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Fernández Bernabé, Vicente “El Caracol”

lla el 4 de julio con Pacomio Peribáñez y Rafael García, los tres debutantes en aquella plaza, con reses de Agüera, lo que antes se anunciaba como de Otaolaurruchi. Manuel Dionisio tuvo una regular actuación. Acto seguido toreó otra novillada en Barcelona y sin demora, recibió la alternativa en Córdoba, el 26 de septiembre, de manos de Antonio Guerrero “Guerrerito”, que en presencia de Manuel Mejías Rapela “Bienvenida” le cedió el toro “Renglón”, de Julio Lafita. Después de su alternativa toreó muy poco en las siguientes temporadas, haciendo una incursión en 1911 en México, donde debutó en la plaza de El Toreo, el 5 de marzo, con 4 toros de Atlanga y 4 novillos de la misma ganadería, en un festejo mixto alternando con Rodolfo Rodarte y el novillero Merced Gómez. En 1912, de regreso a España toreó el 31 de marzo en Carabanchel, en la plaza de Vistalegre, alternado en la lidia de toros de Ildefonso Gómez con el granadino José Moreno “Lagartijillo Chico” y Manuel Torres “Bombita III”. Esta fue la última corrida que toreó como matador de toros, la que hacía el número 8 desde que se doctoro, porque acto seguido, el 1 de septiembre ya estaba de nuevo en el escalafón de novilleros, y como tal toreó en la plaza de toros vieja de Barcelona con Cortito y Rodolfo Rodarte con novillos de Félix Urcola. Sin embargo en esta nueva etapa de su carrera tampoco triunfó y poco a poco, aunque siempre cumplió sin desdoro, su nombre fue cayendo en el olvido de los empresarios y de los aficionados, y al final acabó retirándose definitivamente de los ruedos para dedicar su tiempo a diversos negocios. Falleció en Bayona (Francia), el 12 de noviembre de 1953.

fernÁndez bernAbé, vicente

“EL CARACOL”

Matador de toros natural de Almoradí, Alicante, donde nació el 23 de enero de 1940 en el seno de una humilde familia campesina. Siempre se le consideró de raza gitana por serlo su padre, aunque no lo fuera su madre. Su primer contacto con el toreo lo tuvo en 1959 al lanzarse como espontáneo en la plaza de Alicante a un toro que le correspondía a Luis Miguel Dominguín. El año siguiente –1960– vistió su primer traje de luces en el mismo coso alicantino el 10 de julio con el traje con el que tomó la alternativa Carriles. Alternó con Carlos Antonio, de Madrid y Manolo Carrillo. Salió a hombros de la plaza y ese éxito le valió la repetición, ocasión en la que cortó los máximos trofeos. A partir de ahí empezó a torear con mucha

frecuencia. Los días 29 y 30 de julio, por ejemplo, toreó en su pueblo por primera vez, y éste dato carecería de importancia si no fuera porque en una de esas corridas, después de haber cortado las dos orejas y el rabo de uno de sus novillos, cuando fue a recibir los trofeos vio con asombro que el novillo se había levantado y lo miraba fijamente. Lo había apuntillado el banderillero Ramón Muntaner, de Alicante. Con toda seguridad será este caso el único de la historia del toreo. En 1961 toreó en 21 novilladas pese a haber sufrido tres cogidas que le restaron compromisos: una grave en la región escrotal por un toro de Enriqueta de la Cova el 1 de junio en la plaza de Vistalegre de Carabanchel (Madrid); la segunda, el 23 de julio en Valencia, también grave, en el muslo derecho; y la tercera, el 9 de septiembre en Monovar (Alicante), en el mismo muslo por un novillo de Tomás y José Luis Díaz. En 1962 tuvo un considerable aumento en el numero de sus contratos, sumando al concluir la temporada 50 novilladas, una de ellas la de su presentación en Madrid el 12 de julio con el novillo “Sangriento”, de la ganadería de “Barcial”, propiedad de Arturo Cobaleda González, con Guillermo Sandoval y Vicente Perucha, cosechando un feliz éxito, que le valió un nuevo contrato el día 18, alternando con Efraín Girón y Antonio Ruiz “Espartaco”, con novillos de Cobaleda. Al final, la corrida quedó en un mano a mano por cogida de Espartaco en Sevilla el día anterior, con quien alternó también Vicente. El mano a mano despertó una gran expectación hasta el punto de colocar el cartel de “HO HAY BILLETES”. A su primero lo mató mal y perdió la oreja. Al segundo de su lote, 4º de la tarde, Naranjito de nombre, que lo brindó al famoso cantaor de flamenco Manolo Caracol, le cortó las orejas. La cabeza disecada lo atestigua en el museo particular de su casa. El sexto lo hirió gravemente al entrar a matar en el muslo derecho, rompiéndole la femoral, pero se fue al desolladero sin una oreja que Joselito de la Cal paseó por el ruedo y luego le llevó a la enfermería. Esa temporada su apoderado, Alfredo Corrochano le había firmado 140 novilladas que no pudo cumplir por culpa de ese percance, pero se dio el caso de torear dos novilladas en un solo día, en Barcelona y Palma de Mallorca, dato que habla por sí solo del buen momento por el que atravesaba el diestro. Otro dato que confirma cuanto digo es el hecho de haber toreado ocho jueves consecutivos en la plaza de Alicante con llenos absolutos y éxitos apoteósicos, y para culminar la gesta se encerró en solitario el 29 de septiembre con seis novillos de la ganadería de Barcial, propiedad entonces de los Herederos de Jesús Sánchez Cobaleda, de Salamanca, con divisa blanca y negra. Además de su cuadrilla, formada por los

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banderilleros Joselito de la Cal, José Rodríguez “El Pío” y Pichardo, también actuaron a sus órdenes, Lorenzo Martínez “Pascualín”, Joaquín Miranda, Tirso Mira “El Maño”, Juan Bautista, Manuel Blasco “Mellaito”, Ernesto de la Fuente, y Francisco Criado “El Chato de Alicante” como sobresaliente, según rezaba el cartel anunciador de la corrida, pero a la hora de la verdad, algunos fueron sustituidos y actuaron Pepe Manzanares, Tomasillo, Niño de Caravaca, Joselito de la Cal, Alfredo David, Juan Vecher y su cuadrilla completa, dato que creo interesante insertar para evitar equívocos a los investigadores futuros. Fue una tarde inolvidable para él. De apoteosis. Y como datos anecdóticos, caben señalar dos: uno: que le brindó uno de los novillos al maestro de la crítica taurina Ricardo García “K-Hito”, Director-Propietario del mejor de cuantos semanarios taurinos han existido: Dígame, y dos: que interesado el diestro en disecar las seis cabezas, una vez cortadas, desaparecieron como por arte de magia. Terminó la temporada en la feria de Murcia. Antes de tomar la alternativa en Alicante el día 23 de junio de 1963, víspera de San Juan, día grande en aquella tierra, toreó en Barcelona, Valencia, Alicante, Murcia, Sevilla, Bilbao, Zaragoza y Murcia otra vez. Recibió el doctorado de manos de Pedro Martínez “Pedrés”, que en presencia de Fermín Murillo le cedió el toro “Aceitoso”, número 196, con 600 Kg de peso, perteneciente a la ganadería de Antonio Pérez de San Fernando, de Salamanca, de divisa azul, encarnada y amarilla. Cortó las orejas al toro de la ceremonia y una al que cerró plaza, “Suspenso” de nombre y salió a hombros de la plaza. Hizo el paseíllo vestido de blanco y plata con el capote de paseo vainilla y oro con unos claveles rojos. “El día de mí alternativa para mí fue el día más importante de mi vida junto con el de mí nacimiento. Esas dos fechas han marcado toda mí existencia” declararía el diestro. Un mes después, el 22 de julio, debutó en la plaza de Mont de Marsan (Francia), con toros de Juan Pedro Domecq y Curro Romero y Paco Camino compartiendo cartel. Los toros no se prestaron al lucimiento, y Vicente dio una vuelta al ruedo en el primero de su lote y fue pitado en el otro. Curro fue abroncado, y Camino, cortó una oreja a su primero. Sumó en dicha temporada 23 novilladas y 31 corridas de toros, que podían haber sido más si no hubiera perdido algunos contratos por tres cogidas que sufrió. Ese invierno viajó a América y se presentó en la plaza de toros de Cali (Colombia), con toros de la ganadería de Abrahán Domínguez, alternando con los diestros españoles Pedro Martínez “Pedrés”, Diego Puerta y Santiago Martín “El Viti”. El Caracol corto tres orejas, una a su primero y dos al segundo de su lote y salió a hombros por

la puerta grande en unión de Pedrés y El Viti, que cortaron dos cada uno. En 1964 toreó 21 corridas, una de ellas la de su confirmación de alternativa en Madrid, el 19 de abril. Era la 4ª corrida de su temporada. La había comenzado en Benidorm toreando con Pedro Martínez “Pedrés” y Manuel Benítez “El Cordobés”. El cartel de la reválida estuvo formado por Gregorio Sánchez y Fermín Murillo con toros de la ganadería de Núñez Hermanos. Curiosamente, tanto el padrino de la ceremonia como el toricantano se atrancaban al hablar, por lo que a la hora de ceder los trastos se produjo una simpática anécdota por parte de Gregorio Sánchez al dirigirse a Vicente: “To, torero, bu buenas tardes, co como tú ni yo nos vamos a entender hablando por porque se nos haría de no noche...toma los trastos y apañate co como puedas”. “Gra gracias ma maestro”, contesto El Caracol. Y a fe que Vicente no fracasó en la confirmación. Se las apañó como pudo para salir airoso del trance sobreponiéndose a las adversas condiciones meteorológicas. “No me encontraba a gusto, aún así me atreví a brindarle el toro de mi confirmación al médico que me salvó la vida, el doctor Jiménez Guinea. Aunque no estuve todo lo bien que hubiera querido puse mucha voluntad, y cuando pones voluntad y amor propio nadie te puede exigir más. Eso fue lo que pasó esa tarde. Todavía recuerdo la gran ovación del público tras pegarle un estoconazo hasta la bola a mi toro, reconocían y premiaban mi voluntad”. Al final de temporada, hizo la campaña en Méjico, presentándose en la plaza de El Toreo, el 5 de enero, con toros de Benjamín Rocha, y Antonio Vázquez y Mauro Liceaga como compañeros de cartel, y el mes siguiente, el 23 de febrero, toreó en la plaza de Ambato (Ecuador), donde también debutaba, con Alfonso Vázquez “Vázquez II” y Palmeño con toros de José María Plaza. En 1965 sumó 18 corridas, sufriendo otra cogida. Nuevamente, en 1966, resultó cogido dos veces, igual que en 1967, sumando respectivamente 24 y 14 actuaciones. En la primera de las temporadas, 1966, viajó de nuevo a América, y debutó en la plaza de Maracaibo (Venezuela), el 19 de noviembre, con toros de Peñuelas (3) y otros tres de Xajay, en unión de Alfonso Vázquez “Vázquez II” y Palmeño. En 1968 toreó menos, solo en 8 ocasiones, elevando el baremo de sus actuaciones en 1969, sumando al finalizar la temporada 13 corridas, cifra que ya nunca conseguiría alcanzar en las siguientes temporadas. En 1970 toreó 4 corridas; en 1971 toreó 7; 2 corridas toreó en 1972, en 1973, 1; subió a 9 en 1974; 5 en 1975 y 2 en 1976, último año que le tengo recogido como matador de toros. Los graves percances sufridos le impidieron mantenerse en el buen lugar que ocupaba de novillero y primeros años de matador. Aburrido quizá, optó

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