personaje rígido que mide sus palabras por miedo a no caer bien. Sabe lo que piensa, lo que supone y cómo expresarlo 12  vem

Si hay una palabra que parece que acompaña a nuestra protagonista no es otra que la de “pasión”. Cada vez que se hace referencia a ella es una constante. Y posiblemente sea un acierto, hasta lleva la palabra tatuada en uno de sus dedos, enseña orgullosa. “Me lo dice mucha gente, igual es por el tatuaje, no sé. Lo que sí creo es que a mucha gente le falta sangre, eso me llama mucho la atención, yo a veces me equivoco porque no mido las consecuencias, aunque estoy aprendiendo a ser menos impulsiva, pero sí creo que no soy de esas personas a quienes les dices: qué pasa, ¿te han inyectado horchata esta mañana?”, reconoce abiertamente sonriendo.

Charlar con Bego es fácil. Es directa, clara y transparente. No responde al personaje rígido que mide sus palabras por miedo a no caer bien. Sabe lo que piensa, lo que supone y cómo expresarlo. Se fija sus metas y no duda en lanzarse a por ellas. Buen ejemplo es su trayectoria. “Con 18 años abrí un pequeño local en Juan Llorens que se llamaba ‘Bombón’, al año siguiente abrí con el mismo nombre en Manuel Candela una expendeduría de pan. Siempre he sido muy emprendedora como toda mi familia”, relata repasando sus orígenes. De repente, un buen día, con 20 años, deja sus estudios de ingeniería industrial y “decidí venderlo todo e irme a Holanda. Allí trabajaba por las mañanas preparando desayunos y dediqué seis años de mi vida a ir por las tardes gratis al restaurante de un reconocido cocinero para aprender. Entre medias estuve también tres meses en Tailandia, donde fui de vacaciones pero me quedé 90 días a hacer un curso de cocina. Más tarde aterricé en Londres, donde continué durante dos años formándome y trabajando. Hasta que hace ya nueve años volví a Valencia y abrí, junto a mi pareja, La Salita”. Nuevo proyecto en la playa Llegados a este punto no se detiene. Todo lo contrario. Nos sorprende, una vez más haciendo gala de esa abrumadora sinceridad con la que arrolla en el sentido más amable de la expresión, reconociendo que “pensaba marcharme de Valencia a finales de este año. Para mí era lo fácil, he tenido propuestas muy suculentas para hacerlo. Aquí cuesta mucho todo. Pero la aparición de una oportunidad como la de La Patacona me ha hecho replanteármelo. Voy a quedarme para sacar adelante este nuevo proyecto”. “Pensaba que tener un restaurante en primera línea de playa era un sueño imposible. De hecho, cuando me llamaron diciendo que existía la oportunidad pensaba que me estaban tomando el pelo”, admite entre bucólica y emocionada. Ahora, ya con la vista puesta en el próximo invierno para encender los fogones por primera vez desvela que “va a ser algo muy original. Un concepto muy novedoso. No existe en Valencia nada así. La parte de arriba va a ser un invernadero y, además, va a ser un espacio gastronómico, muy de autor. La parte de abajo tendrá patio, muy cuidado, con pastelería salada, carne a la brasa… Y todo para llevar. Será un local de invierno en la playa”, concluye imaginándose y compartiendo en voz alta el espacio que espera que se convierta en referencia.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.