Brochure Sol&Luna carátula 2

SETIEMBRE OCTUBRE NOVIEMBRE 2010

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Comer, beber, amar wayra / 2 - 5

El Sacred Valley Lunch wayra / 6 - 7

Aventura, cultura, gastronomĂ­a actividades / 10 - 15

WAYRA PB / 1

ayra significa viento, en quechua, la lengua de nuestro valle. Wayra también significa, ahora, un espacio único, donde se reúnen la naturaleza, la arquitectura, el arte, la decoración, la gastronomía, la aventura, el buen vivir, para que nuestros huéspedes sientan, como cuando pasa el viento fresco por el rostro, una ola de vitalidad, de belleza y de bienestar.

Sobre un área de 8000 mt2, con acceso propio, y en el corazón del Valle Sagrado, Wayra está levantado alrededor de un inmenso jardín que tiene como marco, las montañas de Pumahuanca y Chicón, que nos muestran sus construcciones precolombinas y los juegos de luz que pone el sol en los distintos momentos del día. Wayra abre sus puertas, desde luego, a los huéspedes de Sol & Luna pero también a quien desee tener una gran experiencia de Valle, incluidos los grupos corporativos que por razones de trabajo deben reunirse en Urubamba.

Comer, beber, amar ayra es más que un lugar: un sentir. Que se extiende a nuestro lounge bar y a nuestro comedor cerrado. El primero está decorado con piezas del artista Federico Bauer, que aluden con humor y encanto primitivo, a los caballos que reposan en los establos. Ante sus obras es imposible no recordar a Paul Gauguin cuando escribe: ‘Hay un sentido decorativo innato en los pueblos antiguos. Una forma geométrica cualquiera, singular u original, la ordenará sin dejarles un vacío ni un desequilibrio’. También destacan las maderas finas, talladas por Jaime Liébana, en la barra. Una barra que ofrece lo mejor en bebidas alcohólicas y soft.

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Las horas del bienestar n rincón íntimo, marcado por el buen gusto y una suerte de sofisticación internacional que armoniza con el espíritu general de Wayra, la Cava de Wayra.

Tenemos los mejores vinos del mundo, la Cava está climatizada y humidificada para que cualquier vino pueda ser guardado aquí. Y un hermoso comedor para 12 personas donde se celebran grandes cenas.

Conducidas por Nacho Selis, nuestro chef residente, y por Gino Pacheco, el sommelier que nos alegra la vida con su acierto sobre qué vino beber en cada momento. Estas cenas duran varias horas puesto que permiten el desfile de varios menús de 5, 7 y 10 pasos para aprender y degustar, acompañado cada uno por un vino especial. Platos creados acá, sobre la base del paladar exigente y el ingrediente local. Los postres son inigualables, el ambiente, el mejor.

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El Sacred Valley Lunch lmuerzos entre los jardines de plantas nativas de Wayra, servidos en una moderna estancia. Nos rodea el aroma de panes artesanales recién sacados de nuestros hornos calentados a leña, sabrosas empanadas con diferentes rellenos; se encontrará también una importante variedad de papas nativas producidas en remotas comunidades que las han preservado junto con sus historias. La estrella del lunch brilla en las parrillas y en los hornos de barro: carnes de primera (de res, de cordero, de alpaca, de ave, las truchas frescas del valle) se preparan para luego ser servidas con el acompañamiento de los mejores insumos nativos, las papas, las habas, la quinua, los ollucos, las ocas, el maíz blanco gigante; todo saborizado con la uchucuta, un delicioso preparado con condimentos locales, molidos en los clásicos batanes de piedra. Las frutas de nuestro jardín están para ser tomadas en cualquier momento, la fresca chicha de jora también, al igual que la frutillada.

WAYRA

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quietud el delicioso placer de hacer nada, en medio de un jardín encantado, observando las aves y las flores, las montañas y el cielo siempre azul.

Con un buen libro en las manos, una buena compañía, un excelente café en la terraza.

movimiento a la quietud, podemos añadir un sinnúmero de actividades de diverso tipo, que entretienen, divierten, culturizan, emocionan, estrechan vínculos con los pobladores locales, hacen la experiencia imposible de olvidar.

Acti v

idad

es

as actividades que ofrecemos son diversas: de aventura, culturales, gastronómicas, artísticas…

Nuestros huéspedes pueden gozar de ellas porque están en su casa. También pueden gozarlas quienes, sin estar hospedados con nosotros, nos visitan en Wayra, por el ingreso independiente que este espacio tiene, para mayor comodidad de todos.

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Aventura, cultura, gastronomía El Valle Sagrado, por su naturaleza, ofrece posibilidades de deporte de aventura de primera calidad. La infraestructura va por cuenta nuestra, el viajero solo pone su adrenalina y su ilusión.

Trekking: distintas opciones que van desde caminatas de unas horas por las montañas y senderos vecinos, hasta experiencias de mayor duración y exigencia, hacia paisajes alucinados de altura y trópico, visitando comunidades indígenas muy remotas.

Parapente: somos los iniciadores de este deporte en el Perú, conocemos a la perfección las posibilidades que brinda el Valle para practicarlo con la máxima emoción y seguridad. Sobrevolar el Valle, desde la perspectiva del cóndor, es algo que no se parece a nada conocido.

El encanto de Huaypo: la laguna natural de Huaypo, cercana al Hotel, nos recibe con sus aguas muy azules para pasar un día delicioso en sus alrededores. Caminamos, hacemos bicicleta, un poco de kayak, descansamos, reímos, al mediodía se abren unas cajas con un almuerzo frío muy bueno y reparador. Vemos cómo avanza la tarde y luego regresamos a por nuestra cena caliente en nuestro comedor.

Bicicleta de montaña: existen rutas para principiantes, intermedios y profesionales. Tenemos excelentes bicicletas y nuestros guías son lo mejor que hay en el Valle, experimentados, seguros. Rutas planas, downhill, ascensos, combinaciones, actividad de algunas horas…o de muchas horas.

Cuatrimotos: desplazarse por los senderos rurales del Valle, lejos del tráfico de la carretera, observando las chacras, los caseríos y pueblitos, las pequeñas capillas, las especies de árboles nativos…, incomparable.

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Cabalgatas: los caballos peruanos de paso de nuestros potreros comienzan a ser ensillados, algo que el viajero debe observar, para aprender. Los chalanes van explicando las peculiaridades de esta raza magnífica. Y luego, un descubrimiento que sorprende aún a los jinetes más experimentados: la suavidad, el paso del caballo, cruzado, hace que no haya saltos sino un transcurrir parejo. Este caballo camina y trota, no corre. Gracias a ello, el disfrute del paisaje es mayor porque lo tenemos a ritmo lento. Como en otras actividades, esta también es modular: unas horas, unos días.

Pachamanca: la forma tradicional de cocción en los Andes.

Se hace un gran agujero en la tierra que se rellena con piedras calentadas hasta la incandescencia. Sobre esta base se van añadiendo los ingredientes: carnes de res, de pollo, de alpaca; papas diversas, queso, ollucos, ocas, camotes, choclos. Todo se cubre con piedras calientes. El pachamanquero hace una ofrenda cuando culmina el montaje, y elige padrinos para que todo salga bien. Se brinda con chicha y a esperar.

El cerro, durante horas, comienza a emitir un aroma que combina las propiedades de cada producto. Hasta que el pachamanquero decide abrir la tierra y sacar la cocción. Maravillosa combinación de sabores que se condimentan con uchucutas y otras salsas.

Caballo de paso peruano: el gran jardín de Wayra tiene al centro un torno, es decir, el lugar en el que diariamente se entrena a los caballos peruanos de paso que viven en nuestros establos. Caballos atendidos por chalanes con experiencia en distintos criaderos del Perú, seguidores de la antigua tradición costera de la crianza de este animal noble como pocos. En las exhibiciones que también ofrecemos, el caballo lleva el ritmo y es acompañado por los pasos de una destacada bailarina de marinera, la danza nacional del Perú. Al frente del torno se emplaza nuestro querido espacio para la comida rural, simple y sabrosa, clásica del valle, donde tomamos el Sacred Valley Lunch.

Demostración de cocina: una actividad a la que consideramos, además de gastronómica, cultural, pues en ella se mezclan y se integran los elementos de la naturaleza, transformados por el hombre andino en alimentos. Es por ello que en nuestras demostraciones ponemos especial empeño y cariño, porque a nuestros huéspedes los llena de placer.

Sucede que la riqueza y variedad de ingredientes vegetales y cárnicos en el Valle es tal, que vale hacer el recorrido completo que va del huerto al plato.

Y así, comenzamos visitando chacras para conocer los cultivos nativos, así como los condimentos de la localidad. Luego podemos ir al mercado de Urubamba a ver las frutas, las carnes, los pescados, los panes. Pasamos luego a la mesa del chef, en Wayra, donde hacemos pruebas mediante recetas tradicionales, modernizadas o no, al gusto de nuestro huésped. Y luego, el placer de la degustación, con el pisco, con el vino, con el buen humor.

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Turismo convencional Para ‘los clásicos’, es decir, quienes prefieren tener una experiencia turística en ciertos lugares conocidos del valle, tenemos también grandes opciones que, dando cuenta de lo esperado, también tienen toques y detalles originales y únicos.

Machu Picchu: experiencia única en un lugar único.

Nos acompañarán los mejores guías, en los servicios de tren que el pasajero desee, y con los que llegaremos a conocer todas las significaciones de esta impresionante ciudadela de descanso de la nobleza inca.

Maras: cientos de pozas de sal que se explotan desde tiempos inmemoriales de manera artesanal.

Descubriremos sus diferentes calidades, el proceso de obtención de la misma, la forma de organización de la comunidad en los trabajos de extracción.

Písac: un pueblo de traza española pero con un antiguo centro inca. La visita incluye los dos espacios, y en el pueblo, el conocimiento de su mercado artesanal, donde se exhibe y se vende arte popular andino en todas sus versiones y precios. Si es domingo, podremos asistir a una misa en quechua, cantada, en la que participan comuneros venidos desde las alturas.

Willoc: comunidad situada en la parte alta de Ollantaytambo. Tenemos allí muchos amigos, gente encantadora, que teje maravillosamente y explica cada fase de su trabajo con mucho compromiso. Los paisajes son bellísimos, entre el verde destacan los colores intensos de la vestimenta tradicional de los comuneros.

Sobre todo el rojo, en los ponchos, en las monteras.

Y todas aquellas actividades que el pasajero desee, diseñadas especialmente para ellos, con los destinos y lugares que desee descubrir, conocidos y casi por descubrirse, acompañados de servicio de calidad y de los guías mejor formados. Todo desde la personalización y exclusividad que ofrece Sol & Luna.

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Actividades especiales Taller de cerámica: tenemos la oportunidad de invitar a ceramistas locales para aprender de ellos el proceso completo. Se inicia la actividad mostrando la arcilla recogida de canteras a orilla del río Urubamba, los óxidos minerales que le dan color a los diseños así como las herramientas utilizadas.

El proceso productivo de la cerámica es muy complejo pero en la demostración podremos ver cada paso como una sola experiencia. Los participantes pueden intervenir en diferentes fases de la alfarería y guardar no solo la memoria de esta actividad sino también una pieza que ellos mismos han creado.

Música y danza: los jóvenes de nuestra localidad cultivan sus danzas tradicionales y vienen a Wayra para compartirlas con nuestros amigos visitantes. Vistosos trajes tradicionales, pasos de danza cuyo origen se pierde en el tiempo, música ejecutada con una mezcla de instrumentos ancestrales y contemporáneos, crean una maravillosa atmósfera de intercambio y diálogo entre culturas.

Teatro ‘Los dioses andinos’: el sol Dios ‘Inti’, la luna ‘Mama Killa’, la tierra ‘Pachamama’ y el rayo ‘Illapa’ son representados por actores elevados sobre zancos, mientras que los miembros de la comunidad danzan con vestimentas tradicionales alrededor del Dios de la abundancia, el Ekeko. Al final, el fuego une a actores y observadores en un abrazo de paz y armonía con la naturaleza.

Tejidos tradicionales: vienen las señoras tejedoras desde sus comunidades con todos sus elementos, telares de cintura, fibras naturales, plantas y minerales con los que se tiñe la lana.

Y lo más importante, el conocimiento ancestral que poseen. La rica iconografía es interpretada y explicada por nuestras tejedoras. La velada puede combinarse también con música, danzas, teatro o exhibiciones de caballos de paso.

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