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Díaz del Busto, Severino “Praderito”

Juan Cuellar obteniendo un clamoroso éxito al cortar una oreja a su primero y las dos al segundo de su lote, igual que el vallisoletano Manrique, con quien salió a hombros de la plaza. Se corrieron 3 toros de Manuel Mendoza, 2 de Isaías y Tulio Vázquez y 1 de Pilar Población. Debió sopesar su futuro y al no verlo claro decidió ingresar en el escalafón de banderilleros ese mismo año, según expediente 1137. Había toreado 50 novilladas picadas y las corridas de toros que le hemos reseñado.

díAz del busto, severino “PRADERITO”

Matador de toros nacido en Gijón (Asturias), en fecha que desconocemos de 1887.El nombre artístico le viene por la zona en la que nació, Cimadevilla, conocida como “El Prau de Don Gaspar”. Decidido a ser torero, abandonó su oficio de pescador y tras el lógico aprendizaje, logro presentarse por primera vez ante sus paisanos en la plaza del Bibio el 3 de noviembre de 1912. Tuvo una tarde exitosa el muchacho y agradó mucho su actuación por su decisión y valentía, lo que le ayudó a que torease muchas novilladas y que incluso llegara a presentarse en la plaza de Tetuán de las Victorias (Madrid), el año siguiente, el 20 de julio, alternado con Fernando de la Venta y Tournadre. Gustó su actuación y fue contratado para el año siguiente (1914), pero en tal ocasión resultó cogido gravemente y dicha herida lo mantuvo apartado de los ruedos mucho tiempo. Precisamente, en ese mismo año toreó el cuarto festejo de la feria de Gijón, matando un toro de Andrés Sánchez. Continuó toreando los años sucesivos con desigual fortuna hasta llegar a debutar en Madrid el 30 de agosto de 1917 lidiando cuatro novillos de Bernabé Cobaleda con Gabriel Hernández “Posadero”, sin quela suerte le acompañase. Aún continuaría algunos años más como novillero hasta que por fin tuvo su oportunidad y decidió tomar la alternativa, quizás con el único fin de verse matador de toros. La fecha del doctorado fue el 22 de agosto de 1920 en la plaza de Gijón de manos de Larita con toros de Santiago Sánchez y Ángel Fernández “Angelete” de testigo. La corrida había sido organizada por un conocido industrial gijonés y por el propio diestro, al 50% de participación. La corrida resultó un éxito económico, pero las cuentas, al parecer no le cuadraban a Praderito, por lo que el día 1 de septiembre inmediato fue a pedir al industrial el dinero que según él le faltaba. Quedaron citados en el Maisón Doré de la calle Corrida

y tras una áspera discusión por negarse el empresario a entregarle la cantidad estipulada y no respetada, es decir, su cincuenta por ciento, Severino se abalanzó sobre él, momento en que el empresario sacó un revólver y le disparó en el pecho a quemarropa, causándole la muerte casi instantánea, pues murió mientras lo conducían a la Casa de Socorro. Encuentro otra versión, ésta, del reputado cronista Juan Moreno Castro, quien afirma en una editorial titulada “Toreros de Asturias”, firmada el 27 de febrero de 2010, en la que sitúa el lamentable suceso en el café Lion d´Ors, aunque en iguales circunstancias. Sea como fuere, lo cierto es que este torero tuvo una carrera efímera truncada por la muerte, no por asta de toro, sino vilmente asesinado. El parte de defunción decía lo siguiente: “En la villa de Gijón, a las diecisiete y treinta del día 2 de septiembre de 1920, y ante don Manuel Prendes y Pérez-Valdés, Juez Municipal del Distrito de Oriente y don Antonio Pizarro Carrión, Secretario; compareció don Rogelio González Rodríguez, mayor de edad, casado, jornalero y vecino de esta villa, manifestando que don Severino Díaz del Busto, natural de esta villa, de 34 años de edad domiciliado en la calle Gregorio García Jove, número 11, falleció a las trece horas del día de ayer en la Casa de Socorro a consecuencia de hemorragia interna, producida por perforación del cayado de la aorta, consecuencia de un disparo de arma de fuego, que era hijo legitimo de Manuel y de María, naturales de Cenero, de Carreño, respectivamente difuntos, que se hallaba soltero, no otorgando testamento, y que a su cadáver habrá que dar sepultura en el cementerio de Gijón. Fueron testigos presenciales don Ataúlfo Díaz Alvarez y don José González Rodríguez, mayores de edad, vecinos de esta villa y casados. Leída íntegramente este acta e invitadas las personas que deben suscribirla a que la leyeran por sí mismas, si así lo creían conveniente, se estampó en ella el sello del Juzgado municipal y la firmaron el señor juez, los testigos y don Rogelio González, de que doy fe”. Severino –no Severiano– Díaz del Busto “Praderito”, no fue un torero fino, pero si muy valiente y formidable estoqueador que hacia la suerte con coraje y no tenía que envidiar a nadie en ese terreno. D. José María de Cossio dejó de él el siguiente juicio crítico: “...Praderito no era un torero fino ni tampoco una figura en la tauromaquia; era valiente y decidido en todas las suertes, manejando el capote y la muleta con bastante soltura”.

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