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Echevarría Gutiérrez-Chacartegui, Juan Manuel “Manolo Chacarte”

echevArríA gutiérrez-chAcArtegui, Juan manuel

“MANOLO CHACARTE”

Matador de toros y posteriormente banderillero hermano mayor del que también fuera matador de toros con alternativa en 1962, Rafael Chacarte. Nació en Baracaldo, Vizcaya, el 20 de febrero de 1932, hijo primogénito de Castor Echevarría Chacaltegui, un novillero que había tenido cierta proyección en la llamada Edad de Plata del toreo, que había toreado en plazas de importancia como Sevilla, Madrid, Barcelona o Ronda. Él fue quien le metió el toreo en la cabeza a él y a su hermano Rafael, y con diez años ya lo ponía a entrenar. De oficio matarife en su pueblo y después en Bilbao, el joven Manolo Chacarte lo abandonó para tomarse el toreó en serio. Así pues, comenzó a torear en 1948, y un año después ya hizo el paseíllo en una novillada concurso celebrada en Bilbao el 9 de octubre de 1949 vestido de luces por primera vez con la fortuna de ganar un capote de paseo que estaba en liza. Con picadores estuvo desde 1951 a 1955 con un tremendo cartel en una época en la que coincidieron muchos novilleros importantes, como Dominguín, Arruza, Parrita, Ordóñez, Manolo Vázquez, Litri y Aparicio. En 1952, por ejemplo, toreó 11 novilladas, dejando gratísima impresión por cuántas plazas iba pasando. Baste decir que en Barcelona toreó tres novilladas consecutivas los días 19 y 26 de septiembre y 1 de octubre. Estos éxitos en Barcelona hicieron que consiguiera un excelente cartel en aquella plaza y que en 1953 hiciera varios paseíllos en ella, terminando la campaña con 30 festejos toreados. En 1954, con un excelente puesto entre los novilleros toreó 24 novilladas, y en 1955, creyéndose totalmente preparado para dar el paso definitivo en su carrera, se presentó en Madrid, el domingo, 24 de abril, alternando con Rafael Pedrosa y Alfonso Merino que resultó herido leve, en la lidia de novillos de la ganadería de Martínez Elizondo, “Chopera”, que ese día adquirió antigüedad. El debutante Manolo Chacarte cortó una oreja al novillo de su presentación y fue ovacionado en el otro. Este sonado triunfo ante la afición madrileña propició que hiciera otros dos paseíllos en el ruedo de Las Ventas los días 8 y 29 de mayo con Alfonso Merino y Paco Corpas lidiando reses de “Barcialejo”, y con Parrita y Juan

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Gálvez, y toros de Francisco Ramírez respectivamente. En ambos festejos Manolo Chacarte dejó su impronta de excelente torero, y avalado por los éxitos de las temporadas anteriores, cuando llevaba 11 novilladas toreadas, se decidió a tomar la alternativa el 5 de agosto de tal año en Vitoria, al cederle Emilio Ortuño “Jumillano” el toro “Espartito”, negro lombardo, número 54, de la ganadería de Félix Moreno Ardanuy, con Pedro Martínez “Pedrés” presenciando el acto. Toreó 6 corridas y el 1 de abril de 1956 le confirmó la alternativa en Madrid el espada Victoriano Posada al cederle el toro “Nervioso”, negro bragado, número 48, de la ganadería del Sr. Pérez Alonso. El diestro que completó el cartel fue el portugués Joaquín Casimiro Marques, que ofició de testigo, y que como dato curioso, ese día también tomó la alternativa. Terminó la temporada con 6 corridas de toros, y como en 1957 solo toreó 2 corridas y 1 en 1958, que según mis datos fue la última que toreó en Bilbao, el 21 de agosto en una corrida concurso, y no en Cuenca, como el diestro dice en sus declaraciones, seguramente por confusión. Ese día alternó con Rafael Ortega, Julio Aparicio, Manolo Vázquez, Antoñete y Chamaco. Manolo Chacarte fue aplaudido, y tras esta corrida optó por renunciar a la alternativa y volver a torear novilladas, aunque luego acabase por hacerse banderillero. “De matador de toros sólo toreé 15 corridas. La última fue en 1958 en Cuenca, corté un rabo y no volví a torear más. Cuando después de aquel triunfo no me quedaba ni para pipas supe que no había nada más que hacer. Además, como tenía a mi hermano Rafael que venía apretando le empecé a ayudar. Estuve con él hasta que se retiró”. Este fue otro caso inaudito del toreo. De novillero sin picadores ganaba para comer en el mejor restaurante de Bilbao, en el mismo donde comía Franco, y de novillero con caballos salió diez veces por la puerta grande de Barcelona y triunfó igualmente en Madrid y Bilbao. Tuvo un gran cartel en una época en la que abundaban las figuras del toreo y tenía fama de ser torero “de cante grande y que toreaba por soleares”. Retirado del toreo ingresó en la cuadrilla de su hermano como banderillero, independientemente de ayudarle, a la vez que regentó una carnicería. Luego, retirado de los ruedos definitivamente, continuó vinculado al mundo del toro como asesor de la Presidencia de la plaza de Bilbao durante treinta y cinco años.

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