GUANAJUATO, Legados y Tesoros Patrimoniales -Febrero 2018

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Desde el año de 1918, el señor Rafael Villagómez Garibay había prestado sus servicios como subinspector de Monumentos Artísticos e Históricos en Yuríria, responsable del cuidado y mantenimiento del antiguo templo y el monasterio, que para entonces habían sufrido los embates del tiempo. Dada la gran importancia histórica y artística del edificio, el Ex Convento de San Agustín en Yuriria fue entregado en 1921, a través de la Oficina General de Bienes Nacionales, a la Inspección General de Monumentos Históricos y Artísticos. En 1933 fue declarado Monumento Nacional para su conservación, bajo la custodia de la entonces Dirección de Monumentos Coloniales y de la República. En 1939, con la fundación del INAH, queda el edificio bajo su cuidado. A partir de entonces y hasta 1992, se contó con una museografía informal a base de reproducciones de piezas prehispánicas y algunas originales; se exhibía también una parte de la colección de pintura y escultura virreinal religiosa. Desde 1992 se dotó al recinto con una museografía adecuada para la exhibición de las colecciones de bienes culturales prehispánicos y virreinales que son parte de su acervo: piezas de las culturas chupícuaro y purépecha, más óleos y esculturas de arte sacro cristiano. De todas formas, la pieza más importante del museo es, con mucho, el gran claustro con sus dependencias, obra maestra de la arquitectura virreinal.

Fray Alonso de la Vera Cruz, el filósofo y evangelizador agustino, bendijo en noviembre de 1550 la primera piedra de la que habría de ser, en palabras del cronista fray Diego de Basalenque, “... la primera maravilla de las fábricas [de las construcciones] de la Nueva España”. Dirigió la obra fray Diego de Chávez (sobrino de Pedro de Alvarado, el conquistador), nombrado superior de la nueva misión agustina en el área chichimeca, y como inmediato ejecutor se desempeñó el maestro mayor (maestro de obras, arquitecto) Pedro del Toro, natural de Castilla la Vieja, a quien se debe la majestuosidad y original ornamentación del edificio. Nueve años tardó la construcción del convento y su formidable iglesia; la primera misa se celebró para Corpus Christi (60 días después de Pascua) de 1559. El convento llegó a tener tal importancia en la región de Yuríria —y en un radio muy amplio— que en él se estableció el Colegio Agustino de San Pablo, el cual sirvió, durante más de 300 años, como alta casa de estudios de la orden y seminario donde se enseñaba “artes [leyes civiles y eclesiásticas, filosofía] y teología”. El colegio contó con una de las bibliotecas más ricas de la Nueva España, que fue incrementando su acervo conforme los agustinos duraban en el convento.

PATIO INTERIOR -EXCONVENTO AGUSTINO DE SAN PEDRO Y SAN PABLO - YURÍRIA, GTO.


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