FAUNA COLLAGE MAGAZINE
FAUNA
n.o 01, julio - diciembre, 2019
nombre femenino
Agradecimientos Especiales
1. Conjunto de todas las especies animales, generalmente con referencia a un lugar, clima, tipo,medio o período geológico concretos.
Andrea Triana
2. Conjunto de personas que frecuentan un lugar o realizan una determinada actividad, especialmente si son variopintas o peculiares.
Comité Editorial FAUNA Juan Fernando Salazar Director
Paula Arizmendi V. Editora Corrección de Estilo Jose Antonio Castro Diseñador Editorial FAUNA es una iniciativa de publicación dedicada a la creación del collage Colombiano Varios autores FAUNA Ediciones
Jardín Publicaciones
Sabrina Rodríguez Red Collage
Lorena Cortés Andrés Foglia Favio Rincón Facultad de artes ASAB
Viviana Alemán Libardo Galindo Gabriela Ortíz Daniel Quiroga Deep Miguel Fandiño Emmanuel Fernández Laura Arizmendi Imagen de cubierta Alarido por León LeGrand
Producción
FAUNA Publicación Impresión: Juan de Dios Caro S.A.S Calle 150a No. 101 - 20 Bogotá, D.C., Colombia PBX: 476 16 89 Cel: 319 554 18 93 faunacollage@gmail.com
ÍNDICE 5
Nota Editorial
6
Collage, Nostalgia y Resistencia
9
Observador Errante
10
Las Tres (Des)gracias del Folk
Por Sabrina Martínez
Viviana Alemán
Gabriela Ortíz
13
¡Ay por Dios!
16
Tristeza Bogotá
19
Bogotá y Yo
20
Las Aventuras de Antonio
Libardo Galindo
Daniel Quiroga
Deep Trouble
Miguel Fandiño
Nota
Editorial FAUNA finalmente celebra su primer número: Una recopilación de historias, anécdotas, recuerdos, un cortar y un pegar, hacen posible esta revista de collage. Todo lo cultivado, nacido y cosechado ha sido por el interés de sus participantes al contarnos su visión personal de la ciudad de Bogotá, y por supuesto, de su Fauna nativa. Por ende, agradecemos a todas aquellas manos dedicadas, creativas y sensibles que confiaron en que la publicación sería un hecho. Como en cualquier otra iniciativa, buscamos crear relaciones y comunicaciones, por lo que los lectores tienen un gran papel para la difusión del collage en la ciudad. Este proyecto por otro lado, se manifestó como el resultado investigativo; un canal dedicado a la importancia de la técnica, considerada un fenómeno social y cultural que ha tomado un auge no solo en Colombia, si no en toda latinoamérica. Gracias a estas condiciones, FAUNA puede desarrollarse y ser un canal de diálogo para todos los creadores, investigadores, expositores y gestores del collage Colombiano. Para concluír, queremos ofrecer nuestro más sincero agradecimiento a todas las personas que hicieron parte de este maravilloso proceso, desde profesores y maestros de distintas universidades, a nuestros seres queridos, amigos, familiares, y hasta los múltiples equipos que asistieron en la publicación impresa; sin ellos, no podríamos haber encotrado nuestra dirección.
5
Desde su aparición como una forma de arte a principios del siglo XX en Europa, el collage ha continuado sirviendo no solo como una forma de expresión, sino también como medio para desarrollar nuevas respuestas creativas. Actualmente el collage comienza a tener una enorme popularidad en Colombia, y cada día se hace más prescindible su participación en espacios artísticos donde sea una disciplina aceptada y reconocida. Donde los collagistas puedan continuar respondiendo a las posibilidades y límites de la cultura. Ahora que vivimos en esta era digital en la que cortar y pegar no implica necesariamente el uso real de las tijeras y el pegamento, y alternativamente podemos dividir y empalmar lo real y lo virtual, las posibilidades para el collage son vastas e infinitas.
Por Sabrina Rodríguez
COLLAGE, NOSTALGIA y
RESISTENCIA 6
Lo interesante de esta situación es que muchos de los collagistas no trabajan con materiales contemporáneos, sino que se centran en el archivo de la cultura impresa del siglo XX. Seguramente por un asunto que nos afecta en esta época respecto a los derechos de autor, pero más allá de ello quizá en gran medida, por una enorme nostalgia intrínseca de esa cultura material que está desapareciendo. Los collagistas están viendo lo que hemos perdido a medida que nos movemos en un medio virtual, y gran parte de su trabajo es un tipo de amor y anhelo por los colores y texturas perdidas, las formas y la estética de los estilos de ayer. La nostalgia en sí misma, es increíblemente poderosa, es un deseo por el pasado, que dirige nuestra atención a lo que se ha perdido y se aferra a ello, evita que se escape, que se disuelva y lo que en un contexto capitalista es desechable, el collage lo convierte en una especie de resistencia.
Ilustración: Solaris por León LeGrand
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OBSERVADOR
eRRANTE El constate ir y venir, del lugar donde vivo a mi lugar de estudio desde la periferia al centro de la ciudad, me permiten ser una observadora más de Bogotá. En mis recorridos diarios he desarrollado ciertos gustos por la estética de varios edificios, desde los más antiguos a los más modernos. Me gusta mirarlos desde el bus y sentirme pequeña, ya sea en el día con el fondo azul del cielo, en la noche con las luces de oficina amarillas que irradian, o cuando el sol está apunto de esconderse reflejando un color naranja-rojizo, que a la vez deja ver cada detalle de los cerros. Viví mi infancia en un pueblo apartado de todo este caos y velocidad con la que se mueve el ambiente citadino, por lo que al enfrentarme a este nuevo ritmo me sentí agobiada y en los primeros años viviendo aquí quería huir e irme lejos. Empecé de forma inintencionada a transitar sola con mi cámara pequeña por varias calles del centro de Bogotá y termine conociendo lugares a los que nunca me había acercado.
Viviana Alemán
Capturaba cada forma, textura, luz que llamara mi atención y la conectaba con el sentimiento que tuviera en ese momento. Me contaba historias con mis recorridos y a la vez quería compartirlos con otros a través de las imágenes que hacía. Cuando perdí mi cámara me di cuenta que todo lo que llevaba haciendo ese tiempo era una especie de catarsis, el conectarme o acercarme de esta forma a la ciudad me aliviaba. Con el constante deseo de escapar de la ciudad me encontré que también lo podía hacer dentro de ella. Ahora como un hábito y cuando me siento un poco confundida, me pierdo en la ciudad para contemplar esos gustos estéticos que me dan calma.
Ilustración por Viviana Alemán
9
lAS tres (des)gracias
del Folk Gabriela Ortíz
En la década de los sesentas y setentas el Folk gozaba de reconocimiento gracias a la brillante interpretación de Bob Dylan, sin embargo, en las callejuelas de Nueva York, Londres y Sacramento, yacía otra cara de este género entre garajes, salas familiares, reuniones de tragos con amigos y dormitorios varios. El Folk dejaría de ser Volk (el pueblo como un todo), para convertirse en el fuerte sonoro de tres sensibilidades demasiado delicadas como para sobrevivir al aplastante peso de la realidad. Pareciese que sus intérpretes se vieron obligados a crear toda la belleza que no podían hallar en el mundo. Una desaparición, una sobredosis y una enfermedad mental: tres desgracias hiladas y vueltas gracias a través de la música. Connie Converse, Nick Drake y Daniel Johnston. Mientras Connie cantaba, escribía y grababa su música en reuniones de amigos, Nick Drake componía en su habitación, incluso después de haber firmado un contrato con Island Records. Pese al pujante esfuerzo de Connie en el mundo underground de la música, nunca pudo obtener un contrato o una carrera musical. Irónicamente, lograba huir de la sensación de fracaso que permanentemente la perseguía cantando y escribiendo acerca de abejas, 10
montañas y flores, con fuertes influencias bíblicas debido a que creció en el seno de una familia Bautista. Aunque por años, tanto Nick en Londres como Connie en Greenwich Village, New York, pudieron esconderse de su depresión tras la música Folk, no fue suficiente. Nick empezó a presentar episodios esquizoides, depresivos y de insomnio presuntamente por un elevado consumo de cannabis, mientras que Connie se hundía en el alcoholismo y el tabaquismo. En 1974, ambos desaparecieron. Connie, empacó sus cosas en su escarabajo Volkswagen, escribió una serie de cartas para sus familiares y amigos cercanos. En una de ellas decía: “Déjenme ir. Déjenme ser si puedo. Déjenme no ser si no puedo. (…) La sociedad humana me fascina y me asusta y me llena de dolor y gozo; simplemente no puedo encontrar mi lugar para encajar.” Se subió al carro y no fue vista nunca más. Aunque contrataron a un detective privado para hallarla, no encontraron ningún rastro. Connie se desvanecía junto con su auto y Nick tomaba una sobredosis de opioides que utilizaba para poder conciliar el sueño. No volvió a despertar jamás.
Ilustración: And Connie said “Let me be if I can” por Gabriela Ortíz
12
“lograba huir de la sensación de fracaso que
permanentemente la perseguía cantando y escribiendo acerca de abejas, montañas y flores
”
“Lo vi escrito y vi que decía: “La luna rosa está en camino.”” Decía Nick en una de sus canciones más famosas “Pink Moon”. Aparentemente aludiendo a la luna como uno de los símbolos de la locura y su tan deteriorada salud mental, además casi como advirtiéndonos que vendrá por cada uno de nosotros. Como lo hizo por Daniel Johnston. Un fanático del capitán américa, Casper y la Mountain Dew. Vendía hamburguesas en un McDonald’s para solventarse, mientras vivía en el ático de la casa de sus padres componiendo entre folk, lo-fi y avant-pop. Entusiasta del dibujo y la música, expresiones mediante las cuales podemos ver un registro en vivo sobre las dificultades de vivir sobrellevando una enfermedad mental como la esquizofrenia. Resguardándose en la música tal como Nick y Connie lo hicieron, Daniel es completamente consciente de que mientras nosotros podemos escuchar sus canciones un rato e irnos, él tendrá que vivirlas para siempre.
¡AY
pOR
DIOS! Libardo Galindo
Caminando por las calles sin saber a dónde voy, sin angustias ni problemas, libre del sistema estoy. El sistema nos aliena y nos quiere consumir, con promesas, con dinero y ambición nos llenarán. (Pestes, 1998)
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Ilustración: ¡Ay por Dios! por Libardo Galindo
Dinero... ¡angustias! Dinero... ¡problemas! Dinero... ¡sistemaaa! Nuestro dios es el dinero y sin él el hombre está (…) Lo deseas, lo acaricias y por el la vida das El sistemas lo ha creado y tú lo conservarás Dinero... ¡angustias! Dinero... ¡problemas! Dinero... ¡sistemaaa! (Pestes, 1998) 14
tRISTEZA
bOGOTÁ
Daniel Quiroga
La sangre, la lluvia, la noche y Bogotá. Brindarle una definición a una urbe caótica e infernal es imposible, cada habitante es un mundo, cada sonrisa y cada lágrima que besa el suelo es una interpretación diferente de lo que puede significar la capital, la ciudad de todo y todos. Para este mundano narrador el aura de la capital la rige su distinguido clima, una ciudad fría, una ciudad gris, una ciudad ahogada en la melancolía, más sin embargo este apartado irá dedicado a la noche bogotana, esa que jamás dejará sola a sus habitantes, porque a pesar de su gris humor, esta ciudad no abandona a sus fieles compañeros. Patear latas, llorar, ahogarse en alcohol barato y nocivo, ese que es tan fácil de conseguir en una de tantas licoreras de mala muerte y llorar mas fuerte; y llorar con la seguridad de que nadie te va a oír, porque eres un fantasma que se mueve libre entre decenas de inexpresivos rostros, que atraviesa y rompe hombros, que corre contra la corriente. Y seguir llorando, llorando con la seguridad que no lloras solo, llorar con la seguridad que como tú alguien más sufre, y sabes que esta ciudad te aprieta contra su pecho y te obliga a llorar más fuerte. Y sabes que los nobles habitantes de la noche te reciben con los brazos abiertos, todos tan perdidos, todos tan idos como tú, deambulan sin rumbo, como tú, lloran y ríen desinhibidos, como tú, son solo almas errantes que abandonan sus cuerpos de carne y esperan, como tú.
16
Todos los habitantes de la noche son tus amigos, ninguno te niega un cigarrillo, nadie te niega un dulce sorbo del más fino y exquisito vino que la calle puede ofrecer y así tan de repente ya no caminas solo, nunca lo hiciste, esta ciudad jamás abandona a sus hijos perdidos. Las luces de a poco se van apagando y en las calles solo quedan las almas más valientes, los espíritus más errantes, realmente no hay rumbo ni camino a seguir y todos los pensamientos vagan, y las risas y las lágrimas se pierden entre humo, entre pastillas, entre polvo. Todos nos transformamos en sombras que de a poco se hacen uno con el concreto, que se hacen uno con los andenes mojados por la lluvia, que se hacen uno con las sucias paredes, realmente ya no hay problemas, solo se oyen gritos, alarmas, caos, ¿Acaso algo importa? Y la noche se acaba, el sol se asoma, la niebla toma control de las calles, empresarios y asalariados recorren las calles, tinto en mano. La paz ronda el lugar, la calma, la sensación de que nada paso, la noche se convierte en un delirio, las lágrimas se han secado del suelo, ¿Cómo es posible que sea el mismo lugar? Te levantas de tu duro pedazo de cielo, Transmilenio y a casa, mirar por la ventana y admirar y pensar y quererla más y contar las horas para volver a bailar con ella. Ilustración por Emmanuel Fernández. Argentina
BO GO TÁ Deep Trouble
Illustración por Deep
Nací a los 2600 metros sobre el nivel del mar en algún lugar de la Cordillera Oriental. Crecí en una ciudad pequeña de los noventas, donde se veía a Bogotá como gigante y lejana. Desde el 2007 que conocí “La Capital” hasta hace unos años, cada que la visitaba me sentía como Sheep en la gran Ciudad; ajeno, perdido e inoportuno. A medida que pasaba el tiempo aumentaba la frecuencia que compartía con los santafereños y así mi acidia por tanto ruido y miedo al caminar por sus largas calles. Por cuestiones de diferente índole he compartido cada vez más con este núcleo urbano. Mi visión a través de los últimos tres años ha cambiado drásticamente. Ahora veo a “La D.C” como un bosque de edificios gigante. Espacios repletos de historias de antaño y misterios en cualquier rincón. Personajes y momentos únicos en parques y muros. Un complot de animales girando bajo sus intereses en un hábitat entrópico. Un ejercicio de la naturaleza para probar la sostenibilidad de su diversidad. Un laboratorio de lujo para el estudio de la ecología urbana y un cuarto de pruebas para el azar de la cotidianidad colombiana. Esta selva de pintura, cigarros y afán tiene un canto mágico de alta montaña. Sus días de niebla me recuerdan a Jurassic Park y lo mucho que se parecen. Interactuar a diario con monstruos colosales y longevos; cuidarse de carnívoros y evitar carroñeros; observar las diferentes formas de vida y admirar su grandeza ante nuestros ojos son escenarios difusos en ambos contextos. Tal vez Bogotá fue Isla Nublar hace millones de años, no sé. Lo que sé — creo — es que le he tomado mucho cariño al caos capitalino. Más que costumbre es interesante la convivencia en la fría. Bogotá ha sido bondadosa con mi yo artístico, su inspiración ha llegado hasta lo más profundo de mi rutina y pensar, tanto que está presente con frecuencia en mis escritos, canciones y recortes. Ahora, mientras tecleo estas letras, medito sobre la importancia que ha tenido para mi vida interactuar en este espacio tan entrópico. Un concierto de rugidos, cantos y lamentos que musicalizan el andar de mis pensamientos a través de cada corte y pegue como Deep.
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lAS aventuras de
Antonio Miguel Fandiño
Ilustración: Ciudad autónoma por Miguel Fandiño
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No muy lejos de esa ciudad vive un niño llamado Antonio, él como todo niño, apenas conoce parte del mundo y lo entiende a su manera, una manera alejada de la naturaleza de la cuidad de la cual aún no ha hecho parte, pues vive con sus dos hermanos, su madre y su padre alejado del cubo de cajas apiladas en el que se ha convertido Ciudad Autómata, una sobre otra, una sobre otra, una sobre otra, una sobre otra… que van dando forma a esta autómata ciudad; en cada una de ellas habitan personajes, uno por uno con su historia por contar, porque a pesar de sus pesadas vidas, algunos tuvieron épocas felices como es el caso de Antonio, todos los días juega con sus amigos en frente de la casa.
Antonio tiene 8 años y nunca ha ido a Ciudad Autómata; parece tener una vida normal. Pues su familia siempre lo ha cuidado de las inclemencias de Ciudad Autómata, pero en este caso su madre se ve forzada a llevarlo, pues tiene serias complicaciones médicas. Sus síntomas son: tos que en forma frecuente presenta mucosidad, también tiene dificultad para respirar, jadeo y presión en el pecho como si de una pila de alfileres se tratara… su cara refleja una enorme tristeza, sus ojos pierden el brillo habitual, ya que sus ojeras enormes, hicieron de sus parpados dos bolsas a punto de reventar, los labios están secos; cada que limpia su boca por la tos se desprende el cuero de ellos, la ansiedad invade su cuerpo, al no querer dejar a su familia con su ausencia. Antonio angustiado y con lágrimas en sus ojos la ayuda a vestir y salen presurosamente… clap!!! Es aquí cuando su aventura da inicio.
Ramm, rumm, pip… pip.rumm, faaafaaa…
Antonio no entiende muy bien que pasa, el hedor a smog y el ruido de las vías, le marean y hacen que su mundo quede de cabeza… paff, rumm, clackk… consternado toma fuertemente las manos de su madre, mientras aguanta las ganas de vomitar que invaden su pecho. Mientras esperan transporte, (para llegar a otro lugar) tomarán una segunda ruta, la cual los llevará a otro lugar donde finalmente esperarán la ruta que los dejará en el hospital. Rumm, rumm… fanw…clash… entran al primer transporte de su ruta...clash... rumm…rumm… Antonio fija su mirada en una persona que llama su atención pues parece tener la mandíbula desencajada
y su lengua parece no hacer caso, pues sale repentinamente, dejando lleno de saliva y caspa el atuendo del sujeto; su traje es negro, cuasi gris, es aparentemente elegante pero emana un olor a dejadez, ha guardado, viejo, a mortecino...fap,fap,fap… un olor muy peculiar. Antonio lo mira atentamente pues le causa repulsión, tanto que sus ganas de vomitar se hacen latentes de nuevo. Nota también que ese desagradable sujeto… fap, fap fap… mira mucho a las mujeres que están en el bus, casi, que hasta sus ojos llegan a ponerse un poco blancos y su lengua se desencaja repetitivamente aún más, mientras hace eso, Antonio se fija que se toma la entre pierna insistentemente... fap, fap, fap,
fap, fap, fap …
Antonio se asusta al ver tan desagradable imagen y quiere que su recorrido en ese bus termine pronto. Toma a su madre y le dice que, si pueden ir a otra parte… (mientras mira al sujeto ansioso y asustado” que hace con eso afuera”) del bus...rumm… rum…rum… “minutos a 200, minuto a 200… chicle, maní, caramelo, chicle, maní, caramelo, chicle, maní, caramelo, minutos a 200, minuto a 200” Ya fuera del bus Antonio intenta recuperar energías y olvidar lo visto en ese bus, pero el hedor a heces y el smog de los buses rumm, clack, rumm, “minutos a 200, minuto a 200… chicle, mani, caramelo, chicle, mani, minutos a 200, minuto a 200” … no lo dejan estar tranquilo cada vez los sonidos que escucha se vuelven incesantes termina de sonar algo y suena otra cosa ya sea bus o habitante de ciudad.
21
Antonio le dice a su madre que, si pueden descansar en algún lugar, y su madre lo lleva a un parque ruu, ruuu, ruuuu… que parece tranquilo tin, tin, tin… suena a lo lejos una campana y con el sonido viene un señor de aspecto algo extraño para Antonio, pues tiene un uniforme azul, con amarillo, sus pasos son cansados y parece tener una edad avanzada…cof, cof, cof… Hombres cansados listos a trabajar arman sus porros… shuuuuuuuu… shuuuuu… haaaaaaaaa… tome parce huuuuuss que chimbaaa sotcioo… Antonio ve a estos desagradables sujetos que lo aterrorizan con sus atuendos y piensa en pedirle a su madre que abandonen Ciudad Autómata: se siente mal, esta atónito con lo que ha visto y quiere descansar, pero sabe que su madre necesita llegar pronto al hospital para ser atendida. La toma de la mano para armarse de valor, para decirle que ya pueden ir al hospital… shuuuuuuuu… shuuuuu… haaaaaaaaa… tome parce huuuuuss que chimbaaa sotcio JEJEJE ÑEEE… ROTELO… ¡ojo con eso manito! jajaja. En el hospital le dicen al celador que donde los pueden atender, el celador les dice: ¡Si claro mire monita… haaaaww, hawww, hawwww… ayudaaa, ayuda…!! “señor atiéndame a mí!, mi hija se va a morir” ¿suuu nombre?: ... ¿su número de cedula?... ¿tiene eps?... ¿que eps?... claro, claro… listo señora tome un número y haga esa fila para que le den la cita, después de eso la llaman en esa otra esquina, para que le digan si puede esperar en esa sala o la otra para ver su historial médico para ver quien la puede atender… haaaaww,hawww, hawwww… ayudaaa, ayuda…!! “señor atiéndame a mí!, mi hija se va a morir” Antonio aterrado mira a su madre. Sabiendo que el viaje apenas ha dado inicio.
Ilustración: And Daniel said “Hi, how are you” por Gabriela Ortíz
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El resultado editorial de este número estuvo a cargo del Comité Editorial FAUNA. La revista está compuesta por las fuentes Bebas Neue para títulos y Calibri para sus cajas de Texto. Para sus Páginas se utilizó papel propalmate de 180 g. FAUNA finalizó su impresión en Juan de Dios Caro Impresiones, en Julio de 2019 Bogotá, Colombia.