Alicia para niños

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Es para que usted lo lea y para que lo lean

para niños

muchos como usted. Por eso, cuando termine, devuélvalo y tome otro.

ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ S E CR E TA R Í A D E CU LTU R A , R EC R EAC I Ó N Y D EP O R TE S E CR E TA R Í A D E E D U C AC I Ó N FUNDACI Ó N G I LB ER TO A L Z ATE AV EN DA Ñ O

Lewis

F U N D A C I Ó N G I L B E R T O A L Z AT E AV E N D A Ñ O

Alicia para niños

LEWIS CARROLL

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libro al viento

Carroll

Alicia

Este es un «Libro al viento».

3/9/08 07:13:15


libro al viento

U n a ca m pa ñ a de f o m en to a l a lectur a creada por l a S e c r e t a r í a d e Cu l t u r a Recreación y Deporte y l a Secr e ta r í a d e Ed u c aci ó n e i m p u l s a d a p o r l a Fu n d a c i ó n G i l b erto A l z at e Av en da ñ o


Alcaldía Mayor de Bogotá

Secretaría de Educación del Distrito Fundación Gilberto Alzate Avendaño


Lewis Caroll

a l i c ia pa r a n i ñ o s Traducción de José Emilio Pacheco Ilustraciones de Olga Cuéllar


Secretaría de

Cultura, Recreación y Deporte

alcaldía mayor de bogotá Secretaría de

CULTURA, RECREACIÓN Y DEPORTE

Samuel Moreno Rojas alcalde mayor de bogotá Secretaría de

Cultura, Recreación y Deporte

Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte

Secretaría de Cultura, Recreacíón

CULTURA, RECREACIÓN y Deporte Y DEPORTE

Catalina Ramírez Vallejo se c r e t a r i a d e cu l t u r a , re c r e a c i ó n y de p o r t e Secretaría de Educación del Distrito Abel Rodríguez Céspedes secretario de educación Jaime Naranjo Rodríguez subsecretario académico Ignacio Abdón Montenegro Aldana director de gestión institucional Virginia Torres Montoya subdirectora de medios educativos Roberto Puentes Quenguán dinamizador plan distrital de lectura y escritura Fundación Gilberto Alzate Avendaño Ana María Alzate Ronga directora Julián David Correa Restrepo gerente área de literatura

Título original: Nursery Alice de Lewis Carroll

© De esta edición: Fundación Gilberto Alzate Avendaño, 2008 © Derechos reservados 2007, Ediciones Era, s.a. de c.v. © José Emilio Pacheco, 2008

www.fgaa.gov.co

Todos los derechos reservados. Prohibida su

reproducción total o parcial sin permiso del editor.

isbn 978-958-98419-6-9

Asesor editorial: Julio Paredes Castro

Coordinadora de publicaciones: Pilar Gordillo

Diseño gráfico: Olga Cuéllar + Camilo Umaña

Impreso en Bogotá por la Imprenta Distrital


Contenido

Introducción

9

Prefacio dirigido a todas las madres

15

❶ El Conejo Blanco

17

❷ Cómo creció Alicia

20

❸ El Charco de Lágrimas

24

❹ La Carrera Loca

27

❺ Elsa, la lagartija

30

❻ El adorable Cachorrito

34

❼ La Oruga Azul

37

❽ El Lechoncito

40

❾ El Gato de Cheshire

44

❿ La merienda loca

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❶❶ El jardín de la Reina

52

❶❷ La Cuadrilla de las Langostas

55

❶❸ ¿Quién se robó los pasteles?

59

❶❹ La lluvia de naipes

64

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a l i c ia pa r a n i 単 o s



i n t roduc ción

Ch a r l e s Lu t w i d ge Dodgson diácono anglicano, matemático, profesor, fotógrafo aficionado y entusiasta del ajedrez, humorista y escritor, más conocido como Lewis Carroll (1832-1898), decidió redactar y publicar Alicia para niños (Nursery Alice) entre 1885 y 1890. Habían transcurrido casi treinta años desde aquel legendario paseo río arriba entre Oxford y Godstow, en compañía de las tres hermanas Liddell, Lorina, Alicia y Edith, y del Reverendo Robinson Duckworth, cuando, en la tibieza y la somnolienta tranquilidad de una tarde de julio de 1862, tomaron forma las famosísimas aventuras de la niña Alicia, trazadas en un primer manuscrito ilustrado por el mismo Carroll, titulado Aventuras subterráneas de Alicia (Alice’s Adventures Underground). Como dirá Lewis Carroll en el prefacio –dirigido a las mamás- de este nuevo librito, la razón estuvo en que ambicionaba ser leído por los “niños de cero a cinco años”, pues sabía que todos los otros niños, tanto los de

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cinco a quince, como los de quince a veinticinco y los de veinticinco a treinta y cinco, e incluso aquellos que habían llegado a “cierta edad” que era mejor no revelar, habían leído ya las fantasías de Alicia, publicadas con anterioridad en los libros Aventuras de Alicia en el país de las maravillas (Alice’s Adventures in Woderland) en 1865, y A través del espejo (Through the Looking Glass) en 1872. Más que una síntesis o un collage de algunas escenas célebres del texto original de Aventuras de Alicia en el país de las maravillas, Alicia para niños es una obra escrita por Carroll de manera independiente, autónoma en su estructura, ritmo y lenguaje. En extensión, no supera más de una cuarta parte de la primera Alicia y en la versión original, publicada finalmente en 1890, el texto venía acompañado por veinte imágenes coloreadas por John Tenniel, caricaturista político de la revista Punch e ilustrador con quien Carroll entró en contacto en 1864. Así la relación profesional entre los dos no haya sido siempre la mejor, los trazos de Tenniel se consideraron los más afortunados e hicieron mundialmente famosa la imagen de la niña Alicia y las de sus acompañantes en ese “otro mundo”. A pesar de la brevedad, Alicia para niños contiene la esencia y la naturaleza de la obra de Carroll, el encanto de

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una obra única que transformó para siempre la concepción de la fantasía, tanto de los niños como de los adultos. Aquí aparecerán algunos de los personajes enigmáticos, muchos bastante desquiciados, que irrumpen frente a Alicia a medida que la niña se adentra en el territorio de lo subterráneo; territorio regido por unas leyes dictadas bajo una lógica que trastoca la de nuestra llamada realidad terrestre. Aparecen el Conejo Blanco que persigue el tiempo perdido, la Oruga Azul que fuma de un narguilé, el Sombrerero Loco que vende hasta su propio sombrero, la autoritaria Duquesa y malgeniada Reina de Corazones, quien manda cortarle la cabeza a todo aquel que ose contradecirla, así como el desconcertante y risueño Gato de Cheshire que, en una particular propuesta de la teoría de la relatividad, le responde a la extraviada Alicia que si uno no sabe hacia dónde va, no importa entonces la dirección que se tome. Sin embargo, la característica principal y más notoria de Alicia para niños es la presencia directa de Carroll como narrador; asumiendo en cada una de las páginas del libro el papel de una especie de maestro de ceremonias que dirige al niño a lo largo de la lectura, explicándole tanto el argumento como los personajes y sus naturalezas, el

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sinsentido de sus actos, al tiempo que le señala los dibujos y le lanza preguntas imprevistas sobre lo que la historia revela cada vez que el lector levanta la página. Tercer hijo y primer varón de una extensa familia de once hermanos, Charles se vio desde pequeño atraído por el mundo de la fantasía, las parodias, el teatro, las marionetas, el sueño y el absurdo, y compuso desde los diez años varias revistas familiares y privadas. En 1851, el mismo año de la muerte de su madre, Carroll se matriculaba en el college Christ Church de Oxford, donde residió hasta su muerte y sin salir casi nunca de sus límites, a excepción de un viaje a Rusia de dos meses en 1867. En 1856 dos hechos cambiarán su vida: el director del periódico “The Comic Times”, donde Carroll llevaba casi un año como colaborador con parodias y relatos, lo convencía de adoptar un seudónimo. Según contó en su diario, llegó al nombre de Lewis Carroll con la retraducción invertida de su nombre, Charles Lutwidge, al latín, Carolus Ludovicus. El segundo hecho, tan fundamental como el anterior para el destino de la literatura occidental, es que entraba en contacto con Alice Liddell y sus hermanas, hijas del Decano de Christ Church, Henry George Liddell.

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La relación con Alicia no duró más de diez años y las razones de la brusca ruptura con su más importante inspiración sentimental pertenecen también al territorio de la especulación. Se volverán a encontrar veinticinco años más tarde, cuando Lewis Carroll ya conocía la fama y había publicado, además de sus dos obras fundamentales, varios títulos de ficción, poesía, teoría matemática y lógica, como Hechos figuras y quimeras (1866), El Quinto Libro de Euclides (1868), Phantasmagoria (1869), La caza del Snark (1876), Euclides y sus rivales modernos (1879), ¿Rima? y ¿razón? (1883), El juego de la Lógica (1887), Silvia y Bruno (1889-1893) y Curiosa Mathematica (1893), entre otros. Apenas dos semanas antes de cumplir los sesenta y seis años, Lewis Carroll murió el 14 de enero de 1898 en Guildford, como consecuencia de complicaciones pulmonares y bronquiales, probablemente ocasionadas por el clima húmedo de Oxford y el uso de asbestos en la calefacción. En las instrucciones que dejó para su funeral pidió que este fuera “sencillo y nada costoso, evitando todas esas cosas que se hacen sólo por espectáculo…”. Combatió la soledad con su talento literario y, como en uno de los tantos episodios sin sentido y paradojas

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Primera edición de Alicia para niños de 1890 ilustrada a color por John Tenniel

sorprendentes que llenan sus libros, a la genialidad de su lenguaje escrito la acompañó la tartamudez en vida. Para la presente edición de Alicia para niños el lector contará con la traducción del reconocido poeta y narrador mexicano José Emilio Pacheco. Por otra parte, hemos querido ofrecer una particular versión para Libro al viento de Alicia para niños en blanco y negro, e invitar al lector a que imagine los colores que Lewis Carroll señalaba siguiendo las viñetas originales a color hechas por su ilustrador John Tenniel.

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j u l i o pa r e d e s


Alicia para niños

Prefacio dir igido a todas las madres T e ng o r a z on e s para creer que Alicia en el país de las maravillas la han leído centenares de niños ingleses de cinco a quince años; también niños de quince a veinticinco, así como niños de veinticinco a treinta y cinco e incluso niños –porque existen– en quienes ni la mengua [15]


Lewis Carroll

de salud y fuerza ni el desgaste que causan la burla solemne, el brillo cursi y el sufrimiento irremediable de la vida han cegado la pura fuente de alegría que brota en aquellos que conservan intacto su corazón infantil: niños “de cierta edad” cuyos años no deben contarse sino guardarse en respetuoso silencio. Ahora mi ambición (¿será vana?) es ser leído por niños de cero a cinco años. ¿Ser leído? No: digamos más bien ser ojeado, arrullado, puesto bajo la almohada, arrugado y besado por niños que no saben lectura ni gramática, adorables criaturas con hoyuelos que llenan de alegre estruendo sus habitaciones y de alegría serena el íntimo corazón de sus madres. Así, por ejemplo, conocí a una niña a quien le habían enseñado que a las niñitas debe bastarles con un ejemplar de cada cosa que hay en el mundo: pedir dos panes, dos naranjas, dos algo, atraería sobre ella la horrible acusación de “avorazada”. Una mañana la encontraron sentadita en su cama, mirando solemnemente sus dos piecitos desnudos y murmurando para sí misma en tono bajo y penitencial: “voazada”.

Pascuas de 1890

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❶  El Conejo Blanco H a bí a u na vez una niñita llamada Alicia. Tuvo un sueño muy curioso. ¿Te gustaría saber lo que soñó? Bueno, esto fue lo primero que ocurrió: un Conejo Blanco pasó corriendo a toda velocidad. Al llegar junto a Alicia se detuvo y sacó del bolsillo su reloj.

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Lewis Carroll

¿No te parece divertido? ¿Has visto algún conejo que tenga un reloj y un bolsillo para guardarlo? Por supuesto, si un conejo tiene reloj debe tener también un bolsillo para guardarlo: nunca debe llevarlo en la boca, y además necesita sus patas delanteras para correr. Tenía hermosos ojos rosados (creo que todos los conejos blancos tienen ojos rosados) y orejas rosadas y un lindo abrigo café. Puedes ver el pañuelo rojo que sobresale de su bolsillo. ¿Te gustan su corbata y su chaleco? ¿Verdad que el conejo está muy elegante? –¡Dios mío, Dios mío! –dijo el Conejo–: ¡Voy a llegar tarde! ¿Adónde iba a llegar tarde?, me pregunto. Bueno, verás: tenía que ir a visitar a la Duquesa (pronto verás un dibujo de la Duquesa sentada en su cocina). Y la Duquesa era una vieja dama de muy mal humor. Y el Conejo sabía que iba a encontrarla enfurecida porque la hizo esperar. Por tanto el pobrecito estaba mucho muy asustado (¿te das cuenta de cómo tiembla? Mueve un poco el libro de un lado a otro y lo verás temblar) y temía que la Duquesa ordenara que lo decapitasen como castigo. Es lo que hacía la Reina de Corazones cuando se enojaba con alguien (en seguida la verás dibujada). Al menos, mandaba cortar cabezas y [18]


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pensaba que era obedecida, aunque en realidad jamás le hacían caso. Así, cuando se fue el Conejo Blanco, Alicia quiso saber qué iba a pasar con él. Corrió tras el Conejo, corrió, corrió y corrió hasta que cayó en la boca de su madriguera. De verdad fue una caída muy larga. Cayó, cayó y cayó hasta que empezó a preguntarse si no estaría atravesando el mundo y no iría a salir del otro lado. Era como un pozo muy profundo, sólo que sin agua. Si alguien de verdad hubiera caído en esa forma seguramente se habría matado. Pero, como sabes, caerse en un sueño no duele para nada, porque cuando supones que caes en realidad estás profundamente dormido y acostado en algún lugar seguro y firme. Al fin la terrible caída llegó a su término y Alicia descendió sobre un montón de varas y hojas secas. Pero no se lastimó en absoluto. Se levantó de un salto y siguió corriendo tras el Conejo. Y éste fue el comienzo del curioso sueño que tuvo Alicia. La próxima vez que encuentres un Conejo Blanco haz un esfuerzo e imagínate que tú vas a tener un sueño tan curioso como el de la pequeña y adorable Alicia.

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❷  Cómo creció Alicia De spu é s de caer en la madriguera y correr un larguísimo trecho bajo la tierra, Alicia se encontró de pronto en un gran salón rodeado de puertas. Todas las puertas estaban cerradas con llave. Como ves, la pobre Alicia no podía salir del salón y eso la entristecía. Pese a todo, al poco rato encontró una mesita de cristal con tres patas (dos de las patas y el comienzo de la tercera figuran en el dibujo: ¿las ves?) y en la mesa había una llavecita. Alicia recorrió el salón y trató de abrir con ella alguna de las puertas. ¡Pobre Alicia! La llave no servía para ninguna de las puertas. Por fin llegó a una puertita. ¡Qué contenta se puso al ver que se abría con la llave! De modo que abrió la puertita, se inclinó y miró al interior. ¿Y qué crees que vio? Pues un jardín muy hermoso. Y sintió muchas ganas de estar en él. Pero la puerta era demasiado pequeña. Alicia no podía pasar por ella, del mismo modo que para ti sería imposible entrar en la casita de un ratón. [20]


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Y esta vez sí encontró algo nuevo en ella.

De modo que la pobre Alicia cerró la puerta, devolvió la llave a la mesa y esta vez sí encontró algo nuevo en ella (Observa otra vez el dibujo). ¿Qué crees que era? Una botellita con un letrero que decía

bébeme

La probó y como le gustó mucho se bebió todo su contenido. Entonces le ocurrió algo muy curioso. Como nunca adivinarías qué fue tendré que contártelo: se hizo


Lewis Carroll 

EncontrĂł una mesita de cristal con tres patas.


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cada vez más pequeña hasta que alcanzó el tamaño de una muñequita. Entonces se dijo: “Ahora sí tengo el tamaño adecuado para entrar por la puertita”. Y corrió hacia ella. Pero al llegar la encontró cerrada. Y como la llave estaba encima de la mesa no podía alcanzarla. ¿No te parece una lástima que Alicia hubiera cerrado la puerta con llave? Bueno, lo siguiente que halló fue un pastelito que tenía la palabra

cómeme

Naturalmente, se lo comió. Entonces ¿qué crees que pasó? No, nunca lo sabrás. Tendré que decírtelo de nuevo. Alicia creció, creció y creció hasta volverse más alta de lo que era antes. Más alta que ninguna niña, más alta que una mujer adulta. ¡Más alta, más alta, más alta! Mira el dibujo y verás hasta qué punto creció. ¿Qué te hubiera gustado más: ser una Alicia diminuta, del tamaño de una gatita, o una Alisota altísima que se golpeaba la cabeza contra el techo?

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❸    El Charco de Lágrimas Qu i z á s u p on e s que Alicia estaba muy satisfecha de haber comido el pastelito y de verse creciendo tanto hasta ser tan enormemente alta. Porque, desde luego, en ese momento le hubiera sido fácil alcanzar la llave de la mesa de cristal y abrir la puertita. Bueno, claro que podía hacerlo. Pero ¿de qué le servía abrir la puertita si le era imposible pasar por ella? La pobre estaba peor que nunca. Lo único que pudo hacer fue bajar la cabeza hasta el piso y mirar con un solo ojo por la puerta. Eso fue todo. Nada tiene de extraño que la pobre niña altísima se sentara a llorar con el corazón destrozado. Lloró, lloró y lloró. Sus lágrimas corrieron por el salón como un río profundo. Muy pronto se formó un gran Charco de Lágrimas que cubría hasta la mitad del salón. Y Alicia se hubiera quedado allí hasta hoy si no fuera porque el Conejo Blanco pasó por el salón rumbo a casa [24]


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de la Duquesa. Estaba tan elegante como el que más, tenía guantes de cabritilla en una mano y un abanico en la otra y seguía musitando: –Ay, la Duquesa, la Duquesa. Debe de estar furiosa porque la he hecho esperar. Pero no vio a Alicia, ¿sabes? Así que cuando ella empezó a decirle: –Señor, ¿sería usted tan amable de…? –su voz parecía bajar del techo del salón por lo alta que se encontraba su cabeza. Y el Conejo, aterrorizado, dejó caer los guantes y el abanico y huyó lo más rápido que pudo. Entonces sucedió algo muy curioso: Alicia recogió el abanico y empezó a echarse aire. Y, asómbrate: volvió a hacerse pequeña y en un instante ya era del tamaño de un ratón. Ahora mira el dibujo y descubrirás qué pasará. Se ve como el mar, ¿no es cierto? Pero en realidad es el Charco de

Y Alicia ha caído en el charco y el Ratón también [25] y allí están nadando juntos.


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Lágrimas formado, como sabes, por lágrimas de Alicia. Y Alicia ha caído en el charco y el Ratón también y allí están nadando juntos. ¿No se ve linda Alicia nadando en el dibujo? Observa sus medias azules bajo el agua. Pero ¿por qué el Ratón tiene tanta prisa en escapar de Alicia? Bueno, la verdad es que Alicia comenzó a hablar de perros y gatos, y un ratón detesta hablar de perros y gatos. Imagínate que estuvieras nadando en el charco de tus propias lágrimas. Supón que alguien empieza a hablarte de libros de escuela y frascos de medicina: ¿no huirías nadando lo más rápido que pudieras?

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❹  La Carrera Loca C ua n d o A l ici a y el Ratón salieron del Charco de Lágrimas estaban, por supuesto, mojadísimos. También lo estaban un montón de curiosos personajes que, como ellos, habían caído al Charco. Había un Dodo (es el enorme pájaro que está al frente y se apoya en un bastón), un Pato, un Loro (se halla tras el Pato y mira por sobre su cabeza), un Aguilucho (a la izquierda del Loro) y otros más. No sabían cómo rayos iban a secarse. Pero el Dodo, que era un pájaro muy sabio, les dijo que la mejor forma era organizar una Carrera Loca. ¿En qué crees que consistía? ¿No sabes? Eres una criaturita ignorante. Ahora pon mucha atención y te libraré de tu ignorancia. Primero tienes que trazar una pista. Debe ser una especie de círculo pero su forma no importa mucho siempre y cuando dé vueltas y se cierre sobre sí mismo. Después debes poner a todos los corredores en la pista, [27]


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por aquí y por allá: no importa dónde con tal de que no los amontones. Por último, no necesitas decir: “En sus marcas, listos, fuera”. Déjalos arrancar y terminar cuando se les dé la gana.

Había un Dodo.


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Así, Alicia y los demás corredores dieron vueltas y vueltas hasta quedar completamente secos. Entonces el Dodo dijo que todos habían ganado e iban a recibir sus premios. Por supuesto, Alicia tuvo que entregárselos. No tenía sino unos cuantos dulces que por casualidad llevaba en sus bolsillos. Le tocó uno a cada uno y ella se quedó sin premio. ¿Qué crees que hicieron entonces? Lo único que a Alicia le quedaba era su dedal. Observa el dibujo y verás qué pasó. –Dámelo –dijo el Dodo. El Dodo tomó el dedal, se lo devolvió a Alicia y le pidió: –Te rogamos que aceptes este humilde dedal. Y todos los demás personajes aplaudieron. ¿No fue un regalo muy curioso el que le dieron? Imagínate que el día de tu cumpleaños quieren regalarte algo. ¿Te gustaría que fueran al mueble donde guardas tus juguetes, tomaran la más bonita de tus muñecas y te dijeran: ¿“Toma, mi amor, aquí tienes este regalito”? ¿No te gustaría que más bien te dieran algo nuevo, algo que nunca antes te hubiese pertenecido? [29]


❺  Elsa, la lagartija A hor a voy a contarte las aventuras de Alicia en casa del Conejo Blanco. ¿Recuerdas que el Conejo dejó caer sus guantes y su abanico cuando se asustó tanto al escuchar la voz de Alicia que parecía caída del cielo? Como es natural, sin guantes ni abanico el Conejo no podía visitar a la Duquesa. De modo que poco después regresó a buscarlos. Para entonces el Dodo y los otros curiosos personajes se habían ido. Alicia estaba completamente sola y caminaba sin rumbo fijo. ¿Qué crees que hizo el Conejo? Pensó que Alicia era su sirvienta y le ordenó: –Mary Ann, ve a casa ahora mismo y tráeme un par de guantes y un abanico. Date prisa. [30]


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Tal vez no podía ver muy bien con sus ojos rosados, ya que estoy seguro de que Alicia no parece una sirvienta, ¿verdad? Sin embargo Alicia era una buena niña y en vez de ofenderse corrió lo más rápido que pudo a casa del Conejo. Fue una suerte que encontrara abierta la puerta. Si hubiera tenido que tocar el timbre, supongo que la Mary Ann de verdad no la hubiese dejado entrar jamás. Y estoy seguro también de que fue muy afortunada al no toparse con la verdadera Mary Ann mientras Alicia subía las escaleras: me temo que hubiese confundido a Alicia con una ladrona. Al fin llegó al cuarto del Conejo. Halló en la mesa un par de guantes. Iba a recojerlos y a volver cuando encontró una botellita. Por supuesto tenía una etiqueta que decía

Ve a casa ahora mismo y tráeme un par de guantes.

bébe m e. Y desde luego Alicia tomó un poco de su contenido. [31]


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Envió a Elsa, la Lagartija, al techo de la casa.


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Bueno, creo que también en esto Alicia tuvo suerte, ¿no te parece? Porque si ella no hubiera tomado el líquido de la botella toda esta maravillosa aventura que voy a contarte no hubiese sucedido. Hubiera sido una lástima, ¿verdad? Ya estás acostumbrándote a las aventuras de Alicia: te aseguro que puedes adivinar lo que pasó después. En el caso contrario te lo diré. Alicia creció, creció y creció. Y en poco tiempo el cuarto quedó lleno de Alicia, del mismo modo en que un tarro está lleno de mermelada. Había Alicia hasta el techo y en cada rincón. Como la puerta se abría hacia adentro, no había naturalmente espacio para abrirla. De modo que el Conejo no pudo entrar cuando, cansado de la espera, fue en busca de sus guantes. Entonces ¿qué crees que hizo? (Ve el dibujo.) Envió a Elsa, la Lagartija, al techo de la casa y le pidió que bajara por la chimenea. Pero Alicia tenía un pie en donde arde el fuego. Cuando escuchó que Elsa bajaba por la chimenea le dio una patadita y Elsa salió volando por los aires. ¡Pobre Elsa! ¿No te da lástima? Qué asustada debió de estar. [33]


❻ El adorable Cachorrito Bu e no, no parece realmente un Cachorrito, ¿verdad? Pero, como ves, Alicia volvió a encogerse y por eso se ve tan grande el Cachorrito. Alicia se comió uno de esos pasteles mágicos que encontró en casa del Conejo y se volvió tan pequeña que pudo pasar por la puerta. De otro modo jamás hubiera salido de la casa. ¿No hubiese resultado una lástima? Porque entonces no habría soñado las demás cosas que vas a leer. De modo que se trataba realmente de un Cachorrito, ¿ves? ¿No es una linda mascotita? Mira cómo le ladra a la vara que le presenta Alicia. Como puedes ver, Alicia le tenía un poco de miedo: se oculta tras ese gran cardo por temor de que el Cachorrito la pisotee. Eso hubiese sido tan malo para ella como lo sería para ti que te atropellara un coche. ¿Tienes un cachorrito en tu casa? Si lo tienes confío en que siempre seas bueno con él y le des de comer cosas ricas. [34]


Alicia para niños

De modo que se trataba realmente de un Cachorrito, ¿ves?

Una vez conocí a unos niños de tu edad. Eran dueños de un cachorrito llamado Dash. Esto es lo que me contaron acerca de su comida de cumpleaños. –Un día, ¿sabe usted?, nos dimos cuenta de que era el cumpleaños de Dash. Dijimos: vamos a darle una buena comida como la que nos ofrecen en nuestros propios [35]


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c­ umpleaños. Pensamos y pensamos: ¿Qué es lo que más nos gusta? Pensamos y pensamos y por fin dijimos al unísono: papilla de avena, por supuesto. Estábamos seguros de que a Dash también le encantaría. Fuimos a ver a la cocinera y le pedimos que hiciera una rica papilla de avena. Después llamamos a Dash y le dijimos: “Aquí está tu comida de cumpleaños”. Esperábamos que Dash iba a salta de alegría. Pero no lo hizo. Así pues, colocamos el plato frente a él y le dijimos: “No seas mañoso, Dash. Cómetelo como un buen perrito”. Dash se limitó a probarlo con la punta de la lengua y luego puso una cara horrible. Tanto le repugnó la avena que no pudo comerla. Tuvimos que hacer que se la tragara a cucharadas. Me pregunto si Alicia le dará papilla de avena a este Cachorrito. No creo que pueda porque no la tiene. En el dibujo no veo ningún plato.

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❼  La Oruga Azul ¿Qu i e r e s s a be r qué le pasó a Alicia después de escapar del Cachorrito? Era un animal demasiado grande para que Alicia pudiese jugar con él. No creo que te gustara jugar con un hipopótamo, ¿verdad? Siempre estarías pensando en que, bajo el peso de sus patas, podría dejarte tan plano como una tortilla. Así que Alicia se sintió feliz de escapar en un descuido del Cachorrito. Pues bien, Alicia caminó de arriba a abajo sin saber cómo podría recuperar su tamaño natural. Desde luego, se daba cuenta de que la regla general era que tenía que comer o beber algo. El problema es que no podía adivinar exactamente cuál cosa. Sin embargo, no tardó en llegar hasta un hongo tan alto que sólo parándose de puntillas podía ver por encima de él. ¿Y qué crees que vio? Algo a lo que estoy seguro que en tu vida le has dirigido la palabra: Una gran Oruga Azul. Pronto te diré lo que hablaron Alicia y la Oruga. Primero observa el dibujo. Ese aparato [37]


El humo sale por el tubo largo enroscado como una serpiente.

tan curioso que tiene enfrente la Oruga se llama narguilĂŠ y se usa para fumar. El humo sale por el tubo largo enroscado como una serpiente. ÂżObservas su larga nariz y su barbilla? Cuando menos se ven como una nariz y una barbilla, Âżno? En realidad son [38]


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dos de sus patas. ¿Sabes que una oruga tiene gran cantidad de patas? Abajo puedes encontrar muchas otras. Qué lata debe de ser para la Oruga contar noche tras noche tantas patas: tiene que estar segura de no haber perdido ninguna. Otro problema enorme ha de ser decidir cuál pata moverá primero. Si tuvieras cuarenta o cincuenta patas y quisieses salir a caminar tardarías tanto tiempo en decidir con cuál empiezas que nunca darías un paso. ¿Y de qué hablaron Alicia y la Oruga?, me pregunto. Bueno, Alicia le dijo cuán confuso resultaba tener primero un tamaño y luego otro. Y la Oruga le preguntó a Alicia si le gustaba el tamaño que tenía en ese momento. Y Alicia le dijo que le gustaría ser un poco más alta, porque ocho centímetros era una estatura lamentable. (Marca en la pared ocho centímetros, más o menos el largo de tu dedo medio, y verás de qué tamaño era Alicia.) Y la Oruga le dijo que un lado del hongo la haría crecer y el otro encogerse. Así que Alicia se comió dos trocitos del hongo y logró alcanzar un buen tamaño antes de ir de visita a casa de la Duquesa. [39]


❽  El Lechoncito ¿Quier es saber qué pasó cuando Alicia fue a visitar a la Duquesa? Puedo asegurarte que fue muy interesante. Por supuesto, para empezar Alicia tocó a la puerta. No le abrió nadie; de modo que la empujó ella misma. Si miras el dibujo verás exactamente lo que Alicia halló al entrar. Como ves, la puerta conducía a la cocina. La Duquesa estaba sentada en medio del cuarto arrullando al Bebé. El Bebé chillaba. La sopa hervía. La Cocinera meneaba la sopa. El Gato –era un gato de Cheshire– sonreía como siempre sonríen los gatos de Cheshire. Todo esto pasaba en el momento en que entró Alicia. La Duquesa tiene un sombrero y un vestido muy bonito, ¿no te parece? Lo que me temo es que su cara no sea tan bonita. El Bebé… bueno, yo diría que has visto varios bebés mucho más hermosos y de mejor carácter también. Sin embargo, obsérvalo cuidadosamente: verás si lo reconoces la próxima vez que te lo encuentres. [40]


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La Cocinera… bueno, debes de haber visto, una o dos veces, cocineras más agradables. Pero estoy casi seguro de que nunca has visto un Gato más precioso, ¿no es cierto? ¿No te gustaría tener un gato como éste con lindos ojos verdes y sonrisa muy dulce? La Duquesa se portó muy insolente con Alicia. No te extrañe, si era capaz de llamar “¡cerdo!” a su propio bebé. Y no era un cerdo, ¿o sí?

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La Duquesa estaba sentada en medio del cuarto arrullando al Bebé.


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La Duquesa ordenó a la Cocinera que le cortara la cabeza a Alicia. Desde luego la Cocinera no la obedeció. Por último le arrojó el Bebé a Alicia. Ella lo tomó en sus brazos y se lo llevó consigo. Creo que fue lo mejor que pudo haber hecho. Alicia caminó por el bosque cargando esa horrible cosita. Le dio mucho trabajo sostenerla porque se movía demasiado. Por fin Alicia descubrió que la manera adecuada de llevarlo consistía en mantenerlo sujeto por el pie izquierdo y la oreja derecha. Jamás trates de cargar a un bebé en esta forma. No existen bebés a quienes les guste ser arrullados de tal manera. Bueno, el Bebé siguió gruñendo y gruñendo. Alicia tuvo que decirle muy seriamente: –Querido, si vas a portarte como un cerdo, mejor vete de aquí. Entiéndelo. Para terminar, Alicia miró la cara del Bebé.¿Qué crees que le había pasado? Observa el dibujo y ve si puedes adivinarlo. ¡Caramba, ése no es el Bebé al que arrullaba Alicia! ¿O sí?

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¡Caramba, ése no es el Bebé al que arrullaba Alicia! ¿O sí?

Ah, ya sabía que no ibas a reconocerlo aun cuando te dije que lo observaras cuidadosamente. Sí, es el Bebé. Pero se ha convertido en un Lechoncito. Alicia lo puso en el suelo, le permitió que se internara al trote por el bosque y se dijo: –Si como Bebé era espantoso, como Lechoncito me parece muy guapo. ¿No crees que tenía razón?

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❾  El Gato de Cheshire S ol a, c om pl eta m e n t e sola. ¡Pobre Alicia! Sin Bebé, sin siquiera un Lechoncito que la acompañara. Ten la seguridad de que se puso muy contenta cuando vio sobre su cabeza al Gato de Cheshire posado en un árbol. Sin duda la sonrisa del Gato es muy bonita, pero mira cuántos dientes tiene. ¿No está Alicia un poco temerosa de él? Pues sí, un poco. De todos modos el Gato no podía evitar tener dientes, ya sabes. Y en caso de que estuviera enojado de algo servía el que sonriera. De modo que Alicia se alegró al mirarlo. ¿No se ve muy estirada Alicia con la cabeza tan erguida y las manos a la espalda como si le estuviera dando clases al Gato? Eso me recuerda una clasecita que deseo darte mientras observamos el dibujo de Alicia y el Gato. No te enojes: es una clase muy breve. [44]


Alicia para niños

Se puso muy contenta cuando vio sobre su cabeza al Gato de Cheshire posado en un árbol.


Lewis Carroll

¿Ves ese Guante de Zorra que crece al lado del árbol? ¿Sabes por qué se llama Guante de Zorra? Acaso pienses que tiene algo que ver con una zorra. Pues no: las zorras no usan guantes. En realidad esa planta debía llamarse “Guante de Hada”. Porque antiguamente se les decía a las hadas the good folk, las buenas personas; y como en su pronunciación folk se parece a fox, la planta cambió su nombre a Fox-Glove, guante de zorra. Hemos terminado la clase. Vamos a esperar un minuto para que se te quite el enojo. ¿Y ahora? ¿Recuperaste el buen humor? ¿Ya no estás enojada conmigo? ¿Ya terminaste de hacer muecas? Bueno, entonces sigamos. –Mishito de Cheshire –dijo Alicia (¿no era un nombre precioso para un gato?)–: ¿Podrías decirme qué camino debo tomar? El Gato de Cheshire le indicó cuál camino la llevaría a visitar al Sombrerero y cuál otro a la Liebre de Marzo. –Ambos están locos –dijo el Gato. Y entonces el Gato se desvaneció como la llama de una vela cuando se apaga. Alicia se dirigió a visitar a la Liebre de Marzo. Mientras [46]


Alicia para niños

¿No era curiosa una sonrisa sin Gato?

caminaba volvió a encontrar al Gato y le dijo que no le gustaba que apareciera y desapareciera tan rápido. De modo que esta vez el Gato se desvaneció lentamente. Empezó por la cola y terminó por la sonrisa. ¿No era curiosa una sonrisa sin Gato? ¿Te gustaría ver una? Arriba en esta página verás a Alicia observando la sonrisa. No se ve más asustada que cuando estaba mirando al Gato. ¿O sí? [47]


❿  La merienda loca É sta e s la Merienda Loca. Como has visto, Alicia dejó al Gato de Cheshire y, según sus indicaciones, fue en busca del Sombrerero y la Liebre de Marzo. Los encontró tomando el té a la sombra de un gran árbol. Había un Lirón sentado entre los dos. A la mesa únicamente estaban los tres pero había en ella una gran cantidad de tazas. No puedes ver toda la mesa pero aun en la pequeña parte que ves hay nueve tazas, si contamos la que tiene en la mano la Liebre de Marzo. Ésta es la Liebre de Marzo. Tiene largas orejas y paja en su pelambre. Las briznas de paja, no sé por qué, eran prueba de su locura. Nunca te pongas paja en el pelo si no quieres que la gente piense que estás loco. Al extremo de la mesa había un cómodo sillón verde que parecía hecho a la medida de Alicia. De modo que fue a sentarse en él. Alicia sostuvo una larga conversación con la Liebre de [48]


Alicia para niños

El Sombrerero llevaba sombreros para vender. Aun el que tiene puesto está a la venta.


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Marzo y el Sombrerero. El Lirón no habló mucho. Como ves, generalmente estaba dormido y sólo se despertaba de vez en cuando. Mientras dormía el Lirón resultaba muy útil para la Liebre de Marzo y el Sombrerero, porque tenía una cabeza redonda y suave como una almohada en que podían apoyar los codos, recostarse y hablarse cómodamente. ¿No te gustaría que la gente usara tu cabeza como almohada, verdad? Pero no lo sentirías si estuvieras tan profundamente dormido como el Lirón; así que me imagino que no te importaría. Me temo que a Alicia le dieron muy poco de comer y de beber. Sin embargo, al poco rato, ella se sirvió té, pan y mantequilla. Sólo que no sé muy bien de dónde sacó el pan y la mantequilla. Además no tenía plato para ponerlos. Nadie parecía tener un plato excepto el Sombrerero. Me imagino que también la Liebre de Marzo debía de tener su plato porque cuando cambiaron de lugar (como era la regla en esta curiosa merienda) y a Alicia le tocó el sitio de la Liebre de Marzo, descubrió que la Liebre había derramado la jarra de la leche en su plato. Por eso me imagino que el plato y la jarra están escondidos tras la gran tetera. El Sombrerero llevaba sombreros para vender. Aun el que tiene puesto está a la venta. Como ves, tiene marcado


Alicia para niños

su precio: un “10” y un “6”, lo que significa diez chelines con seis peniques. ¿No es un modo chistoso de vender sombreros? ¿No lleva una bonita corbata de moño amarilla con grandes lunares rojos? Acababa de levantarse para decirle a Alicia: –Debes ir a cortarte el pelo. Eso fue una grosería, ¿verdad? ¿Te parece que a Alicia le hace falta cortarse el pelo? Creo que así está muy bonito y tiene el largo justo.

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❶❶  El jardín de la Reina É st e e s un pedacito del precioso jardín que te conté. Como ves, Alicia se las arregló al fin para hacerse pequeña y entrar por la puertita. Creo que era del tamaño de un ratón parado en sus patas traseras. Por supuesto, había un rosal muy pequeño y los jardineros también eran muy pequeños. ¡Qué hombrecitos tan graciosos! ¿Crees que son hombres? Me parece más bien que deben ser naipes vivientes con cabeza, manos y piernas que los hacen semejantes a hombrecitos. Me pregunto qué harán con esa pintura roja. Bueno, verás, esto es lo que le dijeron a Alicia. La Reina de Corazones quería tener un rosal rojo exactamente en esa esquina. Los pobres jardineros se equivocaron y plantaron un rosal blanco. Estaban muy asustados porque seguramente la Reina se iba a enojar muchísimo e iba a ordenar que les cortaran la cabeza. Era una reina terriblemente violenta y cuando se enojaba con alguien ordenaba: [52]


  Alicia para niùos

Los pobres jardineros se equivocaron y plantaron un rosal blanco.

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–¡Córtenle la cabeza! Realmente nunca hubo decapitados porque nadie obedecía aquel mandato que ella daba siempre. ¿Adivinas lo que tratan de hacer los pobres jardineros? Pintar de rojo las rosas blancas. Tienen mucha prisa por terminar antes de que llegue la Reina. Si acaban, tal vez la Reina no descubra que plantaron un rosal blanco y quizá los hombrecitos salven sus cabezas. Como ves, había en el rosal cinco grandes rosas blancas. ¡Qué trabajo pintarlas todas de rojo! Ya han pintado tres rosas y media. Si dejaran de hablar un momento y trabajasen… ¡Trabajen, hombrecitos, trabajen o llegará la Reina antes de que terminen! Y si en la mata encuentra una rosa blanca, ¿sabes qué pasará? Dirá: –¡Córtenles la cabeza! ¡Trabajen, hombrecitos, apúrense! ¡Ha llegado la Reina! Y vaya que está furiosa. ¡Ay, ­pobrecita Alicia!

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❶❷  La Cuadrilla de las Langostas ¿ A l gu na v e z has jugado al croquet? Se juega con grandes bolas de madera pintadas de diferentes colores. Tienes que empujarlas utilizando grandes mazos y hacerlas pasar por arcos de alambre. Observa el dibujo y verás que Alicia ha estado jugando al croquet.

Alicia ha estado jugando al croquet.

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–Pero si ella no puede jugar con ese grande y rosa cómo-se-llama en sus manos. Es imposible que sostenga el mazo. Bueno, mis queridos niños, ese grande y rosa cómo-sellama (su verdadero nombre es flamenco) es el mazo. En este partido de croquet las bolas eran puercoespines vivos –tú sabes que un puercoespín puede hacerse redondo como una pelota– y los mazos eran flamencos vivos. Alicia está descansando por un minuto para poder charlar con la vieja y excelente Duquesa. Por supuesto, para no perderlo se aferra a su mazo. –Yo creo que la Duquesa era muy vieja pero no muy buena. ¡Miren que llamar cerdo a su Bebé y querer cortarle la cabeza a Alicia…! Bueno, eso de cortarle la cabeza a Alicia era sólo una broma. Y en cuanto al Bebé… pues ya sabes que se trataba realmente de un Lechoncito. Observa la sonrisa de la Duquesa. Es más ancha que la cabeza de Alicia, y eso que nada más puedes verle la mitad. Pues sólo habían conversado un poco cuando llegó la Reina a llevarse a Alicia para que viera al Grifo y a la Falsa Tortuga. ¿No sabes lo que es un Grifo? Bueno, ¿es que hay algo que sí sepas? Ésa es la pregunta. De todos modos observa el [56]


Alicia para niños

¿No sabes lo que es un Grifo?

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dibujo. El personaje de cabeza roja, garras rojas y escamas verdes es el Grifo. Ahora lo sabes. El otro personaje es la Falsa Tortuga. Tiene cabeza de ternera porque es lo que se usa para hacer la falsa sopa de tortuga. Ahora lo sabes. –Pero ¿qué están haciendo al dar vueltas en esa forma a Alicia? Caramba, por supuesto creí que lo sabías: están bailando la Cuadrilla de las Langostas. La próxima vez que te encuentres con un Grifo y una Falsa Tortuga me atrevo a creer que bailarán para ti si se lo pides cortésmente. Sólo que no los dejes acercarse mucho o te pisarán los pies como le hicieron a la pobre Alicia.

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❶❸ ¿Quién se robó los pasteles? ¿ A l gu na v ez supiste cómo hizo los pasteles la Reina de Corazones? ¿Podrías decirme qué pasó con ellos? –Claro que puedo. ¿No nos dice la canción lo que pasó? En un día de verano la Reina horneó sus pasteles, y se los llevó en la mano el Valet con los manteles. Pues sí, la canción lo dice. Pero el hecho de que lo diga no basta para que castiguen al pobre Valet. Lo detuvieron, lo encadenaron y lo presentaron ante el Rey de Corazones para que lo juzgara. Si miras el dibujo comprenderás qué solemne es un proceso cuando el juez es un rey. El Rey tiene un aspecto majestuoso, ¿verdad? Pero no [59]


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Creo que debe de ser incómoda y pesada la gran corona que lleva en la peluca.

parece muy feliz. Creo que debe de ser incómoda y pesada la gran corona que lleva en la peluca. Sin embargo, tenía que usar corona y peluca para que la gente supiese que era al mismo tiempo rey y juez. ¿No se ve enojadísima la Reina? Observa en la mesa la bandeja de pasteles que tanto trabajo le costó hornear. También puedes ver al malvado Valet (¿te fijas en las ­cadenas


Alicia para niños

pendientes de sus muñecas?) que se robó los pasteles. Por eso no es extraño que la Reina esté un poco enojada. Cerca del Rey se encuentra el Conejo Blanco leyendo la canción que dice a todo el mundo cuán perverso es el Valet. El jurado (sólo puedes ver en la tribuna a dos de sus miembros) debe decidir respecto a su culpabilidad o su inocencia. Ahora te contaré el accidente que le ocurrió a Alicia. Verás, estaba sentada cerca de la tribuna del jurado porque la llamaron como testigo. ¿Sabes qué es un testigo? Es una persona que ha visto al reo hacer aquello de que se le acusa, o cuando menos sabe algo importante para su proceso. Pero Alicia no había visto a la Reina hornear los pasteles. Tampoco al Valet robárselos. En realidad no sabía nada acerca de esto. Entonces ¿por qué rayos la llamaron como testigo? Juro que no sé decirte. De todos modos ellos necesitaban a Alicia. El Conejo Blanco tocó su gran trompeta y gritó: –¡Alicia! De modo que Alicia saltó a toda velocidad. Y entonces… ¿Qué crees que pasó entonces? [61]


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Vamos a ver si podemos reunir a los doce.

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Alicia para niños

Pues que su falda se enganchó en la tribuna del jurado y la volcó y todos sus pobrecitos miembros rodaron por los suelos. Vamos a ver si podemos reunir a los doce. ¿Sabes que se necesitan doce para constituir un jurado? Veo a la Rana, el Lirón, la Rata, el Hurón, el Puercoespín, la Lagartija, el Gallo, el Topo, el Pato, la Ardilla y un pájaro chillón de largo pico, exactamente detrás del Topo. Pero nada más son once. Debemos encontrar otro personaje. ¿Ves una cabecita blanca que sobresale tras el Topo y bajo el pico del Pato? ¡Ya tenemos los doce! Mister Tenniel, autor de los dibujos, dice que el pájaro chillón es una Cigüeña (claro que sabes qué es una cigüeña) y el de la cabecita blanca es un Ratoncito. ¿No te parece precioso? Alicia los recogió muy cuidadosamente a todos. Espero que no se hayan lastimado.

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❶❹  La lluvia de naipes ¡Dios m ío, Dios mío! ¿Qué significa todo esto? ¿Y qué le sucede a Alicia? Bueno, voy a explicártelo lo mejor que pueda. El proceso acabó de esta manera: el Rey quería que el jurado decidiese si el Valet era culpable o inocente. Eso significaba que ellos debían resolver si el Valet se había robado los pasteles o si el ladrón fue otro. Pero la malvada Reina ansiaba que de todos modos el Valet fuera castigado. No era justo, ¿verdad? Porque piensa: suponiendo que el Valet no se robó los pasteles, entonces evidentemente no debía ser castigado, ¿verdad? ¿Te gustaría que te castigaran por algo que no hiciste? Así que Alicia dijo: –Son estupideces y tonterías. Así que la Reina dijo: –Córtenle la cabeza. (Lo que siempre decía cuando ­estaba furiosa.) Así que Alicia dijo: [64]


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Todos los naipes se enfurecieron y volaron por los aires.

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–¿Quién los toma en cuenta? No son sino un mazo de naipes. Así que todos los naipes se enfurecieron y volaron por los aires y cayeron sobre Alicia como gotas de lluvia. Y estoy seguro de que nunca adivinarás lo que pasó después. Alicia despertó de su curioso sueño. Vio que los naipes eran tan sólo hojas desprendidas de un árbol y el viento las había llevado hasta su cara. ¿No sería maravilloso tener un sueño como el de Alicia? La mejor manera de tenerlo es la siguiente: recuéstate bajo un árbol y espera a que pase corriendo un Conejo Blanco con un reloj en la mano. Entonces cierra los ojos e imagínate que eres la pequeña Alicia. Adiós, querida Alicia, adiós. •


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Antígona

Sófocles

El 9 de abril (Fragmento de la crónica Vivir para contarla) Gabriel García Márquez

3

Cuentos para siempre

Hermanos Grimm Hans Christian Andersen Charles Perrault Oscar Wilde

13 14

José María Cordovez Moure Rudyard Kipling

El gato negro y otros cuentos

Edgar Allan Poe

8 9 10

11

El beso y otros cuentos

Anton Chejov

El niño yuntero

Miguel Hernández

Cuentos de Navidad

Cristian Valencia Antonio García Lina María Pérez Juan Manuel Roca Héctor Abad Faciolince

Novela del curioso impertinente

Miguel de Cervantes

12

Cuentos en Bogotá

Antología

El beso frío y otros cuentos bogotanos

Nicolás Suescún Luis Fayad Mauricio Reyes Posada Roberto Rubiano Vargas Julio Paredes Evelio José Rosero Santiago Gamboa Ricardo Silva Romero

17

6 Cuentos de animales 7

¡Qué bonito baila el chulo! Cantas del Valle de Tenza Anónimo

16

Julio Cortázar

Bailes, fiestas y espectáculos en Bogotá (Selección de Reminiscencias de Santafé y Bogotá)

La casa de Mapuhi y otros cuentos

Jack London

15

4 Cuentos 5

Cuentos

Rafael Pombo

Los vestidos del emperador y otros cuentos

Hans Christian Andersen

18 19

Algunos sonetos

William Shakespeare

El ángel y otros cuentos

Tomás Carrasquilla

20 Iván el Imbécil León Tolstoi

21

Fábulas e historias

León Tolstoi

22 La ventana abierta y otros cuentos sorprendentes Saki Kate Chopin Henry James Jack London Mark Twain Ambrose Bierce


L I B RO A L V I E N TO Títulos publicados

23

Por qué leer y escribir

Francisco Cajiao Silvia Castrillón William Ospina Ema Wolf Graciela Montes Aidan Chambers Darío Jaramillo Agudelo

24 Los siete viajes de Simbad el marino (Relato anónimo de Las mil y una noches) 25 Los hijos del Sol Eduardo Caballero Calderón

26 Radiografía del Divino Niño y otras crónicas sobre Bogotá Antología de Roberto Rubiano Vargas

27

34

35

Robert Louis Stevenson Antología

29 Tres historias

Guy de Maupassant

Alphonse Daudet Wilhelm Hauff León Tolstoi

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32

Cuentos para niños

Cuentos latinoamericanos i

Adolfo Bioy Casares Carlos Fuentes Juan Carlos Onetti

33

Palabras para un mundo mejor

José Saramago

Cuentos latinoamericanos iv

José Donoso Sergio Pitol Guillermo Cabrera Infante

Poesía para niños

Selección de Beatriz Helena Robledo

Mario Vargas Llosa Felisberto Hernández Salvador Garmendia

Molière

Hermanos Grimm Alexander Pushkin Rudyard Kipling

Cuentos latinoamericanos iii

Julio Ramón Ribeyro Alfredo Bryce Echenique

40 El Libro de Marco Polo sobre las cosas maravillosas de Oriente 41 Cuentos latinoamericanos v

30 Escuela de mujeres 31

Bartleby

Herman Melville

36 Para niños y otros lectores

Dr Jekyll y Mr Hyde

28 Poemas colombianos

Cuentos latinoamericanos ii

Gabriel García Márquez Juan Rulfo Rubem Fonseca

42 Tengo miedo Ivar da Coll

43

Cuento de Navidad

Charles Dickens

44 Mitos de creación Selección de Julio Paredes C. 45 De paso por Bogotá. Antología de viajeros ilustres en Colombia en el siglo xix 46 Misa de Gallo y otros cuentos

Joaquim Maria Machado de Assis

47

Alicia para niños

Lewis Caroll

48 Juanito y los fríjoles mágicos Cuento tradicional inglés


a l i c ia pa r a n i ñ o s de lewis carroll f u e e d i ta d o p o r l a fundación gilberto a l z at e av e n d a ñ o y l a s e c r e ta r ía d e e d u c a c i ó n d e l d i s t r i t o pa r a s u biblioteca

libro al v iento

ba j o e l n ú m e r o c ua r e n ta y siete y se imprimió el mes de agosto del año 2 0 0 8 e n b o g o tá


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