Las paredes oyen la verdad sospechosa

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NOTAS * hablan en ella las personas siguientes. De nuevo, como en LPO, nos encontramos con un número corto de personajes, catorce, perfectamente manejables por cualquiera de las Compañías Reales de la época: tres galanes, dos damas, tres barbas, un gracioso, un criado y un escudero, eran los roles principales, además de otros tres personajes con escaso papel: el letrado, el paje y un criado. Llaman la atención, en todo caso, los tres viejos graves, cuya presencia connota, sin duda, la preocupación didáctica de la comedia, que tiene algo de «regimiento» de nobles. Sabemos que representaron esta comedia el autor Roque de Figueroa y su esposa Mariana de Avendaño, pues pertenecía en 1624 a su repertorio (H. Mérimée, Spectacles et Comédiens à Valencia, 1550-1630, París, Toulouse, 1913), así como Cautela contra cautela, que representaron ante madama Isabel de Borbón, la reina, en diciembre de 1621, quien ya había visto ese mismo octubre la representación de Ganar amigos, aunque esta noticia no es del todo segura (vid. Reyes, p. 265,' nota). Figueroa fue autor de reconocido prestigio y de numerosas representaciones ante la realeza. Para más detalles véase «Comediantes que representaron su teatro», cap. XXV del libro Juan Ruiz de Alarcón y su tiempo de J. Jiménez Rueda. ** Acto primero. La acción se sitúa en la casa de don Beltrán, en Madrid. *** letrado. Si en un principio significaba «hombre de letras» con el tiempo se especificó el significado de este vocablo y pasó a ser el de hombre de leyes, jurisconsulto. **** de estudiantes. Con traje de estudiantes. Escribe Millares: «Tanto los licenciados como los estudiantes de cualquier facultad se distinguían de los nobles y seglares porque usaban la toga y el "ferreruelo", capa corta sin capilla.» ***** de camino. Esta indicación alude tanto al hecho de que don García y el letrado acaban de llegar de viaje, como a una posible especificación de vestuario, que se añadiría a la caracterización como universitarios de los recién llegados, y que les aportaría botas altas de montar y, probablemente, un capote. 14. bisoño. «Es voz tomada del italiano Ho bisogno, que aprendieron los españoles por necessidad en Italia, para pedir lo necessario» (DA). Los soldados recién llegados, no conociendo la lengua, iban diciendo según las ocasiones «visoño pan, visoño carne, etc. Y por esto se quedaron con el nombre de visónos»


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